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domingo, 29 de diciembre de 2019

LA FAMILIA, LA SAGRADA FAMILIA...




          LA FAMILIA, LAS FAMILIAS, LA SAGRADA FAMILIA...



Estamos inmersos en la Navidad. Contemplamos el Belén y aprendemos muchas cosas de la Sagrada Familia... A no quejarnos por cualquier dificultad, a pensar en los demás, a valorar lo importante, a ser humildes, y no caprichosos... Ahí nadie se reserva nada, todo es para todos. Cada uno se vuelca con los demás, se preocupa de alegrarles. Es la familia donde se conjuga más el tú, y el vosotros, que el yo.

María con su "sí" nos trajo al mismo Dios hecho Niño. Y José, el esposo y gran custodio de María y Jesús, siempre velando por ellos..., concediéndoles todo el protagonismo. Dios cuenta con él, le hace colaborador de sus planes. Y se conmueve ante el misterio... Recibe al Niño en sus brazos y antes en su corazón. José, entrañable José, el de la sonrisa permanente.





¡Cuánta delicadeza, comprensión y ternura habría entre estas personas tan especiales! El lugar donde se ama, se ayuda, se perdona si más, porque se quiere con un amor más grande que los pequeños fallos, donde se comprende y se disculpa..., y se conecta de veras con los otros.


"También en nuestro mundo, un pesebre contuvo en una ocasión algo que era mucho más grande que el mundo entero", dirá C.S. Lewis.








Aquí no encontramos discursos sobre la familia, sino un acontecimiento que vale más que muchas palabras: Dios quiso hacerse uno de nosotros, por amor, nacer y crecer en una familia humana. De este modo consagró la familia como camino de su encuentro con la humanidad. La familia, cada familia, cobró un nuevo valor y belleza, que ya poseía, pero se engrandeció y reverberó nuevos brillos y trascendencia.





En la infancia de Jesús, transcurrida en Nazaret, permaneció con sus padres, en familia, sintiéndose muy querido y queriéndoles con miles de delicadezas cotidianas. Así puso de relieve el valor tan importante de la familia en la formación, educación y desarrollo de cada persona que viene a este mundo, que necesita sentirse muy querida, y querer a los demás. El lugar del amor incondicional, del "gratis total" sin esperar nada a cambio, ni recompensas calculadas.






Por tanto, la misión de la familia es acoger y acompañar a cada uno de sus componentes, rodearle de amor para que pueda crecer como persona. No sólo cuando es pequeño y está más necesitado de más cuidados, sino también cuanto mayor es su plenitud como persona. Entonces necesita más, si cabe, amar a los demás para crecer. Facilitar a cada cual que a su vez pueda amar y darse.

También importante a la hora de ayudar a descubrir esa misión única y concreta que Dios ha preparado para cada persona, al pensar su "nombre"... Que estará relacionada con los demás, porque la persona se trasciende a sí misma. Nunca encuentra el sentido en ella misma.



María y José formaron a Jesús en lo humano, ante todo con su ejemplo y cariño, con su vida en familia. Ahí aprendió todo. En sus padres conoció toda la belleza del amor a Dios y de pensar en los demás. Los detalles de cariño y atención a las personas queridas, la belleza del trabajo cotidiano hecho por amor, al servicio de los demás..., los detalles con las personas, el mostrar comprensión y ayuda real en las mil necesidades... etc.


Podemos pedir, y luchar, para que nuestra familia sea como una réplica del hogar de Nazaret. Siempre con agradecimiento por tanto recibido, en especial cada persona, cada hijo, por todo lo bueno que hacemos y somos, por el amor que regalamos, por los amigos... Y los fallos siempre podemos sanarlos con el poder restaurador del perdón.





Es muy consolador saber que tenemos a la Sagrada Familia como protectora de nuestras propias familias. Sólo tenemos que pedírselo. Además, son el modelo más perfecto que podemos tratar de imitar en nuestra vida, un referente claro en nuestra vida que nos ilumina.


¡Qué trato tan amable y delicado, tan cariñoso y respetuoso, tan comprensivo y empático habría entre José y María! Con tanta ternura... ¿Cómo sería el amor de Jesús hacia sus padres?, ¿cómo les miraría...?, ¿cómo les querría...? ¿Qué sorpresas les haría...? ¡Qué ambiente reinaría en ese hogar, tan reconfortante!: lleno de paz y de alegría.


