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viernes, 13 de mayo de 2016

10 "TIPS" CON TU HIJO ADOLESCENTE IV

                


                  10 “TIPS” PARA AYUDAR A TU HIJO ADOLESCENTE, 

                                   SIN MORIR EN EL INTENTO
                                               



La adolescencia es un proceso de maduración de cada persona, 

un descubrir su intimidad y potenciar su pensamiento, 
construyendo su identidad y su personalidad







         

         
1- Escucha a tu hijo/a con paciencia, habla con él/ella, que no es sinónimo de darle una charla, ni de interrogarle… Aprende a ver lo que quiere decir sin palabras, con su mirada, su conducta. Interésate por su vida cotidiana. Sé comunicativo para que haya confianza: cuéntale tus cosas, abre tu corazón. 

            
No admiten grandes discursos, pero sí, dejar caer una idea con gracia, en un momento oportuno. Y sobre todo, nuestra coherencia personal.

            
No le lleves la contraria en temas con poca trascendencia: concéntrate en lo importante. Si el diálogo se puede convertir en un combate, déjalo para más tarde cuando haya bajado el estado de crispación.



          
2- Motívale, dile sus cualidades y puntos fuerte con cariño y optimismo. Transmite los valores importantes personificándolos, es decir, con tu ejemplo y coherencia.



          
3- Fomenta su autoestima: dile en lo que es bueno, esas cualidades específicas. Elogia lo bueno que haga y el esfuerzo que pone: es mucho más efectivo y constructivo que decir lo que no nos gusta de ellos.





          
4- Exígele en su comportamiento, con cariño. No permitas lo incorrecto en algo importante. Usa tu autoridad, de forma distinta a otras etapas, en un clima de confianza, en la dirección de su participación en la marcha de la familia. La familia y la casa es de todos, hay que cuidarla, y deben colaborar según su edad y habilidades. Busca encargos que le gusten y se le den bien para que disfrute.

          
Dadles responsabilidades para que se crezcan y aprendan a ayudar a los demás. Aunque les cueste, lo agradecen.







             
Abridles el corazón y contad con su opinión o sus decisiones en temas que os preocupen: se sentirán escuchados, valorados y queridos. ¡Importantes! No son niños.

            
A veces ¡¡hay que decir que NO!!, y no les pasa nada. Más tarde lo valorarán y agradecerán. Hace falta conseguir un equilibrio entre vivir unos valores, basados en principios, y reducir tensiones. Pero sin ceder en lo importante por mantener una aparente "calma"... Exigencia comprensiva, poner corazón.





5- Crea un clima de confianza. Dale la independencia y la autonomía que necesite, aunque se equivoque. Y explícale que la libertad no solo es autonomía, sino que va unida a la responsabilidad y capacita para poder amar. La maduración de la libertad se llama responsabilidad. Darles pequeñas o grandes responsabilidades es confiar en ellos. Que sepan asumir las consecuencias de sus acciones libres, y que se enfoquen en metas altas y valiosas. ¡Nobles!



        
6- Hablar con ellos de sus preocupaciones, y elaborad entre los dos un plan de metas a conseguir, y hacerlo en pequeñas dosis. Los padres debemos hacer un solo frente a la hora de exigirle con cariño. Firmes en los objetivos, pero suaves en la formas de alcanzarlos. Y no entres a luchar en todos los temas: solo en lo de veras importante.



       
7- Que aprenda a luchar. Aquí el padre tiene un papel muy relevante, pues les ayuda a superar obstáculos. La vida es lucha por mejorar, porque lo valioso siempre requiere esfuerzo. Y las aparentes derrotas nos brindan nuevas oportunidades de superación. Animarle con una sonrisa cuando más les cueste.




8- No se trata de solucionarle la vida, pero sí de hacerle pensar por cuenta propia, por ejemplo haciendo buenas preguntas, poniéndole en situación de coherencia, dejando caer alguna idea necesaria, como de pasada… y cambiando de tema.




