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jueves, 24 de noviembre de 2022

EL PRINCIPIO DE LA VIDA Y SU BELLEZA: "donde todo comienza"



              
                         EL PRINCIPIO DE LA VIDA Y SU BELLEZA:
                                        "DONDE TODO COMIENZA"
                                                 

          
Todo comienza para un ser humano desde el mismo momento que sus padres, en un acto generoso y grandioso de amor, se entregan recíprocamente, y entregan una "síntesis de su ser" al otro por amor. Y la unión de ambas células germinales produce ese ser tan maravilloso en potencialidades, único en el planeta tierra. A través del amor de los padres recibe el mayor don posible: la vida.


El desarrollo de cada persona está en potencia desde el mismo momento de su concepción: se despliega todo un proceso de desarrollo y crecimiento. Es como una energía concentrada que tiende a expandirse, y a perfeccionar a esa persona: a ser una persona más plena, singular en características. Y, como para su concepción, precisa del cariño de los padres para desarrollarse y tornarse más y más real, desplegando sus capacidades, desarrollando todas sus posibilidades. No solo biológicas, con el crecimiento y diferenciación celular, y el desarrollo del cuerpo, sino también psíquicas, afectivas, espirituales, con todas sus facultades superiores como la inteligencia y la voluntad, la imaginación y creatividad, tan propias de La persona. Así como la libertad: su facultad "raíz" que denomina C. Cardona, la que posibilita todo lo demás. Es un proceso largo que conlleva muchos años, debido a su complejidad, pero es una maravilla.





Por tanto, para  lograr el desarrollo armónico de cada hijo, debemos atender a todas sus facultades: la inteligencia y el pensamiento, la voluntad libre, con ese entrenamiento en cosas pequeñas, y la afectividad y espiritualidad, base del corazón. 

En estas primeras etapas la afectividad tiene gran relevancia, puesto que cada hijo necesita sentirse acogido y muy querido para desarrollarse sanamente. Así se desbloquean los genes antiestres, y el niño está a gusto en ese ambiente saturado del cariño de sus padres. Entonces puede desplegar su aprendizaje en todos los campos.






Para ello tener en cuenta los distintos ámbitos personales..., que se pueden concretar en los distintos “marcos del desarrolloque te cuento en esos post. Todos son importantes, y en el desarrollo integral de cada persona debemos atender todos ellos en armonía, para que aporten una buena y sana personalidad, con belleza interior. Que sea capaz de construirse a sí misma, de pilotar su vida atendiendo a los demás, pues nuestro corazón esta diseñado para amar, y en ello encuentra su plenitud, y por tanto la felicidad.


  
Dejo un video precioso explicativo de la Clínica Universidad de Navarra, vía You-Tube, desde el momento en que comienza todo:


 

        




1- UN POCO DE MEDICINA... 

Cuando un óvulo es fecundado por un espermatozoide, con ese destello de luz increíble, se forma un nuevo ser. Ya no son células del padre y de la madre, ni un nuevo “tejido”, sino una nueva persona, con un mar amplio y casi infinito de posibilidades. Y se le denomina “cigoto”.



En esta etapa de la vida del ser humano se experimenta el crecimiento más rápido. Se va dividiendo en dos células, luego en cuatro, luego en ocho, y así exponencialmente. Y es uno de los momentos más complicados para la supervivencia. Precisa un ambiente muy rico para su acogida y posterior anidación en el útero materno. Esto sucede a los 4-7 días de la fecundación. Entonces ya se le denomina “embrión”. Posteriormente, después dela semana novena de le llamará "feto".




Desde la fecundación está almacenada toda la carga genética responsable de la formación de esa persona. Ahí está la esencia de toda ella. Solo tiene que desplegarse y aumentar de tamaño. 







Cada fecundación y posterior nacimiento deja una huella profunda en los padres, en la familia. Es lo más grande, maravilloso y novedoso que puede suceder. Algo cuasi milagroso que nos deja atónitos, sin palabras. Como apunta Chesterton...




Ese nuevo ser contiene 23 pares de cromosomas: todo el material genético de esa persona. Exactamente, la mitad del material genético es de la madre, y la otra mitad del padre. En esos 46 cromosomas se halla la esencia de la persona: sus características y posibilidades. Y entre ellas el carácter sexual: cromosomas XX, si se trata de una mujer, o, cromosomas XY, si se trata de un varón. Y todas las células del cuerpo llevan ese material genético diferenciado. No solo los órganos sexuales, como a veces se puede creer. 

