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sábado, 16 de marzo de 2019

CONSTRUYENDO SU PERSONALIDAD I: ADOLESCENTES



                                                  ADOLESCENTES

                     "CONSTRUYENDO SU PERSONALIDAD"

                       
       
Hemos comentado que tener un hijo adolescente es como convivir con una persona un poco explosiva e inconstante, pero noble, que busca coherencia a su alrededor. Pero, ¿qué le está sucediendo en su personalidad?, ¿por qué esos cambios tan fuertes, y ese comportamiento explosivo...?

      
Nosotros les estamos formando desde que son pequeños: vamos construyendo su personalidad a base de intentar poner buenos materiales... Descubrimos sus cualidades singulares e intentamos que las desarrolle. Parece que lo estamos haciendo bien..., ¡incluso muy bien! Y llega un momento en que lo destruye todo, para volver a reconstruirlo a su manera, repensándolo desde su interior, con los valores que cree mejores, a su modo y estilo personal. Con sus talentos y cualidades.

     
Quiere ser "dueño de sí", artífice de su vida: intenta ser él mismo, ella misma... Y en esta reconstrucción emplea materiales que coge del suelo, por lo que ha visto en nuestra vida coherente; otros le llegan de la pandilla de amigos; algunos de internet, y quizá alguno más que le podemos ir lanzando al comprenderle y sonreírle, al sugerirle una idea, o hacerle pensar con nuestra conducta coherente…, por el modelo y referente que le presentamos. ¡Nada se pierde...!







Esto que salta a la vista trasluce los cambios cerebrales que deben acontecer en nuestros hijos para llegar a ser personas más plenas y maduras. Su cerebro está remodelándose y estructurándose de mejor forma, especialmente desde la pubertad, para albergar unas funciones más complejas del ser humano. Ya poseen las más básicas e imprescindibles, y ahora necesitan otras nuevas y mucho más complejas.

     
Conlleva una poda de neuronas que no se utilizan, y una reorganización y reestructuración de zonas. Algunas neuronas se recubren de vainas de mielina para ser más eficaces en conducir los impulsos, especialmente las que conectan con el cortex prefrontal, y se intensifican las conexiones o sinapsis ente ellas. También se relacionan las distintas zonas cerebrales mediante redes, integrando aspectos diferentes de un mismo concepto, idea, acción, pensamiento, decisión... etc.





         
Es un proceso de diferenciación celular y de creación de nuevas sinapsis, conexiones y redes neuronales. Así, el cerebro se va conformando para ser una persona adulta, con el pensamiento analítico y crítico, el poder de decisión, el autocontrol, el juicio..., también la empatía, y todas las facultades personales más desarrolladas. Incluida la afectividad, con el sistema límbico, que está madurando y por eso se encuentra hiperfuncionante. Algo necesario en ese proceso de maduración, pero que tendrá que aprender a controlar y modular poniendo cabeza y pensamiento...

     
Todo esto va progresando en la adolescencia, y, hasta los 25-30 años, o incluso más, no está completado. 





     
Es un periodo en el cual se encuentran tan cambiados que están desconcertados. No solo en lo físico, sino, y sobre todo, en lo psíquico y anímico. Muchas de las sinapsis neuronales que tenían están desapareciendo, y en cierto modo, deben comenzar de nuevo a crearlas mediante los hábitos y acciones que crean oportunos.    






Por otra parte, empiezan a descubrir su intimidad, aunque no se reconocen bien. Quieren ser originales y auténticos, pero no saben cómo... Son muy inseguros y más bien pesimistas. Por eso es necesario apoyarles y animarles en pequeños retos cada día, para que vayan aprendiendo a luchar, y hacerse con el control de su "nave".


         La adolescencia es muy importante: es un proceso de maduración personal, ¡una crisis de crecimiento! 

   Una pausa para repensar y re-construir la vida desde cada persona, 
con sus cualidades y aspectos singulares


             
En esta etapa es cuando van descubriendo la propia identidad, con una consciencia mayor. Por eso es tan importante. Comprende una travesía de la que no conocen la meta… Son inseguros, pero no quieren protección: ¡quieren hacerlo ellos mismos!, ¡quieren pilotar su vida!

       


Por eso es necesario que se sientan muy queridosTenemos que conocerles bien para comprenderles en su singularidad, y de esa forma, que se sientan valorados, acogidos y queridos de forma incondicional. Aunque muchas veces no sepan, o no estén a la altura esperada... ¡Darles confianza!


