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sábado, 24 de enero de 2015

PREADOLESCENTES: "MANEJAR EL TIMÓN" III, LA VOLUNTAD

                           

                                  PREADOLESCENTES III: LA VOLUNTAD 

                          

                  
Seguimos con post anteriores sobre "enseñarles a manejar el timón" a nuestros hijos preadolescentes. Educar es despertar valores en los hijos y seducir con su belleza. Hemos visto algunas ideas para educar la inteligencia, ese timón del pensamiento, (enlace abajo), y ahora vamos a ver motivos para entrenar la voluntad, y cómo hacerlo, para que sean capaces de visualizar metas valiosas y acometerlas con ilusión.





        
Siempre armonizando los distintos aspectos centrales de la persona, sin perder de vista los sentimientos. Así, cada uno se apoya en los otros en su educación. No sirve de nada educar la inteligencia, y olvidarnos de su voluntad y libertad, o, no prestar atención a los sentimientos y al corazón. Hay que buscar la armonía entre todos ellos. 









      
En estas edades tan agradecidas, y preparando la adolescencia, debemos construir sobre cimientos seguros: unos valores, centrados en principios, que no pasen de moda. 

            
Un referente son los grandes valores existenciales: la verdad y la bondad de las cosas, que nos reflejan su esplendor en forma de belleza. Es la belleza de lo bueno y de lo correcto. 

                 
Forman ese trinomio, Verdad, Bondad y Belleza, que ya conocían los grandes filósofos griegos, que nos puede servir de guía y "norte" en la vida, para no perdernos o desorientarnos, a la hora de trazar una trayectoria, un proyecto vital. Incluso para poder rectificar cuando nos equivoquemos, o, nos salgamos del camino por tormentas y turbulencias de la vida, teniendo en el punto de mira esa Estrella Polar.


            
Esto implica descubrir y estimular lo bueno que vemos, y, es la forma de fomentarlo. Atenernos a la verdad de las cosas, aunque cueste, ser personas auténticas, íntegras y coherentes. Saber que el bien conlleva el premio en sí mismo, y hacérselo notar. Cada obra bien hecha es algo grande: una "obra de arte", algo bello de por sí, que engrandece a esa persona. También es importante acabar bien lo que se ha empezado, porque el poner un último esfuerzo hace que sea más perfecto y tenga más valor. Además fortalece la voluntad y mejora nuestras capacidades.






              
A la hora de edificar, también es necesario fijarse en  las cualidades y "puntos fuerte" de cada hijo, porque cada uno es diferente, singular, ¡único! Para eso hay que aprender a descubrirlos y conocerlos, ver sus cualidades específicas, sus habilidades, su afectividad de fondo, sus anhelos, lo que le ilusiona, en lo que es bueno..., para desarrollarlo y fomentarlo. Y de esta manera, nos apoyaremos en ello a la hora de hacer un esfuerzo por lograr algo. Haciendo énfasis en lo positivo y específico de cada persona. Es mucho más eficaz ser "buscadores de tesoros...", que cazadores de defectos.



                
Por eso, si es preciso, ponernos unas "gafas tintadas" para descubrir esas cualidades que les adornan, esos puntos singulares con los que nos alegran, para desarrollarlos y agradecerlos. 




                La voluntad es el pilar fundamentar de la personalidad 

Es importante porque
 aporta capacidad de luchar por metas valiosas, 

y es necesaria para querer a los demás.



              
Educar la voluntad se concreta en vivir valores: lograr hábitos y virtudes que den autocontrol y conformen la personalidad. Y es bueno potenciar hábitos y virtudes especificos de esta edad, por estar en ese periodo más sensible, como pueden ser la fortaleza y la laboriosidad, la generosidad, que es como el volumen de las virtudes, el trabajo bien hecho, la amistad y la empatía, la responsabilidad... Y, cómo no, la sinceridad, imprescindible para establecer una sana relación con ellos, para construir la base de su personalidad, para que haya confianza. 




