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viernes, 24 de abril de 2015

FORMACION AFECTIVA Y SENTIDO DE LA SEXUALIDAD EN EL MARCO DEL AMOR

              




                                      PREADOLESCENTES Y ADOLESCENTES


FORMACION AFECTIVA Y SENTIDO DE LA SEXUALIDAD 

EN LA PERSONA HUMANA




           
Hemos tratado algo sobre la afectividad en estas edades que preparan la adolescencia, y que es la base para comprender bien el sentido de la sexualidad en ese marco tan entrañable de un amor auténtico. 

        
Lo primero, tener en cuenta la diferencia entre formar e informar. Informar es fácil, pero formar supone saber cómo es nuestro hijo o hija, y en qué momento está, para ver qué necesita y cómo le podemos ayudar a la luz del cariño. 

           
El ambiente natural propio para hablar de estos temas tan importantes e íntimos es la familia. Hace falta establecer una relación afectiva y empática con cada hijo, abrir un canal de afecto y comunicación basado en la confianza, que se labra a lo largo de los días y de los años…, desde bien pequeños. Aunque ¡nunca es tarde para comenzar!






          
Y supone también enmarcar la sexualidad en su adecuado contexto: el amor auténtico, comprometido, fiel, para siempre, entre dos personas que construyen un proyecto vital conjunto, y quieren de veras amar al otro. Es decir, buscando el bien de la persona amada. 

      
Si ensamblamos amor e intimidad, aportamos su marco específico, y el lugar en el que cobra todo su maravilloso significado. Por otra parte, es lo que han estado viendo los hijos toda su vida: el cariño entrañable entre sus padres. Marcamos un sendero por donde podrán caminar...





       
La sexualidad forma parte de la capacidad de amar de la persona. Y es algo constitutivo de cada una de ellas. No es algo accesorio, ni un añadido, sino que forma parte del ser de cada persona. Y es el lenguaje del amor. La forma de decir a la persona querida, "te quiero, con todo mi ser, de forma incondicional, por siempre..., para ayudarte a desarrollar tus talentos y lograr tu mejor personalidad. Y de esa forma puedas ser feliz."


      
El amor es fuente de vida. Y la sexualidad, además de expresar la entrega entre dos personas, de mejorar y aquilatar el cariño, ¡crea vida!, y es la forma en que llegan los hijos a cada familia. Así estamos diseñados..., con ese derroche de amor. Cuando dos se hacen uno, se trascienden más allá de sí mismos. 


        
Todo ello requiere un compromiso y una estabilidad entre esas dos personas, que se traduce en un ambiente de confianza y cariño donde cada una puede dar lo mejor de sí, pensando en el otro. Palabras, detalles, generosidad, confianza, comprensión y empatía entre los dos.





     
Si sacamos la sexualidad del contexto de un amor auténtico, la desvirtuamos y la desnaturalizamos: la reducimos a conexiones anatómicas, a placer de receptor epidérmico, a "gustirrinín" sin más, y nos podemos rebajar y “animalizar” un poco… Por no centrarse en la otra persona, en que se sienta querida y logre lo mejor de ella, sino en el propio disfrute sin más. El "tomar solo una parte del todo" le quita gran parte de su sentido. Entonces, ese abrazo íntimo queda sin su sentido más profundo y maravilloso: la unión de dos personas en el amor. Y se convierte en una trampa que "no llena" y puede dañar y frustrar.


           
Para encuadrar bien ese abrazo íntimo, y hacérselo llegar del mejor modo a los hijos, tenemos un modelo y referente de amor: los padres. Hace falta que los hijos sepan que la persona más importante para el padre es la madre; y para ella, él. Por eso a veces se van de viaje juntos, salen a cenar los viernes…, o van al cine solos, ¡porque están enamorados y se cuidan mutuamente! Con sentimientos efusivos, o con menos. Porque hay un cariño tierno y fuerte entre los dos, trabajado cada día, del cual se alimentan los hijos.




           
Ese cariño y armonía entre los padres es lo que permite crecer a los hijos y madurar en ese ambiente de familia donde reina la gratuidad del amor, donde cada uno es ¡lo más importante del mundo…!, para el otro. 

           
Y es la forma en que los hijos pueden madurar al calor de ese cariño recíproco, que se derrama eficaz hacia ellos, y donde aprenden a querer de la mejor forma. Vamos marcando una "senda" casi sin darnos cuenta: somos su modelo y su referente. Y nos imitarán.



 "La sexualidad es algo tan bello y tan noble 
en la persona,
 que no merece menos que 
¡estar protegida por el amor!"



 Amar es querer al otro, entregarse, 
ayudarle a conseguir su mejor versión, 
a ser mejor persona

No juguetear con algo "sagrado"
 sin malograr o destruir su significado, 
que al fin y al cabo nos daña a nosotros mismos. 




