LIDERAZGO EN LA FAMILIA
AQUÍ, LIDERAR ES COSA DE DOS
Una originalidad de la familia, que hemos visto, es que tiene dos líderes al mismo nivel (en el post Dirección familiar I).
La madre, que puede ser la directora del hogar, y, el padre, que podríamos llamarle el líder de esta institución natural. Mientras uno, principalmente, pone de “moda” unos valores, personificándolos, el otro, o la otra, generalmente, se encarga más de crear ambiente de hogar confiado y alegre, atender a los sentimientos, y manejar tensiones.
Citando a Chesterton: “Si en otros
siglos los aventureros conquistaban un pedazo de tierra para reyes, hoy, el
descubrimiento consiste en cerrar la puerta del hogar, y con zapatillas o sin
ellas, como a uno le de la real gana, poner la bandera en la sala de estar o en
la cocina, y quedarse dentro”. “¿Quién me impide a mí convertir mi hogar en
un lugar delicioso, donde se está deseando volver para respirar el oxígeno de
la libertad?"
Otra originalidad de esa
institución natural, la más amable y antigua del mundo, es que se
puede poner creatividad en su dirección (Dirección familiar II), puesto que la familia es creadora
de por sí. Lo vimos en post
anteriores.
Ahora vamos con la tercera originalidad: podemos, y debemos, ser buenos líderes de nuestros hijos.
Dirigimos la familia, mediante nuestro buen liderazgo, hacia la participación de todos en el proyecto familiar. Gracias a lo que somos, a nuestra personalidad, motivamos y seducimos con los valores, hechos vida, y elevamos la mirada de todos...
Porque, más que un "mandar", aunque sea razonado, es un seducir con la belleza de los valores, de nuestra vida coherente, de ser generoso, trabajador, responsable, saber pedir perdón..., cuidando la amistad y el cariño, porque lo hacemos gráfico: lo plasmamos en nuestra conducta. Y eso atrae enormemente porque se ve concretado en hechos, y es lo que imitarán sin darse cuenta...
Dirigimos la familia, mediante nuestro buen liderazgo, hacia la participación de todos en el proyecto familiar. Gracias a lo que somos, a nuestra personalidad, motivamos y seducimos con los valores, hechos vida, y elevamos la mirada de todos...
Porque, más que un "mandar", aunque sea razonado, es un seducir con la belleza de los valores, de nuestra vida coherente, de ser generoso, trabajador, responsable, saber pedir perdón..., cuidando la amistad y el cariño, porque lo hacemos gráfico: lo plasmamos en nuestra conducta. Y eso atrae enormemente porque se ve concretado en hechos, y es lo que imitarán sin darse cuenta...
No
solo somos sus modelos, puesto que nos miran en todo momento, sino que tenemos
que esforzarnos en ser sus líderes. Veamos unas características del buen líder:
*El
líder está atento a lo importante, sin descuidar los detalles. Lo importante, que no suele ser lo más urgente... Respecto a los detalles, la mujer es especial: le gusta estar en ellos, es su forma de ser. A ellos les gusta más atender a los ideales y grandes cosas.
*Se mueve por valores, basados en principios, que dan coherencia e integridad a su persona. Sabe crear ambiente acogedor y optimista, donde es más fácil luchar por dar lo mejor de cada uno.
*Se caracteriza por su optimismo,
que ha de ser contagioso. Que nuestro hogar sea alegre, que sepamos ver siempre lo positivo y bueno de las circunstancias y de las personas..., que demos confianza a todos. Y la confianza tiene mucho que ver con la buena comunicación. Si no, cuesta abrir el corazón y se hace difícil la empatía.
*El padre o la madre
líder tiene una cosa que hacer: poner atención a lo importante, a cada persona,
a cada hijo, y prestarle la ayuda que necesite. Pero solo la necesaria, teniendo
en cuenta que "toda ayuda innecesaria limita a quien la recibe..."
*También hace una llamada a lo mejor de cada uno, y confía en él, en ella, para que lo pueda realizar con libertad.
La confianza y el amor son como el "horno" donde se “cuece” la mejor personalidad de cada uno, y, preparan un ambiente en libertad, donde cada uno está a gusto y puede luchar por dar lo mejor de sí. Donde tiene grandes espacios vitales, y puede moverse sin ser juzgado. De esta forma puede lograr lo mejor de sus capacidades.
"TIPS" PARA MEJORAR EL LIDERAZGO
*También hace una llamada a lo mejor de cada uno, y confía en él, en ella, para que lo pueda realizar con libertad.
