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sábado, 21 de febrero de 2015

OPTIMISMO EN FAMILIA



                                        AFRONTAR LA VIDA CON OPTIMISMO, 

                                         GRACIAS A LA FAMILIA


       
El optimismo es una visión luminosa de la vida. Una forma de afrontar la realidad, y de enfocar las cosas, que nos ayuda en la vida. También es un tipo de personalidad, aunque se puede trabajar y desarrollar ese hábito y esa actitud. Siempre hay motivos por los que agradecer y sonreír.

           
Aunque, no se trata de ser ingenuos y esperar pacientemente que todo ocurra de forma positiva, sino poner algo de nuestra parte para que eso suceda. Poner una mirada de cariño. Tomar el control de la vida, centrarnos en las posibilidades, y no tanto en los problemas, que también abren oportunidades. Aceptar la vida con su misterio.

         
Una persona optimista es la que confía en sus posibilidades, pide la ayuda que precisa, y también confía en los demás. De esta forma, en cualquier circunstancia distingue primero lo bueno, luego lo mejorable, y solo después, las dificultades que se interponen. Piensa en clave positiva. Una mirada de cariño descubre mil detalles por los que elevar la mirada, alegrarse, y sonreír.

         
Por eso es capaz de aprovechar lo positivo, lo que se puede mejorar, y afrontar el resto sin desanimarse, con ilusión y esfuerzo, con lucha y perseverancia. Y siempre con una actitud alegre y deportiva. Entrenarse cada día en descubrir las maravillas que nos salen al encuentro, que, sin esa mirada asombrada, se nos escapan del horizonte.





      
Señala Chesterton: "El optimista mira a los ojos, el pesimista a los pies." Porque, el optimista ve oportunidades en cada calamidad, y el pesimista calamidades en cada oportunidad...


                
La palabra optimismo procede del latín: “optimum”, y significa “lo mejor” en el sentido de excelente. Así podemos ser optimistas en el cariño a nuestro esposo, esposa, en las relaciones familiares, en la educación de nuestros hijos…, en la amistad... etc.




         

       
Es como ponerse un “filtro” en la mirada que permite ver la belleza de lo bueno, y descubrir lo mejorable para optimizarlo, y que también sea bello.

       
Es preciso mirar con unas “gafas tintadas” para ver esas cualidades singulares de cada uno, sus puntos fuertes, y no tanto lo que hacen mal… Así hacérselo notar, agradecerlo, y apoyarse en ello a la hora de hacer un esfuerzo por cultivar unos valores que queremos desarrollar. Es mucho más eficaz ser "buscadores de talentos", que cazadores de defectos... Además, el tratarles un poquito mejor de lo que son en ese momento, les anima a lograrlo.





El optimismo nace de la confianza que recibimos en la familia, por la aceptación incondicional que nos tienen. Aquí se nos acepta y se nos quiere sin más, por lo que somos. Nos profesan un amor incondicional. Es decir, no depende de cómo somos, ni de lo que tenemos, o “valemos” en la sociedad. Simplemente se nos quiere tal como somos, por quienes somos. Personas, con toda su grandeza, por el hecho de ser personas: únicas, singulares, valiosas.



          
El ambiente donde puede desarrollarse el optimismo de una forma natural es en familia. El lugar donde la libertad y el amor florecen... Se podría decir que la misión de la familia es custodiar el amor: permite que surja, lo cuida, lo hace crecer, lo mima y lo desarrolla, y acoge así a cada persona como una "joya" preciosa.

           
Esta aceptación incondicional de cada uno es lo que nos da seguridad ante la vida, a cualquier edad, y nos ayuda a crecer como personas, a madurar. Porque, la persona se "hace" y se "re-hace" en la familia, gracias al amor incondicional. Y, el amor es lo que da fuerza y sentido a la vida.



            
El "sí quiero" de la Boda se perpetúa en el tiempo, dando seguridad y confianza a todos. Capacita para querer a la otra persona, y permite que el amor se desarrolle, crezca, y logre su mejor textura: un amor auténtico, de calidad.

           

Y éste es el clima que precisa cada persona para crecer, para dar lo mejor de sí, y para ser optimista en cualquier situación. Puesto que, lo propio de la persona es apuntar alto..., movilizar energías, poniendo el corazón. 

               
Además, confiar es creer que hay en el interior de cada persona mucho bueno y bello que lucha por salir. Y es permitirlo, ¡darle la oportunidad!

             

El optimismo conlleva agradecimiento ante la vida, por ser algo singular, irrepetible, precioso. Y ante los detalles de atención de los seres queridos... El agradecimiento es la memoria del corazón.


