EL LIDERAZGO EN LA FAMILIA ES COSA DE DOS
Hemos visto que una originalidad de la familia es que tiene dos líderes al mismo nivel, en "dirección familiar I". La madre, que puede ser la directora del hogar, y el padre, que podríamos llamarle el líder de esta institución natural. Mientras uno, principalmente, pone de “moda” unos valores, personificándolos, el otro, o la otra generalmente, se encarga más de crear ambiente de hogar confiado y alegre, y atender a los sentimientos.
Otra originalidad de esta institución natural, la más amable y antigua del mundo, es que se puede poner creatividad en su dirección. La familia es creadora de por sí.
Ahora vamos con otro punto clave: ser buenos líderes de nuestros hijos, buenos referentes. Para ello podemos repensar unas ideas:
Dirigimos la familia mediante nuestro buen liderazgo, hacia la participación de todos en el proyecto familiar. Gracias a lo que somos, a nuestra personalidad coherente, motivamos y seducimos con valores humanos nobles, hechos vida, con la fuerza del cariño, y elevamos la mirada de todos hacia metas amplias y atractivas. Con corazón.
Porque, la autoridad se concreta en seducir con la belleza de los valores vividos: con nuestra vida íntegra, por ser alegres, generosos, trabajadores, responsables, saber pedir perdón..., cuidando la amistad y el cariño. Algo que plasmamos en nuestra conducta. Y eso atrae enormemente, y es lo que imitarán.
No sólo somos sus modelos, puesto que nos miran en todo momento, sino que tenemos que esforzarnos en ser sus líderes y referentes. Saber descubrir todo lo bueno y bello que albergan en su interior, que sólo una mirada llena de cariño puede atisbar. Estemos atentos, hagamos familia, no estemos escondidos, atareados con mil trabajos, o anestesiados tras las pantallas...
* UNAS CARACTERÍSTICAS DEL BUEN LÍDER
* El líder está atento a lo importante, sin descuidar los detalles. Lo importante, que no suele ser lo más urgente... Respecto a los detalles, la mujer es especial: le gusta estar en ellos, es su forma de ser. Al varón le suele gustar más atender a los ideales y grandes cuestiones.
*Se mueve por valores, basados en principios, que dan coherencia a su persona. Sabe crear ambiente acogedor y optimista, donde es más fácil luchar por dar lo mejor de cada uno.
*Se caracteriza por su optimismo, que ha de ser contagioso. Que nuestro hogar sea alegre, que sepamos ver siempre lo bueno y positivo de las circunstancias y de las personas..., que sembremos confianza. Y la confianza tiene mucho que ver con la buena comunicación. Y ésta ayuda a abrir el corazón y tener empatía.
*El padre o la madre líder tiene algo vital que hacer: poner atención a lo importante: a cada persona, a cada hijo, y prestarle la ayuda que necesite. Pero sólo la necesaria, teniendo en cuenta que "toda ayuda innecesaria limita a quien la recibe..." No evitéis las dificultades a los hijos, más bien enseñadles a afrontarlas, decía el gran Louis Pasteur.
*También hace una llamada a lo mejor de cada uno, y fomenta su libertad y confianza para que lo pueda realizar.
La confianza y el amor son como el "horno" donde se “cuece” la mejor personalidad de cada uno, y preparan un ambiente en libertad en el que se está a gusto y puede luchar por dar lo mejor de sí. Donde tiene grandes espacios vitales y puede moverse sin ser juzgado. De esta forma lograr lo mejor de sus posibilidades.
* "TIPS" PARA MEJORAR EL LIDERAZGO
*También hace una llamada a lo mejor de cada uno, y fomenta su libertad y confianza para que lo pueda realizar.
* "TIPS" PARA MEJORAR EL LIDERAZGO
Unas pinceladas más para mejorar el liderazgo en la propia familia. Para ser, no sólo líderes, sino líderes transformadores, con motivos trascendentes, que son los que de veras dan sentido a la vida. Porque, no sólo manejamos unos recursos, sino que innovamos, creamos otros nuevos, hacemos una vida y una educación basada en la creatividad y el cariño... En definitiva, un buen líder seduce con los valores hechos vida, es decir, con hábitos y virtudes, que son refuerzos de nuestras capacidades.
