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sábado, 25 de julio de 2020

VALORES, MOTIVOS Y MOTIVACIONES, y una película



                                                  VALORES Y MOTIVOS...

A la hora de emprender algún proyecto o reto necesitamos unos motivos que nos muevan desde dentro en ese sentido. Que además señalen un "norte". Son los porqués de las actuaciones. En especial en familia, donde el cariño es el gran motivador.


1- EN FAMILIA

Me gusta hacer gráfica la aventura de la familia con una metáfora: una “nave espacial”, en la que vamos a bordo. Es importante cuidar el ambiente en ella, pero lo es más, si cabe, pensar el rumbo, hacia dónde nos dirigimos. Así poder realinear la trayectoria cuando las tormentas y turbulencias de la vida nos saquen de él. 



Además, es necesario tener una buena motivación, positiva, alegre, fuerte, que nos dé su energía y anime en la lucha, para llegar de veras a esa meta. Porque, hace falta perseverancia a lo largo de los años para no desfallecer en el intento. Luchar hasta el último instante, y justo en él. Y los motivos y motivaciones aportan esa ayuda. Nos dan ilusión y razones que muevan la voluntad hacia ese reto, meta, proyecto vital.


Para ello es necesario ser optimistas, ver lo bueno y positivo de los demás, y de las circunstancias, saber ejercer un atractivo en los demás: seducir con una vida coherente y alegre. Sobre todo en la propia pareja, como en los comienzos de la relación. Hay que saber animar, motivar, estimular lo mejor, robustecer, ayudar, quitar hierro a las dificultades, ¡confiar...! Enamorase cada día de esa persona tan especial. Y enamorarle. Luego, los hijos nos seguirán. Este liderazgo es un don, pero también un arte que se puede y debe cultivar y trabajar. Y nos va a ayudar la persona que más nos quiere del planeta... 

Y esa fuerza de atracción depende de la belleza de la propia personalidad. De ser coherentes, íntegros, de actuar de acuerdo a lo que se piensa, de reflexionar y hacer lo correcto…


Existen muchos motivos, pero, el amor es el “gran motivador”. El sentirse querido estimula a dar lo mejor de cada uno, y seduce y arrastra con fuerza, pensando en los demás.

Es bueno revisar el “norte” que tenemos en la vida, esos principios universales que se concretan en los grandes valores existenciales: la verdad, la bondad, la belleza. Relacionados con todo, porque son principios que no pasan de moda… Sirven de referente a la hora de actuar, a modo de "estrella polar". 

Los tres valores están interconectados. El modo más directo de acceder es a través de la belleza. Descubrir la belleza de lo bueno, de la bondad... Vivir en la belleza. Si se está a gusto, la bondad habla por sí misma. Y nos descubre lo verdadero... Te lo cuento en ese post.



Son como esos “palos pintados” a los lados de la carretera de puertos de alta montaña, que señalan el camino a pesar de las grandes nevadas que ocultan las rutas.



Estos principios se concretan en auténticos valores, que tampoco pasan de moda, porque son “especificaciones del bien, de la verdad, de la belleza. Cuando los vivimos, se transforman en virtudes, y nos ayudan a crecer como personas. Seducen con su belleza.


Por eso es importante crear un ambiente de hogar confiado y alegre, anclado en valores humanos nobles. Porque, cada persona necesita la aceptación y seguridad del cariño de los demás, en especial en familia. Cada hijo que viene a este planeta necesita ser acogido, valorado y querido para desarrollarse adecuadamente. Debemos conseguir ese “microclima" donde crecen las personas al calor del cariño, tengan la edad que tengan.


Primero, es necesario estar compenetrados y unidos en pareja, hacer “equipo”, tener un solo corazón, motivarse el uno al otro. Que no decaiga la ilusión con el pasar del tiempo... Ser “atractivos” para el otro, y para nuestros hijos, amigos... 