En cuanto a las dificultades, hay que aprender a superarlas con esfuerzo, con ánimo e ilusión, con lucha personal, para convertir lo “imposible” en asequible..., aunque tardemos un poco más.


         
Por eso, es importante crear y cuidar el ambiente de hogar, para conseguir ese “microclima" donde crecen las personas al calor del cariño, a cualquier edad.






         
El amor hace descubrir los aspectos irrepetibles y específicos, las cualidades que adornan a cada persona, que solo el que le quiere de ese modo sabe descubrir. Y, el sentirse muy querido en familia, y en pareja, es la “varita mágica” que estimula lo mejor de cada uno, permite ser optimista, y hace que florezca la esperanza. Una sonrisa o una mirada luminosa contagia alegría a quien la recibe, y le anima a transmitirla.
            

La consecuencia de ser optimistas es que aporta una personalidad atrayente, que rezuma paz y belleza interior, y confiere un estilo personal luminoso. Y esperanza: siempre hay algo positivo por descubrir, incluso en una situación dura. Y la esperanza es la cualidad del “montañero” que sabe que va a llegar a la cumbre..., aunque cueste esfuerzo.

          
Y nos torna alegres, puesto que la alegría y la paz interior es la resultante de una lucha esforzada por dar lo mejor de cada uno. No dar las batallas por perdidas: si lo intentamos, estaremos alegres. Sonreír es un bálsamo para las relaciones personales, tanto en familia, como con amigos.
            
También esponja el alma, ensancha el corazón, da energía para ser audaces y crear ambiente en cualquier circunstancia. Permite disfrutar de la vida, y ayuda a acometer los "sueños"... De esa forma, hacer que las cosas "sucedan": ¡el futuro está en nuestras manos!

             


Por eso, ¡siempre alegres!, para alegrar la vida a los que Dios nos ha confiado. Primero, a nuestro querido esposo, esposa. Además, el preocuparse de los demás agranda el corazón y es fuente de auténtica felicidad


            
Espero que te haya gustado, y lo puedes compartir con amigos..., en redes sociales, o, copiando la URL. ¡Feliz día! Me despido con una cita de El Señor de los Anillos...







Dejo el artículo publicado en Hacer Familia:






           

Algunos enlaces relacionados: 

*"Crear ambiente de hogar"



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                                                                      Mª José Calvo
                                                           optimistas educando y amando
                                                                      @Mariajoseopt 



URL del post:

https://optimistaseducando.blogspot.com/2015/02/afrontar-la-vida-con-optimismo.html

viernes, 13 de febrero de 2015

APRENDER A AMAR...




                                        APRENDER A AMAR UN POCO MEJOR


                                           

             Este post nace de una película que nos ha gustado: "If only", "Un día inesperado", "Al final de día", un regalo del corazón. 

              


En el amor en pareja estamos acostumbrados a dejarnos llevar de los sentimientos. A poner poca cabeza en ocasiones, a no pensar qué hacer con el tiempo tan valioso que tenemos, enfocándonos en amar de veras a la otra persona, en mejorar la relación y hacerla más fuerte y duradera.

        Hay veces que tenemos que tomar decisiones, y podemos hacer que las cosas que queremos, sucedan. Transformarlas en reales. Por ejemplo, demostrar el cariño





 con detalles de atención, con gestos frecuentes, para que la otra persona se sienta querida realmente: poner intencionalidad en las pequeñas cosas de cada día…




Esto se ve muy bien en un film: “Un día inesperado”, de Gil Junger, con Jennifer Love Hewitt, de la productora Intermedia Films, Outlaw Productions, Love Spell Entertainment. 

Trata de la vida de una pareja muy joven: Ian y Samantha. Se quieren, o se quieren querer… Ella es americana y estudia en Londres. Le gusta la música: toca el violín, y está muy pendiente de él. Es muy detallista. Alegre, extrovertida, creativa y animante… Él, un joven ejecutivo, más centrado en su importante trabajo que en pensar en ella. Por eso a veces es descuidado con los detalles, con las fechas, con las cosas importantes para ella. Tampoco sabe expresar los sentimientos, y es poco empático.

Un día, paseando juntos, él ensaya un discurso… y dice que quiere cambiar el mundo. Ella le responde que todo esta fuera de control: lo único que controlamos son nuestras propias decisiones… Lo “deja caer”, sin saber la repercusión que tendrá en él, pero le hace pensar.



Posteriormente él tiene un encuentro “casual” con un taxista, que sabe mucho de asuntos del corazón, y misteriosamente también de él…  Le despide con un: “ámela mucho”, “¡dese prisa!, no le queda tiempo...”



