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viernes, 10 de enero de 2014

III. MARCO INFANTIL NEUROLÓGICO

                     

                           DESARROLLO INFANTIL 

                                              (de 0 a 6 años)


                                       III. MARCO NEUROLÓGICO


      
          
Todos los padres queremos el desarrollo total y armónico de nuestros hijos. Que sean auténticas personas, que lleven el timón de su vida y sepan pensar en los demás... Para ello debemos atender a todos los aspectos personales, concretados en los marcos de desarrollo infantil, de forma simultánea. Hemos comentado el marco familiar, que engloba todo, y el antropológico: el referente a la persona humana y su naturaleza. 

        
Es la base para construir una buena personalidad, partiendo de la singularidad de cada uno, de sus cualidades específicas y fortalezas. También trataremos en otras entradas el marco psicológico y el pedagógico. Abajo pongo enlaces. 





          
En este post me centro en el desarrollarlo del sistema nervioso de una persona, el estrato anatómico de diversas capacidades. Cómo maduran las distintas zonas cerebrales con sus funciones concretas, y cómo aprovechar su conocimiento para el buen crecimiento y desarrollo personal. Es decir, la neurobiología y el neurodesarrollo enfocado en la educación de los hijos.



Lo divido en dos temas, por si quieres elegir:

1) Desarrollo cerebral y maduración neurológica

2) Cómo funciona el cerebro para el aprendizaje



           
1) DESARROLLO CEREBRAL


           
El desarrollo humano se realiza especialmente en las primeras etapas de la vida. Se hace posible mediante la maduración cerebral y sistema nervioso, guiada por un patrón genético, con la interactuación con el entorno. Toda esa potencia está como concentrada en el recién nacido... La curiosidad, el asombro, la admiración del niño, son su principal motor de aprendizaje, con los estímulos y ambiente de familia tan rico en afecto. El cariño que recibe en la propia familia es vital, literalmente: el artífice de su buena maduración. 

Todo crecimiento va de dentro afuera, no al contrario... Decía la doctora Montessori: "La palabra educación no debe ser entendida en el sentido de enseñar, sino de asistir al desarrollo psicológico del niño".





          
El cerebro es un órgano que no está formado, ni mucho menos "acabado" en el nacimiento, sino que tarda muchos años en organizar conexiones y madurar, desde las funciones más primarias, a otras más complejas. Y siempre se está modelando y adaptando, es decir, cambiando: es muy plástico para ser capaz de tantas funciones esenciales.

           
Desde la gestación, su desarrollo es consecuencia de la formación de tejido nervioso, sobre todo de neuronas y células gliales. Y con el nacimiento, se forman innumerables conexiones o sinapsis entre ellas. En el nacimiento ya posee muchas neuronas, pero no están apenas conectadas entre sí. Estas conexiones irán en aumento sobre todo en el primer año de vida, y también en los tres años sucesivos. Lo cual se traduce en un aumento del perímetro craneal.

Y posteriormente va disminuyendo, y con la adolescencia hay un pico muy notable del crecimiento con una reestructuración del tejido nervioso, y la envoltura de fibras terminales con vainas de mielina para mejorar la conducción de los impulsos.


          
Respecto al desarrollo embriológico, el cerebro y todo el sistema nervioso se desarrolla gracias al estímulo de las hormonas placentarias. En las primeras 8 semanas, se realiza en "femenino". Luego, si los genes son XY, es decir, si se trata de un varón, se diferencia en ese sentido. Si no, sigue su curso. Cada célula del cerebro, como de todo el organismo, está dotada con esa herencia genética: XX o XY. Posteriormente, cuando ya está más formado, el sistema nervioso controlará el sistema hormonal placentario.


     
En las primeras etapas de la vida el cerebro aumenta de forma anatómica, en especial el tamaño y el grosor de la corteza cerebral. Más adelante, se siguen formando sinapsis entre neuronas, aunque de forma menos notable. El niño adquiere gracias a ello funciones vitales como las autónomas, frecuencia cardíaca y respiratoria... Luego la percepción, capacidades sensorio-motoras, para seguir con la marcha o deambulación, el habla y el lenguaje, la relación con los demás y el conocimiento... etc.



