Conocer los ritmos naturales en los que desarrollan determinadas capacidades y destrezas es bueno para ayudarles a crecer, sin perder de vista la singularidad de cada uno, sus cualidades y características, que debemos ayudar a fomentar.
Desde el nacimiento el cerebro está en continuo desarrollo y formación gracias a esa plasticidad suya, que permite el aprendizaje a cualquier edad. Y se traduce en formación de neuronas y conexiones o sinapsis entre ellas: nuevos caminos, circuitos y redes que conectan y amplían posibilidades y funciones. Y luego, con sus uso frecuente en forma de hábitos se van haciendo más sólidas y estables... Se afianzan. Todo esto ya lo investigó y descubrió Ramón y Cajal.
* Analizando las vías neurológicas, la información la recibimos a través de los sentidos pasa por el tálamo hacia el cerebro más emocional: el sistema límbico o "basal", y ahí adquiere una tonalidad afectiva positiva o negativa, agradable o desagradable. Cada uno percibe la realidad de una manera un tanto singular, personal, según su afectividad. Y eso es lo que anima al aprendizaje de lo que más le "llega" dentro al niño, o al chico, junto con las motivaciones...
Aquí es importante el referente de los padres sobre lo que es bueno o malo, y la resonancia y feedback con ellos, pues en familia se aprende lo importante, en ese ambiente de cariño. De ese modo se forma el "yo" del niño, en la resonancia con un "tú". El bebé desde que nace necesita ser acogido e interpelado... De ese modo se aprende a pensar y relacionarse.

La afectividad también facilita experimentar la dicha de hacer lo correcto, y de ayudar a los demás, lo cual hace de retroalimentación positiva.
Posteriormente, la información se integra en distintas áreas cerebrales, algunas corticales, se unifica y pondera, y se emite una respuesta adecuada en cada circunstancia. Te lo cuento en "emociones: ¿cómo respondemos?"... Pero estas zonas maduran más tarde.
2) Construir el carácter
Las respuestas del temperamento, más reflejas y primarias, se pueden modular y educar. Por ejemplo mediante el pensamiento, y, con unos buenos hábitos desde pequeños. De ese modo ser menos impulsivos, habituarse a pensar antes de actuar o responder, adquirir o fomentar cualidades, hábitos y virtudes, que dan una facilidad de acción, mediada por valores intemporales. Es lo propio de una persona, que la diferencia de los animales, y lo que va conformando su carácter.
Porque, hacia los 7 años, el pensamiento de los niños tan imaginativo se hace más lógico y razonado, las respuestas y acciones más deliberadas, se interiorizan y van modelando su carácter. Así, los hábitos se transforman en virtudes, motivadas por el amor, y mucho más enraizadas y hechas libremente.
Pero, partiendo de los talentos y características de cada uno, para lograr virtudes concretas que dan singularidad, y aportan autodominio, con objetivos y retos a medio largo plazo. Esto facilita el actuar bien, por criterios. Así forjar el carácter y la personalidad, ¡madurar!, para en último término ser capaces de querer a los demás.

Por tanto, es importante tener ideales altos, nobles, y plantearse metas en ese sentido. Y los hábitos y virtudes, que apuntan a ellos, lo facilitan.
* Como decía, partimos de las cualidades singulares y puntos positivos de una persona, y tenemos otros apoyos como son la confianza y cariño de los padres, el "cerebro social" y el "cerebro empático", las neuronas espejo... que ayudan precisamente a un sano apego en los niños, a conectar en familia con los seres queridos, a relacionarse bien, a lo cual nos sentimos inclinados y necesitados.
* Los hijos también necesitan para el desarrollo de su personalidad el despliegue de la creatividad, y de las tareas y encargos del hogar, que a ellos les encantan, si se lo permitimos. Es más, esto viene inscrito en los genes, junto con la tendencia a comunicar y cooperar, como ha investigado el genetista J. Bauer. Los genes no son egoístas... como decían algunos.
El niño nace con ganas de realizar tareas que le gustan y retan, con ideas de desarrollar su creatividad y habilidades. Se concentra y disfruta, y su cerebro produce neurotransmisores y sustancias mensajeras neuroplásticas como la dopamina, la oxitocina, los opiáceos endógenos… que hacen que esté muy a gusto, disfrutando y aprendiendo. Es el estado de “flow” del que tanto te hablo, tan rico para el desarrollo cerebral.
* Por tanto, para concretarlo en la vida familiar:
a) Predisposición natural, un modelo, y entrenarse
Sabemos que hay una predisposición natural en las personas para tener unas cualidades humanas, pero los hijos necesitan que se lo mostremos, y mostremos su atractivo. Y les demos muchas oportunidades de ensayar, entrenarse, experimentar y llevarlo a la acción.
Se podría decir que, los "ladrillos" del edificio de la personalidad son las virtudes personales. Y una virtud es un valor personificado, hecho vida, que da fuerza para realizar esa acción del mejor modo, y además disfrutando.
La palabra virtud significa fuerza, y debe estar motivada por el amor. 2v El amor es el trasfondo de todas ellas.
Son disposiciones estables necesarias para vivir con dignidad, y ayudan a controlar impulsos y emociones, más primarias, de forma inteligente, buscando el bien integral de la persona.
Esas acciones van formando circuitos neuronales, cada vez más señalados y eficientes, interconectados entre sí, formando redes, que facilitan el obrar bien: con criterios y valores. Y capacitan para ser buenas personas, con corazón atento a los demás.

4) Un libro
A este respecto te traigo un libro muy interesante de A. Mullins, "Educar el carácter de tu hijo", de Ed. Palabra, que te recomiendo, y dejo algunas pinceladas.
Este autor nos habla de 4 hábitos base para ir formando el carácter de cada hijo:
-Sensatez de juicio, o claridad de pensamiento
-Autocontrol
-Fortaleza
-Responsabilidad
Estos hábitos se harán virtudes..., entorno a los 7 años.
* Las dos primeras, sensatez de juicio y autocontrol, son más del interior de la persona y dan fuerza para pensar, controlar la mente y los impulsos y pasiones, buscando lo bueno, lo bello, tan relacionados.
* Las dos siguientes, la fortaleza y la responsabilidad, son un poco hacia fuera. Permiten sobreponerse a las dificultades, y cumplir tareas y compromisos que conlleva la vida.
Continuará...
Espero que te haya gustado, y lo puedes compartir con amigos.
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