CHESTERTON, CECIL, Y ALGUNOS ESCRITOS III
Estoy escribiendo algo sobre un grupo de amigos ingleses, fantásticos, entre ellos J.R.R. Tolkien, con su increíble y maravilloso "legendarium", C.S. Lewis, un gran pensador, y el genial G.K. Chesterton, siempre rodeado de buen ambiente, comida y amigos, con esa simpatía suya que rebosa.
Hemos visto algunos retazos de Chesterton, de su infancia y juventud, su amor por Frances, y algunos pensamientos que nos pueden servir para reflexionar y tenerlos presentes. Ahora los debates con su hermano Cecil, y algunos escritos y ensayos.
Libros que te recomiendo sobre este autor: "El amor o la fuerza del sino", "Ciudadano Chesterton" de J.R. Ayllón, y su biografía, y algún otro de Mariano Fazio sobre tres personajes intrépidos: "Contracorriente... hacia la libertad". Otro muy simpático: Los Chesterton, de Ada Jones. Y Ortodoxia, del propio Chesterton, o novelas de El Padre Brown, más amenas.
G. K. Chesterton destaca por una alegría radiante y vitalismo, por la caballerosidad, el buen humor, un tanto inglés, y una generosidad y bonhomía sin límites. Y con una claridad de mente capaz de ir a lo profundo de las cuestiones con la fuerza de la razón, hasta llegar a la verdad. Reconoce los méritos de los demás y los trata con delicadeza y afabilidad.
Desde muy pequeño le gustaba debatir con su hermano Cecil, que le estimulaba en ese aspecto. En su época eran un "divertimento" general los debates. Su itinerario vital después de la época de "locura" y "suicidio espiritual" de la escuela de Bellas Artes, la Slade School, donde toca fondo, es la búsqueda de un sentido a su vida.
Se remonta a su época de cuentos infantiles y libros de aventuras, y la sabiduría y ambiente literario y culto de sus padres, donde había mucha libertad, además de alegría y fiesta constante.
Luego le ayudarán los escritos y poesías de Dickens, W. Whitman, Stevenson... tan positivos y animantes. Tiene alma de poeta, y después de repensarlo, opta por un optimismo cósmico: percibe la vida y el mundo como un milagro, algo inimaginable y bello que agradecer, aunque no sabía muy bien a quién... Y ese optimismo y alegría lo transmite a su alrededor.
Llegará a la conclusión de que "el secreto de la vida reside en la risa y en la humildad".
Dejo unos puntos a modo de índice:
1) SU INFANCIA Y JUVENTUD
2) CAMBIO DE PANORAMA
3) LA CARA MÁS BELLA DE LOS CIELOS
4) CECIL Y ALGUNOS ESCRITOS
5) ASOMBRO, RAZÓN, IDEALES, CONVERSIÓN, VIAJES
4) CECIL Y ALGUNOS ESCRITOS
Frances coleccionaba las poesías que le dedicaba en cualquier momento, tan bonitas y bien escritas, y las publica con la ayuda del padre de Gilbert y un cuñado editor. Será el primer libro publicado.
Comienza a escribir en periódicos, y su fama se extiende. Entonces le contratan en uno de primera línea, fundado por Dickens, y ya se puede casar con Frances.
Al principio tienen dificultades económicas, por lo que intenta escribir en varios sitios, y algunos ensayos y novelas que se van abriendo paso. En sus colaboraciones en prensa empieza a defender ideas en contra de lo que se llevaba en su época, que va madurando en el tiempo, hasta llegar más tarde a la sorpresa de ideas que coinciden precisamente con el ideal cristiano, casi sin saberlo.
Es un "mago" de la paradoja, de las metáforas, las comparaciones y juegos de palabras, de la ironía sin molestar..., y hasta poeta. Escribe muy bien, con pluma alegre y desenfadada.
De los primeros ensayos que publica está la biografía de Charles Dickens, por ese conocimiento de su etapa de juventud, y esa bondad y compasión propia de sus obras, con las que Gilbert congenia y quiere difundir. También escribirá otra sobre R.L. Stevenson, otro de los escritores victorianos, bien optimista.
Cuando necesitan un poco de dinero extra, escribe algunos relatos o novelas policíacas..., con una "remesa de cadáveres", y soluciona el problema.
También escribe algunos libros fundamentales de su pensamiento. Primero Herejes, en 1905, y con 31 años, en el que refuta ideas y prejuicios de su país, en concreto del materialismo "cientificista" y el escepticismo relativista imperantes, nada razonables, y asfixiantes, y hace una exposición meditada de ideas de grandes pensadores.