        
A partir de la pubertad, con las hormonas sexuales elevadas, hay una reestructuración del tejido nervioso, con una poda selectiva y un aumento de sinapsis, circuitos y redes neuronales, que permitirán unas funciones superiores de la persona. Por ejemplo el control de impulsos, pensamiento analítico y la toma de decisiones, la planificación, el juicio y valoración de acciones... En cambio, otras sinapsis que no se usan se atrofian o desaparecen. También se recubren las terminaciones con mielina para conducir mejor el impulso nervioso.


        
Los genes determinan el patrón y funcionamiento básico de circuitos cerebrales, pero en ello influyen el entorno y las hormonas. El entorno tiene mucha importancia en el neurodesarrollo de cada persona, en especial en fases tempranas, e interactúa con la base genética, pudiendo permitir, estimular, o retrasar la maduración. Es la llamada regulación genética que estudia la epigenética.







        
Desde el embarazo aparecen cambios según el ambiente, la relación con los demás, el cariño de los padres, su sonrisa, su amabilidad, la melodía de su voz, el vínculo de apego... Y posteriormente las propias sensaciones, movimientos, percepciones, acciones..., que van moldeando el cerebro, gracias a la enorme plasticidad que posee. 

         
Plasticidad neuronal sináptica es la capacidad de formar nuevas sinapsis, y es la base de todo aprendizaje. También nuevos circuitos, conexión de redes más antiguas, nuevas ramificaciones entre axones y dendritas... etc. Todo ello permite el aprendizaje y relación de multitud de cosas, pensamientos, acciones, sentimientos, situaciones...

El movimiento en los niños es fundamental: estimula la formación de circuitos en el cerebro. Y sobre ellos se podrán asentar más capacidades.

     
Esta plasticidad es máxima en las primeras etapas, y luego va disminuyendo, excepto en la adolescencia, en la que se hace mucho más notable. Es la base anatómica de la maduración y reestructuración cerebral de ese momento, y se va formando la personalidad e identidad de cada uno.

       
Cada persona es única y se desarrolla según la interacción de muchísimos factores, como acabamos de ver. También gracias al ejercicio de su libertad: la "facultad raíz" de la persona. 



           
El aprendizaje humano se realiza especialmente en las primeras etapas de la vida, y se basa en la curiosidad y el asombro del niño. Como ya señalara Tomás de Aquino, son su principal "motor" de aprendizaje. También, como apuntara Aristóteles, con la capacidad de admiración, base para el conocimiento, y con los estímulos de la vida cotidiana en un ambiente acogedor rico en cariño. De este modo se desbloquean los genes antiestrés, y se siente seguro y a gusto.  





       
Primero se desarrollan los sentidos: la vista, que todavía tiene que madurar, el oído, el gusto, los olores, en especial de su madre... Y esa curiosidad innata de los niños que centra la atención y la mantiene... Vital para el aprendizaje, también en fases posteriores. Lo cual supone la creación de nuevas sinapsis, incluso de neuronas en el hipocampo, gracias a esa plasticidad propia del cerebro. 

El pensamiento profundo y el estudio, el entusiasmo en la vida, también pueden producir neurogénesis; es decir, formación de neuronas, a cualquier edad. 







         
Además, el niño necesita un buen modelo y referente para fijarse y aprender. Y luego, ejecutar esa acción, pues tienden a imitar a quienes quieren. La confianza innata es vital. Ahí estamos los padres: nos están contemplando todo el día..., y lo aprenden todo por la vía del cariño y la interactuación personal. También gracias al sistema de "neuronas espejo" y los sistemas del yo y el tú, tan importantes en las relaciones con los demás.


          
Le gusta repetir las cosas hasta asimilarlas. Desde que nace nos observa atentamente, y aprende intentando imitar en todo. Hay que aprender a crear un ambiente de cariño, y seducir con la belleza de lo bueno y noble, con los valores auténticos humanos, que no pasan de moda, hechos vida.

       
     





            
DESDE PEQUEÑOS

       
Cuando el niño está en la cuna, con los tiempos de sueño, comidas, higiene, paseos…, y cuando va creciendo, con horarios, rutinas diarias, encargos…, a base de ejecutar unas acciones, se forman múltiples ramificaciones en las neuronas, creando sinapsis entre ellas. Y éstas se ven reforzadas con los estímulos adecuados, que respeten sus ritmos naturales biológicos.


          
El periodo más importante en relación con estas sinapsis es el primer año, y luego hasta los 3 años. Es un periodo de “explosión sináptica”, o de formación de innumerables conexiones y aprendizajes básico que usará toda su vida.