"TIPS" PARA MEJORAR EL LIDERAZGO
Unas características más, para mejorar el liderazgo en la propia familia. Para
ser, no solo líderes, sino líderes transformadores, con motivos trascendentes, que son los que de verdad dan sentido a la vida. Porque, no solo manejamos unos
recursos, sino que innovamos, creamos otros nuevos, hacemos
una vida y una educación basada en la creatividad y el cariño... En definitiva, un buen líder seduce con valores auténticos hechos vida, es decir, con esas virtudes, refuerzos de nuestras capacidades. Crea optimismo y confianza, buen hacer, buenas maneras... Da libertad para que cada persona tome el timón de su vida...
1- La familia es lo primero: hacer que así suceda. No poner el trabajo profesional, o los hobbies, en primer lugar. Además, ningún éxito en la vida justifica un fracaso familiar.
2- Ambos hacen “equipo” con un fin en la mente, con una meta clara, una misión. Es decir, saber qué tipo de familia y de personas queremos ser, con qué cualidades y valores, con objetivos claros concretos.
3- Escuchar y comprender, antes que hablar. Valorar las diferencias en cada persona de la familia, lo específico de cada uno, lo singular, y crear sinergia con ellas.
4- Estar disponible: tiempo e intimidad con cada uno. Abrir el corazón.
5- Confíar en cada persona, en sus capacidades e intenciones... etc.
6- Actuar por valores, basados en principios, que al vivirlos facilitan su comprensión.
7- Enfrentarse a los problemas y ayudar en su resolución.
8- Delegar trabajos importantes: les dejamos participar en la marcha de la familia.
9- Reconocer y estimular el buen hacer de los demás.
10- Ayudar. En casa nadie es “esclavo” de nadie: todos tenemos que tener gestos y detalles de servicio, poniendo cariño en ellos. Los hijos, cuanto mayores, más responsabilidad familiar, y mayor ayuda para sacarla adelante.
11- Ser auténticos, íntegros, coherentes: entre lo que pensamos y lo que decimos; entre lo que decimos y lo que hacemos… Luchar por intentar que así sea.
12- Admitir las propias faltas y pedir perdón, porque perdonar es amar más de lo que se pueda fallar. El perdón restaura lo que estaba dividido, sana las heridas.
13- Considerar los errores como posibilidades de aprender o mejorar. Y oportunidades para convivir, hablar, ayudarse...
14- Mantener las promesas.
15- Saber motivar, no solo a nosotros mismos, sino también a los demás. El cariño es un gran motivador, y el optimismo también. Crear ambiente de hogar optimista y alegre, donde es fácil luchar por dar lo mejor de cada uno...
1- La familia es lo primero: hacer que así suceda. No poner el trabajo profesional, o los hobbies, en primer lugar. Además, ningún éxito en la vida justifica un fracaso familiar.
2- Ambos hacen “equipo” con un fin en la mente, con una meta clara, una misión. Es decir, saber qué tipo de familia y de personas queremos ser, con qué cualidades y valores, con objetivos claros concretos.
3- Escuchar y comprender, antes que hablar. Valorar las diferencias en cada persona de la familia, lo específico de cada uno, lo singular, y crear sinergia con ellas.
4- Estar disponible: tiempo e intimidad con cada uno. Abrir el corazón.
5- Confíar en cada persona, en sus capacidades e intenciones... etc.
6- Actuar por valores, basados en principios, que al vivirlos facilitan su comprensión.
7- Enfrentarse a los problemas y ayudar en su resolución.
8- Delegar trabajos importantes: les dejamos participar en la marcha de la familia.
9- Reconocer y estimular el buen hacer de los demás.
10- Ayudar. En casa nadie es “esclavo” de nadie: todos tenemos que tener gestos y detalles de servicio, poniendo cariño en ellos. Los hijos, cuanto mayores, más responsabilidad familiar, y mayor ayuda para sacarla adelante.
11- Ser auténticos, íntegros, coherentes: entre lo que pensamos y lo que decimos; entre lo que decimos y lo que hacemos… Luchar por intentar que así sea.
12- Admitir las propias faltas y pedir perdón, porque perdonar es amar más de lo que se pueda fallar. El perdón restaura lo que estaba dividido, sana las heridas.
13- Considerar los errores como posibilidades de aprender o mejorar. Y oportunidades para convivir, hablar, ayudarse...
14- Mantener las promesas.
15- Saber motivar, no solo a nosotros mismos, sino también a los demás. El cariño es un gran motivador, y el optimismo también. Crear ambiente de hogar optimista y alegre, donde es fácil luchar por dar lo mejor de cada uno...
Aquí tenemos unos puntos en los que podemos mejorar a la hora de ejercer nuestro liderazgo en la familia. No vamos a luchar en todos a la vez, pero sí en alguno en concreto que nos pueda ayudar a hacer ambiente de familia, donde crecen las personas al sentirse queridas. Y donde pueden devolver con creces ese cariño, logrando su mejor personalidad, dando sentido a la vida.
