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miércoles, 30 de octubre de 2019

AYÚDAME A CRECER...




                                "AYÚDAME A CRECER"...


          
Este post lo escribe alguien que conoce muy bien el mundo de la educación, y ha dejado una huella maravillosa e imborrable en muchas personas.




         
¿Cómo educar a nuestros hijos...? ¿Para qué...?

         
No es una tarea difícil ni imposible, y la realizamos casi sin darnos cuenta, porque, nos están mirando todo el día. Transmitimos lo que somos.





         
Podemos seducir con la belleza de unos valores hechos vida, ser un referente para ellos, motivar con elegancia, con nuestro cariño por ellos. 


         
Descubriendo toda la belleza que cada persona encierra en lo profundo de su ser. Dejando aflorar esos talentos, cualidades y capacidades de cada una... 







   
Presentando ideales nobles, por los que luchar y vivir. Sin imponer, ilusionando con una meta atractiva..., fomentando la curiosidad, el propio pensamiento, el trabajo en equipo, el pensar y tener en cuenta a los demás, mostrando empatía, para conectar de veras. Y luego, saber ayudarles en lo que necesiten. 


La familia es el ámbito natural donde se forma cada persona, cada hijo, gracias al amor incondicional de los padres. Surge de ese "generador" del amor de los esposos, que da su luz y su calor en todas las circunstancias de la vida. 

La persona aprende a querer por inmersión, cuando se siente entrañablemente querida. Así se construye a sí misma.

En este ambiente, se aprende lo importante de la vida, con el enfoque adecuado, de las personas que nos quieren.






El amor y la confianza, que nacen de la aceptación incondicional, hacen que cada hijo se sienta muy querido, y permiten que salga a la luz su mejor personalidad, con sus talentos específicos. 

Son como el "horno" donde se cuece la mejor personalidad de cada uno. Y es en la familia donde se forjan personas capaces de desarrollarse bien, ser auténticas personas, y poder querer a los demás... Principal asignatura de la vida.


Los padres tenemos esta misión, que se traduce en hacerlos responsables, enseñarles a querer, poniendo el corazón. La conciencia de esta misión tan "sagrada" hace de los padres auténticos líderes, estimulando lo mejor de ellos, y además los engrandece.

    

       A veces, a la hora de educar a los hijos, pensamos en tareas de veras complicadas que nos pueden superar, pero, atendamos a esta anécdota.



       Transcribo una cita de un pequeño libro que me regaló hace mucho tiempo una persona muy querida..., de un gran pedagogo: Tomás Alvira, con todo mi agradecimiento. Cuántas veces he utilizado este lema en cursos de Orientación Familiar...



"El rótulo que había en el jardín de aquel colegio, "Ayúdame a crecer", no contenía prohibición alguna, ni advertencias de castigos: únicamente una frase –que parecía salir de las mismas flores– solicitaba de las alumnas, con suavidad –ni siquiera tenía signos de admiración– ayuda para crecer, para desarrollarse.


Como no es fácil resistir a una solicitud hecha con esa elegancia, las profesoras me contaban la respuesta cariñosa de las colegialas. Desde aquel día ellas mismas se encargaron de cuidar las flores; planearon, en primer lugar, la forma de realizarlo: procuraron capacitarse, compraron libros, estudiaron las principales características de aquellas plantas, sus necesidades, y, también, algunas propiedades de la tierra que les servía de soporte.





Tras una minuciosa distribución del trabajo, comenzó la ayuda a las plantas para lograr su mejor desarrollo, porque de eso se trataba, eso era lo que las plantas les habían solicitado: ayuda para crecer.


Unas regaban a horas determinadas; otras, quitaban las malas hierbas; algunas mullían el suelo… Había trabajo para todo un grupo de chicas, y gracias a él, las plantas se iban desarrollando perfectamente y producían preciosas flores, anuncio de frutos sazonados y de semillas con vidas en potencia.





