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martes, 18 de diciembre de 2018

HISTORIA DE UN BELÉN...




                                           HISTORIA DE UN BELEN...

                
Queda poco para la Navidad. La Navidad es el "nacimiento" del Niño Dios. Algo inimaginable, y entrañable. Y lo propio de esta espera es ir poniendo el Belén... Disfrutar con el montaje, poniendo imaginación y creatividad para plasmar el lugar, los detalles, la sorpresa de los pastores, la generosidad del que lleva un poco de miel... Mirando con ojos de niño, que saben asombrarse de todo lo bello, y poniendo el corazón.

            
Es un tiempo especial dedicado a ello, para pensar en los demás y alegrarles la vida, preparando el corazón para algo maravilloso. Y para tener detalles de cariño con todos. No hace falta gastar mucho, sino poner ilusión y cariño, sorprender a los que más queremos. Podemos aprovechar la fuerza del belén para estar pendientes de los demás, para mejorar las relaciones familiares.


Os dejo este Belén, y algo sobre cómo se hizo, con una historia bonita y entrañable..., especialmente para nuestros amigos galleguiños...

                                                                               


                                                                                 
           
Siempre estamos educando y formando a nuestros hijos: nos están mirando todo el día. Vamos dejando una huella y marcando la senda por donde ellos podrán caminar… Podemos enseñarles algo trascendente y valioso, que no pasará con las modas ni con los tiempos, y que siempre recordarán en su corazón. La tradición de generación en generación.
          
Podemos aprender de ellos a ver las cosas con ilusión, con mirada nueva, sabiendo sorprendernos de algo tan hermoso. 

       
Por eso es bueno poner el Belén entre toda la familia: es algo divertido, estimulante, enriquecedor y creativo, que suscita ilusión, y se aprende miles de cosas. Hace falta traer unas piedrecitas, un poco de hierba, unas ramas, unas hojas secas, pajas, corteza de árbol, o lo que se te ocurra. Y unas figuritas. O hacerlas de plastilina o arcilla… Podemos recortar estrellas de cartulina, o de papel charol, ríos de plata, caminos con serrín o arena… Así pasar un rato a gusto haciendo algo que dejará poso en el alma de los más pequeños.







       
Luego, una vez montado, se puede hacer un “juego” con los hijos: transformarnos en un personaje de aquella época. Escondernos en el Portal, ir con los pastores a ver al Niño, llevarle un queso, un tarro de miel, algo de ropita, o cantarle una canción. Imaginarnos que podemos estar con la Virgen, o que hablamos con San José… ¿Cómo serían...?, ¿qué les diríamos?, ¿cómo los miraríamos...?



  

Con nuestra inteligencia, y nuestra creatividad e imaginación, podemos traspasar los límites del tiempo y del espacio y crear nuestra propia historia. Cada uno la nuestra, o ir toda la familia visitar al Niño. Podemos hablar con él, contarle nuestras preocupaciones, alegrías, darle gracias por hacerse uno de nosotros, tan chiquito y entrañable... Hasta podemos acunarle... Ver cómo vino al mundo, para valorar lo que tenemos y ayudar a quienes lo pasan mal.



                  
Pensar cómo se tratarían María y José, con qué cariño, con cuantos detalles y atenciones, aunque no tuvieran apenas medios materiales... Pero sí un espíritu alegre y entregado, generoso y animante. Con cuánto amor cuidarían al Hijo de Dios hecho hombre… Le prepararían una cuna confortable, calentita, le besarían, le mirarían, le sonreirían, le cantarían y le bailarían, y ¡no saldrían de su asombro…!


                    
Por un lado, podemos hablar con ellos. En la imaginación, en la realidad, ¿qué diferencia hay? Para Dios todo es posible. El Belén es como una “app" que nos enseña a rezar con sólo mirarlo. Como una "máquina del tiempo" que nos transporta a otro mundo..., que ayuda a meterse en el Portal de Belén con la Sagrada Familia.

               
Y aprendemos de ellos un sinfín de cosas: a valorar lo importante, a no ser caprichosos, a pensar en los que tenemos cerca, a disfrutar de la alegría del Recién Nacido... ¡A ser felices pensando en los demás!


