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lunes, 26 de agosto de 2013

ENCARGOS: TIEMPO DE COLABORAR


                                          ¿ENCARGOS...?

        El ambiente de familia, saturado de cariño, nos ayuda a crecer como personas singulares. También a la hora de formar a los hijos en muchos valores y virtudes, como la empatía, la fortaleza, el servicio a los demás, la alegría y el optimismo, la generosidad, la cooperación en casa... También a respetar y tener un horario, a acostarse a su hora, a no protestar por las comidas, a agradecer el esfuerzo y trabajo de los demás... etc. De esa forma, se hacen más autónomos, responsables, y piensan en los demás.

      Por eso, es necesario que tengan unos encargos para que hagan más suya la familia y el hogar, y desarrollen todas sus capacidades. "Quien no participa no se integra". También es bueno que se planteen pequeños objetivos, valiosos, que les den mayor autodominio y habilidades concretas, incluso para fortalecer su voluntad y agrandar el corazón.


   Es fundamental que vayan aprendiendo a ser autónomos cuanto antes, adquiriendo habilidades y destrezas, teniendo en cuenta sus intereses, dejándole elegir, tomar pequeñas decisiones, y relacionándose con los demás. "El primer instinto del niño es actuar por sí solo, sin ayuda de nadie y su primer acto de independencia es defenderse de los que intentan ayudarlo", dice la doctora M. Montessori.






     Como ya vimos en el post, "el ocio y el arte de descansar", podemos aprovechar todo el curso, y también el tiempo de vacaciones, para formar a nuestros hijos, y que aprendan a pensar en los demás y a querer. Además, ellos nos están mirando todo el día y ¡aprenden todo por inmersión!


Pensar entre los dos cómo educar a nuestros hijos, cómo formarlos, cómo quisiéramos que fueran, partiendo de su singularidad y cualidades específicas, con unos valores nobles, y cómo nos gustaría que trataran a los demás... Ponernos de acuerdo a la hora de exigirles algo en concreto. También intentar vivir lo que esperamos de ellos, pues necesitan verlo plasmado en nosotros, para aprender y tratar de imitarlo.






Para disfrutar todos juntos, es importante organizar una serie de encargos para que todos colaboren en sacar adelante la familia, y el trabajo diario que requiere, pero simplificando en lo posible. Les ayudan a crecer como personas, a adquirir autonomía y habilidades, y a pensar en los demás: ¡a ayudarles! 





También a valorar más todas las tareas de la casa, que, a veces pasan más desapercibidas, y las dan por supuesto... No saben el trabajo y esfuerzo que supone atender a los detalles para crear ambiente de hogar, para estar pendientes de todos, de lo realmente importante...





           No se trata de evadirnos de ello, ni de hacerlo mejor nosotros mismos, sino, de enseñarles a que sean autónomos y adquieran unas habilidades y competencias, y una madurez, haciéndolos responsables de sus encargos y colaboraciones, para construir la familia entre todos, día a día. 








        Esto es trabajar en equipo, aunque los padres supervisemos todo ello, dependiendo de las edades de los hijos. Pero, tratando de no darles todo hecho, porque así les sobreprotegemos y, por tanto, no sabrán hacerlo, y no madurarán. Ser conscientes de que toda ayuda innecesaria ¡es una limitación para quien la recibe...!



      Los niños que colaboran con las tareas del hogar tienen más posibilidades de aprender miles de habilidades y también responsabilidades, capacidades únicas, empatía y ayuda a los demás... etc. Y, en el fondo, es lo que se necesitan en la vida para conseguir lo que se proponen, con una meta valiosa, desarrollando los propios talentos y cualidades, potenciando la singularidad de cada uno, y alcanzando mayor plenitud personal. ¡Siendo más felices!




