DESARROLLAR LA LIBERTAD
La libertad personal es una facultad que posibilita actuar de tal modo. Y no consiste tanto en dejarse llevar por el primer impulso que se presente, sino todo lo contrario: la capacidad de poseerse, de ser dueño de sí mismo para acometer algo valioso. Que se traduce en tomar las decisiones adecuadas en cada momento para orientar la vida hacia un ideal o meta valiosa, que se quiera alcanzar.
El ámbito de la libertad personal en el que puede cobrar todo su potencial, es el interior de cada persona. Aunque las circunstancias fueran terribles, siempre hay un reducto interior que nadie puede soslayar.
En la entrada anterior sobre la libertad vimos cómo salir del castillo... Había que elegir bien en cada ocasión. Pongo enlace abajo.
Para respetar y fomentar la libertad de nuestros hijos debemos enseñarles a vivir según su dignidad, a tomar decisiones y a sentirse responsables de las propias acciones. Porque, la libertad debe ir unida a la responsabilidad: una "libertad-responsable"... La responsabilidad es "la maduración de esa libertad", como señalara el profesor Oliveros F. Otero.
Educar en la libertad supone ayudar a distinguir lo que es bueno en sí, para uno mismo y para los demás, y animar a realizar las elecciones correspondientes, siempre por amor. La libertad se construye, como diría Ortega, a golpes de libertad. Hay que reconquistarla día a día.
La persona es un ser libre: es algo constitutivo de ella. Y este tema comienza a ser mucho más relevante entorno a los 7 años, con el “uso de razón”… El niño, a esta edad, por su desarrollo cognitivo y afectivo, ya puede entender como bueno, lo que es bueno, y como malo lo que no lo es… Pero, luego hay que procurar hacer el bien, y evitar el mal, y cuesta esfuerzo: no sale solo. Necesitan nuestra guía y nuestro modelo y coherencia de vida.
Esa libertad incipiente le permite ir entrenándose y ser responsable de sus acciones. Luego, según la va usando en la dirección correcta, va aumentando y desplegándose. Y depende del uso que se haya hecho anteriormente… Cada elección influye, y va encaminando hacia una dirección o meta. Así va permitiendo un mejor uso de ella, o al contrario. De ahí la importancia del pensamiento y la voluntad, junto con del sentido de la vida que tenemos.
Para aprender a ser libre hay que entrenarse en pequeñas cosas, y decidir en distintos temas. Así aprender a conducirse uno mismo, con autocontrol personal. (Abajo dejo enlace de la voluntad y el control remoto).
Todas las acciones tienen sus consecuencias, buenas o malas. El asumirlas nos ayuda a pensar mejor y a tenerlo en cuenta a la hora de actuar con responsabilidad.
Confiando en los hijos, aunque alguna vez no estén a la altura, o nos puedan "engañar"… El cariño comprende, confía y exige. Hace falta descubrir sus fortalezas y cualidades para fomentarlas. Y darles espacios para que aprendan a obrar en libertad.
A veces también hay que corregir…, pero que sean las menos, y que nos duela tener que hacerlo. Que no sea por "desahogo", o porque nos ha contrariado, sino buscando su bien, como dijera Aristóteles. Y siempre dando las razones, hablando con ellos.
En estas circunstancias, el cariño verdadero se traduce en fortaleza para no ceder por comodidad, y estar dispuesto a "sufrir" con ese hijo que necesita esa ayuda, repleta de cariño… Y luego volver a confiar, las veces que sea preciso. Hay que aprender a reprender de manera concisa y concreta, acabando con un ¡ánimo, confío en ti!, y cambiando de tema. Sin machacar todo el día...
Sin confianza no tendrá libertad..., ni podrá ser responsable;
la confianza pone alas
para su mejor despliegue
El gran neurólogo y psiquiatra Viktor Frankl, con su dolorosa trayectoria vital, pero llena de sentido, señala que la libertad, más que una “libertad-de”, debe ser una “libertad-para”… Comprometida, enfocada en algo valioso y noble. Es lo que aporta un sentido más pleno a cada persona. Y siempre relacionada con los demás.
