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domingo, 17 de mayo de 2020

UN POCO DE LIDERAZGO... y una anécdota



                               LIDERAZGO Y PERSONALIDAD


¡Qué importante es cultivar la personalidad de cada uno...! La nuestra, y la de nuestros hijos. Cada persona es única y singular. ¡Singularísima! Ayudarles a formar su personalidad es hacer una obra de arte, porque consiste en descubrir cualidades y talentos específicos, y seducir con la belleza de los valores humanos, hechos vida. Éste es el auténtico liderazgo.  



Los grandes filósofos griegos, con Aristóteles y Platón en vanguardia, consideran vital enseñar a tener buen gusto por lo bello. Es decir, reforzar las acciones nobles de cada persona. Se trata de descubrir y potenciar todo lo bueno, "extraer" y sacar a la luz todas las riquezas ocultas en ella. En la propia, y en la de los que tenemos cerca: familia, amigos...




Se precisa pensar, dedicar tiempo, poner nuestras mejores ideas y capacidades, hacerlo vida y concretarlo. Señalar fortalezas, motivar, adquirir hábitos y virtudes que den autonomía en el obrar y nos ayuden a ser más y mejores personas… 

No es algo trivial, ni que se consiga a la primera; requiere esfuerzo y lucha constante, teniendo a cada persona como protagonista de su propia aventura. ¡Merece la pena todo esfuerzo!




Dejo a modo de índice unos puntos que vamos a desarrollar en dos post para no alargar demasiado.



1) PERSONALIDAD
2) CARACTERÍSTICAS Y TIPOS DE LIDERAZGO

3) LIDERARSE UNO MISMO
4) UNA ESTRELLA POLAR
5) LIDERAR: MISIÓN, PROACTIVIDAD, FOCO



1) PERSONALIDAD
      
A- Temperamento 

Partimos de lo heredado, de lo biológico: la naturaleza. El temperamento de cada uno. Así, ir desarrollando, formando, "acuñando", el carácter y la personalidad. 

Descubrir los talentos de cada uno, que se vislumbran con una mirada cariñosa. Aquellas características en las que es especial, para hacérselo notar, apoyarse en ellas y desarrollarlas. También aporta una saludable autoestima, basada en el afecto de las personas cercanas. Además, al desarrollar esas cualidades y fortalezas, otras muchas relacionadas también emergen, y compensan debilidades... Sin estar remachándolas todo el día: no vayamos de pesimistas y perdedores. Es la forma de ir perfilando el carácter de cada uno.





La singularidad que nos diferencia de los demás es lo que hay que desarrollar, pulir, mejorar. Es la explicación más íntima de nuestro ser, único e irrepetible, y la razón de nuestra vida... Nos acerca al sentido más profundo, a nuestra "vocación" específica, y a nuestra misión. Pero todo eso hay que descubrirlo y trabajarlo.




B- Carácter

En base al temperamento heredado, con la experiencia personal y la educación, se va modelando y se forja el carácter de cada uno. Es algo que hay que luchar por conquistar día a día, pero, nos confiere autonomía y control para pilotar la propia vida, con optimismo, superando retos y dificultades. Y nos da esperanza. 

Se basa en la adquisición de buenos hábitos, que dejan su impronta y conforman el estrato cerebral. Estos hábitos se transforman en virtudes, al hacerlo con libertad, porque se quiere de veras, que es el mejor motivo. Así, se adquiere una facilidad y un disfrute cada vez mayor. Y ayudan enormemente la vida.






A veces se piensa que, a base de repetir algo muchas veces, se adquiere un hábito. Pero no siempre es necesario. Lo importante es interiorizar y aprehender su esencia, el bien que conlleva, y querer hacerlo poniendo el corazón: por amor. Así, hacerlo vida. Algo que parece sencillo, aunque requiere ilusión y lucha. Porque, al final, nos influye lo que hacemos cada día...