             
Y es vital saber descubrir sus cualidades y fortalezas, y decírselas, para que las pueda desarrollar y fomentar. Así, estimularles a dar lo mejor de sus capacidades… Sólo podrán mejorar si los aceptamos tal como son. Con “comprensión exigente” o “exigencia comprensiva”… según los casos y circunstancias. Pero desde un segundo plano: ¡los protagonistas de la aventura son ellos!

               
Necesitan que confiemos en ellos, que les creamos capaces de grandes retos, ¡porque lo son! Que les ayudemos en el proceso de formación de su personalidad, pero dejándoles ser ellos mismos, a su manera y estilo propio. Originales y singulares, con sus virtualidades y talentos. En definitiva, que les ayudemos a madurar, respetando su naciente intimidad y su libertad interior. 

              
Por tanto, ir "soltando amarras" poco a poco, confiando en ellos, para que vayan creciendo y madurando... Que ensayen todo lo que necesiten para aprender a usar bien su libertad, y de esa forma vayan siendo responsables en sus ideas, acciones, comportamiento, personalidad... La libertad lleva "de la mano" a la responsabilidad: "la otra cara" de la moneda.







          
El cariño que les brindamos, que les anima en la lucha por dar lo mejor, es el mejor artífice de su maduración. Una persona que se siente de veras querida mejora con rapidez. Si no se sienten queridos es todavía más complicado...

      
Cuando surge mayor rebeldía, necesitan un cariño de mayor calidad por nuestra parte… Pero un cariño auténtico e incondicional, aunque no se comportaran como debieran. Porque, necesitan saber que les queremos a pesar de todo, incluso, que les queremos aunque fallen... A todos nos puede suceder lo mismo. Necesitamos que nos quieran de forma incondicional, simplemente por quienes somos, por la grandeza de cada persona.


        Es como si nos dijeran... 


“si te importo ¡préstame atención!” 
"¡quiéreme!" 

Y "sólo maduraré y daré lo mejor de mí, 
si recibo confianza y cariño...  
y oportunidades para intentarlo."     



       
La adolescencia no es una etapa "terrible" como se suele pensar, sino la gran oportunidad de construir su personalidad, por ellos mismos. 

     
Partiendo de sus cualidades y temperamento, y forjando su carácter personal. Con hábitos que se transforman en virtudes y les ayuden a pensar y actuar con cabeza y libertad interior. Teniendo en cuenta a los demás, integrando "cabeza y corazón". Para que, en último término, sean capaces de amar con esa libertad que tanto les gusta y valoran





      
Tienen que ir logrando madurez personal, que se traduce en capacidad de querer a los demás.

      
Es necesario enfocarse más en la otra persona que en uno mismo. Para, como señala J. B. Torelló, "pasar del vivir para mí, -tan egótico muchas veces-, al vivir para ti", esencia del amor, y fuente de plenitud personal. 

Puesto que, la persona se realiza cuando se preocupa de los demás. Y por tanto, ese pensar en ellos es fuente de felicidad y de dicha. Como una recompensa no buscada... que hace sentir bien.





        
Hace falta conocer y descubrir lo bueno de esta etapa para no verla a través de prismas negativos y oscuros. Es bueno que se rebelen contra muchas cosas, que piensen, que se planteen metas nobles... y luchen por ellas.



La exaltación emocional tan característica e esta edad los impulsa a probar cosas nuevas, a visualizar nuevos retos, a salir de sí buscando un mundo mejor. Los socializa pensando en los demás... Y su gran imaginación y creatividad les anima a pensar y descubrir otras posibilidades nuevas. 

      
Suelen ser nobles, y buscan lo bueno y coherente; aborrecen la falsedad o el encubrimiento. Y ponen pasión en lo que hacen... Consideran todo importante y digno de tener en cuenta. Les gusta colaborar, incluso desinteresadamente, por ejemplo con amigos, en voluntariados... Valoran mucho la amistad, el poder ayudar y conectar con ellos.




  Dejo para otras entradas el desarrollo de las distintas facultades personales.




  Algunos enlaces relacionados: 


-"Maduración cerebral y afectividad"

"10 "Tips" para ayudar a tu hijo adolescente

Educar-en-y-para-la-libertad 






     

Espero que te haya sido útil, y que lo compartas con amigos... ¡¡Gracias!!



                                                                              Mª José Calvo
                                                                          optimistas educando
                                                                              @Mariajoseopt 

    
        
URL: 
https://optimistaseducando.blogspot.com/2019/03/construyendo-su-personalidad.html                        

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