              

                 
Otra virtud importante es la responsabilidad. Consiste en hacer lo que deben en cada momento, con alegría, disfrutando de ello. Es vital de cara a los próximos años, en los que verán la libertad sólo como independencia..., y habrá que explicarles que va unida a la responsabilidad. Son como "las dos caras" de una moneda. Por eso se trata de tener una libertad responsable. Son "cotas" que deben ir alcanzando en su maduración, confiando en ellos. 



                
      
Por tanto, es preciso que se entrenen en pequeñas superaciones cotidianas, en buenos hábitos que vayan conformando su personalidad. Y, cuando los realizan poniendo pensamiento y libertad, es decir, ¡porque ellos quieren!, se transforman en virtudes.


Los hábitos y virtudes son
 como los "ladrillos" del edificio de su personalidad 


       
Y todo ello se consigue con lucha personal por lograr lo mejor de ellos mismos. Necesitan entrenarse muchas veces, y orientar bien su libertad. Que supone tener "domino de sí" para poder encaminarse hacia metas valiosas que merezcan la pena... Y no tanto, dejarse seducir por el primer impulso que se les presente.



            
EL CARIÑO

            
La “varita mágica” que les anima en ese esfuerzo por lograr su mejor versión es el sentimiento de saberse queridos. Una persona que se siente muy querida es capaz de dar lo mejor de ella. Y ese cariño ha de ser incondicional: hagan lo que hagan, a pesar de los fallos que puedan tener, porque todos nos equivocamos, pero necesitamos que crean en nosotros. Hay que comprenderles y confiar. Aunque, no ceder ante lo que está mal, y animarlos a que acaben bien lo que hicieron mal. Siempre se puede comenzar y recomenzar con nueva ilusión.



            
MÁS GRÁFICO...

      
Para hacerlo más gráfico podemos usar una metáfora. La voluntad es como un riachuelo, o un río caudaloso, cuyo cauce se “encauza”, al tener unas ideas o criterios claros, y una meta donde queramos llegar. Nos apoyamos en la inteligencia y el pensamiento para tener esos criterios de verdad, y también en la afectividad, porque los sentimientos arrastran con mucha fuerza, confieren más energía y más rapidez, pero antes hay que pensar cuáles merecen la pena fomentar, o, los que debemos poner un poco entre paréntesis, incluso cortar, porque nos hacen daño... Y algo que nos ayuda es la motivación y la ilusión por esos pequeños proyectos. Así podremos avanzar y perseverar...



                    

             
 ¿QUÉ SIGNIFICA TENER VOLUNTAD?


       
La voluntad es la capacidad de la persona de decidir por actos libres. Es decir, querer algo, o a alguien. Conlleva usar la libertad en una dirección que merezca la pena, y, comprende varios aspectos: "querer-querer" algo, y, aprender a luchar por ello. También perseverar y superar dificultades cuando las haya.







             
Primero es bueno plantearse objetivos valiosos, alcanzables, y luchar en ello. Las cosas no salen solas: hace falta esfuerzo para lograrlas. Quien no lucha y se deja vencer por la horizontal, ya ha perdido. La vida es un comenzar y recomenzar siempre nuevo. Por eso, siempre animarles en una lucha positiva y optimista. 

           
La mejor forma de hacerlo es confiando en ellos. Y esa confianza procede de la aceptación y del cariño incondicional que les tenemos, en la propia familia, que les da seguridad y ánimo para ser mejores. Permite que se sientan queridos y se vean valiosos, y les da fuerza para acometer retos. La lucha presupone y estimula el esfuerzo. Con exigencia comprensiva, o, comprensión exigente, para que perseveren a pesar de las dificultades. 


               
Podemos pensar algunos objetivos o metas a corto plazo. Ver unos ideales de vida, e intentar hacerlos asequibles para nuestros hijos. Para ello nos podemos servir de pequeños “planes de acción”, para poner los medios concretos para alcanzar esos objetivos, y para que ellos los puedan realizar. 