          
C- Personalidad

Es fundamental de por sí, en cada persona, y especialmente en el liderazgo. Independientemente de los talentos y fortalezas de cada uno, que ayudan a guiar el desarrollo y el carácter propio, 



"todos necesitamos pensar con claridad, 
 armonizar cabeza con corazón, 

y aprender a querer a los demás.

Y es fundamental la empatía y la inteligencia emocional:

tenemos unas "neuronas espejo" que nos facilitan 
comprender y querer a los demás



Todo esto se aprende en familia. Se va forjado una buena personalidad. En la infancia hay mucha afectividad, o debe haberla, todo está sumergido en cariño, pero, según van creciendo los hijos hay que potenciar el pensamiento, sin olvidar nunca el corazón. Estimular el desarrollo de la razón y de la voluntad, que nos distinguen como personas, para hacer lo de veras razonable y correcto. La razón es luz que ilumina el sendero. Que guíe al corazón, y sea un referente en el actuar de cada uno. Y luego, poner los sentimientos y el corazón en todo lo que hacemos.




2) CARACTERÍSTICAS Y TIPOS DE LIDERAZGO

Y aquí enlazamos con el buen liderazgo personal. Sabiendo que, para liderar a los demás primero hay que liderarse uno mismo. Vimos algunas ideas en el post sobre liderar la propia familia. Pongo abajo enlace. 

Liderarse es forjar el carácter, con cabeza y corazón, autodominio y voluntad entrenada. También te lo contaba en el post sobre el carácter.

Comento, a grosso modo, con algunas ideas de la profesora Nuria Chinchilla, de liderazgo en el IESSE de la Universidad de Navarra, y algunos tipos de liderazgo, junto con las motivaciones de cada uno, para tener claro cómo queremos y podemos actuar con nosotros mismos y con los demás.


1- Empezamos por el liderazgo de nivel más bajo: gestión de recursos. Todo se convierte en un recurso que se puede manejar con un fin. La persona se la reduce a un recurso. Aquí los motivos son puramente extrínsecos, del "tener". Son los que nos llegan desde fuera. Es decir del nivel más bajo también. Cuando fallan, ya no "compensa" seguir adelante. Forman relaciones poco estables, y no se aporta mucho a los demás.

2- El siguiente nivel es la dirección de personas, con objetivos y retos. Ya avanzamos un poco. Se mira a la persona, y sus motivaciones intrínsecas, como son el saber, el realizarse, plantearse objetivos profesionales, adquirir competencias y habilidades... etc. No está mal, pero no es el mejor. No piensa tanto en los demás, ni muchas veces en las consecuencias derivadas de sus actuaciones. 


3- El tercer nivel, y más alto, es el liderazgo relacional. Las personas somos seres relacionales, estamos diseñadas para los demás. En las relaciones personales desplegamos nuestra mejor forma de ser, y encontramos nuestra plenitud como personas. La persona necesita de esas buenas relaciones, como el oxígeno que respira. Y, como consecuencia de esa plenitud, somos más felices. Como señala un gran humanista, Tomás Melendo, cada uno nos hacemos y re-hacemos en ellas, en especial en la familia, al sentirnos queridos y poder querer a los demás. Aquí las motivaciones son altas, del tercer nivel: trascienden a cada persona, porque se mira a los demás, y es lo que da más sentido e ilusión en la vida. 

Este liderazgo es más sano, duradero y estable. El que arrastra con su buen hacer, su ejemplo y coherencia, con el servicio atento a los que tenemos cerca. 

Y puede ser a su vez de varios tipos: 

         *transaccional: repartiendo recursos, 

      *transformador: transformando recursos y apoyado en motivaciones, con cabeza y corazón, 

     *trascendente: con acciones concretas que trascienden a los demás, creando nuevos recursos








*Liderazgo trascendente

Nos centrarnos en el trascendente. No solo maneja recursos, sino que los transforma, y crea otros nuevos, con imaginación y pensamiento, con la creatividad propia de la persona. Y trasciende a otras personas. Las acciones repercuten en el bien de ellas, no solo en uno mismo. 