Aquella frase tuvo, sin duda, un gran valor educativo para las alumnas. Al responder a la llamada de las plantas se inició una nueva actividad, la planearon previamente con cuidado, se desarrolló en ellas un sentido de responsabilidad, trabajaron en equipo y gozaron al ver más lozanas las plantas de su jardín por el esfuerzo que ellas habían realizado.



Salí contento de aquella visita al colegio, marché de allí con alegría de haber visto la preocupación de unas profesoras por los pequeños detalles pero, sobre todo, por haber observado el modo elegante, fino, utilizado con aquellas chicas para conseguir de ellas, con una simple llamada cariñosa, una actividad que realizaban ahora gustosamente, en vez de quererla conseguir por medio de advertencias o castigos, que sin duda les producirían temor y restarían espontaneidad y alegría a las tareas que realizaban."


Espero que te haya gustado, y te sirva a la hora de ilusionar y concretarlo en tu familia o colegio.


En esta línea, unas ideas para motivar..., de Antoine de Saint-Exupéry.














                                                                  Mª José Calvo
                                                               optimistas educando y amando
                                                                      @Mariajoseopt   




URL: 
https://optimistaseducando.blogspot.com/2019/10/ayudame-crecer.html

                                                            

domingo, 20 de octubre de 2019

EL TESORO DE LA AMISTAD




                                                      EL TESORO DE LA AMISTAD


Sentirse a gusto con los amigos... ¿Has tenido esta experiencia? 

Ser capaz de ser amigo.
Es algo muy grande que nos libera de nosotros mismos, 
nos da vitalidad, 
y alas para volar alto, pensando en ellos.



La amistad no es algo de menos categoría que el amor, sino que es una forma de amar. Nos lo recuerda C.S. Lewis con su propia experiencia. Lo cuenta en su libro "Los cuatro amores", que te recomiendo. En su país, Inglaterra, es frecuente caminar y dar largos paseos por el campo. Cuenta que hacían grandes caminatas conversando entre amigos, y luego un descanso en una taberna, alrededor del fuego, con algo para beber. Y disfrutaban de la compañía y de la conversación entre ellos. Cada uno contaba lo que llevaba en su cabeza y en el corazón, con confianza en los demás. Compartían muchas cosas, debates, pensamientos, ideas, imaginación, lo que estaban escribiendo..., la vida misma. Hacían tertulias y lo pasaban en grande en ambientes ruidosos y alegres. 



Luego, reflexionando, decía que la amistad es uno de los dones más preciados que la vida nos puede regalar. Y ¿quién puede decir que lo ha merecido?




Un encuentro entre dos personas que comparten algo que las une. Porque, estamos diseñados para las relaciones personales. Nuestro cerebro es social y empático. Te lo cuento en otro post. Hace falta mirar a los demás, darles la oportunidad de que nos cuenten lo que necesiten...

Es importante, no solo dar "cosas", sino también darse uno mismo, nuestro tiempo y nuestra persona a quien llamamos amigo. Como decía un gran amigo, "la persona es un ser de aportaciones...", necesita darse a los demás. Es lo propio de ella, y lo que le da mayor plenitud personal. Y la forma de alimentar cualquier amistad. Y como consecuencia, se es más feliz.



La amistad se forja con el tiempo. Puede surgir de un granito de arena..., y se solidifica con el trato. Se nutre de momentos juntos, de conversaciones, en las que se abre el propio corazón. Se ayuda, se comprende, no se juzga, se aporta, y se estimula lo mejor del otro... Un amigo te ayuda a crecer como persona.





Para ello es necesario poner en juego las cualidades personales, como la comprensión, el saber escuchar, no solo con los oídos, sino también con el corazón. La empatía, para profundizar esa comprensión, y para atenderle en lo que precise, según su forma de ser o sus circunstancias... etc. Saber descubrir las fortalezas y talentos del amigo, esas cualidades en las que cada uno es especial y ¡único! Así, ayudarle a crecer como la persona singular que es.




Cada persona es alguien tan valioso, y "cuasi sagrado", que hay que acercarse a ella, a cada una de ellas, con admiración y respeto. Mostrando nobleza y confianza, y sobre todo cariño. Esa es la actitud a tener ante cualquier persona.





