Lograr armonía familiar

TEMAS para el buscador

  • OPTIMISMO
  • FAMILIA
  • SENTIDO DE LA VIDA
  • AMISTAD
  • VALORES
  • LIDERAZGO
  • EDUCACIÓN
  • NEUROEDUCACIÓN
  • CRECIMIENTO PERSONAL
  • EDUCAR POR EDADES
  • MARCOS DEL DESARROLLO INFANTIL
  • PREADOLESCENTES
  • ADOLESCENTES
  • EDUCAR EL CORAZÓN
  • MUJER
  • AMOR EN PAREJA
  • EL PERDÓN
  • EL DOLOR
  • TECNOLOGÍA
  • PELÍCULAS

miércoles, 15 de marzo de 2023

UNA FAMILIA ARMÓNICA II




                 LA GRANDEZA DE LA FAMILIA II: UNA FAMILIA ARMÓNICA 



Seguimos con algunos pensamientos sobre la familia, sobre cada una de las familias... y en la relación de pareja, corazón de cada familia. Pues toda la gran red de relaciones humanas se forja en cada familia, en cada pareja.




Apunta Chesterton: "La familia es la prueba de la libertad porque la familia es lo único que el hombre libre hace por sí mismo".







Suele suceder que, al amar nos hacemos más vulnerables, nos exponemos a sufrir por miles de motivos… Pero esa vulnerabilidad cobra fuerza en manos de la persona querida, y viceversa. Se forma un "nuevo equipo" de dos con las cualidades especificas y singulares de cada uno, a disposición del otro y del amor mutuo, para crear “lo nuestro”. 

Se aprenden los gustos y maneras del otro, algo muy diferente, pero no para encontrar discordia, sino aceptándole tal como es, con sus preferencias y características singulares. Y los lenguajes del amor que más le llegan, es decir de qué forma se siente querido, querida.






Porque, el varón y la mujer, además de ser complementarios, cada uno está diseñado para el otro: la mujer para el varón, y el varón para la mujer. Somos seres recíprocos, y en ello encontramos la realización más plena, logrando una sinergia creciente cada vez de más alcance y disfrute. 

Cada uno lucha por dar lo mejor de sí pensando en el otro, y en ese nuevo equipo. Y cada uno aprende a querer mejor, incluso con las cualidades que le “presta” el otro, a "su" manera. Lo cual reconforta y une.




Un pensamiento muy significativo de C.S. Lewis para reflexionar: “El regalo más preciado que me hizo el matrimonio fue el de brindarme un choque constante con algo muy cercano e íntimo pero al mismo tiempo indefectiblemente otro y resistente, real, en una palabra". Es como un contrapunto, alguien que nos quiere, pero que es diferente a nosotros, que nos descentra del “yo” y nos ayuda a enfocarnos más en el “tú”, en querer esa persona.





La calidad del amor en pareja determinará la calidad de las relaciones familiares.  

Su armonía, o la falta de ella, se transmite a los hijos. Por eso la necesidad de ser coherentes entre lo que pensamos, lo que decimos, y nuestras acciones, para hacer de la familia, de nuestra familia en concreto, lo que está llamada a ser… ¡Lo máximo de sus posibilidades! Una familia optimista y excelente, con sus características propias. La meta es alta, pero vale la pena luchar por lograrlo. Ese ideal nos pone alas para volar.



En todo ello cobra especial relevancia la figura de la mujer: “hecha por amor y para amar”, como señala el gran filósofo Carlos Cardona. Ella posee cualidades especiales, dada su relación tan intensa con la vida. Su sensibilidad ante las necesidades de los demás, el saber acoger a todos… Además muestra el amor de forma concreta, está en los detalles, construye un hogar donde se tienen ganas de volver… Lo propio de la mujer es dar la vida a los seres queridos. También literalmente. Posee una gran capacidad de amar. Y ello se manifiesta de forma muy especial en la concepción de un hijo. Acoge la vida dentro de su ser, le da calor y alimento, y su vida entera. Por eso ella tiende por naturaleza a acoger y proteger...