En la vida escondida de Nazaret estaba una vida cotidiana sin aparente importancia, sin brillos ni éxitos renombrados: una vida de trabajo, vida en familia, trato con Dios, detalles continuos hacia esas personas... Pero todo resaltado por el cariño, que da brillos inusitados a cualquier quehacer aparentemente intrascendente. Aportando trascendencia a toda la realidad. También por la "categoría" de esas personas tan singulares, una de ellas el mismo Dios hecho un Niño tan "indefenso" por amor infinito hacia nosotros.


Pasar un rato junto a ellos, como los ángeles, los pastores y los Magos, sería como tocar el cielo en la tierra. De ese modo hacer sitio en nuestros corazones para albergarles con todo el cariño agradecido de que seamos capaces. Contemplar maravillados tanta belleza para nosotros.


Podemos poner imaginación y creatividad, meternos en el Belén como un pastorcillo más, como el corderito del cuento de Bartolo, como la pastora que le lleva un poco de requesón, y acompañarles en algunos momentos. Así aprender de ellos miles de cosas. 




También podemos pedirles ayuda para que cada familia, la nuestra en concreto, sea lo que puede llegar a ser si ponemos empeño e ilusión en querer de veras a los que tenemos cerca. Ser agradecidos y detallistas, serviciales, buenos amigos unos de otros, usar el poder del perdón ante cualquier trifulca o disgusto, para sanar esas heridas. Poner un punto y final y recomenzar con nuevos bríos. Especialmente en la propia pareja, origen y fuente de todo lo demás. Vaciar un poco el propio corazón de "yoísmos" que no dejan espacio al tú del otro, de los otros..., y devoran el amor.


Es vital aprender a usar las palabras "mágicas": por favor, gracias, perdón, y hacer de la convivencia y de la propia familia algo entrañable, con las cualidades y fortalezas características de cada una.




Nos podemos mirar en la Sagrada Familia,
 e ir construyendo cada uno la suya.

Es la gran oportunidad que se nos da para hacer algo grande de nuestra vida, 
que nos aporte un sentido profundo a nuestras acciones
y un disfrute con las personas que más queremos.😉👍🏾😍🌏🌟🌠 

Y, como dice un amigo: "en mi familia, y desde mi familia",

 instaurar "la civilización del amor" 🎨😉✌️
que señalara el gran Juan Pablo II





Dejo enlaces navideños, por si quieres leer:

                                                      











                                                                           

                                                                           Mª José Calvo
                                                                       optimistas educando
                                                                            @Mariajoseopt



URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2019/12/la-familia-la-sagrada-familia.html

lunes, 23 de diciembre de 2019

¡¡FELIZ NAVIDAD!!



                                                      ¡¡FELIZ NAVIDAD!!



La Navidad es un acontecimiento histórico, y sobre todo un misterio del amor de Dios, que se descubre desde la humildad de Belén. Mirando con el corazón, metiéndose en el portal..., percibiendo ese cariño entrañable entre María y José.

Dios quiso venir al mundo, naciendo en la Sagrada Familia, poniendo de relieve la grandeza de la familia, y realzando su belleza.


"También en nuestro mundo, un pesebre contuvo en una ocasión algo que era mucho más grande que el mundo entero", dirá C.S. Lewis.












La-familia-y-la-Sagrada-Familia



* "Días de familia", con ideas para disfrutar, libros y películas...
                                                      
* "Crear ambiente de hogar"

Cuento-de-Navidad-Bartolo 

La-carta-de-los-Reyes-Magos






                                                                            Mª José Calvo
                                                                         optimistas educando
                                                                            @Mariajoseopt



URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2019/12/feliz-navidad.html 

jueves, 19 de diciembre de 2019

EFECTO PANTALLA Y MODO CONCENTRACIÓN



                                   EFECTO PANTALLA Y MODO CONCENTRACIÓN



Estamos en la época de la tecnología y las pantallas: nos facilitan la vida, pero, hemos tenido la suerte de educarnos en un mundo analógico, y así poder descubrir sus posibilidades y sus limitaciones. Son muchas las ventajas que tienen, si las ponemos al servicio de la persona.

Nuestros hijos son "nativos digitales", que no significa que tengan superpoderes..., y si no los guiamos y formamos, ellos no podrán hacerlo. Por eso hace falta que no nos pille sin interés y tiempo real para ellos, y los dejemos "huérfanos", atrapados por las pantallas.


Comienzo con la conclusión final para centrarnos en el tema, especialmente con los hijos: 



            "Cuida tu cerebro, se desarrollará bien, y luego cuidará de ti".






