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miércoles, 23 de diciembre de 2015

¡¡FELIZ NAVIDAD!!

                              


                                           ¡FELIZ NAVIDAD!, EN BELÉN...


Ya queda menos para la Navidad. Podemos aprovechar para poner el Belén entre toda la familia, en un lugar importante de la casa. Es algo divertido, estimulante, enriquecedor y creativo. Así poder disfrutar juntos de algo fantástico.


        Se pueden traer unas piedrecitas, un poco de hierba o musgo, unas ramas, unas hojas secas, pajitas para el portal, cortezas de árbol, o lo que se nos ocurra. Y también unas figuritas, o podemos hacerlas de barro, de plastilina, de arcilla… Y el portal es fácil hacerlo con corchos o cortezas de árbol, o incluso con papel marrón arrugado, a modo de cueva… También podemos recortar estrellas de cartulina, y forrarlas de papel charol, hacer ríos de papel de plata, caminitos de serrín, o de arena… Y así pasar un rato divertido, haciendo algo creativo, nuevo y trascendente a la vez. 







De esta manera, podemos enseñar muchas cosas a nuestros hijos, y podemos aprender de ellos a ver las cosas con ilusión, sabiendo sorprendernos de lo importante, de lo bello, del misterio que ocurrió en Belén, y que puede ocurrir de nuevo en nuestra familia…



Cuando ya lo tengamos montado, con solo mirarlo ya nos damos cuenta de muchas cosas. Que todo un Dios se hace pequeño: uno de nosotros, y se esconde en una familia muy querida. No alardea de su realeza, sino que se manifiesta a los más sencillos: los pastores. 

         Y los ángeles del cielo cantan al Niño, porque no salen de su asombro. También se ve la pobreza de nacer en un establo, sin miles de cosas materiales, accesorias, porque lo que realmente importante es el cariño de la Virgen, de San José, de los pastores, de los ángeles, de los Reyes Magos…



Podemos poner creatividad, y con nuestros hijos pequeños hacer un “juego”. Transformarnos en un personaje de aquella época, escondernos en el portal, ir con los pastores a ver al Niño, llevarle un queso, un tarro de miel, o algo de ropita, o cantarle una canción. Imaginarnos que podemos ayudar a la Virgen, o que hablamos con San José… ¿Qué les diríamos?, ¿que nos transmitirían?, ¿cómo actuarían?


Con nuestra inteligencia y nuestra imaginación podemos traspasar los límites del tiempo y del espacio, y crear nuestra propia historia. Cada uno la nuestra, o ir toda la familia juntos visitar al Niño. Podemos mirarle, cantarle villancicos, darle las gracias, hablar con él, contarle nuestras preocupaciones, alegrías, y pedirle ayuda para tantas cosas…



El Belén es como una aplicación que nos enseña a conectar con ellos con solo mirarlo. Es como una "máquina del tiempo" que nos transporta a otro mundo, que nos ayuda a meternos en Belén, en la vida de la Sagrada Familia. 


Incluso aprender de ellos muchas cosas: a pensar en los demás, a preocuparnos por ellos, a tener detalles de servicio, a alegrarles la vida, a no ser caprichosos, a dar luz y calor a los que nos rodean, a considerar a las personas más importantes que a las cosas, a ser sencillos, a no reservarnos nuestras cosas, nuestro tiempo…, sino ponerlo a disposición de los que nos rodean.

            




Podemos imaginar cómo se tratarían María y José, con qué cariño, con cuantos detalles, aunque no tuvieran casi nada material, pero sí un espíritu entregado, generoso, alegre, animante…, e ilusión por alegrar la vida a todos.


¡Con cuánto amor cuidarían al Niño! Le prepararían una cuna confortable y calentita, le besarían, le mirarían, le sonreirían, le cantarían, le bailarían, y ¡no saldrían de su asombro!





         También podemos hacer un "plan de acción" con los niños, con un pequeño objetivo, y cuando logren algo, o tengan detalles con los demás, pueden pintar una pajita de la cuna, alguna estrella, o una figura... etc., según la edad. Podéis descargar esta foto para colorear.










Así, podemos aprender a usar la imaginación y la creatividad para buscar ocasiones y demostrar el cariño a todos, especialmente en familia. 

       Aprovechar la fuerza del Belén para mejorar las relaciones familiares. Es un tiempo especial para ello, para pensar en los demás, ¡para alegrarles la vida…!

     Y para esto no hace falta gastar, sino poner ilusión, sorprender con cosas concretas, regalar luz y cariño en estos días tan entrañables, poniendo el corazón en ello.

  Os deseamos de todo corazón, una muy ¡¡FELIZ NAVIDAD!! 





Dejo enlaces de otros post navideños:


Significado de la Navidad

Historia de un belén



* "Días de familia", con ideas para disfrutar en familia, regalar libros y películas entrañables...


 Y un vídeo sobre "el mejor regalo navideño..."


