ADOLESCENTES Y TECNOLOGÍA II
A partir de "adolescentes y pantallas I", seguimos repensando el uso de pantallas en familia, para cuidar el cerebro de los hijos. Si procuramos hacerlo todos, tanto mejor. La convivencia familiar será bastante más agradable, se construye familia y se disfruta juntos.
Como ya hemos apuntado muchas veces, las pantallas están diseñadas para captar la atención, enganchar, y cortan el pensamiento hondo. Hay una industria detrás de ello, y se ha invertido mucho estudiando el cómo. Por ejemplo, la necesidad de las personas de sentirse valoradas y aceptadas... O la facilidad con que uno se deja seducir por estímulos, que nunca cesan..., impidiendo la reflexión profunda.
El cerebro de los hijos es muy sensible a todo, pues no está desarrollado ni ha madurado, sobre todo a los estímulos tan atractivos y con una rapidez vertiginosa. Especialmente en los más pequeños, pero también en adolescentes, cuyo cerebro está precisamente en pleno cambio y reestructuración. En ellos sucede una poda de muchas sinapsis que no se usan, con lo que se atrofian o desaparecen, y se forman otras nuevas, que requiere para otras funciones más complejas. Se están asentando estructuras básicas cerebrales y conectando redes que utilizará el resto de su vida. Hay que ser conscientes de que deben cuidar su cerebro.
Por otro lado, las pantallas pueden dificultar el buen desarrollo, incluso retrasarlo si se usan de forma indiscriminada. Es decir, si no se usa el cerebro de forma proactiva, desde el interior, con la iniciativa de la persona. No tras la lucecita o el estímulo que siempre aparece...
Además, ese tiempo no se dedica a vivencias en el mundo real, en el que se da precisamente el primer y fundamental aprendizaje, y la relación con los demás, fuente de resonancia personal, empatía y afectividad: un componente eminentemente humano que no se forma de ningún otro modo.
Dejo el índice, con el artículo anterior, y vamos con el segundo punto:
1) Ideas a tener en cuenta
2) Dependencia y efectos negativos
3) ¿Qué hacer en positivo?
2) Dependencia y otros efectos negativos...
De nuevo, las pantallas están diseñadas para atrapar la atención y el pensamiento profundo, y enganchar, porque nos hacen sentir bien, y por eso pueden crear dependencia.
Vamos a los porqués...
Cada vez que se interactúa en ellas se desencadena un pequeño placer mediado por neurotransmisores del cerebro. Es el mecanismo de acción de los "like". Disfrutamos cuando algo que hemos puesto en la red gusta a alguien... Parece que sube la autoestima, incluso que uno es aceptado..., y "estimula" a poner más. Así están pensadas: saben que a todos nos gusta sentirnos aceptados.
Esto se basa en la neurofisiología de algunos neurotransmisores, en especial la dopamina, que se libera en esas circunstancias. Produce un placer momentáneo, que tiende a repetirse, porque posteriormente deja un vacío, y exige una nueva interactuación. Incluso cada vez mayor, porque sigue una ley de rendimientos decrecientes. Esto significa que cada vez se requiere un estímulo mayor para obtener el mismo placer. Y eso sucede aunque no nos demos cuenta de ello. Además, los niveles altos de dopamina hacen que la serotonina, otro neurotransmisor, baje, y eso no es bueno, porque modula otras funciones que se ven alteradas.
Y esa dependencia progresiva puede llegar incluso a crear adicción, si se usan demasiado tiempo, o de forma indiscriminada, y así no podemos ayudar a los hijos. ¡Aprender a desconectar! Romper el círculo sin fin de estímulo-dopamina-sentirse-bien. O el scroll infinito... Suena fuerte, pero es como la conducta condicionada que se vio hace tiempo en los animales.
Por eso, como en todo, más vale prevenir... El tema de la adicción lo trato en: "pantallas y dependencia".
La tecnología responde de inmediato a lo que le pedimos, no hay que tratar con otra persona que puede opinar distinto..., poner mala cara o decir que no. No ofrece ninguna resistencia. Hace "nuestra voluntad". Por eso favorece la impaciencia y la intolerancia en el mundo real. Muy en espacial en los niños y jóvenes. De ahí esa dificultad añadida, si uno se habitúa a ellas.
Tampoco permiten el pensamiento hondo, y crítico, tan importante para tomar decisiones, marcar un rumbo en la vida, o apostar por metas valiosas y nobles. O a la hora de filtrar la gran cantidad de información, diferenciar lo relevante o insustancial, además de detectar lo que es falso, en el aprendizaje personal.
Ni ayudan a ser empáticos y a regular emociones: algo que se debe aprender y afinar en la vida cotidiana, desde pequeños en familia, y en la etapa adolescente, en la que el sistema límbico y la amígdala está hiperexaltado. Esto es algo muy importante en las relaciones personales. Te lo cuento en "maduración cerebral en adolescentes".