Escribe Miguel Delibes, acerca de su mujer recientemente fallecida, “con su sola presencia aligeraba la pesadumbre de vivir.” “¿Puede decirse de alguien algo más hermoso?…”



2- APRENDER A MOTIVARSE Y A MOTIVAR


a) Motivo es, como señala el profesor Oliveros F. Otero, el descubrimiento de un valor. Se descubre cuando vemos una persona valiosa, que tiene un atractivo que arrastra, y nos gustaría parecernos a ella en ese aspecto. El intentar vivirlo nos ayuda y estimula. Así, con el tiempo, el hogar se transforma en un “museo viviente” de valores: cada uno da lo mejor de sí, al calor del cariño…




b) También se motiva transmitiendo valores de la mejor forma posible: personificándolos. Es decir, viviendo esas virtudes. Porque, las virtudes son “pequeñas manifestaciones” del amor…, ¡el gran motivador! 

Con la fuerza del ejemplo, y con las palabras cuando haga falta. Saber descubrir valores y virtudes en los demás. Todos tenemos muchas cosas buenas, solo hay que percatarse de ellas, hacerlas notar y agradecerlas. Con ellas se vislumbra lo mejor de cada uno.


c) Las motivaciones pueden ser el conjunto de motivos. Lo que entusiasma e impulsa a la acción… Por eso es bueno saber contagiar ese entusiasmo en pareja y en familia, para ir los dos a “una”: hacer equipo. Sobre todo ante los hijos. Más, si son adolescentes, porque miran con espíritu muy crítico. Están construyendo su personalidad, aprendiendo a ser libres y a pilotar su propia vida, y necesitan un buen referente en quien mirarse. 



Aquello que le llega dentro a un joven o  adolescente, y le entusiasma, esa puede ser su motivación interior. Además del "sistema motivacional cerebral"..., que te cuento en otro artículo, que tiene dos partes que cooperan a la armonía personal: el sistema límbico o basal, y el cortical, con la corteza prefrontal, que filtra los impulsos y emociones pasándolas por el pensamiento para valorarlas.

Y al ir madurando las ilusiones, metas y fines se harán a más largo plazo, gracias a la maduración cerebral y al entrenamiento en posponer recompensas. Es decir, gracias a la voluntad de cada uno.



d) Motivarse no es tener "ganas", sino motivos. Aunque, los sentimientos pueden ayudar, pasados por el filtro de la razón. Fomentar los que vayan en esa línea, porque dan un aporte extra de energía, nos caldean el alma, y dan alas para volar alto. Experimentar la dicha de hacer lo correcto, de pensar en los demás.







                                                          * * *


Para todo ello es vital conocerse, con las características singulares que adornan a cada uno, con sus talentos y puntos fuertes, y los menos fuertes... Porque lo más específico de cada uno apunta a su ideal, a su mejor versión,
y tiene mucho que ver con
sus anhelos más profundos y su misión.




3- MOTIVOS          

a) Basados en valores

Los motivos se basan en valores. Y éstos están relacionados con principios universales, permanentes, que no pasan de moda. Son lo perfectivo del ser. Como acabamos de ver, al intentar vivirlos se transforman en virtudes, que nos hacen mejores personas. ¡Personificar esos valores!, así pasan a formar parte de nuestra personalidad, hecha "a golpes de libertad", como diría Ortega.





Los valores construyen, porque apuntan al norte real, a esa "estrella polar" que nos guía. Todo lo bueno es bello, y nos atrae con su belleza. Y hay muchos y distintos valores... Dejo unos cuantos:



b) Tipos de motivos

Son los porqués más profundos que nos ayudan a decidir y actuar, a ser proactivos y vencer las dificultades del camino. Los mejores motivos nos motivan "desde dentro", como dijera Chesterton, y ocurre con todo crecimiento personal.

Muy relacionados con los valores: los valores motivan, y, los motivos se anclan en valores y principios.