Cuento-de-Navidad-Bartolo


                                                                                 Mª José Calvo
                                                                              optimistas educando 
                                                                                  @Mariajoseopt



URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2015/12/feliz-navidad.html


viernes, 11 de diciembre de 2015

DAR LUZ Y CALOR, REGALAR AMOR



                                       DAR “LUZ Y CALOR",  REGALAR AMOR

                                   
             
Dios creó al hombre, y pensó: “No es bueno que el hombre esté solo”; por eso hizo a la mujer. Ambos a su imagen y semejanza. De aquí que ambos tengan la misma dignidad, y ambos participan de la belleza y de la armonía por igual. Diseñados para amar. Muy en especial a la persona que se elige y con la que uno se compromete a querer por el resto de sus días...

           
El amor en pareja es un encuentro entre dos personas, él y ella, que llega hasta el fondo del ser de cada uno... Y en esta unión se da la compenetración de las dos, para formar una “nueva unidad” en el amor. Un proyecto común.



Iguales en dignidad, pero diferentes y complementarios entre sí, no solo físicamente, también psíquicamente. Y recíprocos. Somos seres recíprocos: estamos diseñados para el otro: la mujer para el varón, y el varón para la mujer. Y en ello encuentra cada uno su mayor plenitud y es auténticamente feliz.

            
Somos diferentes, por eso nos atraemos y nos enamoramos. Vemos en el otro unas cualidades especiales que le hacen diferente, singular, ¡único en el mundo!

               
Pero, nos complementamos: cada uno ve el mundo desde un punto de vista diferente, y así se comprende mejor cada cosa. En la diferencia está la riqueza, y se hace patente la belleza y el esplendor del universo. Las diferencias nos singularizan, y si se ponen al servicio del amor se logra sinergia.
 
Porque “él” ve todo de forma más global; “ella” se fija más en los detalles. A él le gustan las ideas en general; a ella los hechos concretos en que se encarnan. Por eso está en los detalles cotidianos...

               

Y también somos distintos en los gustos, en la forma de relacionarnos con los demás, en la forma de dirigir la familia... Pero, cada uno enriquece al otro, y le aporta algo de que carece. En la unión está la riqueza, y se va logrando una sinergia creciente.

            
Por ejemplo, es propio de la mujer el acoger al otro. Es como “una casa” donde los demás van a descansar, a encontrar cariño, calor de hogar, delicadeza, a recargar energías. En cambio, es más propio de él el salir de sí, acudir al encuentro de ella.

        
Esas diferencias son las que nos atraen y enriquecen, y nos complementan. Por eso es bueno valorarlas, y ponerlas al servicio del otro, hacer equipo, y lograr una unidad de dos en un solo corazón. Que de eso se trata: de mostrar el cariño a la persona querida. ¡Regalar amor!


            
El amor recíproco es ese “generador” que da su energía a toda la familia, en cualquier circunstancia. Y la otra persona es una “presencia iluminadora”, en el sentido de que solo ella nos saca de nuestro “yo" y nos ilumina la existencia. Y el mundo entero cobra nuevo colorido, se torna entusiasmante.


           
Porque, no estamos creados para la soledad, sino para los demás. Y la otra persona hace de “imán”, nos atrae y ayuda a salir de nosotros mismos. Es como “un farol” encendido que nos da su luz y su calor, con el que tiene más sentido la vida.


En estas fechas navideñas, una película muy apropiada y entrañable para ver en familia puede ser "Qué bello es vivir", de Frank Capra, producida por Liberty Films. Es un canto a la vida, al amor, a las personas y a la familia..., con la ilusión de vivir con los seres queridos.









          
Pensar cómo vivir la Navidad, poniendo el corazón, atendiendo a los que tenemos cerca en familia, y que no nos pase como de resbalón sin que nos cale su mensaje entrañable lleno de amor y esperanza. 

Repensar su auténtico significado antes de que las prisas y los regalos nos llenen el tiempo. Sorprendernos del misterio de que todo un Dios se haga tan pequeño: un Niño recién nacido, uno de nosotros, en una familia, para no acostumbrarnos, para no darlo por supuesto y poder saborearlo y contemplarlo en el Belén.  
               



También usar la imaginación para acercarnos al Portal, acompañar a los pastores, llevarle un regalo, cantarle villancicos, y prepararle un lugar calentito en el corazón. Escuchar a María y José..., aprender de ellos.

        
Los niños lo viven todo sumergido en cariño del bueno, que no significa que los "ahoguemos" en regalos, sino que aprendan a pensar en los demás, en la propia familia, en los que tienen menos posibilidades o pasan por dificultades y sufrimiento.



            
También pensar qué detalles tener en pareja, para alimentar el amor, y que el otro se sienta de veras querido, querida. Olvidar algún rencor, perdonar un malentendido... etc., también en familia.