Saber mirar con ojos "de buen amigo". Descubrir todo lo bueno que tiene, que siempre es mucho más de lo que se ve a primera vista. Comprender limitaciones y fallos, estados de ánimo más o menos oportunos... Incluso ponerse unas "gafas tintadas" si hiciera falta para descubrir sus cualidades. A veces pueden estar algo ocultas, quizá por falta de una mirada comprensiva, o por falta de cariño a su alrededor... Incluso, puede que esa persona no las advierta. Y así las podrá desarrollar. 



Se necesita calma y paciencia. Es preciso ensanchar el corazón, abrirnos a los demás para agrandar las fronteras del propio corazón y albergar a todos. Comprender que cada uno libra una batalla en su interior. Ser amables, romper la soledad del otro, dar confianza, dejarle abrirse..., escuchar con el corazón lo que quizá quiere decir y no se atreve... 






Ayudarle a descubrir toda su grandeza, la maravilla velada en él, todo lo valioso que es y lo que puede hacer con sus talentos y facultades, que revelen un sentido de su vida más pleno. Cada persona es libre para ser ella misma, solo falta ponerse manos a la obra y desarrollar toda esa potencialidad innata que se nos ha regalado a cada uno, específicamente y ¡singularmente!




                                         
Decíamos en una entrada sobre la libertad, que el "para qué" de esa libertad, esa meta valiosa por la que luchamos, es muy importante, porque de ello depende que logremos la mejor versión de cada uno, o, que vayamos en sentido contrario: hacia algo que nos despersonaliza o cosifica..., que al fin y al cabo nos destruye como personas. Y el amor, la capacidad de querer a los demás, es un punto clave. Ser capaces de amar nos aporta mayor plenitud personal, y consecuentemente nos hace más dichosos. En esa capacidad de querer entra la amistad, además del amor en pareja. Y ambos son fuente de libertad creativa, afecto y felicidad.






Por otro lado, 


el sentirse valorado y querido, estimula lo mejor de cada uno
y anima a luchar por lograr la mejor personalidad. 




Porque, 


     el cariño y la confianza son como el horno donde se "cuece" 
la mejor personalidad de cada uno, 
en especial en la familia.




Ser buenos amigos, que no es buscar buenos amigos, aunque también... Sin precipitarnos a juzgar o criticar... Cultivar el arte de escuchar lo que deseen contarnos, con comprensión, sin necesidad de dar consejos a todas horas... Escuchar más allá de la palabras, leer entre líneas eso que se nota pero no se ha dicho..., usar esa empatía e inteligencia emocional, tan propias de la persona, y de las relaciones personales.





Esto puede ayudar y animar a la otra persona en un momento de debilidad o sufrimiento. Puede infundir confianza en sus posibilidades, y fortaleza para no sucumbir ante esas dificultades. ¡Sin "airear" lo que se nos confía en la intimidad...! 




Todos necesitamos que alguien nos escuche y comprenda, sin opinar. Que nos dé consuelo en momentos difíciles. Y un buen amigo es un gran tesoro: amable, comprensivo, y nos ayuda a crecer. En la amistad relucen esas cualidades y actitudes que nos tornan más amables y virtuosos, ¡más personas!, más humanos.



Algo real y bonito, y con mucho calado, que señala Aristóteles: "La amistad perfecta es la de los hombres buenos y virtuosos, porque quieren el uno para el otro lo auténticamente bueno". ¡Esa es la verdadera amistad!, la mejor amistad.






El mejor amigo es el que despierta el deseo de ser mejor al otro, porque él mismo va por delante y tira para arriba. Le hace sentir el atractivo de la belleza de lo bueno, sabe seducir con esa belleza. Se esfuerza en vivir aquello que cree importante: seduce con su ejemplo y coherencia de vida.


Un pensamiento de Ramón y Cajal tan animante:

"La jovialidad de los amigos constituye el mejor antídoto contra los desengaños del mundo. Invirtiendo el viejo refrán, debiéramos decir: «quien bien te quiera te hará reír»".