              Además, en familia se aprende a interactuar con otras personas, a tener en cuenta sus sentimientos, a quererlas por sí mismas, sin tener que demostrar nada. Se nos ayuda en lo que necesitemos..., y se aprende lo importante de la vida, a la luz del cariño. También es donde se adquieren las habilidades personales, de comunicación..., a resolver problemas, a tener iniciativa, creatividad e imaginación, y, en definitiva ¡a querer a los demás!



Además los niños vienen a este planeta con ansias de desarrollar su talento, su creatividad, algo ya inscrito en los genes, como la comunicación y la cooperación, que refiere Carl Woese, un microbiólogo que estudiaba este tema. Los genes son capaces de ayudarnos a ser originales y creativos, a establecer lazos... Es el modo de actuar de la naturaleza humana. 


Estas capacidades se despliegan cuando el niño disfruta, y permiten un estado mental emocionante, de “flow”, al estar inmerso en una actividad que le apasiona, desconectado del resto. Está feliz descubriendo eso tan increíble para él, disfrutando al máximo.







Para ello, dedicar tiempo para enseñarles a hacer lo que hayamos decidido entre los dos, teniendo en cuenta sus capacidades y gustos, y sus puntos fuertes, para apoyarnos en ellos a la hora de pedirles algo. Y, confiando en que se esforzarán, incluso en aquella faceta que más les cueste. Por eso es aconsejable poner un encargo que les cueste un poco, junto a otro que les guste más, o que disfruten con él, para animarles.

 Los hijos tienen el derecho y el deber de participar en el progreso familiar. Y así van adquiriendo destrezas y capacidades, y se van haciendo más autónomos y maduros.


        La familia la sacamos adelante entre todos, no sólo entre los padres, que la mayoría de las veces lo haríamos más rápido y mejor... Pero es preciso dejarles hacer, dejarles ser ellos mismos, que compartan las cosas, que pongan su firma con ese detalle que les gusta, o ese modo de hacer.






        Estos objetivos que hemos pensado se pueden concretar en "planes de acción" para tratar de hacerlos vida. Te lo cuento en otro post. Debemos asegurarnos de que cada hijo se siente querido, sabe lo que se espera de él, y está motivado para lograrlo. También decirle lo que está haciendo bien o mal, pero ¡poniendo el énfasis en lo bueno! Animarles con un sonrisa, y un ¡tú puedes!, o inténtalo de nuevo...

        Desde traer los pañales o el biberón para el hermanito, hasta cuidarle o leerle cuentos o, poner la mesa, regar las plantas, comprar el pan, pasar la aspiradora, limpiar el polvo, barrer la cocina, cocinar algo sencillo, utilizar distintos utensilios, fregar algo, poner el lavaplatos y recogerlo... según la edad que tengan. Primero habrá que hacerlo con él o ella, y enseñarle. Luego, que lo haga solo, que disfrute y adquiera un buen hábito, y así va aprendiendo diversas habilidades y se siente "importante" en la familia. 



       Además, son una buena herramienta para educar su voluntad, fomentar sus cualidades y destrezas,
 hacerlos más autónomos y responsables, sabiendo pensar en los demás: alegrándoles la vida. Poniendo ese detalle de cariño y servicio a esas personas.










         Tipos de encargos

     A grandes rasgos, relacionados con ellos mismos, los que facilitan la convivencia en familia, y, los enfocados hacia los demás.

     1.- Los relacionados con ellos mismos son, por ejemplo, su aseo personal, depositar la ropa usada en su lugar, ordenar sus cuentos, juguetes, o libros, recoger la habitación, organizar su mochila, hacer un planning, hacer la cama, levantarse puntual… Hay niños que son más introvertidos y este tipo de encargos les gusta más, pero también hay que animarles a pensar en los demás. 





         2.- Los referentes a la convivencia pueden ser atender al teléfono, a la puerta, recoger la sala de estar, poner un jarrón de flores, echar a lavar las toallas de los baños cuando sea necesario, reponer lo que haga falta, limpiar, pasar la mopa, comprar el pan...