Los cromosomas están formados por dobles cadenas de DNA, formando hélices, que a su vez están compuestas por muchísimas bases de nucleótidos, formados por genes, que hacen a esa persona singular. El gen es la unidad básica de información genética.




Ese material se concreta en un genotipo y un fenotipo únicos y personales en cada nuevo ser que viene a este mundo. 

El fenotipo se refiere a características más visibles del cuerpo, como su forma, el color de la piel, del pelo, de los ojos… Y el genotipo es algo más profundo, como determinaciones genéticas, grupo sanguíneo, rasgos del temperamento heredado, o características psicológicas de personalidad como pueden ser la tendencia a la ansiedad o a la depresión… etc. 

Todo esto interactúa con el ambiente donde se desarrolla, pudiendo afectar en distinta medida según las circunstancias de ese entorno y las posibilidades y aspectos genéticos de esa persona. Es la llamada epigenética o expresión genética en función del entorno.



Ese material genético es el responsable de la vida de esa persona: de su crecimiento y desarrollo, de sus funciones cardíacas y respiratorias, del sistema inmunológico, del sistema nervioso y cerebro, base de todo ello…, de los sentidos, y de los rasgos psicológicos y temperamentales.





Alguna pincelada sobre el desarrollo neurológico


Consiste en la maduración de la estructura anatómica del sistema nervioso, en especial del cerebro, unida a la adquisición de distintas funciones vitales.

El tubo neural, base del sistema nervioso, se forma desde el principio de la gestación hasta la semana 32 sobre todo. Luego se va desarrollando más. Por eso son tan importantes las primeras etapas.

El niño nace con millones de neuronas, pero no están apenas conectadas entre sí
Desde el nacimiento el tamaño cerebral aumenta, sobre todo por las conexiones neuronales o sinapsis, que van formando circuitos y redes que pueden albergar funciones. Primero más sencillas, pero básicas, luego más complejas, basadas en las anteriores. Por ejemplo lo sensorial, el control postural y la motricidad para la marcha o deambulación... etc. De ahí la importancia de vigilar el crecimiento del perímetro craneal.


Muchas funciones son innatas, pues en todas las personas se desarrollan, a no ser que haya una alteración del desarrollo o un entorno que no lo permita. Y hay periodos críticos con una gran plasticidad neuronal para adquirir esas funciones. 

* Las más básicas y primeras en madurar son las relativas a lo sensorial, es decir la percepción por los sentidos. 

En el periodo embrionario, y sobre todo en el fetal, después de la semana novena, ya está desarrollado el tacto, el ojo, con la separación de los párpados en la semana 25, el oído, el gusto y el olfato. Luego, en cuando tiene posibilidades se desarrolla la vista, el oído y el gusto. A los dos meses de vida ya tiene sensibilidad en todo el cuerpo. Y todo esto se realiza hasta los primeros cinco años.


Por otra parte, del nacimiento a los tres años también se desarrolla el sistema motor, muy relacionado con lo sensorial, sensorio-motor, que le permitirá el movimiento tan necesario, la autonomía y la deambulación.



* Otro punto importante es el desarrolla el habla, desde un año a los cinco ó seis años. Para el lenguaje necesita previamente la percepción sensorial para comprender el entorno, el tono muscular laríngeo, la capacidad de pensar... etc. En esta sentido, el habla se relaciona con dos zonas cerebrales, una sensitiva y otra motora, que a su vez conectarán con otras. El lenguaje le ayuda a comprender la realidad y relacionarse mejor con otras personas, y será importante en la cognición y el comportamiento.


* Las funciones superiores, desde los cuatro años a los doce más o menos. Estas se basan en otras que ya ha adquirido. El niño tiene gran curiosidad por las cosas, y eso le ayuda a experimentar, investigar y aprender. En las primeras edades tienen un pensamiento mágico basado en la fantasía, y en torno a los 6 ó 7 años será más lógico y abstracto, usando esas capacidades superiores como la deducción, las matemáticas...

Y cuando despunta la adolescencia, con otro pico de plasticidad y esos cambios cerebrales de reestructuración de redes, su pensamiento será analítico. Muy relacionado con la corteza prefrontal. Lo cual les permite mayor capacidad de análisis de situaciones, de reflexión, y el pensamiento crítico. Y en esta etapa va descubriendo su identidad personal. 