         
Por eso es importante no quemar etapas, dejarle un conocimiento experiencial, que use todos sus sentidos, que explore y perciba la realidad a través de ellos, y que vaya siendo autónomo cuanto antes, aprendiendo habilidades, disfrutando, interactuando con otras personas...





       
Respetar sus ritmos de crecimiento, sus periodos ventana de mayor sensibilidad para adquirir una determinada función, como el periodo sensoriomotor, la deambulación, el habla y lenguaje, el pensamiento y las capacidades superiores... Son los llamados periodos críticos del neurodesarrollo.


Apoyándose en la belleza de la familia, de las personas, de los detalles de cariño, de la naturaleza. Dejarles percibir sensaciones, sonidos, colores, texturas, explorar, mirar, comprender, experimentar... 


       
Y fomentar el juego, fuente importante de aprendizaje vital, de habilidades... y de relación con los demás. Donde aprende todo: a moverse, a calibrar, a ensayar, a equivocarse. Aprende cuando algo le entusiasma, y esas emociones abren la atención y se centra en ello. Por ejemplo le encanta hacer tareas y encargos propios de su edad, y desarrollar sus capacidades. Dejémosles...

La curiosidad del niño, el asombro, la ilusión por conocer, hacen que le entusiasme todo. La admiración y la emoción que el mundo despierta en ellos es la “chispa” que enciende la atención y la mantiene viva. Sus ganas de explorar y experimentar alimentan ese entusiasmo… Entonces su cerebro va secretando sustancias neuroplásticas que lo nutren y remodelan. 



Además los niños vienen a este planeta con ansias de desarrollar su talento, su creatividad, algo ya inscrito en los genes, como la comunicación y la cooperación, que refiere Carl Woese, un microbiólogo que estudia este tema. Los genes son capaces de ayudarnos a ser originales y creativos, a establecer lazos... Es el modo de actuar de la naturaleza humana. 



Estas capacidades se despliegan cuando el niño disfruta, y permiten un estado mental emocionante de “flow”, al estar inmerso en una actividad que le apasiona, desconectado del resto. Está feliz descubriendo eso tan increíble para él, disfrutando al máximo. Como nos sucede a los adultos al trabajar en algo con entusiasmo...



      
Por otro lado, cuidar el uso de pantallas: no usarlas de "niñeras"... Y cuanto más tarde mejor. Se ha visto que frenan el desarrollo cerebral: el lenguaje, la atención, el pensamiento, la empatía... etc. 

Respetar la naturaleza del niño, su calma y su desarrollo, sus tiempos lentos de desarrollo, sus juegos imaginativos, su pensamiento mágico… Permitir su curiosidad, lo que le gusta. Poseen una necesidad grande de conocimiento y de aprender cosas. El silencio, el pensamiento, su autonomía..., son importantes.







       
* EN LA ADOLESCENCIA

      
Posteriormente aparece una reorganización de la estructura cerebral, con una “poda selectiva” de ramificaciones que no se usan y un reforzamiento de otras sinapsis, junto con la creación de nuevas conexiones, resultando mucho más eficaces. También según las cualidades y gustos, los talentos, las emociones, los intereses y el aprendizaje, las motivaciones… En definitiva, según la afectividad y libertad de cada persona. De ese modo poder adquirir funciones superiores, que posibilitan la maduración del pensamiento, el autocontrol emocional, la capacidad analítica y de decisión, la voluntad... etc. Todo ello muy relacionado con la corteza prefrontal.

      
Asimismo se completa la maduración del sistema nervioso que se inició en etapas anteriores con la envoltura de las fibras nerviosas con vainas de mielina. Se forma alrededor de los axones o terminaciones neuronales. Así se conduce mejor el impulso, que lleva una información concreta, y se relacionan distintas zonas consolidando en circuitos y aprendizajes en la memoria.






          
* MADURACIÓN CEREBRAL

    
El desarrollo y maduración neuronal comprende hasta los 18-20 años, aunque hasta los 25-30, o incluso más, no se completa con lo más complejo y característico de la persona: las funciones superiores. 

          
Lo primero en madurar a nivel cerebral son las zonas que coordinan el movimiento, así como zonas sensoriales y su relación con otras áreas: somatosensoriales, de asociación... etc. Luego las zonas emocional y cognitiva con el sistema límbico, (de "limbus"), por donde pasan las aferencias que llegan al cerebro con la información del exterior. Muy relacionado con las emociones, el aprendizaje y la memoria. Posteriormente con la pubertad, se estimula la corteza prefrontal: lo último en completar su desarrollo, con sus conexiones y relaciones con otras áreas.






