10 “TIPS” PARA AYUDAR A TU HIJO ADOLESCENTE
1- Escucha a tu hijo, a tu hija, con paciencia. Habla con él, con ella, que no es sinónimo de darle una charleta, ni de interrogarle… Aprende a ver lo que quiere decir sin palabras: con su mirada, su conducta. Interésate por su vida cotidiana. Sé comunicativo para que haya confianza: cuéntale tus cosas, abre tu corazón sin esperar que lo haga él, o ella.
No admiten grandes discursos, pero sí dejar caer una idea con gracia, en un momento oportuno. Y sobre todo, nuestra coherencia personal. Nos miran constantemente.
No le lleves la contraria en temas de poca trascendencia: céntrate en lo importante. Si el diálogo se puede convertir en un combate, déjalo para más tarde, cuando haya bajado el estado de crispación.
2- Motívale, dile sus cualidades y puntos fuerte, con cariño y optimismo para que lo sepa y los pueda desarrollar. Transmite los valores importantes personificándolos, es decir, con tu ejemplo y vida coherente.
3- Fomenta su autoestima: dile en lo que es bueno, esas cualidades específicas suyas. Elogia lo bueno que hace y el esfuerzo que pone en cualquier detalle: lo positivo es mucho más efectivo y constructivo que detenerse en lo que no nos gusta o no es de nuestro estilo...
4- Exígele en su comportamiento. No permitas lo incorrecto en algo importante. Usa tu autoridad, de forma distinta a otras etapas, en un clima de confianza, en la dirección de su formación y participación en la marcha de la familia. Sustituir el mandar por el sugerir, con delicadeza. La familia y la casa es de todos, hay que cuidarla, y pueden y deben colaborar según su edad y habilidades. Busca encargos que le gusten y se le den bien para que disfrute, y otros que le reten. Luego se desarrollan como personas, aprenden muchas cosas, también creatividad, resolución de problemas, y disfrutan.
Dadles responsabilidades para que se crezcan y aprendan a ayudar a los demás. Aunque les cueste al principio, lo agradecerán.
Abridles el corazón y contad con su opinión o sus decisiones en temas que os preocupen: se sentirán escuchados, valorados y queridos. ¡Importantes! No son niños.
A veces ¡¡hay que decir que NO!!, y no les pasa nada. Más tarde lo valorarán y entenderán. Es preciso conseguir un equilibrio entre vivir unos valores, basados en principios, y reducir tensiones en familia. Pero sin ceder en lo importante por mantener una aparente "calma"... Exigencia comprensiva, poner corazón y una sonrisa.
5- Crea un clima de confianza. Dale la independencia y la autonomía que necesite, aunque se equivoque. Y explícale que la libertad no sólo es autonomía, sino que va unida a la responsabilidad y capacita para poder amar. La maduración de la libertad se llama responsabilidad. Darles pequeñas o grandes responsabilidades es confiar en ellos. Que sepan asumir las consecuencias de sus acciones libres, y que se enfoquen en metas altas, valiosas, ¡nobles!
6- Hablar con ellos de sus temas y preocupaciones, y elaborad entre los dos un plan de metas a conseguir. Hacerlo en pequeñas dosis. Los padres debemos formar un solo frente a la hora de exigirle con cariño. Firmes en los objetivos, pero suaves en la formas de alcanzarlos. Y no entres a luchar en muchos temas: sólo en lo de veras importante.
7- Que aprenda a luchar. Aquí el padre tiene un papel muy relevante, pues les ayuda a superar obstáculos. La vida es lucha por mejorar, porque lo valioso siempre requiere esfuerzo. Y las aparentes derrotas nos brindan nuevas oportunidades de superación. Animarle con una sonrisa mayor cuando más le cueste.
8- No se trata de solucionarle la vida, pero sí de hacerle pensar por cuenta propia, por ejemplo haciendo buenas preguntas, poniéndole en situación de coherencia, dejando caer alguna idea necesaria, como de pasada… y cambiando de tema para que no se note mucho... Y ante sus emociones, a veces tan disparadas, enseñarles a poner un punto de reflexión, e imaginación para ver posibles alternativas.
Es necesario orientar su rebeldía: es bueno que tengan mucha energía y quieran cambiar el mundo, pero encauzar esa rebeldía hacia lo que le mejora como personas, para pensar y actuar con más libertad. Enfocarles hacia los demás, los amigos..., con un buen liderazgo de servicio. Esto te lo cuento en el post "un poco de liderazgo".
9- Ante algo que no es correcto, a veces basta con una mirada, un gesto de disconformidad para que se dé cuenta de que no está bien. No hace falta castigar por sistema. Hablar con él, o ella, y corregir en privado, con cariño, que nos duela hacerlo. No en un momento tenso para dejar claro quién manda… Y siempre resaltando lo positivo.
Además, ellos aprenden por modelos de conducta, no por grandes discursos...
Si necesita una pequeña "reprimenda", comienza con algo bueno suyo, y acábala con un elogio, y un ¡tú puedes! De esta forma piensa en positivo, y no en lo perversos que son sus padres.
Y acostúmbrate a perdonar y olvidar. Perdonar es amar más de lo que puede fallar, y es creerle capaz de ser mejor que eso que ha hecho… Dale ejemplo de perdón para que lo vea y reflexione.
10- Enséñale a planificar el tiempo. Hablar con ellos de su organización, sin dárselo hecho, pero enseñando a pensar y priorizar. Que se organicen con sus actividades y que dediquen el tiempo suficiente al estudio. Pensar en un medio largo plazo con ejemplos concretos para que vayan madurando su corteza prefrontal e interiorizándolo.