Así va teniendo capacidad de pensar, de contrastar información, de valorarla y gestionarla... Sin embargo, esto se prolonga en el tiempo puesto que el cerebro tarda muchos años en "completar" la maduración por decirlo de algún modo, porque siempre está aprendiendo y cambiando. De ahí la máxima neurológica de "usa tu cerebro o lo perderás".





2- DESARROLLO DE LA PERSONA

Cuidar a los hijos para su buen desarrollo es una ciencia y un arte. Es difícil, pero es necesario poner optimismo, ilusión y esfuerzo, porque lo que está en juego es la felicidad de ellos, y su desarrollo como personas... No solo de una de sus facetas, sino de la persona en cuanto persona, con toda su grandeza. 

Como señala Tomás de Aquino..., sólo el verdadero amor es capaz de poner en marcha ese desarrollo personal. La causa de su origen debe ser la causa de su desarrollo.




         
Por eso, de cómo nos queramos los padres, y de cómo nos tratemos emocionalmente, depende que ellos participen de ese amor y se desarrollen adecuadamente a su "luz" y su calor. Además somos sus modelos, y ¡lo absorben todo! Necesitan nuestro cariño para desarrollarse de forma plena y armónica. Necesitan la resonancia afectiva de nuestra persona, y el cariño, para construirse como personas. Hay que ir a por todas, poniendo el corazón, tan fácil con ellos..., disfrutando de la vida.



3- MARCO FAMILIAR

            
la familia es algo natural para el ser humano, donde puede desarrollarse como persona, y es en ella donde se "construye" y se realiza como tal. La familia es la institución natural más amable y más antigua de la humanidad. Indispensable para el ser humano.


Los distintos ámbitos de desarrollo se pueden desglosar en varios: el familiar, que comprende todos ellos, el antropológico, referente a la persona como ser humano, el neurológico, con el desarrollo cerebral, sustrato anatómico de todo lo demás, el marco psicológico y el pedagógico. Todos se complementan y están entrelazados: si se desarrolla en uno, también se hace en los demás..., contribuyendo a esa armonía personal.
           
Podríamos citar a G.K. Chesterton: él insiste en que “la vida no es algo que viene de fuera sino de dentro". Desde el interior de cada persona se realiza todo su desarrollo y aprendizaje, no solo en las primeras etapas, sino siempre. Y necesitan de ese ambiente de cariño, rico y acogedor, el factor "invisible" del hogar y la familia.

 

Todos podemos quedarnos un poco cortos a la hora de amar a los demás, pero es bueno tener unas metas claras para movilizar energías, poniendo todo el corazón en este ambiente donde todo comienza, y donde sucede lo más importante de la vida. "Donde el amor y la libertad florecen"... De ahí la maravillosa expresión de un gran humanista sobre familia: “¡el santuario del amor y de la vida!” 


Y dejo otro vídeo espectacular desde el primer momento de la fecundación, con ese esplendor de luz...

https://youtu.be/2MrV6rkAdUI







                 
La grandeza de la persona, algo que nunca se podrá exagerar..., requiere ¡la grandeza de la familia! Y un libro precioso: "Familia, ¡sé lo que eres!", de Tomás Melendo. 





Espero que te haya gustado, y lo puedes compartir con amigos. ¡Muchas gracias!



           
Dejo enlaces relacionados: 

                                                                                  Mª José Calvo
                                                                    optimistas educando y amando
                                                                                 @Mariajoseopt




URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2022/11/el-principio-de-la-vida-todo-comienza.html

lunes, 21 de noviembre de 2022

LA GRANDEZA DE LA FAMILIA I



                                             LA GRANDEZA DE LA FAMILIA   



Sin familia nadie querría vivir. La familia no es una invención del hombre, sino algo esencial al ser humano: lo requiere nuestra naturaleza. Nacemos en ella, nos sentimos queridos, nos desarrollamos gracias al amor de nuestros padres..., y nos podemos relacionar con otras personas en un ambiente acogedor, de cariño, que alegra y reconforta el corazón.


La familia es una institución natural donde se “construye” cada persona, donde se forja, y donde se la quiere sin más por ser quien es. Donde se le da un amor incondicional e incondicionado, y a su vez aprende a querer a los demás: algo muy necesario para poder ser felices en la vida.