        
Podemos enseñar a nuestros hijos a esconderse en el Belén, y hablar con esos personajes. Por vía afectiva es como mejor lo entienden: enseñarles a querer al Niño, a ser sus amigos, a pedirle algo y darle gracias por tantísimas cosas, a echarle piropos, a cantarle..., ¡a ser sus amigos!


                  
Por otro lado, allí tenemos hecho hombre al mismo Dios. Toda la grandeza que podamos imaginar, hecha algo tan pequeño: un niño indefenso arropado en un pesebre, pero con todo el cariño del mundo. Toda la belleza y esplendor que nos podamos imaginar son poco.


             
Ese ambiente nos puede servir de modelo, y de espejo, para mejorar como personas, para intentar parecernos a ellos, para aprender a amar, a ser buenos esposos y procurar ser unos modelos adecuados para nuestros hijos. También para pedirle su ayuda. Y a su Madre, y a su padre San José. 







        
También es el título de un fantástico libro: “El belén que puso Dios”, de Enrique Monasterio. Ed. Palabra. ¡Precioso! Comienza con el Big-bang, y narra la historia de los personajes del Belén. Porque cada uno tiene su historia...


Al principio Dios quiso poner un belén y creó el universo para adornar la cuna. Y empezó su trabajo. Hizo mares y océanos de papel de plata, y grandes desiertos de arena dorada para los camellos de los Reyes Magos”.
Pensó dónde poner su belén. Y decidió que en Belén. Imaginó las figuras. Y como no tenía prisa les dio una estirpe. Cientos de vidas para crear cada vida; centenares de amores para conseguir el gesto, el tono de voz, la mano extendida en la postura exacta del belén de Dios".

Pensó en su Madre: toda la eternidad soñó con Ella. Añorando sus caricias fue dibujando en los antepasados de María esbozos de esa flor que había de brotar a su tiempo. Igual que un artista que persiguiera la pincelada perfecta, Dios pintó miles de sonrisas en otros labios".



         
Además, aprender a disfrutar de la alegría inmensa de estar todos juntos en familia en estos días tan entrañables. Hacer las paces y olvidar problemas y diferencias... Unidos por un mismo cariño.



                      Os deseamos con todo cariño… ¡¡FELIZ NAVIDAD!! 

                







Espero que te haya gustado, y lo puedes compartir. ¡Muchas gracias!
                                                                               



                                                                                 Mª José Calvo
                                                                                 optimistas educando
                                                                                 @Mariajoseopt




URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2018/12/el-belen.html

sábado, 15 de diciembre de 2018

PANTALLAS Y DEPENDENCIA





                    CÓMO AFECTAN LAS PANTALLAS AL CEREBRO 


   
Estamos en una época en la que la tecnología es un medio frecuente para la vida, pero hemos tenido ¡la suerte! de educarnos en un mundo analógico, y así poder descubrir sus posibilidades y también sus limitaciones y peligros. Nuestros hijos ya son "nativos digitales”, y si no les orientamos ellos no podrán hacerlo. Por eso hace falta guiarles en su desarrollo personal.   





La maduración cerebral es algo muy delicado que precisa un ambiente donde cada persona pueda desarrollarse bien y crecer, respetando sus ritmos naturales, sus ganas de experimentar y aprender, con un ambiente afectivo propicio.


La formación del sistema nervioso se realiza desde la gestación, y es consecuencia de la multiplicación de neuronas y posteriormente de la formación de conexiones o sinapsis entre ellas. Su finalidad es ir logrando unas funciones concretas, cada vez más complejas, y desarrollar las facultades personales y capacidades superiores.
 

Todo esto requiere mucho tiempo y un ambiente rico en experiencias perceptivas, sensitivas, emocionales…, y movimiento, donde desarrollarse bien. Sobre todo en los primeros años. Es decir, un ambiente de cariño y afectividad, donde puedan interactuar con otras personas. 


Por otro lado, aprender es establecer conexiones entre neuronas. Es necesario usar activamente el cerebro, y una persona que vaya guiando al niño, dirigiendo y estructurando ese aprendizaje. La figura de los padres, y del maestro, es muy relevante en su formación como persona, con esos periodos más sensibles de aprendizaje de habilidades innatas. Para luego, sobre esa base, ir aprendiendo cosas nuevas. También a reflexionar, a leer y hacer esquemas, anotar ideas, trabajar un tema con el profesor... Esto requiere un aprendizaje especial, y usar el cerebro activamente, en modo concentración. Te lo cuento en ese post.