En resumidas cuentas, valorar la amistad, que a ellos tanto les gusta. Explícale la diferencia entre amigos, compañeros y cómplices. Te lo cuento en "el tesoro de la amistad". Que haga buenos amigos, afines a él, a ella, y que sea buen amigo de sus amigos: que les ayude realmente. Que busque el bien para el otro, que de eso se trata.
La familia, siempre abierta a los amigos y a otras familias. Es preciso darles libertad en ambientes de confianza, con gente joven responsable, clubes juveniles… etc. Que desplieguen sus alas donde no tengan un accidente mortal si se caen...
Y preparadles para el amor. Fomentar la libertad que puedan asumir en ese momento, para que sean capaces de aprender a amar. Quien no es libre no podrá amar. Entrenar la voluntad y la capacidad de pensar en los demás, de ser empáticos y generosos, de salir a su encuentro, de preocuparse por ellos con responsabilidad. El amor nace de la amistad, y los buenos amigos son un tesoro muy valioso.
Que os vean unidos y enamorados. Explicadles qué es el amor: que consiste más en dar que en recibir. No sólo es un estado de ánimo, o emociones vibrantes, sino una decisión de querer-querer al otro, con voluntad entrenada. Por eso, hay que pensar antes de… El amor y la sexualidad no son un juego, y si se saca de su marco específico se convierte en una trampa que atrapa, degrada, reduce, y pasa factura.
Que sea deportista y sepa ganar y perder, y ayudar a los demás, en equipo. Que se acostumbre a luchar por lo que vale la pena. Y si cae, que aprenda a levantarse con ilusión, energía, y nuevos bríos.
Tenle más bien corto de dinero: no quieras “comprarle”, o que lo use sin el debido control o en algo poco correcto. Ya vimos que su corteza prefrontal no ha madurado, más bien está en pleno cambio y poda de sinapsis. Distinguir entre lo necesario, el capricho, la ropa de marca…, para actuar en consecuencia.
Resumiendo, una info con ideas:
* Y, ¿qué pasa con la tecnología?
Encierra muchas posibilidades, pero se necesita autocontrol para que esté al servicio de la persona. Las pantallas ejercen un poder de atracción enorme y están diseñadas para enganchar y crear adicción. Además, con recompensas inmediatas constantes, que entorpecen y retrasan la maduración cerebral, así como la concentración, el pensamiento crítico, las relaciones personales y la empatía, la memoria a largo plazo y el aprendizaje... etc. Te lo cuento en el post "adolescentes y pantallas I", en "pantallas y dependencia", o, en "modo concentración".
Es preciso enseñarles a organizarse en el tiempo, a pensar lo que van a hacer, a cuidar su vida real de relaciones.
Ayudarles a entrenarse en retrasar una gratificación, que tengan autocontrol personal en otros ámbitos..., para lo cual son de gran ayuda los hábitos saludables y las virtudes que tratamos de vivir y conseguir en familia. Evitando pantallas en comidas, tertulias..., también los padres.

Tener presente que su cerebro no ha madurado. Están en pleno cambio estructural, con lo que el poder de decisión, el autocontrol, el juicio, no están todavía operativos.
Necesitan nuestra ayuda, aunque en un segundo plano, orientarles y guiarles para que aprendan a pilotar su vida. Los padres debemos ser muchas veces el control y el "freno" que todavía no tienen.
Además, tienen tanta información, con enfoques divergentes, que es difícil saber distinguir lo valioso de lo que no lo es; lo correcto, de lo que no lo es. Hace falta tener un criterio claro, formarles, y que aprendan a pensar por cuenta propia. Que pregunten a personas de confianza cuando no sepan, y darles recursos que puedan usar.
Lo bueno es que su plasticidad cerebral es enorme, y se forman muchas sinapsis en momentos en los que disfrutan con una tarea o aprendizaje. Especialmente en esos momentos de "flow", desde niños, que te cuento en otros artículos. Entonces proporcionarles buen alimento.
Por eso es necesario fomentar hábitos en modo “concentración”: enseñarles a centrarse en algo concreto. Por ejemplo una buena lectura. Y hacer esquemas, gráficos, o tomar notas a mano, ayudan en ese proceso de aprendizaje. Se trata de usar el cerebro de forma proactiva.
Deben aprender a reflexionar antes de actuar, a poner el filtro de la inteligencia a los sentimientos para su autodominio personal. Integrar cabeza y corazón, como ya señalaran los clásicos griegos.
Se trata de aprender a pensar, a dirigir su vida y no dejarse llevar de modas o personas que “piensan” por ellos, puesto que son muy influenciables. Animarles y apoyarles en ese construir su personalidad con ideas e ideales nobles, con nuestra coherencia y sonrisa, con todo nuestro cariño. Pero los protagonistas son ellos.
* Una película
Dejo un corte de una película que me ha gustado, sobre la educación de adolescentes, cómo estimular lo mejor de cada uno, los principios, la coherencia personal, la Cultura Clásica, y aportar algo a los demás, dejar un huella: "El club de los emperadores" de Michael Hoffman, y la productora Universal Pictures.
Un profesor apasionado de Historia Antigua, el profesor Hundert, les transmite claves e ideas del mundo Clásico y su legado para la humanidad. Os la recomiendo.
(https://youtu.be/fowOx86MN5c)
Y algunos artículos relacionados:
Espero que te haya sido útil, y lo puedes compartir con amigos. ¡¡Gracias!!
Mª José Calvo.
optimistas educando y amando
@Mariajoseopt
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https://optimistaseducando.blogspot.com/2016/05/tips-para-ayudar-tu-hijo-adolescente.html
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