ENTONCES, ¿QUÉ ES LIBERTAD...?
En negativo
En negativo
Libertad no es tanto hacer lo que nos apetece, en el sentido del primer impulso que se nos presente, sino ser dueños de nosotros mismos, tener autocontrol para lograr una meta o proyecto. Es decir, saber tomar las decisiones necesarias para orientar la vida hacia una meta valiosa que nos lleve a un fin noble, y que nos de más sentido a la vida, ¡que merezca la pena!
Por ejemplo, no es libertad depender de lo que me seduce, o apetece en cada momento, de lo que opinen otros, de estar enganchada a una serie o a las redes sociales, que, en exceso, no dejan pensar por cuenta propia, ni decidir qué hacer con el tiempo que tenemos… Entonces se es más “esclavo” de apetencias y caprichos, o, de cosas superficiales que nos atrapan la atención, pero que no nos dejan hacer lo que realmente queremos o debemos hacer. Y ¡nos quitan libertad!
En positivo
En cambio, sí es auténtica libertad elegir de acuerdo a lo que es bueno y noble, o, que nos permite ayudar a los demás, y por tanto nos mejora como personas. Aunque muchas veces cueste esfuerzo. Por eso, la alegría, en ocasiones, tiene sus raíces en forma de sacrificio gustoso por quienes amamos.
A este respecto, dejo un comentario del profesor Tomás Melendo de #Edufamilia:
"Hemos venido a este mundo para aprender a amar. ¡Todos! ¡Y solo para eso! Al atardecer se te examinará en el amor, decía san Juan de la Cruz. Lo demás, al final, no cuenta. La felicidad es directa y exclusivamente proporcional al desarrollo de nuestra capacidad de amar, expresada en hechos, en detalles. Y nuestros hijos, desde muy pequeños, lo aprenden de nosotros, de sus padres. ¡El amor que vean que nos tenemos será nuestra mejor herencia para toda su vida! ¿No te parece?"
La persona querida, y cada hijo, necesitan no solo amor, sino cariño, afecto, detalles, gestos de ternura. Haz un pequeño esfuerzo por mostrar el cariño que llevas dentro, poner buena cara, ser amable, sonreír habitualmente... Comprobarás la mejora de la vida en tu hogar y en tu familia.
CON LOS HIJOS
Resumiendo, cariño y libertad confiada. Siempre comprender y apoyarles. Buscar tiempo para estar y hablar con ellos, que no es soltar un discurso, sino saber escuchar. Necesitan de nosotros, de nuestra persona y cariño para crecer y madurar. Saber acompañarles dando libertad de acción, y ayudándoles a administrarla bien. Orientándoles, guiándoles. Confiar en ellos, incluso en esa faceta que más les cuesta, y en ese hijo que lo hace más complicado… Así aprenden a ser responsables y se crecen como personas singulares.
a) Primero obedecer
Los niños pequeños, para que aprendan a usar la libertad, tienen que aprender primero a obedecer. Sobre todo a los padres, que quieren a cada uno, y quieren su bien: lo mejor para ellos.
De ese modo, se aprende e interioriza lo que está bien o mal, a adquirir habilidades y autonomía, y a pensar en los demás.
Desde pequeños necesitan obedecer, sabiendo los motivos y razones según su edad, para aprender a usar su incipiente libertad. Es preciso que sea una obediencia inteligente y bien pensada. Y, a mayor edad, mayor autonomía y libertad..., incluso que sean capaces de tomar la iniciativa.
Se necesita un mínimo de libertad para ir aprendiendo a actuar de ese modo, con cabeza y sentido común, según edades. Desde pequeños es necesario enseñarles a hacerlo, y es el modo de irla desarrollando.