Y las pantallas pueden interferir en este proceso, porque están diseñadas para captar la atención y enganchar. Hay toda una industria detrás de ello. Producen estímulos continuos que proporcionan un pequeño placer cada vez que se interactúa, mediado por neurotransmisores cerebrales como la dopamina. Lo cual hace que uno se sienta bien y se habitúe a ello. Pero, cada vez se requiere un estímulo mayor para lograr el mismo efecto. De ese modo va creando tolerancia y dependencia.


La tecnología puede producir efectos negativos en el aprendizaje, y retraso del desarrollo neurológico. Te lo cuento en "adolescentes y pantallas I" con diversos estudios al respecto. El cerebro en edades tempranas es diferente cuando pasan tiempo frente a pantallas: aumentan las zonas que procesan estímulos visuales, pero disminuye la capacidad lógica y del lenguaje, de veras importante para todo.

Se pierde el contacto humano, donde se aprende a interactuar, a captar sentimientos y sentirse a gusto, incluso necesario para la formación de propia personalidad.



Se ha visto que también produce mayor impulsividad, porque estamos acostumbrados a tenerlo todo para "ya mismo", y así disminuye el autocontrol y la fuerza de voluntad, por la dependencia de esos estímulos tan inmediatos. Lo cual impide concentrarse y aprender, resta capacidades del propio pensamiento, analítico y crítico, de superación personal, y de afrontar los retos de la vida. Y si esto nos sucede a los adultos, a los niños y adolescentes mucho más.


En otra entrada comentamos unas recomendaciones de la Academia de Pediatría hacia gobiernos e instituciones, con unas claves para proteger algo a los niños..., en especial a los más pequeños (dejo enlace abajo). Y los padres debemos ser más cautos. 

Los pediatras también alertan por la frecuencia de “calmar” a los niños con pantallas. Y no es bueno para ellos, puesto que interfiere con el buen desarrollo cerebral, impide las vivencias sensoriales perceptivas en las primeras etapas, y además se habitúan y cada vez requieren mayores estímulos. Hacen niños, o no tan niños, más bien pequeños "tiranos". Y esto ya lo estamos viendo.


                                                



Dejo unos puntos:

1* Mecanismos de la dependencia
2* ¿Uso saludable?
3* Aprendizaje emocional
4* Problemas con las pantallas




1* MECANISMOS FISIOPATOLÓGICOS DE LA DEPENDENCIA


Los estímulos sensoriales en general producen tolerancia, porque siguen la ley de los rendimientos decrecientes. Cada vez se necesita un estímulo mayor para lograr el mismo efecto. Y a su vez, va creando dependencia, muy relacionada con el pequeño placer que producen.






Esto se basa en la neurofisiología de algunos neurotransmisores, en especial la dopamina que se libera. Produce un placer momentáneo, que tiende a repetirse, porque deja un vacío o descenso, y exige una nueva interactuación. Incluso cada vez mayor.

Y esa dependencia progresiva puede llegar a crear adicción, si las usamos demasiado, o de forma indiscriminada, y no ayudamos a los hijos. ¡Y desconectar! Romper el círculo estímulo-dopamina-sentirse-bien. Suena fuerte, pero es como la conducta condicionada que se vio hace tiempo en los animales. 

Por eso, como en todo, más vale prevenir que curar... 



Un dato de un experto en la materia: Jose Luis Orihuela, periodista, hace tiempo que aconseja 
no regalar un móvil a los hijos hasta cierta edad

El que muchos lo puedan tener no es argumento pedagógico, ni en cuanto a su seguridad. Y eso sin mencionar los efectos de tolerancia y de adicción que pueden provocar, debido a la recompensa que producen en forma de pequeñas descargas de algunos neurotransmisores, en especial la dopamina, provocando un placer momentáneo. Como digo, es el mecanismo de la dependencia, que puede abocar en conductas adictivas. Y esto a cualquier edad...