Este libro está relacionado con los debates con intelectuales de su tiempo, en especial con Bernard Shaw, dramaturgo, y H. G. Wells, que solían tener ideas que no estaban precisamente en la línea de las suyas. Pero, con deferencia, guiado por el espíritu caballeresco de los grandes ideales, sin molestar, aunque diciendo las verdades con una chispa de buen humor, en tono simpático y desenfadado. Con coherencia y honestidad intelectual. Por eso, nunca se sintieron enemigos, al contrario: fueron siempre amigos.
B. Shaw y algunos otros "tiraban" para herir, aunque en privado mantenían la amistad. Sin embargo, Gilbert sabía que para debatir o criticar ideas, primero hay que reconocer los méritos del contrincante. Si no, no sería justo. Y no pasaba de una ironía indulgente para "atacar" las ideas poco razonables, pero no a su oponente.
Dice en uno de sus ensayos, "El hombre común": "El hereje, que también el fanático, no es un hombre que ama demasiado la verdad. El hereje es un hombre que ama su verdad más que la verdad misma. Prefiere la verdad a medias que ha encontrado a toda la verdad que la humanidad ha encontrado."
Era un abogado de las "causas perdidas"... Por eso, más tarde en 1908, escribe Ortodoxia, como réplica a unas ideas que se publicaron que cuestionaban la coherencia personal del autor de Herejes, al refutar ciertos pensamientos, sin revelar lo que él piensa, su filosofía de la vida. Así que escribe un libro para contestar a esa provocación...
Es la respuesta a las necesidades naturales de los seres humanos, la única garantía de la libertad, y no como una verdad arbitraria recibida de alguna parte extraña a la experiencia humana...
Luego se descubriría que esa publicación era de su hermano Cecil, con un seudónimo, que siempre le ponía a prueba y le hacía pensar y refutar ideas.
En este nuevo libro expone las propias ideas que va repensando, desde la razón, que dan vida a cuanto afirma. Y se dará cuenta de que coinciden "casualmente" con el ideal cristiano, y se declara entusiasta de ellas, sin ser cristiano, o sin ser muy consciente de ello. Tardará 14 años más en dar el paso hacia el catolicismo.
Trata de cuestiones importantes del ser humano, con el trasfondo y bagaje de haber leído a San Agustín, a Tomás de Aquino, con sus escritos tan profundos y bellos, a Newman y el corazón, además de tener a H. Belloc y el padre O'Connor como amigos.
Uno de los intelectuales con los que solían debatir les pondría el simpático nombre de "Chesterbelloc". Y a veces también incluía a Cecil.
Posee mucha sabiduría y capacidad de razonar y relacionar. Discrepa del escepticismo imperante en su Inglaterra. Porque además, no sólo influye y se arraiga en la mente de la gente sin cultura, sino en los más cultos. Se da cuenta de que se está vaciando de contenido el pensamiento de los ingleses, desde siglos atrás.
Rebate el materialismo, y otros "ismos", diciendo con gran atino que ese mundo es realmente pobre: ¿dónde se encuentra por ejemplo la voluntad, la libertad del hombre, la conciencia...? ¿Y las emociones, algunas tan grandes como la de saber que la vida es maravillosa? ¿Y la posibilidad de transgredir una ley, como se puede hacer en "el país de las hadas", que recuerda con especial claridad y alegría de su infancia...?
Aquí la libertad está ausente. Es una prisión en la que cada persona se ha convertido en una pieza que encaja en el sistema. Un sistema muerto.
Sin embargo, sólo lo vivo puede ir contracorriente...
Ante esas ideas poco razonables o deconstructoras, cree que merece la pena cambiar el mundo a mejor...
Dejo una cita del libro Ortodoxia:
"Las cosas más rápidas son las más suaves
el pájaro es inquieto por suave
la piedra como dura es inmóvil
la piedra cae por su propio peso, su dureza es debilidad
el pájaro puede remontarse porque su fragilidad es su fortaleza
Los Ángeles vuelan porque se toman ligeramente a sí mismos
El orgullo es el lastre de la solemnidad que tira hacia abajo
haciéndonos instalarlos en una espera de seriedad egoísta
cuando lo que deberíamos hacer es levantarnos
en un regocijo descuidado del propio yo.
La seriedad no es una virtud."
Otra simpática: "Deberíamos agradecerle a Dios por la cerveza y la borgoña no tomando demasiado de ninguna de las dos".
Un capítulo de este libro, "La ética en el país de los duendes", influirá en la visión mitopoética e imaginario de C.S. Lewis y J.R.R. Tolkien. Esto está recogido en un librito editado por J.L. Lorda en Rialp.
Apunta nuestro autor: si lees cuentos de hadas verás que la felicidad sólo existe con alguna condición... Es el núcleo de la ética, y de los cuentos infantiles. Además, los cuentos de hadas proporcionan a los niños las primeras semillas de esperanza..., como le sucedió a él.