Hace tiempo leí un artículo de un neurocientífico, Manfred Spitzer, que me gustó especialmente, porque tiene mucho sentido y hace reflexionar sobre el uso de los medios tecnológicos.

Refiere la importancia del aprendizaje personal, de la figura de los padres y del maestro para estructurar el conocimiento, de la capacidad de la inteligencia y del propio pensamiento, y del retraso de la maduración cerebral que pueden producir las pantallas, especialmente en niños pequeños y adolescentes. 


La educación de una persona siempre será de tipo analógica. Hace falta aprender en familia lo importante de la vida, interactuar con los demás, atender a los sentimientos, mirar a los ojos, sentirse querido, -nuestro mayor anhelo-, saber sorprender, imaginar, ayudar, colaborar, trabajar en equipo... etc.

Las relaciones humanas son de la mayor relevancia. Hay que poner inteligencia emocional en ellas, y un niño lo aprende todo en ese ambiente. 


De esa forma, con cariño, y atendiendo a los intereses de cada niño, se pueden enseñar algunas cosas más, cuando su cerebro esté preparado. Por ejemplo, a pensar y hacerse preguntas, a leer y escribir, a tomar notas y trabajar en clase con el profesor, a estudiar y hacer esquemas... A usar el cerebro de forma proactiva.


Los niños aprenden sobre todo de las personas que les quieren. Y las emociones son importantes en el aprendizaje: saber entusiasmarse. Y algo muy relevante es el cariño que se recibe en la familia. Y los hijos necesitan ese ambiente cálido de confianza donde se sienten queridos, y un buen modelo y referente para aprender. 

Una pantalla nunca podrá sustituirlo; no transmite nada en este sentido, ni ayuda a mostrar empatía, o leer el lenguaje no verbal..., ni a comprender a otra persona, o ayudarle en algo.

               



             

1* ¿Es el cerebro semejante a un ordenador?


Más bien no. No tiene nada que ver con un ordenador, ni funciona como uno de ellos, con una capacidad de almacenamiento limitada. No se trata de llenarlo de datos… 

La persona aprende con las percepciones y  vivencias que provienen del exterior, o del interior, del propio pensamiento y creatividad, o de la memoria..., estableciendo conexiones y relaciones entre distintas zonas, en base a lo ya asimilado. Y tienen mucho que ver la curiosidad, la mirada "nueva" de los niños, su deseo de conocer. Como sucede en todo lo que está vivo, crece desde su interior.

Por ejemplo, el ambiente alegre y confiado, la sorpresa, son formas de estimular la atención, así como la curiosidad nata, de forma que puede centrarse en algo concreto. Por eso, la admiración y el asombro, el disfrute de lo bello, son vitales para todo aprendizaje. Es la forma en que el cerebro trabaja en modo "flow", entusiasmándose con algo, lo cual abre las puertas de la atención, y se centra en ese juego, en ese trabajo, disfrutando y aprendiendo a la vez. Y consolidando ese aprendizaje.


El cerebro es un órgano muy especial, y obviamente no se reduce a sólo materia o neuronas. Hay otras dimensiones muy imbricadas, como la psicológica y la espiritual y trascendente, -la más elevada de la persona- que aportan nuevas capacidades mentales propias del ser humano, como la voluntad y la libertad para conquistar metas nobles y apasionantes. Somos libres, no autómatas.

Todo ello nos permite ser quienes somos, con nuestros talentos y cualidades singulares, pensar por cuenta propia, experimentar sentimientos, comprender, empatizar, actuar en libertad..., y así poder querer a los demás. 


Además, el cerebro nunca está "acabado", siempre está en constante cambio, y ¡siempre se puede aprender algo nuevo!, hasta el último momento de la vida, gracias a su neuroplasticidad

Y cuanto más se sabe, mejor se aprenden cosas nuevas, porque se tiene dónde asentarlo y relacionarlo. Si ponemos atención, pensamiento, trabajo intelectual, se disfruta aprendiendo, y no supone mucho esfuerzo precisamente porque se disfruta.




Tampoco es un almacén de datos, sino que los procesa; y se basa en la conexión de redes neuronales que relacionan la información que manejan. Por ejemplo la interconexión entre las distintas zonas sensoriales, cognitivas, emocionales y límbicas, motoras y premotoras..., de asociación, etc. 

La memoria no es un archivo polvoriento de datos, sino que está modificándose constantemente, tiñéndose de sentimientos al evocarla. Y está relacionada con emociones, motivaciones, imaginación y sueños, y va cambiado.