Y la figura del padre, que está un poco dejado de lado, y aporta sus cualidades singulares y distintas, a ese equipo de dos, y a esa familia. Y complementarias... Por ejemplo, para empezar la identidad masculina, y esa fortaleza y empuje para acometer retos, la protección conjugada con reciedumbre. Autodominio y señorío... Presencia y raíces donde sustentar la vida, hasta ternura en el trato con los hijos... Les ayuda a enfrentarse a la realidad sin tanta protección como haría la madre, a ganar autonomía y no depender siempre del hogar... Los lanza, pero les da la seguridad de que siempre estará ahí cuando lo necesiten. Los padres somos ese faro que ilumina y ese puerto seguro al que volver, reconfortarse, y volver a salir...



Hombre y mujer, cada uno a su manera, como padre y como madre, son fundamentales en el hogar y la familia. Pero muchas veces, por esta vida quizá tan desenfrenada los padres no están tan presentes como les gustaría. Es preciso valorar más e integrar al padre en la vida diaria del hogar, y así, además, liberar a la madre de muchas cargas. Y por ende, será buen referente para los hijos, tanto varones, que lo necesitan más si cabe, y para las hijas, que necesitan un modelo de masculinidad, favoreciendo el equilibrio y la armonía de la familia.


Ninguno es menos esencial ni menos importante. Los hijos necesitan a ambos para desarrollarse bien, para forjar su personalidad e identidad. Y el cariño recíproco de los padres entre sí. Ahí lo aprende todo: ven cómo tratar a los demás, el sentido hondo del amor y del perdón, del sacrificio gustoso, de la empatía y la ayuda incondicional, la caballerosidad y el buen gusto... etc.








Por eso, luchar cada uno por dar lo mejor de sí, a su forma, significa y conlleva valorar al otro, y ayudarle a lograr su mejor "versión": como varón o como mujer, como esposo o esposa, como padre o madre... Así formar un nuevo equipo de dos bien entrañable y unido. Te cuento alguna idea sobre integrar la vida familiar en el post: "¿Conciliar, integrar?, si quieres puedes, y logras sinergia" que enlazo abajo.





* CONQUISTAR UNA FAMILIA ARMÓNICA Y EXCELENTE


Pero, ¿cómo hacer vida este ideal? Podemos aprender a conjugar dos funciones esenciales en cada familia. Una es intentar vivir unos valores humanos nobles, basados en principios: esa "estrella polar" que nos guía y que te cuento en ese post, y la otra manejar tensiones: atender a las relaciones personales y al corazón. 


Si falla una de ellas, por ejemplo la de vivir unos valores que den un sentido más pleno a la vida, se encaminará a una familia permisiva, donde todo vale, sin un sustento donde asirse en momentos difíciles. 

Si no cuidamos las tensiones, manteniendo a la vez los valores auténticos y haciéndolos vida, tenderá a ser una familia más caótica, con poco corazón. 

Por eso la necesidad de liderar bien la propia familia para lograr armonía entre esas funciones y posibilidades. Así la convivencia será más grata, aunque a veces se ancle en el sacrificio gustoso por quienes amamos. Y todo ello nos permite crecer como personas, en ese ambiente de cariño y libertad donde se forjan las personas al sentirse queridas.

Mediante esas tertulias y conversaciones distendidas de persona a persona, se crea un ambiente atractivo y confiado, con libertad personal, donde es muy fácil educar a los hijos. Es el modo de que la familia esté bien unida, forme "una piña", y pueda ser optimista y alegre. Y en ese ambiente de alegría y libertad, con un corazón grande, apuntar a lo mejor de cada uno.



Tres puntos para conquistar armonía:

1- Tener unas normas claras: pocas pero importantes, que busquen el bien de las personas, no el capricho… Es la forma de guiar y encauzar, de señalar un sendero a los hijos. Y no tanto de limitarlos, sino ¡aprovechar toda la energía de su interior! encauzando esa fuerza.

2- Confiar en ellos para que se “construyan” como personas y aprendan a ser responsables de pequeños objetivos y retos, y luego de mayores cimas.

3- Darles libertad en todo lo demás, que es mucho, algo que está en la esencia de la persona. Así podrán ser capaces de llevar las riendas de su vida y por tanto de poder amar.







En este sentido, una idea fantástica que ya señalara Goethe: tratar a los demás un poquito mejor de lo que son en ese momento les ayuda a mejorar, porque les permite ver ese ideal, y les anima a hacerlo vida. Así motivamos y estimulamos su mejora. Y mejorar no es hacer todo perfecto, sino querer el bien del otro, de los otros. Descentrarse un poco del yo para pensar en los demás. El núcleo de la amistad, tan desinteresada, y del amor.