En el fondo, todos buscamos un hogar en el que cobijarnos: "Todos los seres humanos desean una sociedad humana que pueda ser un hogar." Son los anhelos de felicidad del corazón humano...
También escribirá novelas policíacas en las que el protagonista es el Padre Brown y su gran sabiduría humana, que les sacan de algunos apuros. En esto le inspiró su amistad con el padre O' Connor, quien influyó con sus conversaciones y su profundo conocimiento antropológico y del alma humana. En concreto de los abismos del mal y los horrores posibles. Le ayuda a esclarecer ideas y a sentirse comprendido y reconfortado.
Entre sus escritos están otras novelas como El hombre que fue jueves, y The Napoleon of Notting Hill, una de las calles que frecuentaba que poseía todos los servicios que necesita un ser humano, sin nada que envidiar a las grandes empresas ni a los ministros de industria. En ella plasma su visión social del distributismo que compartía con su gran amigo H. Belloc. Además, le dice que eso es justamente lo que declara el cristianismo.
Su hermano Cecil, ateo también, va conociendo el cristianismo a través de Elodie y H. Belloc, hasta que un día sale del trabajo alegre para abrazar la fe católica.
Trabaja con Ada Jones: una periodista muy joven y entusiasta, infatigable y alegre. Y mujer: algo extraño en ese ambiente masculino... Gilbert llamaba a Ada "la Reina de Fleet Street".
Pero estalla la fatídica Primera Guerra Mundial, y muchos de sus amigos tienen que acudir al combate. Él, con un trabajo desmesurado y con poca salud, cae gravemente enfermo. Y le costará mucho reponerse. Solía comer y beber en abundancia, y además fumaba. No se cuidaba mucho. Decía con humor que el humo era su musa... Entonces cayó en coma, y tuvo que atenerse a un régimen de vida estricto del doctor y a los cuidados de enfermeras hasta que se fue recuperando poco a poco. Y les ayudaba una secretaria: Dorothy Collins, que sería como una hija para ellos. Quedó con algunas secuelas que le impidieron hacer muchas actividades, aunque no dedicarse a escribir.
En plena guerra, escribe Historia de Inglaterra, con la sabiduría de su amigo Belloc, y algunas de las grandes figuras de Inglaterra, como Thomas Becket y Thomas Moro, que nadie se atreve a rebatir.
Cecil es intolerante con la corrupción, y no se contenta con transmitir las noticias en su editorial con la verdad por delante. Le ilusiona luchar por su país y se alista en el ejército a pesar de ser mayor.
Le dan unos días de permiso, y vuelve para casarse, por fin, con Ada Jones en una capilla decorada con rosas rojas. Se llena de amigos y compañeros del ejército... Y deja a Gilbert al mando de la dirección de su periódico: el Witness.
Al final de la guerra, tras una caminata bajo el frío y la lluvia, y una neumonía, Cecil enferma. Ada hace lo imposible por ir a Francia al hospital de Vimereux donde se encuentra, hasta que lo consigue. Un viaje lleno de peripecias. Llega a verlo, con una gran sonrisa, pero por la noche empeora. Le dice: "es el final, chiquilla queridísima". Y pronto muere. Ella queda desolada.
A nuestro autor le afecta mucho, lógicamente, pues estaban muy unidos, y se lo tiene que comunicar a sus padres. Un momento bastante duro. Además tiene que seguir con la dirección editorial del periódico.
Más tarde, uno de sus amigos: Wells, escribe Breve Historia del mundo, y a él no le parece adecuado, por no dar importancia a lo importante... Así que escribirá "El hombre eterno" en 1925, con más ideas fundamentadas en sus convicciones, comprobadas a lo largo de muchos años... Algunas refutando otras de su amigo y polemista Shaw, que boga por la evolución del mundo animal, incluido el hombre... y otras más. Por ejemplo, decía que el hombre no es una "evolución", como los animales, sino una "revolución". Un salto de gigante.
Y llegará a decir con asombro que el hombre es un microcosmos, la medida de todas las cosas, la imagen del Creador. Aunque muchas veces "entendemos el cosmos pero no somos capaces de entender el yo. Nos es más lejano que cualquier estrella."
Algunas ideas sobre el amor, el perdón, la esperanza. ¿Qué es la esperanza?: el poder de estar alegre en circunstancias desesperadas...
Para acabar, algo muy sorprendente: dice que en la Edad Media hubo "una flota de submarinos" que protege y custodia, y copia a mano, palabra por palabra, la cultura clásica greco latina. Y esos submarinos son los monasterios, y los copistas los monjes... a quienes tanto les debemos.
Continuará...
Mª José Calvo
@Mariajoseopt
optimistas educando
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Dejo algunos enlaces relacionados:
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