                                                            * * *




También es, y debe ser, el “plato fuerte” del amor en parejade un amor verdadero, ¡auténtico!, bueno y hermoso… Donde se ancla firme esa relación. Es lo que le da estabilidad y fuerza al amor, con sentimientos favorables, y también en épocas de pequeñas "crisis"... Y ayuda superarlas, da su "savia" nueva para que ese amor se desarrolle: ¡lo nutre con esa amistad! 

        




 "Tips" para fomentar la amistad


*Aprender a sonreír. Ensayar sonrisas..., ser amable, buenos modales.


*Prestar atención a los demás: interesarse por sus ilusiones, preocupaciones, gustos, proyectos, dificultades… Ser leales, no cambiantes según el viento que sople.





*Pensar qué necesitan y estar en los detalles: "el pulso" del amor, y de la amistad.

*Escuchar es más importante que hablar. También con el corazón. Y saber animar cuando haga falta, con optimismo.  





*Hablar en positivonada de desprecios e ironías, que destrozan la convivencia.

*También ayudar a hijos, con buenas preguntas, a pensar en los demás, a tener en cuenta sus sentimientos, a mostrar empatía. Por ejemplo: ¿cómo crees que se habrá sentido por eso que le has dicho?, o, ¿cómo crees que me sentiré si te retrasas de tus clases?, o, ¿cuánto tiempo hace que no llamamos a…? Y luego, actuar en consecuencia, ¡ayudarles!






Espero que te haya gustado, y puedes compartir con amigos. La amistad lleva a compartir lo que uno posee, en especial lo bueno... ¿no?


                                              ¡¡Muchas gracias!!



Dejo enlaces relacionados por si quieres leer algún tema:





      



          
                                                                          Mª José Calvo
                                                                      optimistas educando
                                                                          @Mariajoseopt


URL:

https://optimistaseducando.blogspot.com/2019/10/el-tesoro-de-la-amistad.html

jueves, 3 de octubre de 2019

UNA CARTA... Y ALGUNAS REFLEXIONES






                                                           UNA CARTA...


Después del post sobre la belleza, con ideas de Audrey Hepburn, hoy un poco de esa "fuerza universal..." que todo lo puede, lo trasciende y lo sana.

Hace tiempo encontré una carta, y me hizo pensar algunas cosas... Anoto algunas reflexiones.


Hay una fuerza invisible y poderosa para la que la ciencia no ha encontrado una explicación cuantitativa. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Es el AMOR.

Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.

El Amor es luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. 
El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. 
El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. 
El amor ¡es creador de por sí! Sana heridas.



Esta fuerza lo explica todo y da SENTIDO a la vida. Ésta es la variable que olvidamos a veces, tal vez porque el amor cuesta esfuerzo, o nos da miedo...

Si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser que en él habita, a nosotros mismos, el amor es la única y principal respuesta. 

Me recuerda aquello de: "si no quieres sufrir, no ames, pero, ¿para qué quieres vivir entonces...?


Quizás aún no sepamos dar AMOR a raudales, lo bastante fuerte para inundar todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan y erosionan las relaciones personales. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor, cuya energía espera ser liberada. 






De cada uno de nosotros depende el que seamos luz y calor para los demás, que les alegremos la vida, o, que seamos "depredadores" y egoístas, pensando solo en el yo...




Cuando aprendamos a dar y recibir cariño, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede. Nos hace personas más plenas, y, como consecuencia, más felices.



Enlazo con una idea de Einstein, que da muchas respuestas, y ánimo para bregar en la dirección correcta, conquistando libertad personal: "Dios no creó el mal; es la ausencia de Dios en el corazón de los seres humanos"... que nos hace "extendernos en ciego egoísmo".



Espero que te haya gustado el post y que nos ayude a la hora de concretar retos en nuestra vida... Como le dijo la Rosa al Principito: "No lo entiendas, ¡vívelo!"



                                                                  Mª José Calvo
                                                                  Optimistas Educando y Amando
                                                                  @Mariajoseopt


Dejo algunos enlaces relacionados:









URL: 
https://optimistaseducando.blogspot.com/2019/10/carta-de-un-padre-su-hija.html