Quien obedece puede sentirse libre, cuando lo hace suyo, y esas acciones lo encaminan a mejorar como persona. Así aprenden a usar esa gradual libertad.
b) Dar más libertad
Cuando van siendo un poco mayores, es necesario dar más autonomía y libertad para que vayan tomando las riendas de su vida. A los 7 años, más o menos, ya entienden bien lo que significa, y pueden hacer las cosas porque ellos quieren, que es la mejor razón para hacerlas en libertad.
De ahí en adelante han de ejercitar y mejorar su libertad en las múltiples ocasiones que les brida el día a día, poniendo cabeza, con voluntad de hacer lo correcto, y por amor. Y, a mayor libertad, mayor responsabilidad.
A esta edad, los hábitos que tienen, o que van adquiriendo, los interiorizan y se transforman en virtudes, al hacerlo con libertad personal, por amor. Y van modelando su carácter y formando el "edificio" de su personalidad.
También es bueno tener pequeñas cotas o retos para ir alcanzando, para aprender a ser responsable. Por ejemplo, distintos encargos, preocuparse de los demás, en familia, en casa, en el colegio… etc.
c) Como consecuencia, ¡responsabilidad!
La libertad y la responsabilidad forman un binomio: son como las dos caras de “una moneda”, que van estrechamente unidas. Y hay que aprenderlo. Cuando se actúa en libertad, se asumen las consecuencias de los actos y se potencia la responsabilidad. Si uno falla, especialmente los hijos, que están aprendiendo, se vuelve a intentar, como en todo.
Una libertad bien enfocada tiende a ser responsable. Por eso, la maduración de la libertad desemboca en la responsabilidad. Hay que ir dando libertad a los hijos en ese aprendizaje, la que puedan manejar en ese momento, donde no tengan un accidente mortal si caen...
Una persona que actúa con libertad, en la dirección correcta, buscando el bien, es responsable de sus acciones, y éstas le hacen mejor persona. Y, la mejor forma de ser responsable es hacer las cosas por amor… Poniendo ese detalle de cariño pensando en los demás.
Y aquí cobran más relieve esas virtudes que se van adquiriendo, que hacen más real, y mejoran el actuar, y el querer responsable.
LA LIBERTAD PARA...
Resumiendo, la libertad es un medio para lograr algo más importante... La persona está hecha para los demás. Por eso, “el para qué” de la libertad está orientado hacia los otros. Hemos sido creados libres para que podamos conquistar cimas, y en especial para amar. Y luego concretarlo y hacerlo más real. La libertad nos hace capaces de amar, que en el fondo es el fin de una vida personal: querer a los otros, sobre todo a la propia familia. También a los amigos. El resto de aprendizajes y tareas es bueno que estén al servicio de esa capacidad de amar de cada uno.
Es necesario tener esta mira presente a la hora de educar a nuestros hijos, para no desviarnos de la ruta, o poder realinear la trayectoria cuando haga falta. Porque, al final de la vida solo quedará el cariño que hayamos puesto y lo que hayamos amado a los demás, empezando por los más cercanos...
Dejamos para otro post un "plan de acción" para estrenar libertad en niños más pequeños, y para desarrollarla cuando son algo mayores.
* Estimular la fortaleza
* Entrenar-la-voluntad I (el mapa y la brújula)
* La-voluntad-y el control remoto II
* Lucha-personal-y-resiliencia
Espero que te haya gustado, y puedes compartir con amigos. ¡Muchas gracias!
Dejo enlaces relacionados por si quieres ampliar algún tema:
* Estimular la fortaleza
* Entrenar-la-voluntad I (el mapa y la brújula)
* La-voluntad-y el control remoto II
* Lucha-personal-y-resiliencia
Dejo un vídeo que me ha gustado sobre el sentido de la vida, y la libertad interior, a pesar de los malos momentos, incluso en circunstancias muy adversas... Nos lo dice el Doctor Viktor Frankl. ¡Merece la pena!
Mª José Calvo
optimistaseducando.blogspot.com
@Mariajoseopt
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URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2019/02/desarrollar-la-libertad-ii.html
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