        3.- Y, los relacionados con los demás. Por ejemplo lavar la ropa, poner el lavaplatos, ayudar a los hermanos en algo concreto, atender y visitar a los abuelos…, tener detalles en familia, mirar a los ojos, preocuparse de preguntar qué tal están..., hacer la tarea del hermano que está un poco mal... etc. Este tipo de encargos les gusta a los niños o preadolescentes cuyo carácter es más extrovertido, "hacia los demás"... A ellos hay que ayudarles también a organizarse con los encargos del primer bloque.



                     Abajo pongo una tabla con más ideas por edades. 


        Como todos en la familia formamos parte del “equipo”, podemos combinarlos de forma que, no solo se preocupen de ellos mismos, sino, y sobre todo, que estén pendientes de los demás. Teniendo en cuenta el carácter de cada uno. Así se acrecienta el cariño, la empatía y la generosidad, el aprender a compartir, la gratitud... etc., entre todos los miembros de la familia.




       
* ¿Deben ayudar los hijos en casa...?

        Lo ideal es lo suficiente para que valoren las cosas y contribuyan a construir familia. Que no se pasen el día protestando porque no está de su agrado la comida, la excursión, o lo que toque… Que estén integrados en la familia porque participan activamente: es algo "suyo", y tienen parte de responsabilidad. Toda ayuda a las personas que más queremos es necesaria, y es fuente de madurez.


        Que sienta que es “co-responsable” de lo que se hace en ese momento. Así no puede “echar” la culpa a nadie. Esto es importante, sobre todo en la adolescencia, pues se presta más a criticar lo que ven, a no colaborar, si no hemos formado antes el hábito de pensar en los demás, o si no les motivamos con nuestro ejemplo, cariño y buen liderazgo.

        De esta manera, vamos consiguiendo apoyarnos en el trabajo de nuestros hijos, para que la casa funcione, y para construir un ambiente adecuado, haciendo que sea amable, divertido y enriquecedor convivir en nuestra familia. Así podemos luchar por lograr nuestra mejor personalidad en familia, a la luz del cariño. Porque, el sentirse querido, es fundamental para el desarrollo personal, especialmente cuanto más pequeños son los hijos. Y luego, también es el ambiente propicio donde, cada uno, puede lograr su plenitud como persona singular que es.
                       




                                                                                                                          
Dejo una lista de tareas y encargos por edades, un poco orientativa, para en cada familia se organice según sus características, necesidades, valores... etc. Sabiendo que siempre los padres tenemos que guiarles en en todo, incluida la tecnología. Que no dejemos paso a la comodidad, o demos demasiadas facilidades, cuidando el desarrollo cerebral, y la seguridad y peligros de la red. También la sobreexposición a pantallas en edades infantiles: si quieres ampliar el tema tengo varios post de tecnología. Por ejemplo "tecnología, desarrollo y familia". Dejo enlaces abajo.






Sin olvidar eoptimismo, "resello" de este blog, tan importante para descubrir y apuntar a lo mejor..., que da fuerza, ánimo y motivación para luchar por metas altas y nobles. Incluso cambia nuestro cerebro: estimula sustancias neuroplásticas, aumenta el flujo sanguíneo, cambia la expresión de los genes… Pone ilusión y entusiasmo en la vida.



        
Espero que haya sido útil, y puedes comentar y compartir con amigos. ¡Muchas gracias por difundir!




Dejo enlaces relacionados sobre: 



        Tecnología-cerebro-y-familia       
                          

Nuestro-mejor-proyecto (de pareja)

* Actividades en verano: "vacaciones a la vista"




   * Libros y películas en familia

                                                                                 
             

                                                                         Mª José Calvo
                                                            optimistaseducando.blogspot.com
                                                                         @Mariajoseopt




URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2013/08/el-verano-tiempo-de-colaborar-en-familia.html