Crea optimismo y confianza, y buen hacer... Da confianza y libertad para que cada uno tome el timón de su vida.
1- La familia es lo primero: debemos hacer que así suceda. No poner el trabajo profesional o los hobbies en primer lugar. Y menos las pantallas... Además, ningún éxito en la vida justifica un fracaso familiar.
2- Ambos haciendo “equipo” con un fin en la mente, con una meta clara, una misión. Es decir, saber qué tipo de personas queremos ser, con qué cualidades y valores, con objetivos claros y concretos por los que luchar en el día a día.
3- Escuchar, mucho antes que hablar. Y comprender. Es uno de los 7 hábitos de S. Covey... Valorar las diferencias de cada persona, lo específico de cada uno, lo singular, y contar con ello para poder desarrollarlo y crear sinergia.
4- Estar disponible: tiempo e intimidad con cada uno: pareja, hijos... Abrir el corazón, contar lo que puedan entender según la edad y madurez de cada uno.
5- Confiar en cada persona, en sus capacidades, intenciones, habilidades... Me gusta decir que "confiar es dar alas para volar alto".
6- Actuar por valores, basados en principios, atemporales, que son los que dan solidez y sentido a la vida, y al vivirlos facilitan actuar en esa línea. Se hacen virtudes. Además disfrutando: ya lo decía Aristóteles.
8- Delegar encargos y trabajos importantes: les dejamos participar en la marcha de la familia, pues también son responsables según la edad. Así van madurando y aprendiendo a pensar en los demás.
9- Descubrir cualidades y talentos de cada uno, reconocer y estimular el buen hacer, el trabajo como una obra de arte, aunque "nadie" lo viera, ayudarles a querer a los otros.
10- Ayudar está en nuestras manos. En casa nadie es “esclavo” de nadie: todos tenemos atenciones, gestos y detalles de servicio, poniendo cariño en ellos. Los hijos, cuanto mayores, más libertad y por tanto más responsabilidad. Y mayor ayuda para sacar adelante la familia. Así disfrutan y se crecen.
11- Ser auténticos, íntegros, coherentes: entre lo que pensamos y lo que decimos; entre lo que decimos y lo que hacemos… Luchar por intentar que así sea. No pedir lo que no vivimos, o al menos intentamos luchar por ello, pues no sirve de mucho. Sin embargo el ejemplo arrastra.
12- Admitir las propias faltas o fallos, y saber pedir perdón, porque perdonar es amar más de lo que se pueda fallar. El perdón restaura lo dividido, sana heridas. Acostumbrarse a pedir perdón, aunque uno crea "tener" razón, y perdonar pronto. Y que lo vean...
13- Considerar los errores como posibilidades de aprender y mejorar, como oportunidades para hablar, ayudarse y quererse. Para nutrir las relaciones familiares.
14- Con ilusión. La ilusión y el entusiasmo estimulan el pensamiento y la creatividad para manifestar el cariño de mil modos... Y revitaliza el cerebro.
15- Saber motivar, no sólo a uno mismo, sino también a los demás. El cariño es un gran motivador, y el optimismo también. Crear ambiente de hogar optimista y alegre donde crecen las personas, y es fácil dar lo mejor de uno. Te lo cuento en "motivar en familia".
Aquí tenemos bastantes puntos en los que poder mejorar a la hora de ejercer nuestro liderazgo en familia. No se puede luchar en todos a la vez, pero sí en alguno en concreto que pueda ayudar a cada uno a hacer ambiente de familia acogedor, donde crecen las personas al sentirse queridas. Y donde se puede "devolver" con creces ese cariño, logrando de ese modo una mayor plenitud personal, y por tanto felicidad. Es decir, una vida lograda, que decían los clásicos griegos, con sentido.