       
Como es un tema un poco largo, lo divido en varios post, con unos apartados a modo de índice por si quieres elegir el que más te interese...

I) ¿De qué modo hacemos ésto? Su marco específico.
II) Cambios psíquicos y corporales
III) Ideas para hablar con ellos por edades
IV) ¿Qué significa amar de veras a alguien...? 6 Claves para aprender a querer.
V) Cuerpo de mujer. Fertilidad.


Vamos con el primero:


            
I) ¿DE QUÉ MODO HACEMOS ÉSTO? LA SEXUALIDAD EN EL MARCO DEL AMOR





   
        
Dejo una pregunta "oportuna" de una hija a su madre, que puede poner en marcha la explicación de lo más importante para ellos, a pequeñas dosis. Otras veces lo podemos provocar nosotros... Y es vital no ponerse nervioso por algo tan bello, noble, y de tanta trascendencia, y pensar previamente cómo explicarlo. 



          
1- Lo primero, personalmente. Porque cada uno es “un mundo”: hay que ver cómo está, qué se pregunta, cómo es afectivamente, de carácter…, qué necesita…, para hacerlo siempre con delicadeza y guiados por la belleza de la la naturaleza, con la verdad, sin manipulaciones que lo adulteran, y pensando en cada hijo. Es quizá el tema más importante que debemos transmitirles. 

          
2- De forma preventiva. Mejor un día antes, que un año después… Para ser nosotros los que les expliquemos las cosas, y con mucho cariño. No delegar al colegio, o al "enteradillo" de su clase, ni al marketing de algunas empresas…, por descuido nuestro, o por falsos miedos y pudores a la hora de hablar con ellos sobre lo más trascendente y creativo de la persona. Puesto que la transmisión de la vida es el mayor bien y la mayor responsabilidad que nos ha sido conferida. 
     




          
3- Luego, buscar una ocasión apropiada para hablar. Es bueno que sea la madre con la niña, y el padre con el niño…, porque es más fácil, porque conectamos mejor por naturaleza, por delicadeza. Pero en cada familia habrá que verlo... Y es preciso hacerlo a solas, para crear ese ambiente de intimidad y confianza en el que se puede hablar sin miedo, y nos puede preguntar lo que necesite.


       
4- También pensar antes qué le vamos a transmitir… Siempre enmarcado en el amor de dos personas, él y ella, que se quieren infinito y se han comprometido a quererse el resto de sus vidas. Porque el sexo es algo bueno, bello, atractivo, en su ámbito específico: el amor auténtico y recíproco entre esas dos personas. Si no, despersonaliza. Y significa pensar más en el otro, en ayudarle a alcanzar su plenitud como persona. Es decir que pueda amar a su vez.


       
 5- El ambiente de confianza es vital para que ellos también puedan confiar en nosotros, preguntar dudas, y poder hablar sin morir en el intento.


     
6- De todas formas es mejor hacerlo de forma gradual, en pequeñas dosis desde muy pequeños. Por ejemplo: “los padres se quieren muchísimo…”, “se dan abrazos muy especiales e intensos”… “Dios pone una “cuna" en la madre”… Dar ideas claras y veraces de ello, adaptadas a su edad… Sin dar más datos de los necesarios, y de los que puedan asimilar.


     
7- Respetando sus ritmos naturales: no querer quemar etapas. No entusiasmarnos porque sale con un chico o chica, como si tuviéramos que casarlos a toda costa…


          
8- La sexualidad es como una “perla preciosa” que guardamos en nuestro interior, que debemos proteger y custodiar, hasta encontrar la persona adecuada con la que compartir toda la vida, hasta el fondo del ser. Y así formar un proyecto vital común.

            
Y hemos de comprometernos con una persona para siempre, para regalar esa perla preciosa: nuestra intimidad, la esencia de nuestra persona…, por amor, y para amar a lo largo de los días. No es algo que se ofrezca sin más al primero que se presente.



           
9- Por eso un gran pensador dijo que, “la fidelidad a lo largo de los días es el nombre del amor”. El amor exige fidelidad por la grandeza de cada persona, y por la familia que forma...



    

           Se trata de ¡aprender a amar! 

como consecuencia, 

"ser felices haciendo felices a los demás" 

       En especial a la persona que se elige por amor

para formar un proyecto vital común: una familia




                                                             ****


        
Espero que te haya resultado útil, y lo puedes compartir con amigos o padres con hijos en esta etapa... ¡Muchas gracias!


Dejo enlaces de otros post:

* Preadolescentes I: enseñarles a manejar el timón 

Entrenar la voluntad (preadolescentes)

La afectividad (en edades preadolescentes)

Educar el corazón (preadolescentes)






                                                                             Mª José Calvo
                                                                              optimistas educando
                                                                              @Mariajoseopt



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