         
Se podría decir que la maduración del cerebro aparece en una onda desde atrás, hacia adelante y hacia arriba. Desde las capas más básicas o “primarias”, pero vitales, hacia las más complejas y propias del ser humano.


          
En las chicas se suele desarrollar antes la zona cerebral del lenguaje, que suele estar en el hemisferio izquierdo, con sus dos zonas: sensitiva para entender, y motora para hablar. Y en los chicos cobra más relevancia la zona visuoespacial, situada sobre todo en la zona parietal del hemisferio derecho, y la zona visual occipital. Esto es en general, aunque puede haber excepciones.


         
De todas formas el cerebro adolescente no ha terminado de madurar. Es más, está en pleno cambio y reestructuración de redes. Lo emocional lo viven con mucha fuerza y colorido, pero el control de emociones y la toma de decisiones son todavía inmaduras, sin las sinapsis adecuadas.

No podemos pedirles que se comporten como un adulto. Por otra parte, no se les puede dejar solos frente a situaciones que les desborden: seguir acompañándoles, aunque en un segundo plano. Enseñarles a usar el pensamiento, la imaginación y la libertad, a ensayar respuestas a situaciones frecuentes que puedan ocurrir. Que sepan decir un "no" a tiempo a algunos comportamientos que les harán daño. Guiarles. Ser ese "freno" que todavía no tienen. Más tarde lo agradecerán.






         
Podemos aprovechar este conocimiento neurológico para ayudar en su buena maduración, para permitir las sinapsis adecuadas que les van a ayudar durante toda la vida. Hábitos saludables, dieta sana y ejercicio, sueño con suficientes horas, pues en etapas adolescentes requieren mayor número de horas de sueño reparador. Por eso, podemos decirles: "cuida tu cerebro, y más adelante él cuidará de ti". 


Porque las acciones van creando hábitos, con sus correspondientes refuerzos sinápticos, y éstos forjan el carácter, ¡singular!, y acabarán modelando la personalidad de cada uno. 
           









            
2) CÓMO FUNCIONA EL CEREBRO PARA EL APRENDIZAJE

           
Como hemos visto, es necesario dejar aflorar el interés y la curiosidad del niño: que pueda admirar y sorprenderse de las cosas. Imaginar, usar su creatividad, crear juegos y jugar... No se trata de estimular sin control, sino adecuarlo a la realidad, explicándole lo que ve, lo que oye, lo que toca, lo que escucha, lo que le llama la atención... etc. Enseñarle siempre de acuerdo a su edad, porque su cerebro estará preparado para ello. Y todo sumergido en cariño.




       
La curiosidad "abre" la atención, y es cuando muestra interés por algo, se puede enfocar en ello, y como consecuencia aprende ¡porque disfruta! La afectividad y las emociones tienen mucho que ver.



          
En el desarrollo del niño aparecen unos periodos más sensibles, en los que aprende de forma natural determinadas funciones innatas, hábitos, o valores. Están relacionados con los periodos críticos, en los cuales aprende esas habilidades o comportamientos con suma facilidad, porque tienen la base anatómica cerebral madura para ello. Y le entusiasma. Así, los incorpora para toda su vida..., puesto que su cerebro ya está preparado. 

          
Hay algunos que son innatos, y suceden siempre en todas las personas, como el sensoriomotor, la deambulación, el control de esfínteres, el habla y las funciones superiores; y otros que requieren más aprendizaje o esfuerzo, y capacidades de abstracción, por ejemplo la lectura, o son más culturales.

         
Hay actitudes que se aprenden por contagio: la alegría, la gratitud, la valentía, la empatía, y la adquisición de muchas habilidades. Gracias a los encargos que les ponemos, y a la libertad de dejarles escoger lo que quieren hacer... 


Por ejemplo, el orden, muy necesario desde que nacen hasta los 4 años, con esos hábitos antropológicos de sueño, comidas, paseos, higiene..., que comentamos en el marco antropológico. 

El movimiento, desde los primeros meses al año es fundamental, el habla y el lenguaje, hasta los 6 años, la sensibilidad fina, hasta los 4 años, el control de esfínteres a los 1,5-4 años, la empatía y socialización de 2 a 6 años, el conocimiento de la naturaleza... 

Estos datos son un poco orientativos: cada niño madura a su propio ritmo, solo debemos dejarle libre. 