                 
Por ejemplo, hacer un planning y organizar lo que tienen que hacer en la semana. No solo lo referente al colegio, sino también en casa, con sus encargos, atender a sus hermanos, o tener detalles con los padres, amigos, hacer deporte, salir al campo... etc. O, intentar adquirir un hábito saludable, ser más valiente, más amable, más responsable..., según lo que pensemos desarrollar en ellos, por sus cualidades o, por los periodos más sensibles..

            
Otra meta puede ser levantarse puntual, ducharse rápido, o, ser ordenado en su habitación, en los libros, en la casa, para no tener que “ordenarla" a todas horas… Ponerle pequeñas metas para que se vaya fortaleciendo en la lucha, y vaya adquiriendo habilidades y hábitos, que se transformen en virtudes, porque lo hacen porque quieren, con libertad interior. Y así, van conformando su personalidad, y le permitirá desarrollar sus talentos.





                  
             
El deporte también es una escuela de lucha y esfuerzo, y de pensar en los demás: animarles a que desarrollen alguno. Buena cara y no quejarse... También les ayuda a tener amigos, a socializarse y a trabajar en equipo.



           
Y los fines de semana hacerlos divertidos: que gocen del momento, que lo pasen bien en especial en la propia familia. Se trata de alternar exigencia con disfrute, para aprender a comprender y relacionarse, para tener amigos y mostrar empatía con ellos, y ayudarles, para contemplar la naturaleza y desconectar de pantallas… En definitiva, para disfrutar de la vida.


            
Pero con todo esto, los protagonistas son ellos: nosotros les apoyamos y les animamos, somos sus "entrenadores", sus "coach". Pero lo tienen que hacer por ellos mismos, tienen que tener ilusión por querer conquistar lo mejor de ellos: están construyendo su personalidad.




             
* Segundo: los “porqués" de la lucha son la motivación. Para esforzarse hay que tener motivos importantes que muevan la voluntad. Los valores mueven a lograr hacer vida todo eso que nos deslumbra... Motiva lo positivo, el decirle sus buenas cualidades para que se conozca bien, el lograr algo que le gusta... La ilusión y la alegría también son motivadoras. Y la confianza, el esperar algo grande de ellos, también es necesaria. Te lo cuento en el post motivos y motivaciones.


                
La motivación ayuda a interiorizar esos valores, como pueden ser el optimismo, la generosidad y la amabilidad, la responsabilidad..., que se consolidan en virtudes, al vivirlos con libertad personal: porque quieren hacerlo. Por eso, en esta edad, es bueno sustituir el “mandar” por el sugerir. Apoyarnos en la tertulia familiar…, pasar ratos juntos y hablar con ellos sobre muchas cosas: especialmente lo importante, y a pequeñas dosis. 


               
Las motivaciones pueden ser de varios niveles. Del “tener”, que es el más básico y extrínseco,  o del “ser”…, que aporta una gratificación intrínseca, personal. Y, más altas o trascendentes. No conformarnos con cualquier motivación, sino intentar elevar motivaciones: pasar de bien a mejor. Por ejemplo, del nivel material al intelectual, o, al trascendente. Es decir, hacer las cosas no solo por una recompensa o premio material, sino por el bien que nos aporta, o, por la belleza de la obra bien hecha. Incluso por los demás, mostrando empatía y comprensión, y ayudándoles en algo. 

             
Además, cuanto más altas y trascendentes, son de mayor calidad, y nos dan más sentido a la vida. Tienen mucho que ver con los valores de sentido.  Y también nos hacen más felices en definitiva...





            
*Tener voluntad también requiere perseverar y superar las dificultades que se presenten, aunque esto último no es lo más específico suyo. No rendirse cuando surge un imprevisto o un problema. Es necesario ser perseverante para alcanzar unos objetivos, y resiliente para no quebrarse con las dificultades de la vida...
                 


                 


             
¿Qué más apoyos se pueden tener?


         
* El ejemplo. Que seamos padres líderes, que personifiquemos esos valores, que arrastremos con nuestra personalidad, nuestra coherencia y cariño. Vamos marcando esa "senda" por donde podrán caminar.

    
* El cariño les da confianza para actuar con libertad responsable, aprendiendo a tomar decisiones y configurando su vida. Quien se siente querido de veras es capaz de dar lo mejor de sí. 