Nos da alas para volar alto, por los motivos y valores trascendentes que lo impulsan: del tercer nivel. Aquí es importante las cualidades y la misión personallo cual da un 
sentido único a la vida. Algo que, si no lo hago yo, nadie lo hará. Eso ayuda a priorizar y anima a luchar por ello.

Ya lo decía Viktor Frankl: lo que más motiva en una situación difícil, incluso en la que él vivió, tan espantosa y llena de sufrimiento, es encontrar cada cual el sentido de su vida. Que siempre se relaciona con los demás. 




Cada uno respondemos con nuestras acciones, y con la vida entera, a las preguntas que nos planteamos. Somos seres responsables, al menos en este sentido. Y hay que aprender a serlo en todos los sentidos. Ninguna ación queda sin consecuencias. Todo repercute en los demás. De ahí la grandeza de ser coherentes y ayudar a los que tenemos cerca, de responder a sus necesidades, de alegrarles la vida. Algo tan propio de la persona. Muy en especial en pareja y en la familia. Es un talento personal interdependiente, que se mueve y se desarrolla con los demás. Y tiene mucho que ver con la capacidad de amar de la persona. 





Podemos refrescar algunos puntos que del liderazgo en la familia, (enlace abajo), para "trabajar" el liderazgo personal.


*Atento a lo importante, sin descuidar los detalles. Enfocarse en lo de veras importante. Algo que a "ellos" se les da bien. Respecto a los detalles, la mujer es especial: le gusta estar en ellos, es su forma de ser. A él le gusta más enfocarse en ideales y grandes temas. Lo concreto se lo deja a ella. Pero ambos logran sinergia en su cooperación: estamos diseñados para esa reciprocidad, esencia del amor en pareja.





*El buen líder sabe priorizar, pone atención a cada persona, y le presta la ayuda que necesite. Pero solo la precisa, teniendo en cuenta que, "toda ayuda innecesaria limita a quien la recibe..."

*Se mueve por valores, basados en principios, que dan coherencia e integridad a su persona. Sabe crear ambiente acogedor y optimista, donde es más fácil luchar por dar lo mejor de cada uno.



*Sabe tomar buenas decisiones, basadas y fundamentadas en el ser: ser persona íntegra y noble. Y no tanto en el actuar, aunque trasluce el ser. Los motivos de fondo, sus cualidades y distintivo, su persona, es lo que atrae.


*Confía. Un buen líder genera confianza. La confianza tiene mucho que ver con la buena comunicación y la empatía. Si no, cuesta abrir el corazón y se hace difícil conectar. La empatía se aprende en familia, desde pequeños, gracias a esa relación tan estrecha con la madre, con el padre, en la que se desarrolla, haciendo uso de las neuronas espejo. 

*También hace una llamada a lo mejor de cada uno, y le da libertad para que lo pueda realizar. Anima y estimula a desarrollar cualidades y talentos.



*Se caracteriza por su optimismo, que ha de ser contagioso. Ver siempre lo positivo y lo bueno de las personas, de las circunstancias... etc. Es la capacidad de descubrir retos incluso en las dificultades. Todo nos ayuda a crecer como personas. Ya lo decía Frankl: cuando no podemos cambiar una situación, "nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos". 

* Tiene detalles de cuidado y servicio para alegrar la vida a los demás. 



* Una anécdota

Sucedió en San Francisco, en un Congreso de grandes gurús del liderazgo por el 50 aniversario de la ONU. Lo relata Brian Bacon en uno de sus libros. Y, el mensaje que más había impactado era el de una persona, que no participaba, pero que le animaron a decir unas palabras al final del Congreso: la Madre Teresa de Calcuta. Solo habló unos segundos. Subió al estrado y se quedó un momento en silencio, y con voz suave dijo: 

"Así que queréis cambiar a la gente. Pero ¿conocéis a vuestra gente? ¿Y les queréis? Porque si no conocéis a las personas, no habrá comprensión, y si no hay comprensión, no habrá confianza, y si no hay confianza, no habrá cambio.