           
Por eso, estas Navidades mirar al Belén para dar luz y calor a los que nos rodean. “¡Regalar amor!” ¿Cómo? "Copiando" a la Familia de Nazaret... Agradeciendo esas cualidades del otro y esos detalles, ese esfuerzo, y siendo generosos en regalar cariño y atenciones, gestos y delicadezas…, para que todos en la familia se sientan muy queridos. 








                                                                              Mª José Calvo
                                                                       optimistas educando y amando



Y un artículo publicado en la revista Hacer Familia..., que te recomiendo😍












URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2015/12/luz-y-calor-regalar-amor.html

viernes, 4 de diciembre de 2015

LA ILUSIÓN EN PAREJA



                                                        REILUSIONARSE...


En pareja es importante cuidar y "cultivar" el amor como un buen jardinero. Porque el amor se alimenta de muchas cosas: de pasión, de admiración, de ternura y asombro, de delicadeza, de servicio atento, y también de amistad. La amistad lo hace más consistente y duradero, reafirma la pasión inicial, concretando la unión de los dos.

Hace falta poner ilusión para hacer realidad nuestro sueño, nuestro proyecto, a lo largo de la vida. Y la ilusión deriva del amor: del sentirnos queridos por la otra persona.


       
Como expresa Gustave Thibon, El amor comienza en ilusión en el alma, sorprendido y como engañado por el cuerpo. Todas las las cosas grandes, aquí abajo, comienzan por sueños.” Pero hay que saber mantenerla, y reilusionarse, a pesar del paso del tiempo, de las dificultades y avatares de la vida. ¡Hacer nuevo el amor cada día!






La ilusión está muy relacionada con el optimismo, con ver primero lo bueno, lo positivo. Con la admiración por el ser querido. También con saber descubrir la felicidad en las pequeñas cosas. Porque, lo que nos agrada y estimula, no son cosas raras, sino el valor de lo cotidiano: de una sonrisa, de una mirada, de un guiño, de un detalle, de un perdonar… En definitiva, el sentirnos valorados, estimados, y queridos.




Tener ilusión es desvivirse. Y desvivirse es pensar en el otro, volcarse en el otro, querer al otro tal como es, sin esperar a que sea “perfecto”, olvidándonos un poco de nosotros mismos. Es poner el corazón en el otro: pasar el centro del "yo" al "tú" del otro...

Se trata de conseguir entre ambos una “microesfera afectiva”, para poder disfrutar de ese “ambiente” donde estemos. Siempre pensando primero en el otro, en lo que le agrada, en lo que nos quiere decir, en cómo se encuentra… Es decir, desarrollando nuestras dotes emocionales. Con comprensión y empatía hacia él, hacia ella.


Para esto necesitamos un poco de generosidad, para entender la gratuidad del amor. Hay que salir de uno mismo. La persona es capaz de olvidarse de sí, para penar en el otro. Se trasciende a sí misma, va al encuentro del otro…
Por eso, hay que saber mirar a los ojos, y en un momento comprender al que miramos, para conectar realmente y poder ayudarle.

Para conseguirlo, podemos recrearnos en los comienzos de nuestra relación, especialmente en el entusiasmo que poníamos para cualquier proyecto, por pequeño que fuera. 

          
Procurar fomentarlo y reiterar el “sí quiero” con frecuencia, ahora que es si cabe más libre, cuando tenemos parte del camino recorrido. Si nos acercamos a la meta, si amamos, somos más libres, puesto que la libertad es para amar.


Hay que poner ilusión en mostrar empatía con quienes más queremos, en especial en familia. Para comprenderles, para ver sus sentimientos, los estados de su alma… El ser querido nos importa, y ¡mucho! Hay que comunicarlo, y saborearlo.

Porque, no solo se trata de estar juntos, sino de caminar juntos en una dirección, soñando, apuntando alto…, ayunándonos a lograr lo mejor de cada uno, pensando en el otro. Y la ilusión, junto con la imaginación, nos ayudan a plasmar ese cariño en la vida cotidiana. Que se sienta querido con obras y detalles, con expresiones sensibles del cariño, que todos necesitamos. Por eso, la generosidad de cada uno es lo que salva el cariño, especialmente cuando hay dificultades…







 
Y, el ser más amables mantiene la ilusión fresca. Hay que luchar en ello, hay que hacer el pequeño esfuerzo de ser amables con el otro. Si no, es muy difícil la convivencia. Y se trata de que sea ¡entusiasmante! el vivir y convivir junto a la persona que más queremos del planeta.

       




Dejo el artículo publicado en Hacer familia:






Y aquí dejo un corte de la película "Up", de Walt Disney y Pixar, de 2009, que plasma muy bien lo que es tener ilusión a lo largo de la vida, a pesar de las dificultades, de limitaciones, y del paso del tiempo...



                                                   



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Dejo enlaces relacionados:

                                              
Para amar mejor...





                                                              Mª José Calvo
                                                  Optimistas Educando y Amando                                                                                                                                                                                                   optimistaseducando.blogspot.com
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