Por eso, ser inteligente es saber relacionar distintas cosas en el pensamiento. También hay diferentes tipos de talentos, aunque el cerebro siempre funciona como un "todo".  Y cada persona es un mundo: no se la puede archivar 
o etiquetar en un tipo de "inteligencia" o talento. Siempre está aprendiendo, cambiando, y puede mejorar si se lo propone, con pensamiento reflexivo, y voluntad entrenada, gracias a dicha plasticidad cerebral. Con lucha esforzada por metas altas y nobles... como apuntara Cajal.



2*Una buena base experiencial...


Pero, hace falta tener una base experiencial para aprender, y construir el propio conocimiento. Y los niños necesitan una persona que vaya guiando y estructurando su aprendizaje. Primero son los padres, luego los maestros y profesores, ayudados de los padres. Es un trabajo en equipo... Y no sólo "enseñarles" materias o información, sino comprender y conectar con el niño, saber hacerlo atractivo, que le motive desde su interior, porque le interesa, le atrae y disfruta. De esta manera no le costará apenas, se sentirá a gusto, y asimilará pronto lo que le entusiasma. Los niños tienen anhelos de desarrollar su talento y desplegar su potencial.

Además, el cerebro no sólo maneja datos de la realidad, sino percepciones, vivencias, imágenes, recuerdos, sentimientos y emociones. Toda la realidad la conocemos a través de nuestra sensibilidad y afectividad, y 
está inmersa en sentimientos. De ahí la importancia de las relaciones personales, de la resonancia con los demás. "Yo me hago gracias al tú" señala M. Buber. Las emociones surgen en el mundo real, en el trato personal, sobre todo en familia, primera y auténtica "escuela emocional" y de todo tipo.


Todo esto facilita el aprendizaje y la relación con los demás. Algo constitutivo de la persona. La sensibilidad de la madre, del padre, es lo que establece un vínculo con los hijos mediante el cual se sienten valorados y queridos... Notan seguridad y confianza para desarrollarse bien, para madurar, para ser ellos mismos, con sus cualidades y talentos únicos que debemos ayudar a desplegar.


  
                                             





El niño aprende cuando lo nuevo lo interioriza sobre lo que ya sabe, cuando lo relaciona con ello, y establece un vínculo afectivo. Si no, no puede aprender. Y los padres, y el maestro o profesor, van dando estructuras sobre las cuales construir lo nuevo. Por eso es necesario descubrir lo que le interesa y atrae más..., observarle, dejarle cierta autonomía para decidir y elegir actividades y juegos, teniendo en cuenta esos periodos más sensibles para el aprendizaje. 


Más adelante, cuando son algo mayores, enseñarles a utilizar su cerebro de forma pro-activa. Pasan de tener un pensamiento mágico a más lógico, con las miles de preguntas que se cuestionan que debemos atender y acompañarles. Y con la pubertad, adquieren un pensamiento más analítico y complejo, que les ayudará a analizar situaciones y tomar decisiones en su vida...

Por tanto, es necesario que aprendan a pensar por cuenta propia, que realicen un trabajo intelectual a fondo, que aprendan a concentrarse y centrarse en algo. Y de nuevo, todo ello es posible gracias a esa plasticidad neuronal. 


Los adultos también debemos entrenarnos en usar el cerebro de forma activa. Por eso, cuanto mejor se trabaja un tema, más zonas se relacionan y conectan entre sí, y se estimulan otros aprendizajes relacionados. Asimismo quedará mejor consolidado en la memoria de largo plazo. Porque, las sinapsis que se usan acaban reforzadas, y las que no, se atrofian y desaparecen. Así funciona el cerebro. Por eso, algo de veras importante...



"¡usa tu cerebro, o lo acabarás perdiendo!"






De aquí el concepto de "demencia digital" que acuñó este autor, preocupante, si dependemos de pantallas, si no usamos el cerebro de forma proactiva. Lo que no se usa se atrofia, y las sinapsis desaparecen, o no se forman si a los niños no les protegemos del uso de pantallas, o les impedimos vivencias y experiencias perceptivas y relaciones en el mundo real. 
         



3* ¿Tecnología... ?

Volviendo a la tecnología, cuando la mente está estructurada, se puede introducir el mundo digital, con algunas premisas. Pero antes, lo que puede hacer es retrasar el desarrollo y la maduración del niño. Impedirle aprender de esas experiencias y vivencias, vitales para construir sus primeras estructuras neuronales y que deben formar circuitos y redes.

Como he repetido muchas veces, las pantallas están diseñadas para enganchar. Se ha invertido mucho en ello buscando el modo. Te lo contaba en "pantallas y dependencia". 