Está por delante todo el curso para mejorar en las que nos hayamos planteado, por las edades de los hijos, o porque nos hayan parecido importantes. Cada uno se marca sus propios objetivos con la ayuda de su esposo, esposa.
Tenemos "una misión", y nos va a ayudar la persona que más nos quiere del planeta: es una misión para dos, y ¡no es misión imposible...!
Está por delante todo el curso para mejorar en las que nos hayamos planteado, por las edades de los hijos, o porque nos hayan parecido importantes. Cada uno se marca sus propios objetivos con la ayuda de su esposo, esposa.
Tenemos "una misión", y nos va a ayudar la persona que más nos quiere del planeta: es una misión para dos, y ¡no es misión imposible...!
Así, promovemos una cultura familiar optimista y alegre. Vemos primero lo bueno de los demás, y elevamos la
mirada de nuestros hijos de “bien” a “mejor”. Con optimismo de óptimos... Y los “arrastramos” con la fuerza del cariño y del ejemplo, del buen liderazgo, porque sabemos motivarles con ilusión, con nuestra coherencia, alegría y cariño.
El liderazgo de los padres es importante, sobre todo a la hora de guiar a los hijos en su creciente autonomía y maduración. Y se ejerce por medio de la autoridad, que es una ayuda, y una guía, en su crecimiento como personas.
Pero debe ser una autoridad-servicio (dejo enlace), y no una "autoridad-comodidad", o una "autoridad-porque-sí". Es decir, el objeto de su ejercicio es el servicio a los demás, en concreto a los hijos. Y es necesaria para orientar su creciente formación. Lo que les exijamos será por su bien, y no por dejar claro quién manda, por comodidad, o porque estemos enfadados con ellos, o no nos controlemos... Solo debemos buscar ¡el bien para ellos!
Solamente la
autoridad-servicio nace del amor, y cumple con la misión de educar, de ayudar a crecer, a crecerse como personas, porque se basa en el auténtico cariño y logra sacar a la luz lo mejor de ellos.
Y se concreta en contar con ellos, en darles pequeños encargos (enlace) desde que saben andar prácticamente, para que vayan adquiriendo habilidades, destrezas y responsabilidades. Y siempre explicándoles los motivos de lo que tienen que hacer, y cómo hacerlo... Cuando son un poco mayores, hacia los 7 años, que ya pueden pensar más razonadamente, y que lo hagan con libertad, porque ellos quieran hacerlo, razonando y queriendo lograrlo.
Y se concreta en contar con ellos, en darles pequeños encargos (enlace) desde que saben andar prácticamente, para que vayan adquiriendo habilidades, destrezas y responsabilidades. Y siempre explicándoles los motivos de lo que tienen que hacer, y cómo hacerlo... Cuando son un poco mayores, hacia los 7 años, que ya pueden pensar más razonadamente, y que lo hagan con libertad, porque ellos quieran hacerlo, razonando y queriendo lograrlo.
Y, para poder ejercer bien la autoridad se necesita tener unas reglas o normas previamente
establecidas, que les muestren un sendero, y les hagan sentir seguros. No muchas, pero sí, que sean importantes, claras, y se respeten. Son necesarias para que sepan lo que está bien o mal, para dar importancia a lo importante..., para señalar un camino por donde transitar y crecer como personas. Y luego, confiar y dar libertad en todo lo demás.
De esta forma podrán tener una autoestima saludable, porque estará basada en el cariño y no en falsas expectativas.
*UN PROYECTO DE LIDERAZGO FAMILIAR
De esta forma podrán tener una autoestima saludable, porque estará basada en el cariño y no en falsas expectativas.
*UN PROYECTO DE LIDERAZGO FAMILIAR
La autoridad se ejercita dirigiendo
algo: un proyecto de participación familiar. Por ejemplo, con pequeños objetivos, según las cualidades y edades de los hijos, concretados en planes de acción... Así, no se
limitarán a hacer a regañadientes sus encargos, sino que se sentirán
protagonistas, participando en la marcha de su familia, e integrados en el
“equipo” familiar, donde además se lo pasarán “pipa”...
Hay que intentar que sea
divertido convivir y trabajar en cada familia. Y esto actuará de vacuna y antídoto contra la falta de valores del ambiente... Así, aprenderán a hacer ambiente allí donde vayan.
Espero que te haya gustado el post, y que lo compartas con amigos. ¡Gracias!
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Dejo enlaces relacionados:
* La misión de la familia
* Un proyecto familiar
* ¿Conciliar, integrar?: "si-quieres-¡puedes!", y además logras sinergia
Mª José Calvo
optimistaseducando.blogspot.com
@Mariajoseopt
URL: https://optimistaseducando.blogspot.com/2013/09/direccion-de-la-familia-iiiiii.html