Hay distintos tipos de motivos según el nivel en el que se encuentran. Y, como hemos comentado en otros post, aportan más o menos fuerza y sentido, dependiendo de ello. Nos ayudan a liderarnos a nosotros mismos, y a ayudar y liderar a los demás.


*) Nivel extrínseco

Aquí los motivos son puramente del "tener". Es decir del nivel más bajo. Son los que nos llegan desde fuera. Se trata de "extraer" algo del exterior. Por ejemplo, económicos, materiales, físicos, como el deporte, sociales... Cuando fallan ya no "compensa" seguir adelante. Suelen ser de corto plazo, y forman relaciones poco estables: no se aporta a los demás, y eso no nos llena.



*) Nivel intrínseco

Lo referente a lo que me gusta o apetece, el conocimiento, el realizarse, plantearse objetivos profesionales, adquirir competencias y habilidades... etc. Es el campo del "ser", de la interioridad. Hemos subido un poco de nivel, pero tampoco es lo mejor, porque es un poco reactivo. No piensa tanto en las demás personas, ni muchas veces en las consecuencias derivadas de las actuaciones. Si me gusta, me engancha, aunque a veces racionalmente piense otra cosa.







*) Nivel trascendente

Se trata de abrirse a los demás, lo cual nos mejora como personas. Crecimiento personal y servicio a los demás van unidos. Se forma un "círculo virtuoso" entre la lucha por ser mejor, y conquistar hábitos y virtudes que ayuden a los demás, que revierte en la personalidad. Por tanto, mayor plenitud personal. Aporta proactividad para hacer las cosas, y apunta a los grandes ideales y a la misión personal singular para cada uno.

Estos motivos están relacionados con el nivel más alto: lo trascendente y lo espiritual. Muy relacionado con los grandes ideales y valores existenciales. La hoguera que alimenta las motivaciones personales, que nos da su energía en todo momento, también en los más complicados de la vida.

Trascienden a cada uno, porque se mira a los otros, y es lo que da más sentido en la vida. Las actuaciones se llenan de sentido, porque contemplan los motivos más profundos, los porqués de las cosas. Ya lo decía el doctor Viktor Frankl, con su vida llena de sufrimiento pero con dignidad y grandeza personal. Todo lo que hacemos con espíritu de servicio influye positivamente en los demás. Y confluye en un liderazgo trascendente, que es el más sano y duradero, porque crea relaciones más estables. Se tiene en cuenta a los demás, lo cual nos hace sentir bien a todos. Lo puedes ver en los post de liderazgo.






c) Elevar motivaciones


Los motivos son algo objetivo. Luego están las "motivaciones" de cada uno, lo que le llega más adentro y le anima más..., pero eso ya es subjetivo. Lo que cuenta de veras es lo real, lo objetivo, en lo que podemos basar nuestro actuar, quizá partiendo de lo que nos llega mejor a cada uno.

Por otro lado, no conformarse con cualquier motivo, sino intentar elevar motivaciones: pasar de bien a mejor. Por ejemplo, del nivel del “tener" al intelectual, o del “ser", o, al trascendente. Es decir, hacer las cosas, no solo por una recompensa o premio material, sino por el bien que aporta, por la belleza de la obra bien hecha, incluso por los demás. Mostrando empatía y comprensión, y ayudándoles en miles de cosas que podemos pensar y ejecutar con una inteligencia práctica, poniendo el corazón. 





Esos motivos configuran nuestras decisiones. Cuando se piensa solo en recibir, y en corto plazo, no se aporta, y las relaciones son poco estables, como hemos viso en el liderazgo. Somos seres relacionales, y logramos nuestra plenitud como personas, en tanto nos abrimos a los demás, como señala Frankl, puesto que así descubrimos un sentido mayor en la vida.