Entonces le sucede algo totalmente inesperado, y le causa una conmoción interior. Eso le permite reflexionar sobre qué es lo importante en su vida. Le ayuda a mirar la realidad con otros ojos, a sorprenderse con las cosas valiosas, a valorar lo que tiene, en especial a ella, y a pensar en sus propias decisiones. E intenta demostrarle el cariño, con hechos muy concretos, para que ella lo perciba.






Sigue la vida, y se esfuerza en poner a ella en el centro de sus aspiraciones, de sus intereses, y de su corazón. Dedicarle su valioso tiempo.


Hacen una escapada de Londres, a un pueblecito de la montaña donde nació él, y ascienden a un monte lleno de recuerdos. Llueve torrencialmente, y encuentran un lugar donde refugiarse. Hablan de muchas cosas, de su pasado... Ella le ayuda a contar lo que lleva en su corazón pero que no se atreve ni a pensar...


            Más tarde le pregunta a ella qué le gustaría hacer si supiera que era su último día de vida... Quiere conocer sus gustos, intereses, anhelos, para complacerla.



Vuelven a la ciudad, y la lleva a su recital musical de graduación, que tantos años lleva esperando, con sorpresa incluida, muy bien pensada y planeada.


Van a celebrarlo, y ella le da las gracias por “un día inesperado”… Él le dice que le regala su corazón… 

Cuando intentan volver a casa, bajo una fuerte lluvia, y sin paraguas, hay una conversación preciosa. Él le quiere explicar por qué le ama:


“Hoy, gracias a ti, cada decisión que he tomado ha sido diferente, y mi vida ha cambiado por completo. Si lo haces así, vives al máximo. No importa si te quedan cinco minutos o cincuenta años…" "De no ser por ti, nunca hubiera sabido lo que es el amor. Gracias por ser la persona que me ha enseñado a amar y a ser amado…” 



         Esta película nos puede ayudar a pensar cómo vivimos el amor. Si somos conscientes de lo que significa de veras, si ponemos a la otra persona en primer término, y queremos su bien, o es el "yo", tan narcisista muchas veces, el que ocupa el corazón y el tiempo..., si fantasea y no demuestra el cariño a la otra persona.


              
Dejo un pequeño corte de la película:



                                                 



Se ve de forma muy gráfica que la libertad de la persona se construye a través de sus propios actos. Y es algo dinámico, que aumenta o disminuye según el uso que se hace de ella. Por un lado es un regalo que se nos ha dado, y por otro es una tarea por hacer y construir día a día que va perfilando nuestro camino.


          Cada decisión es vital, porque va conformando la vida, "a golpes de libertad" que diría Ortega, y va modelando la personalidad. La libertad alcanza su mayor despliegue cuando uno es capaz de amar de veras.






Por eso, quien ama se siente libre. El último fin de la libertad, el “paraqué”, es el amor. En él se hace más diáfano lo que de verdad somos y queremos.


es el amor el que nos libera de la mayor “cadena” que podemos tener: las ligaduras sutiles del propio "yo"… que a veces nos impiden pensar en el otro, querer al otro, y plasmarlo en mil gestos y detalles, y de mil formas y modos… El amor es creativo. Y como dice un refrán castellano, “obras son amores y no buenas razones”. 


          El sí inicial de la Boda ayuda a vivir "en-amor-dados". Es decir, a entregarnos, y descubrir y suscitar lo mejor de la otra persona, a la que queremos querer con un amor auténtico. Y ese descubrir y fomentar lo mejor de ella sólo se consigue a la luz del cariño. De ese modo, ayudarle a lograr su mejor versión, su plenitud como persona.


       
         

           
               
               Nos quedamos de esta película con que lo más valioso de las personas es su tiempo... para amar. Con un "¡Ámela mucho!"...

                   
             Porque el amor, no solo es sentimiento, sino una decisión de querer-querer a lo largo de los días... Un acto consciente y deliberado, bien planeado, que se va concretando día a día en mil detalles y delicadezas de enamorados. 

         
          
             Podemos pensar cómo vivimos el amor. Si somos conscientes de lo que significa de veras, si ponemos a la otra persona en primer término, buscando su bien, o, es el "yo" que siempre surge, el que ocupa todo el corazón... Amar es "dejarle ser...", facilitar el amor.








  Espero que te haya gustado, y dejo algunos enlaces relacionados:

       * Comunicar-el-amor 


        *Nuestro-mejor-proyecto (amor de pareja)

        *Para amar mejor...

        Amistad-en-pareja 

       

                                        
       



                                                                                      Mª José Calvo
                                                                                  optimistaseducando
                                                                                     @Mariajoseopt  
             


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