No es un agrupación sin más de personas de diferentes edades, emparentadas entre sí, sino "una estructura social muy peculiar y específicamente humana", insustituible, como señala Elisabeth Lukas, continuadora del pensamiento de Viktor Frankl.






Se podría decir que la familia es una comunidad de personas vivificada por el amor, puesto que es el amor es su fuente y su origen, y lo que la mantiene viva. El lugar privilegiado en el que es posible nacer, vivir y morir como persona, con la inefable dignidad que conlleva.

Por eso, citando al genial G.K. Chesterton, “el lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen… no es una oficina, ni un comercio, ni una fábrica. ¡Ahí veo yo la importancia de la familia!”


Es en la familia donde ocurre lo más importante y prodigioso de la vida de las personas. ¿Cómo no cuidarla?, ¿cómo no intentar que alcance lo máximo de sus posibilidades?, ¿cómo no trabajar por su excelencia, pensando en esas personas tan queridas…?

Cada niño que viene a este planeta, gracias al amor de sus padres, también necesita de todo su cariño para poder desarrollarse bien y madurar. La familia es lo más antiguo y amable de la humanidad. “Cuna” entrañable de cada persona.

El ámbito adecuado para el desarrollo de cada persona, al sentirse querida, y además le permite darse, entregar ese cariño atesorado que la fortifica.


Y nace del amor de dos personas que se comprometen a quererse y cuidarse, siempre, formando un proyecto vital, en el que el amor lo es todo. Nadie se quiere enamorar para un año... Pero luego hay que cuidar ese amor como algo valiosísimo, como un tesoro que custodiar, que ha de crecer con mimo y atenciones constantes. 


El ser querido se convierte en el propio proyecto vital, y viceversa. Y ese cariño y confianza son como “el horno” donde se cuece la mejor personalidad de cada uno. No solo de los hijos, que también, sino de la propia pareja, al intentar luchar cada uno por dar lo mejor de sí, pensando en el otro, en los otros, por amor. Esa es la clave y el "motor" que nos alegra y anima a ser optimistas. 

Ver toda la potencialidad que encierra el ser querido, nos anima a ponernos a su servicio para ayudarle a desplegarla.


Es el lugar por excelencia donde construir relaciones auténticamente humanas… Donde nace la empatía y se aprende a usar las neuronas espejo, en el rostro de la madre, del padre, en sus gestos y cariño, que desbloquean los genes antiestres. También a interactuar con ellos y ver su estado afectivo. Y los bebes van aprendiendo a desarrollar esa capacidad. En familia se aprende lo importante de la vida a la luz del cariño.




        
Como señala Melendo, la persona se hace y se re-hace, se construye y se re-construye, en la familia. No solo cuando está aparentemente más necesitada de cuidados, sino también, y especialmente, cuando es una persona más plena y desarrollada, más capaz de querer. Entonces la necesita de forma más imperativa, aunque pueda parecer lo contrario. Necesita con más fuerza poder entregarse para desarrollarse. Y también que la acojan, porque uno no se puede dar si no hay alguien que lo acoja.

Por tanto, querer y sentirse querido, entregar y recibir, forman un binomio que se retroalimenta y enriquece mutuamente.




El corazón humano está diseñado para amar y ser amado. Es una necesidad afectiva de la persona, ineludible. Sin embargo, es más propio del amor dar que recibir. "Lo contrario a utilizar", como señala el gran Juan Pablo II. 


La calidad de las relaciones humanas, de todas ellas, depende de la calidad de las relaciones en cada familia, y muy en especial en cada pareja que conforma, que da forma y calidad al ambiente de esa familia. De ahí la importancia de cuidar cada uno su propia familia.






Los hijos aprenden lo que ven en sus padres, porque se sienten queridos por ellos. Y siempre los imitan sin apenas darse cuenta… Les “entra” ese cariño como por ósmosis. La familia es “la escuela del más rico humanismo, la escuela del cariño, la ternura, la gratuidad”. Con palabras de Unamuno, “el amor personaliza cuando ama”.


Siguiendo con Chesterton, y su amplio elenco de posibilidades sobre la familia, y su forma tan característica de expresarlas, “la vida no es algo que viene de fuera, sino de dentro. El hogar no es algo pequeño; es el alma de algunas personas la que es raquítica. Es el “mí mismo” el que en su cobardía egoísta es incapaz de aceptar el prodigioso escenario del hogar, con su grandeza de composición épica, trágica, y cómica, que todo ser humano puede protagonizar.”