4- VOCACIÓN Y MISIÓN

Todo ello apunta a desarrollar nuestra vocación específica, nuestros sueños y anhelos. Lo cual aporta más sentido, sobre todo por los "valores de sentido", como la libertad, el trabajo bien hecho, el amor..., y, los motivos trascendentes: los de mayor nivel. Ayudan de forma más eficiente a enfocarse en metas y retos valiosos, orientado a la misión personal, en la cual las cualidades personales y la vocación son importantes. 






Poniendo en juego todas las facultades 

La razón, que es luz de la inteligencia que ilumina el sendero. Lo que conecta con la realidad. Y contando con el corazón. Cuando la persona valora todo a través de los sentimientos, y no de la razón, esta manera de actuar es frágil y poco consistente. Los estados de ánimo son muy variables e influenciables. Poco constantes. Su función no es decidir, sino animar en la dirección adecuada poniendo previamente el pensamiento. Te lo cuento en otro post: "Control emocional".

Y, el autogobierno personal, con voluntad entrenada, que ayuda a liderarse uno mismo, y a liderar a los demás: ayudarles en lo que necesiten. Ahí se encuentra el sentido más profundo de la vida.





No hay obstáculos imposibles..., decía Julio Verne,
 solo requieren voluntad y lucha.










Dejo un vídeo animante de la película El Señor de los Anillos, de Peter Jackson, basada en la magnífica mitología legendaria creada por J.R.R. Tolkien, a quien dedico algunos post, muy relacionados con la belleza.

"Hoy no va a ser ese día...", de la productora New Line Cinema.


..  


Espero que te haya gustado, y lo puedes compartir con amigos. ¡Gracias!


                                                                              Mª José Calvo
                                                                  optimistas educando y amando
                                                                             @Mariajoseopt



Dejo enlaces enlaces variados, muy relacionados con el tema, que lo abordan desde otras perspectivas: 








                                                         
URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2020/07/motivos-y-motivaciones-en-familia.html                                                                                                                         

miércoles, 8 de julio de 2020

BUEN FEELING EN PAREJA

 


                                                DOS ASPECTOS DEL BUEN AMOR

        
Qué importante es cuidar el amor, como un buen "jardinero" cuida su jardín. El amor es lago vivo que, si no se riega y se alimenta constantemente, se puede ir debilitando, secando y marchitando. Y acaba por morir. Por ejemplo, con atenciones y admiración, con ternura, con asombro y agradecimiento, con delicadeza y servicio gustoso, con amistad y perdón...

          
La amistad lo hace más hondo y duradero, acompaña a la pasión inicial a lo largo de la vida, concretando  y solidificando la unión de los dos: estableciendo lazos fuertes, como dijera El Principito.



Hay que poner ilusión para hacer realidad ese proyecto a lo largo de los días. Y la ilusión deriva del amor: del querer de veras, y del sentirse querido por la otra persona. El sí quiero es el punto de partida para ir amando más y mejor, de manera que se vaya aprendiendo a amar de forma excelente. Es decir, poniendo al ser querido en el centro del corazón. 

      
Amar es pensar primero en el otro, es darse, es entrega y gratuidad... Y es querer regalarle la propia persona, hasta lo más profundo del ser: nuestra intimidad. Y también acoger: "dejarle ser" quien es, como diría Julian Marías, con sus cualidades, no intentar cambiarlo, y acoger lo que nos entrega.



    
      
Así, hacer real esa unión de dos personas en el amor. Construir "lo nuestro", hacer equipo con esa persona tan especial, con la que uno quiere compartir la vida entera. Saber que, en ese equipo, si tú ganas, yo gano.



     
En el amor hay que cuidar los dos aspectos de la relación. Entregar, y entregarse, y acoger a la persona querida. En esto consiste la reciprocidad del amor. Cada uno se entrega al otro, que le acoge. Si no hay quien le acoja, no podrá darse... Por eso estar atentos, no cortar iniciativas. Y no es menos amor el acoger, sino que precisa más finura..., dejarle el protagonismo al otro.