Otro dato preocupante: Mandy Saligari, experta en adicciones y terapeuta en una clínica de rehabilitación, ha visto cómo en los últimos años le han llegado muchísimos casos de niños y adolescentes adictos a las tecnologías. Ella suele decir a los padres: "cuando le das a tu hijo una tableta o un móvil, realmente les estás dando una botella de vino o cocaína". Todo esto ¡nos tiene que hacer pensar…!


                                                     




2*  ¿UN USO SALUDABLE...?


Insisto: las pantallas están diseñadas para enganchar. Es necesario controlar el tiempo de conexión y las demás “coordenadas” como lugar, contenido, compañía...

Que sea la persona la que domina la pantalla, y no al revés. Tener autodominio personal, señorío sobre el mundo digital es importante. Esto en las primeras edades es imposible..., pues el cerebro no ha madurado. Incluso en adolescentes tampoco está operativa la corteza prefrontal, que es la que pone pensamiento, control de impulsos..., planificación. 



Por otro lado, entorpece las relaciones personales. Cada familia puede pensar qué valores son primordiales y está trabajando con sus hijos, dependiendo de la edad de ellos. Actuar desde bien pequeños para educarles y formarles con una buena base humana, para posteriormente ampliarla aquí también. 

Por ejemplo, la prudencia y la moderación, la voluntad, la sinceridad tan necesaria, base de la confianza, la responsabilidad, la empatía y comprensión para tratar a los demás, la justicia… etc. 







Por tanto es vital cuidar el tiempo en familia para hacer de veras familia, para convivir y conversar. Por ejemplo, hacer un planning con actividades divertidas o culturales off-line.

"Bloquear” tiempos juntos, comidas, tertulias, un rato de ocio y diversión... para cuidar las relaciones con los que más queremos, también en pareja.

Y son muy necesarias las actividades al aire libre: excursiones, paseos, senderismo, bicicleta, conversaciones y juegos en familia... Aprender música o tocar un instrumento.


Es bueno tener un parking de móviles para disfrutar y pasarlo bien todos juntos, que es lo que dará más comprensión, afecto y estabilidad a la familia, y nos hará más felices. Muy en especial a los hijos, que necesitan, y tienen todo el derecho, a nuestra intimidad con ellos, a nuestro tiempo y cariño, a conversar con ellos de sus intereses, a estar disponibles siempre.


                                      "Desconectar para conectar”







3* APRENDIZAJE EMOCIONAL Y RELACIONES PERSONALES


Además, las relaciones personales son mucho más enriquecedoras y fuente de adquisición de habilidades, cualidades, creatividad, de formación de la afectividad, con el consiguiente aprendizaje emocional y empatía hacia los demás. La persona se forja en el trato con los demás. Necesitamos de la resonancia con un tú. 

Pensar que al afecto se debe la mayor parte de la felicidad de la vida... La afectividad es como un refuerzo de nuestras capacidades, en forma de dicha por hacer algo bueno o correcto, aunque cueste, o todos hagan lo contrario. Lo cual tiende a expandirse: siembra alegría en los que tenemos cerca. Además cada vez se disfruta más con ese tipo de acciones, porque los buenos hábitos se hacen virtudes, muy relacionadas con la afectividad. Dichas virtudes son fuerza para esas acciones, y además disfrutando de veras de ello.





También saber aprender a disfrutar de la lectura de un buen libro, de los afectos y emociones de sus personajes, del pensamiento reflexivo, del trabajo intelectual profundo, que posibilita el buen desarrollo cerebral y la creación de nuevas sinapsis y circuitos. Y la formación personal, cultural, aprendizaje emocional... etc. Así como el espíritu crítico, que muchas veces falta ante la ingente cantidad de información que nos llega por tantos sitios. 

En este tipo de aprendizajes, en los que uno disfruta, y le entusiasman, se producen sustancias neuroplásticas que nutren y remodelan el cerebro. Lo vemos en los niños cuando juegan y se sorprenden de cualquier pequeña cosa. En ese momento su cerebro está en "flow", secretando nutrientes y sustancias que dan nuevas posibilidades y capacidades. A los adultos nos sucede lo mismo, pero a veces olvidamos el entusiasmo en la vida, y eso no aporta beneficios al cerebro, ni da vitalidad y alegría.