                
* Los sentimientos y emociones también nos pueden ayudar. Y están relacionados con las cualidades y fortalezas, con los talentos personales.


         
* El pensamiento es un gran apoyo. Enseñarles a pensar antes de... La tertulia familiar y los ratos familiares nos ayudan mucho en ese sentido. Las excursiones también. Es preciso crear ambiente familia atractivo y alegre, optimista, para que lo pasen bien, para que vean comportamientos y oigan buenas ideas, para explicar mil cosas, para enseñar a ver la televisión, o a usar las pantallas, con criterio, con espíritu crítico… Y para contagiar el gusto por la lectura, el propio pensamiento, y sobre todo para disfrutar juntos. En definitiva, para notar el cariño en familia, y ser felices haciendo felices a los demás… 







          


      
¿Qué ventajas tiene entrenar la voluntad?

         
Potenciar la voluntad confiere autodominio, y permite que tengamos el control de nuestra persona. Esto posibilita ser más libres para enfocarse en metas que merezcan la pena. Aprender a controlar el carácter, a sonreír aunque no apetezca, no ser muy “primarios”, ni saltar sin pensar, saber esperar cuando sea preciso, y no depender de gratificaciones inmediatas... También a la hora de acometer cualquier proyecto que nos planteemos. Porque, la persona se define por sus elecciones...

        
Algo que hay que trabajar desde pequeños, mirando a la etapa siguiente…, es la diferencia entre lo necesario y el capricho. Si les acostumbramos a tener cosas en exceso, pierden la ilusión, se hacen más materialistas, incluso achicamos sus ideales. 

       
Y darles oportunidades para que aprendan a pensar antes de reaccionar, contestar, o actuar. Controlar respuestas emocionales... Todo esto va confiriendo atractivo a su personalidad, además de control sobre ellos mismos, para pensar en los demás y, enfocarse en metas valiosas. 



      
Al fin y al cabo la voluntad es muy necesaria para querer a los demás, y concretarlo en detalles, algo importante en la vida. Más si cabe, en la relación en pareja, origen y fuente de la familia. Además, esa capacidad de enfocarnos en los demás, nos mejora en cuanto personas. Y por tanto, nos hace más felices. Como señala Kierkegaard, la puerta  dela felicidad siempre se abre hacia fuera...





          
No hay obstáculos imposibles..., ya lo decía el gran Julio Verne. Sólo requieren voluntad y lucha.


Espero que te haya sido útil el post, y lo puedes compartir con amigos. ¡Gracias!



Dejo enlaces relacionados:



Educar-la-voluntad: el mapa y la brújula


Educar-para-la-creciente-libertad I


Enseñarles a manejar el timón" I

Educar la inteligencia: (preadolescentes II)


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Adolescentes: "soltar amarrras" I





                                                                            


                                                                                Mª José Calvo
                                                                    optimistas educando y amando
                                                                                @Mariajoseopt





URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2015/01/ensenar-manejar-el-timon-la-voluntad.html
                                                                    

domingo, 4 de enero de 2015

LA CARTA DE LOS REYES MAGOS

                            

                   
                                      LA CARTA DE LOS REYES MAGOS


            
La carta a los Reyes Magos es algo importante no sólo para nuestros hijos, sino para todos, puesto que infunde alegría y esperanza en el corazón. Mantener la ilusión de los primeros años para vivir, y transmitirla a los hijos, sobrinos, nietos… Ilusionar con algo real, y construir nuestra propia cultura familiar.

               
Es como abrir el corazón a algo que ocurrió, que renovamos cada año. Los Magos de Oriente fueron a Belén siguiendo la Estrella para adorar al Niño Dios. Le llevaron presentes, y nosotros podemos seguir su legado y hacer otro tanto. 


Ellos representan la universalidad del mensaje del Niño a todos los hombres, de cualquier posición, raza y color. Desde la humildad de los pastores, hasta esos personajes sabios que tenían una inquietud interior por buscar al Niño Dios tan esperado.