Con la tecnología uno se acostumbra a saltar de estímulo en estímulo, y por ello se debilita la capacidad de atención, de centrarse en algo concreto, como se hace en la lectura o el estudio... La atención y el silencio es lo que va conformando nuestra vida y haciendo que lo importante sea importante, como señalara Stephen Covey.
Y por tanto, también se debilita el pensamiento profundo, reflexivo, con la consolidación de aprendizajes. Con las pantallas, lo que leemos se queda en la memoria de corto plazo, o de trabajo, por el salto de estímulos a una velocidad grande sin calma ni reposo que lo reflexione y retenga. Y mucho menos se aprende, lo cual significaría hacer nuevas conexiones entre neuronas, y consolidarlo en la memoria de largo plazo. Ahí se lleva a cabo ese proceso de consolidación. Así se podrá asimilar y usar esa información de forma más eficiente cuando se precise.
Asimismo aumenta la impulsividad por la dependencia de estímulos muy inmediatos, de corto plazo. Y por tanto, debilitan el autodominio y la fuerza de voluntad: ese pequeño componente que debemos entrenar cada día para acometer retos en la vida. Esto está muy relacionado con la corteza prefrontal: lo desarrollo más en "adolescentes y plasticidad cerebral V".
Fomentando la huída del esfuerzo y del compromiso..., necesarios para llevar las riendas de la vida con auténtica libertad, tan relacionados con la voluntad, y para aprender a querer a los que tenemos cerca: la misión más importante y propia de una persona.
Algo curioso: ahora se ven muchos chicos y adolescentes que no quieren salir de casa, no por motivos aparentemente caseros, sino porque están enganchados a las pantallas, y buscan sentirse bien de la forma más fácil y rápida: con los like del postureo de las redes. Parece que controlan, pero la realidad es otra: pierden capacidades relacionales, humanas, les cuesta mucho ese trato personal, conversar cara a cara. Y se sienten solos y vacíos en muchas ocasiones.
Y son frecuentes los problemas de autoestima... de sólo ver el cuerpo, trastornos alimenticios, ansiedad y depresión... etc. A este respecto, los jóvenes de la generación Z dicen que hubieran preferido que no existieran las redes sociales, o no tener acceso a ellas... Esto lo investiga Jonathan Haidt en su libro "la generación ansiosa".
En lo referente a las capacidades cerebrales hay una máxima neurológica a tener en cuenta: "usa tu cerebro, o lo perderás". Lo que no se usa se pierde, o simplemente ni se adquiere. Debemos proteger a los hijos y jóvenes.
Y, ¿qué decir del narcisismo?... Ponen muy difícil el pensar en los demás, cosa tan propia de una persona, diseñada para las buenas relacionarse con los demás. Y en ello precisamente encuentra su mejor forma de ser, su plenitud como persona, y por tanto la felicidad. Lo desarrollo en "la afectividad construye relaciones".
Si uno no es feliz en la vida real, va buscando "sustitutos" que no llenan..., y pueden llegar a ser una trampa, a veces casi mortal. Se sustituye sentido por sensaciones y placer. Nos lo dice Viktor Frankl con su dura experiencia, pero llena de sentido: tenía motivos por los que vivir, y ayudar a los demás.
Las pantallas nos alejan de lo real, de las interacciones personales con las personas cercanas, de mirar a los ojos en una conversación y sentirse acogido y querido por los que tenemos cerca, de la calidez de los afectos y la ternura... Del amor. Todo esto es lo que da sentido a la vida y nos hace sentirnos valiosos. En los momentos difíciles las pantallas no sirven de mucha ayuda: todos lo hemos experimentado. Sólo las personas "reales" comprenden, escuchan, ayudan, acompañan, inspiran, dan afecto y cariño.
Cuando suceden problemas con el uso de pantallas, como dependencia o adicción, hemos llegado tarde...
Dejo algunas ideas de un gran pensador, G. Thibon, sobre este tema, y lo escribía hace años, recogidas en el libro "Los hombres de lo eterno":
"El hombre del siglo XX es víctima de que se haya roto el equilibrio entre su poder sobre las cosas y su capacidad de vida interior"...
"El progreso técnico, cuya función en principio es reducir nuestra esclavitud, en realidad nos esclaviza cada vez más".
"El hombre moderno corre el peligro de no ser más que un cerebro que gira vacío entre el cielo y la tierra, gracias a un materialismo sin sangre y a un falso idealismo. Para evitar este riesgo, debemos volver a entrar en contacto con las dos grandes realidades con las que ningún artificio interfiere: la naturaleza, obra de Dios, y Dios mismo".
El cerebro es muy plástico: como siempre, "usa tu cerebro, o acabarás por perderlo".
Continuará...
Dejo esta info a modo de resumen, por si la quieres descargar...
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Espero que te haya sido útil para concretar ideas y desconectar. Puedes compartir con amigos...
Mª José Calvo
optimistas educando y amando
@Mariajoseopt
Dejo algunos enlaces relacionados:
* Adolescentes-y-pantallas I con ideas sobre el cerebro
URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2021/10/adolescentes-y-tecnologia-ii.html






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