      
Amar es como un diálogo entre el dar y el recibir. Una corriente de ida y vuelta de pensamientos, afectos, sentimientos, ilusiones, anhelos, esperanzas... Todo entra en ese diálogo: sin secretos con quien más se quiere en este planeta.

     
Por eso es necesario establecer una relación fluyente entre los dos: dar y recibir. Ver sus cualidades singulares, ¡únicas!, mantener la admiración viva por esos talentos que hemos descubierto en la otra persona, por ese esfuerzo que pone en ser amable y en querer... Percibir sus fortalezas y todo lo bueno que posee, porque, al mirarle con cariño, se descubre lo mejor del otro. Y eso enamora. 
      

De esta forma se puede agradecer, y fomentar. Ademas, sus cualidades propias son el camino hacia su perfección como persona: hacia su plenitud. Quererle tan cual es, y animarle a desarrollar todo ese potencial... Ahí se forja la felicidad. Y no tanto en sentirse "a gustito"... Y nos ponemos a su servicio para ayudarle a conquistarlo... Aquí entra en juego la cabeza, además del corazón, y todo nuestro ser: el cariño convertido en obras. 

Si la mirada se vacía de cariño, sólo se verán diferencias, manías y defectos... Salta la alarma... Y el remedio sanador siempre es aumentar la dosis de cariño, aunque a veces duela. 




   
* Cuatro ideas para un buen "feeling" en pareja




       
1- Ser empático y ama-ble, en la forma más propia de la expresión. Es decir, dejarse querer, ser agradables de amar, ponérselo fácil a la otra persona. Y tener empatía, tan propia de la persona: usar las "neuronas espejo"... Como señala Melendo, ¡facilitar el amor!

       
Aprender a "provocar" amor. Procurar ser una persona que pueda ser amada, que intenta pensar en el otro antes que en sí misma. Que le facilite la tarea. Así estimular su amor, y enamorarle. 

      
Y se manifiesta de mil maneras. Por ejemplo, poniéndose atractivo para que el otro disfrute, reflejando la belleza personal por esas cualidades y virtudes que se lucha por adquirir... Es la forma de hacer más estimulante y grata la convivencia, y de mantener viva la sensualidad y el cariño. Cuidando los sentidos, que alimentan los afectos y el amor.

       
Otra forma, relacionada más con el carácter de cada uno, se traduce en cuidar la delicadeza en el trato, las formas, la sonrisa, las contestaciones..., que también construyen esa amabilidad personal.

        
Cada uno tiene la tarea de estimular el amor del otro, suscitar su amor, siendde veras muy amable... Como en la época del noviazgo.





        
 2- Entregarse y acoger a la persona querida 

     
Cada uno se da en la medida en que va a ser acogido... Por eso, entregar y acoger van muy entrelazados, y hay que cuidar ambos aspectos en el amor.

    
La sociedad actual es muy individualista, muchas personas son autosuficientes: no quieren depender de alguien, o, viven encerradas en sí mismas pensando que así serán más felices. Y el amor es gratuidad, efusividad, entrega. Requiere pensar en el otro. Y la generosidad es una cualidad imprescindible, de la que depende el éxito de la vida en pareja. Con personalidades inmaduras el amor no llega a su plenitud, más bien no da la talla... Y es una pena, porque engañarse en amores, como señala Kierkegaard, no tiene recompensa, ni presente, ni futura.


       
La clave para ser feliz es darle prioridad al túEl único modo de "quererme bien", como tanto se dice, pero no siempre bien enfocado, es estando pendiente del otro. Apunta Mark Twain: "la mejor manera de alegrarte es intentar alegrar a alguien". Muy en especial a la persona querida. Es decir: "Salir del vivir para mí, y alcanzar el vivir para ti", que dijera J. B. Torelló.