Esto mismo también sucede con las buenas relaciones personales. El cerebro está diseñado para la cooperación con las personas, para las relaciones verdaderamente humanas, en el mundo real. Y tiene mucho que ver el sistema motivacional.


Y en neurobiología hay una máxima: lo que no se usa, por falta de pensamiento, o de uso de las propias capacidades, acabará por atrofiarse y desaparecer.







4* PROBLEMAS CON LAS PANTALLAS


La tecnología no es "gratis": intenta captar nuestra atención el mayor tiempo posible mediante esas descargas de dopamina que suceden ante todo lo nuevo, ante la información, ante los "like" de supuestos "amigos". Y a medio plazo erosiona el propio pensamiento, como ya señalara N. Carr. 

Debemos recuperar el "timón" de nuestra vida, no dejarnos seducir pasivamente por las pantallas, que pueden atrofian capacidades. De ahí el término de "demencia digital" que acuñó el científico y psiquiatra M. Spitzer del que te he hablado muchas veces.


La tecnología responde de inmediato a lo que le pedimos, no hay que tratar con otra persona que puede opinar distinto..., poner mala cara o decir que no. No ofrece ninguna resistencia. Por eso favorece la impaciencia y la intolerancia en el mundo real. Y aumenta la impulsividad, por la dependencia de estímulos muy inmediatos, de corto plazo. Y por tanto, debilitan el autodominio y la fuerza de voluntad, la capacidad de esfuerzo y de luchar por retos.


Con ellas uno se acostumbra a saltar de estímulo en estímulo, y por ello se disuelve la capacidad de atención, de centrarse en algo valioso, que es la que va conformando nuestra vida. Nos "secuestran" la atención.


Ni ayudan a ser empáticos y regular emociones: algo que se debe aprender y afinar en la vida cotidiana, desde pequeños, y en la etapa adolescente. Muy importante en las relaciones personales. Te lo cuento en "maduración cerebral en adolescentes". Se pierden capacidades relacionales, humanas, y cuesta más ese trato personal, conversar cara a cara.


Y, ¿qué decir del narcisismo?... Ponen difícil el pensar en los demás, cosa tan específica de una persona, diseñada para relacionarse con otras personas. Y en ello encuentra su plenitud como persona, y por tanto la felicidad. Lo escribo en "la afectividad construye relaciones". Si uno no es feliz en la vida real, va buscando "sustitutos", que no llenan..., y pueden llegar a ser una trampa. 


Las pantallas nos alejan de las interacciones personales con las personas cercanas, del mirar a los ojos en una conversación y sentirse acogido y querido, de la calidez de los afectos y la ternura... Del amor. Todo esto es lo que da sentido a la vida y nos hace sentirnos queridos. 


Y fomentan la huída del esfuerzo y del compromiso..., fundamentales para llevar las riendas de la propia vida, con auténtica libertad, y para ser capaces de amar. 




* Ante un problema de uso de pantallas:


Ser conscientes del tiempo en que se está conectado, y con qué fin concreto... puede ayudar a pensar y replantearse las cosas.

Por otro lado, es necesario fomentar el autocontrol con pequeñas metas a corto-medio plazo, alcanzables, para ir entrenando la voluntad. Y pensar antes de... 

Vencerse en pequeñas cosas da más señorío y libertad interior, y forma una buena personalidad, capaz de llevar el timón de la vida. Los padres tenemos que ser coherentes y ayudar a los hijos. Primero, protegiéndoles de las pantallas, y luego, cuanto más tarde mejor, guiándoles.


La voluntad es algo muy relacionado con la corteza prefrontal: lo desarrollo más en el post "adolescentes y madurez cerebral". Ese pequeño componente que debemos entrenar cada día para acometer retos, y para ser dueños de nuestra vida. 


Sin embargo, cuando ya se ha establecido una dependencia y adicción a las pantallas, es muy difícil romper el círculo estímulo, dopamina, sentirse bien, y de nuevo lo mismo, pero cada vez con mayor dosis para el mismo efecto. Se precisa la ayuda de expertos en adicciones, además de empeño, y un tratamiento semejante a otras adicciones tipo drogas.


Por tanto, más vale prevenir que curar...








Dejo algunas entradas relacionadas por si quieres leer: 

                                                                                                            
          
                                                           Mª José Calvo
                                            optimistaseducando.blogspot.com
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