Un poco más adelante, otros valores como la sinceridad, la generosidad, la fortaleza, la amistad... Y posteriormente la responsabilidad, el esfuerzo..., el plantearse metas, el trato con los demás... Todos ellos hasta los 8-12 años se pueden incorporar.



Por eso es bueno trabajar esos hábitos en estas edades tan provechosas... 

Se nota que el niño está en ese momento concreto porque se concentra en algo, y le gusta repetirlo hasta que lo asimila. Para ello debemos crear un ambiente donde esté a gusto, con serenidad, con libertad de elegir y hacer algo que le atrae más...


       
Lo que más le gusta a un niño es moverse libremente. Cuantas más oportunidades de movimiento tenga, mejor. Y cuanto más sentidos emplee, con oportunidades de experimentar, mejor conocerá el mundo que le rodea y mejor desarrollará sus capacidades, gracias a esas sinapsis y plasticidad neuronal


           
Por ejemplo, para explicarles una hoja de un árbol, hay que enseñarles hojas distintas, que las vean, que las toquen, que las huelan, que vayan al campo a cogerlas, que las dibujen, las coloreen, que vean las distintas formas que pueden tener… etc. Es la manera en que lo pueden captar mejor, porque relacionan todo ello en su cerebro. Cada aspecto se integra en unas zonas distintas, que luego hay que relacionar, gracias al pensamiento y la inteligencia.



      
Es decisivo dar amplia oportunidad de conocimiento experiencial, sobre todo de cero a tres años, incluso hasta los 6 años. También de relación con otras personas, en especial la interactuación con los padres, hermanos... Se establece una resonancia con los demás, aprende a diferenciar el yo del tú del otro, y capta lo que le transmitimos mediante la empatía y el sano apego. Es la "edad de oro" para el aprendizaje de muchas cosas.






         
Este aprendizaje puede ser de distintos tipos: motor, sensitivo, intelectual, afectivo, emocional… Y es necesario que se integren las distintas formas en su cerebro, y que se sienta de veras querido: participar del amor de sus padres. Algo vital para su buen desarrollo, y fuente de seguridad y estabilidad emocional. 


           
a) El proceso de aprendizaje motor, que es básico para el niño, sucede en fases muy tempranas. Pasa por unas etapas progresivas. Es importante atender cada etapa, dedicarles tiempo para jugar con ellos, hacerlo de forma divertida, amable, positiva, alegrándonos de lo que logre. Dándoles muchas oportunidades, y dejándoles cierta libertad para que elijan lo que más les atrae, que estará relacionado con el periodo sensible en el que se encuentre...


            
Ese aprendizaje puede consistir en dejarle libertad de movimiento, para que vaya explorando, conociéndose, midiendo distancias, grabando programas premotores que usará toda su vida... 

También ejercicio físico, como nadar, o cuando son un poco mayores montar en bicicletapatinaresquiar o cualquier otro deporte. 

          
Sabemos que la edad ideal para la marcha es en torno al año. El desarrollo del equilibrio sucede de tres a cinco años: aquí podemos patinar, esquiar, hacer bicicleta… y lo aprenderá con mucha facilidad, recordándolo toda su vida.

En esta etapa de la vida es bueno enseñarles la mayor autonomía en las necesidades propias, que aprendan a valerse por sí mismos cuanto antes. 


          
b) El aprendizaje sensitivo se fomenta con una salida al campo, que pueda experimentar, percibir sensaciones... También jugar con arcilla, o plastilina, hacer construcciones, legos, material en 3D, modelar con barro... Y escuchar música bonita. Estimula la sensibilidad, la afectividad, el buen gusto, despierta aptitudes hacia los idiomas, la creatividad, despeja la mente y anima… 

        
Es bueno que conozca el entorno con el máximo de sentidos. En esto, también las manualidades nos pueden ayudar mucho, el teatro, hacer juegos de magia, inventar juegos con cintas, telas, cartulinas... Y salidas a la naturaleza, a una granja, al monte, a la playa, ver puestas de sol, amanecer, nubes, nieve... son ideales también. 




             
c) El momento del descubrimiento del "yo", diferente al tú, suele ser hasta los cuatro años. Es buen momento para interactuar, desde muy pequeños. La resonancia que producen las relaciones personales es vital para el buen desarrollo. El yo se construye gracias al tú. Te lo cuento en el post "Plasticidad cerebral".