Además, el uso indiscriminado impide la concentración, el aprendizaje, la creatividadLa mejor forma de estimular ese aprendizaje es dedicar tiempo con calma para leer, escribir a mano, estudiar, tomar notas, hacer esquemas, pensar, trabajar en casa o con el profesor... Saber centrarse en una actividad cada vez será más "raro" y más necesario en este mundo tan tecnológico que dispersa la mente y erosiona el pensamiento profundo. 


A través de estos medios parece que se pueden hacer muchas cosas, acceder a mucha información, conectar con personas de cualquier punto del mundo..., pero se hace de forma muy superficial. Con la memoria de corto plazo. Incluso la mente se puede saturar bloquear por exceso de información y datos, sin retenerlo, y ni siquiera comprenderlo, ver su contexto, o aprenderlo. Es lo que se denomina infoxicación. Hay que aprender a hacer un buen uso de las pantallas, de forma responsable, controlando tiempos... etc., pues, insisto, están diseñadas para enganchar. Y producen un efecto que sintetizo en esta infografía.




Además los tiempos atencionales de una persona, y mucho más de los niños, son cortos y lentos, y en internet todo va demasiado rápido para el aprendizaje.
      
Para recibir información, valorarla y procesarla, y luego gestionarla, es preciso tener formación. No todo es cierto, ni saludable, ni aconsejable en la red..., ni mucho menos. Hay que saber ser críticos, tener la capacidad de pensamiento formada, seleccionar y filtrar. Y enseñar a los hijos a pensar y hacer otro tanto.



Por eso es muy relevante el trabajo intelectual profundo, para que no se atrofien capacidades cerebrales, y para la creación de nuevas sinapsis. Así estimular el pensamiento analítico, reflexivo, y crítico, y la creatividad tan propia de la persona, gracias a esa plasticidad cerebral que hemos comentado. 


Además, permite trabajar de ese modo en el que se disfruta tanto, que parece que uno puede "volar". En "modo flow", en el que la pasión y la creatividad afloran y se desarrollan. También sucede esto en personas que tienen el talento de la curiosidad, y la fomentan. Capaces de estimular nuevas sinapsis, e incluso neurogénesis. De esa forma, se aprende sin esfuerzo, y se remodelan redes neuronales, relacionando y conectando los distintos aspectos con zonas cerebrales específicas y diversas. Y activando la creatividad, la inspiración, el pensamiento original, tan propios del ser humano.

Ser conscientes de esa "atrofia" que pueden producir las pantallas, para cuidar el cerebro y el uso de tecnología. Y no sólo por los tiempos de pantallas, sino también por los modos de usarlas. Que estén al servicio de la persona.




Por tanto, es bueno organizar tiempos en "modo concentración" para intentar "compensar" el efecto pantalla. Por ejemplo, dedicar un tiempo para pensar, leer, estudiar, apuntar, hacer un mapa conceptual... etc., o relajarse mirando la naturaleza. Y es vital el silencio para innumerables cosas. Para reflexionar e imaginar, para conocerse, para pensar cómo actuar, para ver qué buscar en la red, y concretar tareas y priorizar, sin dejarse seducir y atrapar por estímulos externos que nunca cesan...





Pensaba... ¡qué importante es atreverse a pensar por cuenta propia! Ser una persona libre de pensamiento, sabia, que lleva el timón de su vida,no sólo eficiente y "resuelve-tareas". Pasar del activismo sin más, a las cumbres del pensamiento reflexivo y liberador. No atrapado en el mundo virtual. No tener miedo al silencio, ni a enfrentarse a conocerse uno mismo, y quizá luchar en algún punto, así como para tratar a los demás.






Resumiendo, en familia podemos conquistar momentos "sagrados" de desconexión, también por los hijos, para cuidar el cerebro y la interioridad, en especial de los más pequeños. Es algo que siempre compensa, y lo agradecerán. Tener un parking de móviles o una cesta para dejarlos en momentos de familia dedicados a las relaciones con los que más queremos, nos puede ayudar a pensar y a priorizar.


"Cuida tu cerebro, y después él cuidará de ti"





Espero que te haya sido útil..., y puedes compartir con amigos, o copiando la URL.


Dejo enlaces relacionados:


Tecnología-cerebro-y-familia (con ideas de la Academia de Pediatría)



Alegría-y-buen-humorcon ideas de C. S. Lewis  


                                         




          
                                                           Mª José Calvo
                                            optimistaseducando.blogspot.com
                                                           @Mariajoseopt 



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