Podemos convertir nuestro hogar en un lugar delicioso donde se tienen ganas de volver, luchando cada día por tener detalles de cariño y atención, en especial con la persona querida. Y se traduce en tiempo con ellos e intimidad personal: abrir el corazón. Contar pensamientos, anhelos, ilusiones... según la edad de cada uno y en la medida que puedan comprender.
         

Se podría decir que la familia tiene una misión, que es cuidar lo humano, ”custodiar” el amor. Más gráficamente, estimula, acrecienta, custodia y lleva a su plenitud ese amor en la pareja, origen y fuente de todos los demás amores. Es la única institución para hacer crecer el amor.

Y luego hacia los hijos, fruto y síntesis de esa entrega en el amor. También a la familia extensa, amigos, compañeros..., etc. Se va propagando en círculos concéntricos a otros ambientes.


Como señalara V. Frankl, con su vida y su experiencia tan dura, pero llena de significado, dignidad y preocupación por los demás, "el amor es la meta más alta y esencial a la que puede aspirar el ser humano"... cada uno en sus circunstancias.







Porque, la familia es, como le gusta decir al profesor Oliveros F. Otero,  un “centro de intimidad”, pero también “centro de apertura” a las familias amigas. Se pueden cuidar ambas cosas, y cada una alimenta la otra, y se obtiene un sinergia entre las dos cada vez de mayor alcance.


Amar y ser amados. Entregar y acoger. Cuanto más y mejor ama una persona, más feliz se siente, y es, porque la felicidad depende de esa capacidad que posee de abrirse a los demás, de quererlos, lo cual aporta plenitud personal, que deviene en dicha y felicidad.







El núcleo vital, el "generador" de la familia, es el amor entre esas dos personas. Y su factor unitivo: el "bálsamo" que permite que todo funcione mejor y sana heridas. 


Estas tres realidades: la persona, el amor, y la familia, forman un tándem difícil de separar: persona-amor-familia. Como dice el profesor Tomás Melendo, ninguna se sostiene sin las otras. Todas son necesarias e insustituibles. Y se relacionan entre ellas de forma muy íntima y fecunda: dando vida las unas a las otras.






Desde el día del “sí quiero”, tomamos las riendas de nuestra vida para formar una nueva familia. Y todo se vuelve entusiasmante. Adquirimos un sentido más pleno de la vida, y vislumbramos una nueva y maravillosa misión con la persona amada que nos aporta mayor ilusión y energía para afrontar todo tipo de retos y dificultades con los que nos sorprenda la vida.


Ese estar enamorado nos descentra amablemente de nuestro “yo”, atraídos por la belleza, para ir en pos de la persona amada. Así albergarla en el centro del propio corazón. Y en ello encontramos nuestra plenitud como personas, y como consecuencia, la dicha y la felicidad que todo lo llena y sublima. 


La relación en pareja es el “corazón" de la familia. Saber descubrir y admirar sus cualidades y talentos, su esfuerzo y su lucha, sus puntos luminosos, con los que nos alegra la vida, para agradecerlos y fomentarlos. Así estimular y refrescar el amor recíproco. Es preciso "cultivar" el amor para que se haga fuerte y duradero, a la vez que tierno y entrañable. De ese modo dará su luz y su calor en todos los momentos de la vida.





Así nos descubrimos como personas, y también descubrimos al ser querido en sus mejores actuacionesNos quedamos con lo mejor de cada uno, que es el modo de conocer de veras. Te lo cuento en el post descubriendo a Mr. Banks. 







                     Para acabar, una cita del gran Santiago Ramón y Cajal:

"Huyamos del pesimismo
 como de virus mortal:
quien espera morir, acaba  por morir; 
  y, al contrario, quien aspira a la vida, crea vida.
Seamos, pues, optimistas”.








Continuará...



Espero que te haya gustado y lo puedes compartir con amigos... ¡¡Gracias!!




                                                                               Mª José Calvo
                                                                         optimistas educando
                                                                              @Mariajoseopt 


 Algunos enlaces relacionados: 

                        

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https://optimistaseducando.blogspot.com/2019/10/la-grandeza-de-la-familia-i-de-hf.html