             
Enseñarle a relacionarse con los demás. Que puede pensar en los demás y jugar con ellos... Que relacione regalar algo, con la alegría de ayudar a los demás. Para eso debemos dar ejemplo, sin obligarles a ello...: seduciendo con la belleza de ser generosos.


            
d) El juego es vital desde que nace: para un bebé todo es juego. Todo lo aprende por la vía afectiva, por el juego. Tiene un pensamiento mágico. Entorno a los cuatro años, que ya su cerebro está algo más maduro, comienza el juego simbólico, y más tarde, como a los seis o siete años, junto con un razonamiento más claro y lógico, el juego de reglas.


          
En la vida del niño todo es juego, y se transforma en juego: aprende jugando, juega aprendiendo, disfruta jugando. La vida es juego, y mediante el juego lo aprende todo. Además le permite soñar, disfrutar, imaginar, resolver problemas, relacionarse, captar sentimientos... etc. (Si quieres ampliar dejo enlace abajo sobre el juego).







           
e) En cuanto al desarrollo intelectual y afectivo, pasan por distintas etapas. Desde que nacen aprenden imitando, captando la globalidad de las cosas, y no tanto los detalles. A ello nos referiremos en otro de los marcos del desarrollo, con los paseos disfrutando y aprendiendo… Todo capta su interés y siente curiosidad por la realidad que le rodea, si se lo permitimos. 


         
Su aprendizaje es muy perceptivo y experiencial. Luego debe integrar esas experiencias en las distintas zonas cerebrales. Y está muy relacionado con la memoria y la afectividad, que tiñe todo ello, y lo guarda en la memoria a largo plazo.

            
Por eso, es bueno el juego al aire libre, las excursiones, la naturaleza, los paseos por el parque con ellos..., sin dejar de explicarles las cosas que ven, y por supuesto, todo lo que preguntan, adaptado a su edad. Y es fundamental la relación con otros niños, pues enriquece más que cualquier otra cosa. Todo ello va creando sinapsis neuronales, y fijándose en la memoria, empapado de sentimientos.

          
En este sentido, es importante enseñarles a manejar sentimientos desde pequeños, a tener en cuenta a los demás. No llenarlos de caprichos ni hacerlos en centro del universo, sino ayudarles a pensar en los otros... Siempre cabeza y corazón. Como señala Tomás Melendo, "educar es enseñar a amar"...







            
DESARROLLO ARMÓNICO
 
          
En definitiva, para su desarrollo armónico hay que aprovechar todas las oportunidades que se nos presenten en el día a día, atendiendo a los diferentes marcos de desarrollo. Que, en realidad, son los distintos aspectos de la persona, que van entremezclados. Si se mejora en uno, se hace también en los otros. Parece complejo, pero no lo es, porque tenemos un "sexto sentido" para ello. Educar tiene parte de ciencia y parte de arte, y requiere siempre cariño. Un trabajo de artesanía.

         
Por otra parte, ese cariño es lo que nos permite ver las cualidades de cada uno, para fomentarlas. Así lograr su mejor personalidad, en un clima de confianza, del cual su manifestación habitual es la sonrisa. Sentirse queridos es lo que les posibilita madurar como personas.


          
También podemos hablar entre los dos, concretar objetivos y realizar planes de acción, para que no se queden solo en buenas intenciones... (En otra entrada: "consiguiendo objetivos").

           
Y disfrutar al máximo del mayor regalo que podemos tener: cada hijo que viene a este planeta. ¡Cómo agradecen que se les mire a los ojos, que se les escuche, que se les acompañe en sus juegos, en sus actividades, en sus trabajos…! Hace falta levantar la mirada de las pantallas, que nos atrapan, para mirarles a los ojos. Es como si nos dijeran: 

          “Si te importo, ¡acompáñame!, ¡préstame atención!”

                       "Yo" me construyo gracias al "tú"

 

          
Siempre merece la pena el esfuerzo y el tiempo dedicado a ellos. Es nuestra mayor empresa, la que nos dará más felicidad, y lo que asentará las bases de la felicidad y la vida lograda en nuestros hijos.






          
Espero que te haya gustado, y lo puedes compartir con amigos. ¡Muchas gracias!



           
Dejo enlaces relacionados: 



                                                                                  Mª José Calvo
                                                                    optimistas educando y amando
                                                                                 @Mariajoseopt




URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2014/01/marco-neurologico-un-poco-de-neurologia.html

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