               
Entre las figuras del Belén siempre están los Reyes Magos: no pueden faltar. También hay otras figurillas que nos son familiares. Nos podemos identificar con algunas de ellas: la lavandera, que va al río a lavar la ropa, cuidando a su familia, el pastor, que le lleva queso al Niño, otro, que le canta y le toca la zambomba… Otro, que les trae algo calentito en aquella noche fría… Una señora que les regala lo que tiene en ese momento: un poco de leche y miel. Eran gente sencilla pero generosa. Y eso es lo que cuenta.

                
También están los Ángeles, que anunciaron el gran Misterio a los pastores, para que acudieran a adorar al Niño. Fueron los primeros en llegar, y se pasmaron y alegraron ante tanta belleza, encarnada en un Niño pequeño que provoca tanta ternura...
                 
Siguiendo con las figuras del Belén, conozco una familia en la que el herrero tiene historia propia: allí está al pie del yunque para arreglar pequeñas cosas. Se levanta muy temprano y se gana la vida en la fragua a golpe de martillo. Siempre restaura todo lo que se estropea en Belén. Y muchas veces no le pueden pagar con dinero, y le dan a cambio algo de lo que tienen… Pero él lo hace igualmente, con mucha perfección, deja todo muy bien acabado, les facilita la vida, les es útil y alegra a todos con su trabajo y su buen humor.






                 
Volviendo a los Reyes Magos de Oriente, nosotros también podemos pensar qué podemos regalar al Niño, como hicieron ellos, y a María, y al bueno de José... 

                
Pueden ser cosas sencillas, no materiales, como un detalle, un agradecimiento, una mirada al Belén, una sonrisa que cuesta y que por eso vale más, un regalar nuestro tiempo, un dar alegría, un pensar en los demás antes que en uno mismo, un gesto de atención hacia la propia pareja, una oración por alguien que lo necesita, un esfuerzo por saber que las personas valen más que las cosas, un perdón a alguien que nos ha molestado, y un sinfín de ideas que podemos pensar para llevarlas a la acción. 


            
Se trata de soñar, de apuntar alto para movilizar energías, y luego luchar en ello poniendo el corazón. Siempre con ilusión renovada.




          
Por eso en familia, no sólo vamos a pedir regalos, sino que también podemos regalar algo a los demás. Vale cualquier edad: ¡también los niños pequeños! Así hacer regalos al Niño Jesús, a nuestros hijos, a nuestros padres…, aunque ya no seamos unos niños, pero es importante tener alma de niño.

            
Que nadie se quede al menos sin un bonito detalle de cariño. Además, muchas veces hay más ilusión en regalar que en recibir. Y la alegría no depende del valor material, sino de la sorpresa, de la generosidad, y de pensar en los seres queridos que hace que se sientan de veras entrañablemente queridos.




              
Aprovechando el Belén, podemos aprender a ver como lo hacen los niños; a amar como lo hacen los niños; a rezar como lo hacen los niños… y así llegaremos lejos. Porque son capaces de mirar el mundo "con ojos nuevos", sencillos e inocentes, sin prejuicios, con generosidad y empatía, sabiendo sorprenderse de los auténticos misterios. ¡Aprendamos de ellos!






         
Navidad es tiempo de pensar en todos, de adivinar el pensamiento de las personas cercanas, de alegrar la vida a los demás, sobre todo en familia. De romper la monotonía y sorprender, de poner ilusión, de dar intimidad y relieve a la vida ordinaria, de ser capaces de ver esa tercera dimensión que nos da un sentido más profundo y auténtico a la vida.





                
Sorprendernos y sorprender con esos detalles, esa mirada, esa sonrisa..., y esos regalos. Recuperar la ilusión de cuando éramos niños, porque la ilusión es motivadora: permite que salgan a la luz esas cualidades que llevamos dentro que a veces olvidamos, y descubrir las de los demás. Es concretar el cariño a los que tenemos cerca, en la propia familia.
              

No hace falta gastar mucho, sino poner imaginación y creatividad, pensar en lo que les gustaría, lo que necesitan, y también en las personas que pasan necesidades, con delicadeza.