Sin olvidar que, en el centro siempre está la persona. Cada persona, que mejora cuando ama, cuando se abre a los demás. Es una realidad tan grande que puede incluso "olvidarse" de ella misma para atender a los otros. Las madres saben mucho de esto, y lo vemos todos los días en las familias. Y así son de veras felices.

La felicidad, en expresión de Kierkegaard, es una puerta que se abre hacia afuera…, consecuencia de esa capacidad de centrarse y querer a los demás.


La familia es la mejor escuela para aprender a amar, y nos permite alcanzar nuestra plenitud al desarrollar esa capacidad pensando en los seres queridos. Como señala el profesor T. Melendo, experto en persona y familia, “la felicidad es directamente proporcional a la calidad e intensidad de nuestros amores”. Una persona que ama mucho es muy feliz; una persona que está más pendiente de sí, ama un poco menos, y es menos feliz…, y así sucesivamente. 


Además, amar conlleva estar alegre, lo cual facilita ese ambiente de hogar, optimista y alegre, donde las personas son lo más importante, y donde se puede luchar por dar lo mejor de cada uno en ese ambiente de libertad, y por tanto ser auténticamente felices.


Con palabras llenas de significado de T. Melendo:


"La familia no es un problema, sino que es, sobre todo, ¡la gran oportunidad!”


¿Para qué? 


"Para que cada uno de nosotros nos desarrollemos como seres humanos y seamos felices. Pues cuanto más crecemos como personas, cuanto más nos acercamos a la propia plenitud, más tenemos para dar a los demás; y eso que hemos acopiado para darlo, lo entregamos propia y fundamentalmente en nuestra familia.


Y también la gran oportunidad para que, abriendo nuestros hogares, animemos a otras familias y, finalmente, creemos la civilización del amor, que todos anhelamos."






* “TIPS” DE HOGARES OPTIMISTAS Y ALEGRES


Concretando unas manifestaciones del cariño en la familia, que la revitalizan y son necesarias para llegar a ser, de forma única y concreta, lo que cada una está llamada a ser, con sus características singulares…






* Escuchar, comprender, confiar, alegrar… La forma de expresar el cariño es la entrega a los demás. Y es del mecanismo que pone en marcha la mejora personal.

Manifestar los afectos y emociones a los seres queridos. Entre los esposos, al servicio del amor, ayudada de las emociones y la maravilla de la sexualidad en su marco privilegiado.

* Conversar, dialogar, comunicar, enseñar a pensar. Abrir el corazón a cada hijo, según su edad y forma de ser, y muy en especial a la persona amada.

Motivar mediante la sorpresa, la ilusión, el optimismo, la creatividad.

* Cuidar la amistad con los hijos, y mucho más en la propia pareja. Es la que custodia la pasión inicial para construir y hacer más real ese proyecto del amor.

* Siempre descubrir a los demás en sus mejores actuaciones. Aprender a ver lo mejor, valorar y potenciar sus cualidades singulares. Poner más de relieve todo lo bueno, y suavizar fallos y descontentos.


* En familia es imprescindible el perdón para una grata convivencia, y para sanar heridas. Cuanto más se ama, más fácil resulta el perdón. Además, en la relación en pareja no se debe discutir delante de los hijos. Sufren, y se lesiona su corazón. Más vale una palabra entre los dos para seguir cuando no estén presentes. Y acabar con un perdón y un gran abrazo. Siempre vale más la unidad de los dos que el capricho de llevar la razón. ¡Que no nos pueda el orgullo! Que pida perdón el que más fácil lo tenga...






Si cada familia lucha por dar lo mejor de sí podremos sembrar alegría y buen hacer a nuestro alrededor, que se propagará como las ondas de agua en un estanque…

Y, en el peor de los casos, “donde no hay amor, pon amor, y recogerás amor”. Con paciencia...



  



Espero que te haya gustado y lo puedes compartir con amigos... ¡¡Gracias!!




                                                                               Mª José Calvo
                                                                         optimistas educando
                                                                              @Mariajoseopt 




 Algunos enlaces relacionados: 





                                                                                                                                                                               URL: https://optimistaseducando.blogspot.com/2023/03/una-familia-armonica-ii.html                                                          

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El blog se nutre de los comentarios...: ¡gracias por comentar!