       
3- Una aventura para dos

       
El día del "sí quiero" es el punto de partida de la aventura: amar más y mejor al ser querido. Así mejorar como persona, pensando en el otro. Cualquier esfuerzo es nada cuando se está enamorado, y si se hace por amor, todo compensa. Y ¡compensa de veras...!


     
Con el tiempo, el "yo" puede surgir una y otra vez, y hay que estar atento a centrar la mirada y el corazón en la persona querida. Que el propio ego no invada la relación, para que el amor sea el gran vencedor. El "yo-me-mi-conmigo" reiterados, tan en boga, asfixian el amor.

     
Ser conscientes de que, lo que no se hace por amor, no sirve, no construye, o incluso puede hacer daño. Ya que, en el amor sólo se "tiene" lo que se da... Y, sólo el amor une; si no une, no es amor. Parece un poco paradójico, pero así es.


     
Por tanto, hay que cuidar y trabajar el amor día a día, con rectitud de intención, poniendo a esa persona tan querida en primer plano. Pensar pequeñas cosas que aporten, necesite, le gusten, y hacerlas operativas. Enfocarse en el otro, en quererle, en ayudarle a lograr su mejor versión. Admirando sus cualidades y fortalezas, y valorando su empeño en querer. Todo ello es algo que une.




      
Además, la felicidad no se logra persiguiéndola, ni pensando en el propio yo, sino que, como hemos visto muchas veces, y señala este gran humanista, Tomás Melendo, es directamente proporcional a lo que uno es capaz de amar a los demás, y en concreto al ser querido. Es la consecuencia de crecer como persona, que a su vez deriva de aprender a amar con un amor incondicional, con un amor maduro.


      
         
Es preciso empeñarse en cada momento por comunicar el amor, demostrar ese cariño con los pequeños gestos y atenciones. Enamorarle y enamorarse cada día más de esa persona tan querida.
  
     
         
4- Tiempo y cariño, "querer-querer" 

     
Cuidar el tiempo juntos para disfrutar de su compañía. Cada día un rato para conversar y "estar" simplemente con el otro, para disfrutarle. Cada semana, buscar una tarde libre para los dos, un café, una excursión, una salida, una cena... Usar la creatividad y concretar.




   
Y siempre, pensar cada día unos detalles hacia la otra persona que demuestren ese cariño, que vayan construyendo y consolidando dicho amor. Para ello, pensarlo, buscar el momento, apuntarlo en la agenda, porque si no, se suele "evaporar" con las tareas del día a día. Hacer que las cosas importantes sucedan, como señalara Stephen Covey.
   
Aprender a ser romántico, no tener miedo de mostrar ternura y afectividad rica, ni a demostrar los sentimientos. El corazón se alimenta de los sentimientos, y hacen crecer el amor. Experimentar la dicha de hacer feliz al otro, ¡saborearlo! Es otra forma de crecer en el amor.



          
Hacer atractivo el enamorarse cada día más de la otra persona. Si no se cuida y se trabaja, con el tiempo puede desaparecer ese cariño y ese estado tan entrañable. Es nuestra misión, y responsabilidad, enamorarnos cada día más, y enamorar a la otra persona. 

Poner en juego la inteligencia y las habilidades emocionales para hacer crecer el amor recíproco. Y "querer-querer": la mejor forma de hacerlo real, con grandes sentimientos, o sin ellos; cuando sale solo, y cuando cuesta un poco más esfuerzo, pero ¡siempre compensa! Te lo contaba en otro artículo: "Amar con todo el ser". 





      
Espero que te haya gustado, que comentes y compartas con tu familia y amigos. ¡¡Muchas gracias!!



Dejo algunos enlaces relacionados con el tema:























                   
                                                                                                                                                                            
                                                         Mª José Calvo
                                           Optimistas Educando y Amando 
                                           optimistaseducando.blogspot.com
                                                        @mariajoseopt     



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