        
Es preciso orientar su rebeldía: es bueno que quieran cambiar el mundo, pero encauzar esa rebeldía hacia lo que le mejora como persona, para pensar y actuar con más libertad. Así enfocarles hacia los demás, con liderazgo de servicio. Esto te lo cuento en el post "un poco de liderazgo".
   


        
9- Ante algo que no es correcto, a veces basta con una mirada, un gesto de disconformidad para que se dé cuenta de que no está bien. No hace falta castigar por sistema. Hablar con él/ella, y corregir en privado, con cariño, que nos duela hacerlo. No en un momento tenso, para dejar claro quién manda…

Ellos aprenden por modelos de conducta, no por grandes discursos...

         
Si necesita una "reprimenda", comienza con algo bueno suyo, y acábala con un elogio o, un ¡tú puedes! De esta forma, piensa en positivo, y no en lo perversos que somos.

        
Y acostúmbrate a perdonar y olvidar. Perdonar es amar más de lo que puede fallar, y es creerle capaz de ser mejor de eso que ha hecho… Dale ejemplo de perdón para que reflexione (dejo un enlace sobre "conocer a los demás en sus mejores actuaciones...").



         
10- Enséñale a planificar el tiempo. Hablar con ellos de su organización, sin dárselo hecho, pero enseñando a pensar y priorizar. Que se organicen con sus actividades y que dediquen el tiempo suficiente al estudio.

           


En resumidas cuentas, valorar la amistad, que ellos tanto valoran. Explícale la diferencia entre amigos, compañeros y cómplices (enlace sobre amistad). Que busque buenos amigos, afines a él/ella, y que sea muy amigo de sus amigos: que les ayude realmente.

La familia, siempre abierta a los amigos y a otras familias. Es preciso darles libertad en ambientes de confianza, con gente joven responsable, clubes juveniles… etc.






         
Preparadles para el amor. Fomentar la libertad que puedan asumir en esa etapa, para que sean capaces de amar. Quien no es libre no podrá amar. Entrenar la capacidad de pensar en los demás, de ser empáticos y generosos, de salir a su encuentro, de preocuparse por ellos con responsabilidad. El amor nace de la amistad, y los buenos amigos son un tesoro muy valioso.

           
Que os vean unidos y enamorados. Explicadles qué es el amor: que consiste más en dar que en recibir. No solo es un estado de ánimo, sino una decisión de querer al otro con voluntad entrenada. Por eso, hay que pensar antes de… El amor no es un juego, y si se saca de su marco específico se convierte en una trampa, degrada y pasa factura.






Que sea deportista y sepa ganar y perder, y ayudar a los demás, en equipo. Que se acostumbre a luchar por lo que vale la pena. Y si cae, que aprenda a levantarse con ilusión y energía.

          
Tenle siempre corto de dinero: no quieras “comprarle”, o que lo use sin el debido control o en algo poco correcto. Ya vimos que su corteza prefrontal no ha madurado totalmente, más bien está en pleno cambio y poda de sinapsis (enlace sobre "maduración cerebral y afectividad"). Distinguir entre lo necesario, el capricho, la ropa de marca…, para actuar en consecuencia. 


          Resumiendo...


         


* Y, ¿qué pasa con la tecnología?
     
Encierra un mar muy amplio de posibilidades pero, con la debida formación y control para que esté al servicio de la persona. Las pantallas ejercen un poder de atracción enorme. Además, la hiperestimulación, la recompensa inmediata, o el uso excesivo, pueden entorpecer la maduración cerebral, la concentración, el pensamiento crítico, las relaciones personales y la empatía, la memoria a largo plazo... etc. Te lo cuento en el post "adolecentes y pantallas" y en "modo concentración".

       
Es preciso enseñarles a organizarse en el tiempo, a pensar previamente lo que van a hacer, a no estar solo pendientes del “me gusta” y el postureo de las redes sociales, que resulte anulada su vida real. Enseñarles a cortar cuando sea preciso, en especial con nuestro ejemplo. Por eso es bueno ayudarles a entrenarse en retrasar una gratificación, que tengan autocontrol personal..., para lo cual son de gran ayuda los hábitos saludables y las virtudes que tratamos de conseguir. Te lo dejo en el post "adolescentes y tecnología".