Tenemos todo el curso para mejorar en lo que nos propongamos, según las edades de los hijos, o porque nos hayan parecido importantes. Cada uno se marca sus propios objetivos con la ayuda de su esposo, esposa, para hacer equipo.
Tenemos "una misión", y nos va a ayudar la persona que más nos quiere, y más queremos del planeta: es una misión para dos, y ¡no es misión imposible!
Tenemos "una misión", y nos va a ayudar la persona que más nos quiere, y más queremos del planeta: es una misión para dos, y ¡no es misión imposible!
Así podemos promover una cultura familiar optimista y alegre. Viendo primero lo bueno de los demás y elevando la mirada de todos de “bien” a “mejor”. Con optimismo de óptimos... buscando la excelencia. Con la fuerza del cariño y del buen liderazgo.
El liderazgo de los padres es importante para ayudar a los hijos en su creciente autonomía y desarrollo. Y se ejerce por medio de la autoridad, que es una guía en su crecimiento como personas. Te lo cuento en esa entrada. Aquí alguna pincelada.
Pero debe ser una autoridad-servicio, y no una "autoridad-comodidad", o una "autoridad-porque-sí". Es decir, el objeto de su ejercicio es el servicio a los demás, en concreto a los hijos. Y es necesaria para orientar su formación y desarrollo. Lo que les exijamos será por ¡el bien de ellos!
Solamente la autoridad-servicio nace del amor, y cumple con la misión de educar, de ayudar a crecer como personas, porque se basa en el auténtico cariño. Por eso saca a la luz lo mejor de ellos.
Y se concreta en contar con ellos, en darles pequeños encargos desde pequeños, para que vayan adquiriendo habilidades, destrezas y responsabilidades. Y siempre explicándoles los motivos de lo que tienen que hacer, y cómo hacerlo... Cuando son un poco mayores, hacia los 6-7 años, que el pensamiento es más razonado, y con libertad, porque ellos quieren, van formando hábitos y virtudes..
Y se concreta en contar con ellos, en darles pequeños encargos desde pequeños, para que vayan adquiriendo habilidades, destrezas y responsabilidades. Y siempre explicándoles los motivos de lo que tienen que hacer, y cómo hacerlo... Cuando son un poco mayores, hacia los 6-7 años, que el pensamiento es más razonado, y con libertad, porque ellos quieren, van formando hábitos y virtudes..
Y para poder ejercer bien la autoridad se necesita tener unas pocas normas establecidas que les indiquen un sendero, y les den seguridad. No muchas, pero sí que sean importantes, claras y se respeten. Son necesarias para reflejar lo que está bien o mal, para dar importancia a lo importante... Y luego, confiar y dar libertad en todo lo demás. Así crecen como personas singulares que son.
De esta forma podrán tener una autoestima sana, porque estará basada en el cariño que les mostramos, y no en falsas expectativas.
Y esto se concreta en un proyecto de liderazgo y participación familiar.
Ese proyecto de participación familiar se va haciendo con pequeños objetivos, según las cualidades y gustos de los hijos. Se pueden concretar en planes de acción..., desarrollando su creatividad, sus ganas de hacer las cosas del hogar.
Se sentirán protagonistas, participando en la familia, integrados en el “equipo” familiar, donde además se lo pasarán “pipa”...
Intentar que sea divertido convivir y trabajar en la familia. Así aprenderán a hacer buen ambiente allí donde vayan, humanizando los ambientes que los rodean.
Espero que te haya gustado, y que lo compartas con amigos. ¡Gracias!
Espero que te haya gustado, y que lo compartas con amigos. ¡Gracias!
Dejo enlaces relacionados:
* Un proyecto familiar
* ¿Conciliar, integrar?: "si-quieres-¡puedes!", y además logras sinergia
Mª José Calvo
optimistaseducando.blogspot.com
@Mariajoseopt
URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2013/09/direccion-de-la-familia-iiiiii.html