¿Qué podemos pedir? y ¿qué podemos regalar? 

             
Por ejemplo, son entretenidos los juegos de mesa para reírse un rato en familia, para aprender a ganar y a perder, el respeto a los demás, las reglas… Tampoco deben faltar juegos al aire libre, sobre todo para desconectar de "pantallas". 

            
También son importantes y necesarios cuentos o libros de papel, con su textura y olor característico, cargados de valores humanos nobles. Así los más pequeños aprendan a valorar los buenos libros. 

                
Pensar qué libros son valiosos, según su contenido, y que alimenten el pensamiento de esa persona. Asimismo, que lleguen al corazón por su belleza, con valores que no pasen de moda, acordes nuestro ideario, y dependiendo de los intereses de cada hijo, amigo, hermano...
             
No puede ser cualquier libro: hay que pensarlo bien según los gustos del destinatario. En el post "días de familia" dejo muchas ideas a este respecto.




          
También los juegos didácticos o culturales que estimulen el aprendizaje, y los que ayudan a desarrollar algunas aptitudes, o simplemente a disfrutar en compañía de los amigos o la familia… 

              
Sin embargo es mejor regalar pocas cosas y acertadas, que demasiadas, porque si no cortamos la ilusión y la creatividad, la sorpresa, y no valoran las cosas. Además el niño establece un lazo afectivo con cada juguete. Si el número es elevado se saturan pronto. Tampoco les dejamos usar sus capacidades personales, su imaginación..., porque les damos todo hecho.


Y alternando con juegos que fomenten el deporte, las excursiones, salidas y paseos, senderismo..., según los gustos de cada uno.

              

              
La noche de Reyes se pueden dejar los regalos escondidos alrededor del Belén, o del Árbol, para ilusionar, para unir esas realidades, para que lo lleven en el corazón toda su vida. No quedarse solo en el capricho, o en el valor material de cada regalo… 

                  
De este modo con sensibilidad, dejar volar el corazón para conectar con algo trascendente. Es como abrir el armario de "Las Crónicas de Narnia" y descubrir algo maravilloso, inimaginable, que nos sorprende y sobrepasa. Conectar con esos personajes, ¡reales!, los del Misterio, y otros imaginarios, con historias que podemos inventar para los más pequeños de la casa. Dejo otro post con el cuento familiar de "Bartolo".
             
Pensando en los Magos o Sabios de Oriente, imaginar cómo serían, de dónde vendrían, lo generosos que eran, y lo arriesgado de emprender un viaje tan largo en aquellos tiempos… Y la prontitud de dejar lo que tuvieran entre manos para seguir la Estrella hasta Belen: hasta el Niño Dios, para adorarle.






            
También superando los periodos en los que la estrella desaparecía y se escondía, con paciencia y perseverancia hasta encontrar su destino: el Niño en una cueva, junto a su Madre María, y San José… 

Teniendo la idea clara en la mente, siguiendo esa estrella que les guiaba, preguntando cuando no sabían por dónde seguir… También son cualidades a imitar.


                   
Y podemos hablar con ellos: pedirles que hagan realidad nuestros sueños, que nos acompañen en nuestro caminar, que nos ayuden a estar pendientes de los demás en el día a día. 



                
Poner el corazón, usar la imaginación. Porque, como señala Antoine de Sant-Exupéry, "sólo se ve bien con el corazón: lo esencial es invisible a los ojos..."

Esto también es educar el corazón, educar para los misterios, para lo invisible e inmaterial, y para lo de veras trascendente. Porque en el fondo es lo que da más sentido a la vida, motiva, ilusiona, nos hace felices.





              
             
Espero que te haya gustado, y ¡gracias por compartir!


                                                      
* "Crear ambiente de hogar", el factor "invisible"


                                                                         







Y dejo un enlace al blog de Cristina Gil, con ideas: 






                                                                             Mª José Calvo
                                                                         optimistas educando
                                                                            @Mariajoseopt



                                                                                

URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2015/01/la-carta-de-los-reyes-magos.html