         
Es bueno poner horarios desde pequeños, que estén con alguien y no se encierren en su habitación; que no den información personal, o imágenes comprometidas…, porque una vez que las suben ya son públicas. 

          
Y evitar móviles en los ratos de familia, como las comidas o las tertulias. Además, no es educado hablar con alguien mirando el móvil. A veces lo hacen sin darse mucha cuenta...

        
Tener presente que su cerebro no ha madurado, con lo que el poder de decisión, el autocontrol, el juicio, no están totalmente operativos. Están en pleno cambio y configuración estructural cerebral, con lo que lleva consigo... Necesitan nuestra ayuda para madurar, aunque en un segundo plano, para orientarles y capacitarles para pilotar su vida. Los padres somos el control y el "freno" que necesitan.






        
Además, tienen tanta información en sus manos, y en su cerebro, con enfoques divergentes, que es muy difícil saber tamizar lo valioso de lo que no lo es; lo correcto, de lo que no lo es. Hace falta tener un criterio claro, pensar, y que aprendan ellos a hacerlo con nuestro ejemplo, nuestras ideas, o incluso en sitios o con personas de más confianza. Que pregunten para orientarse cuando no sepan, y darles recursos que puedan usar.


        


También explicar el efecto de estar en modo “multitarea”, que dispersa la mente. Parece que podemos hacer muchas cosas a la vez, porque se estimula la memoria a corto plazo para captar la información, pero no se retiene. En realidad, lo que sucede es que la capacidad de concentración para cada cosa disminuye, porque se "parcela" esa atención, y se cambia por una "alternancia continuada de la atención". Es decir, se va pasando de un asunto a otro con poca profundidad. Y, como consecuencia, la concentración y capacidad de retención y aprendizaje es mucho menor. 

          

A la hora del estudio, esa capacidad está muy disminuida, y por tanto, también la posibilidad de análisis o síntesis y la fijación en la memoria a largo plazo. 

          
Por eso, fomentar hábitos en modo “concentración”, sin estar conectados a pantallas, o por lo menos en red: enseñarles a centrarse en algo concreto. Por ejemplo una buena lectura. Y saber que, el hacer esquemas, o tomar notas a mano, ayuda en el proceso de aprendizaje. Usar el cerebro de forma proactiva. Dejo un enlace sobre "tecnología y la familia", con ideas sobre desarrollo cerebral, y otro sobre "guiarles en ese mundo digital".


                                                      ***



Deben aprender a reflexionar antes de actuar, y a poner el filtro de la inteligencia a los sentimientos, para tener el control. Integrar cabeza y corazón, como ya señalaran los clásicos.






        
Aprender a pensar, a controlar su vida y que no se dejen llevar de las situaciones, de las modas, o de personas que “piensan” por ellos, porque son muy influenciables. Animarles y apoyarles en ese construir su persona, con ideas e ideales nobles, con nuestra coherencia y sonrisa, y con todo nuestro cariño. Pero, ¡los protagonistas son ellos!




         
Aquí dejo un corte de una película que me ha gustado, sobre la educación de adolescentes, cómo estimular lo mejor de cada uno, los principios, la coherencia personal, la Cultura Clásica, y aportar algo a los demás, dejar un huella: "El club de los emperadores" de Michael Hoffman, y la productora Universal Pictures. 

Un profesor apasionado de Historia Antigua, el profesor Hundert, les transmite claves e ideas del mundo Clásico y su legado para la humanidad. Os la recomiendo.



Dejo un pequeño vídeo: enlace 
(https://youtu.be/fowOx86MN5c)



       
Y a pongo algunos enlaces relacionados:




Espero que te haya sido útil, y lo puedes compartir con amigos. ¡¡Gracias!!





                                                                       Mª José Calvo.
                                                           optimistas educando y amando
                                                                       @Mariajoseopt         



URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2016/05/tips-para-ayudar-tu-hijo-adolescente.html

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