¿Y queréis a vuestra gente? Porque si no hay amor en lo que hacéis, no habrá pasión, y si no hay pasión, no estaréis preparados para asumir riesgos, y si no estáis preparados para asumir riesgos, nada cambiará.


Así que, si queréis que vuestra gente cambie, pensad: ¿conozco a mi gente?, ¿y quiero a mi gente?


El mensaje de la madre Teresa había quedado suspendido en el auditorio y se notaba que había golpeado. Tan fuerte como cuando alguien escucha la verdad."


¿Quieres que alguien cambie en algo? Después de aceptarle tal como es..., conocer, comprender, empatizar, animar, ayudar, querer... Y el resto está en sus manos.




*Liderazgo en la mujer y en el hombre 

Ambos somos seres recíprocos: él está creado para ella, y ella para él, y al salir de sí, y encaminarse hacia el otro, cada uno alcanza su mejor personalidad. Especialmente en el amor. Además, al aunar cualidades y fortalezas se logra una sinergia creciente, y se enriquece lo humano.

El liderazgo de la mujer es curioso, y diferente del hombre, porque tiene unas capacidades innatas propias, quizá debidas, como señala la filósofa y pedagoga Jutta Burggraf, a su estrecha relación con la vida. Mira, y ve, con ojos de mujer, lógicamente. Ese estar atenta a acoger a los demás, a priorizar las relaciones personales, a trabajar en equipo, la mayor flexibilidad, los talentos de la inteligencia emocional, tan propios suyos... etc. Todo ello de la mayor importancia, y es su forma de ser ella misma, de estar en el mundo. 





El liderazgo del hombre, con sus puntos más específicos, como ese punto de agresividad, que no es violencia, y ayuda a superar obstáculos, el velar por lo importante, los grandes idealescuidar y proteger a las personas queridas, resolver problemas..., y otros muchos que ponen un toque de éxito global en su vida. 


Estas características son importantes, en especial en el trabajo de liderar la familia, en ese crear ambiente de hogar, velar por cada uno, y hacer vida esos valores humanos nobles. Aquí se complementan y aúnan ambos liderazgos. 


A la mujer le resulta más fácil poner afectividad en su familia, pero, a ellos hay que dejarles que pongan más cabeza y corazón en la vida familiar, pero a su estilo, diferente al nuestro. No solo resolver tareas, que se les da muy bien, sino apoyarse en ellos por ejemplo, a la hora de afrontar problemas y dificultades. Porque, en el trabajo profesional ya lo suelen hacen con más frecuencia. 



Es decir, con lucha personal de cada uno, él y ella, por ser quien son, con sus cualidades y fortalezas cultivadas, al servicio de la familia, de las relaciones personales y de amistad. Y todo redundará en círculos concéntricos, comenzando por los más cercanos...


Todo lo que consiguen ambos en la familia, origen y "cuna" de las relaciones personales, lo pueden poner en el ambiente de trabajo, humanizando ese ámbito. Y viceversa. 

Los campos en los que se mueve la persona, junto con el ámbito social y de amistades, se benefician. Se logra sinergia. Por eso, no se trata tanto de "conciliar" o "encajar" horarios, como de aprovechar lo de cada ámbito para utilizarlo en el otro, en especial las cualidades desarrolladas y las virtudes personales fomentadas día a día. Así "humanizar" las relaciones fuera de la familia.



Continuará..., con un poco de virtudes que cualifican a cada persona, y le dan mayor libertad y proactividad para pensar en los demás y actuar en consonancia, y por tanto ser feliz.


                                                                     Mª José Calvo
                                                                  optimistas educando
                                                                     @Mariajoseopt



Espero que te haya sido interesante, y puedes compartir y comentar. Gracias.


Dejo enlaces relacionados: 

 * Dirección familiar y liderazgo (con ideas de liderazgo familiar)

Afrontar la vida con optimismo 




                                                                
                                                            
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