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miércoles, 26 de abril de 2017

CEREBRO Y APRENDIZAJE III: HÁBITOS, PENSAMIENTO, CARIÑO

                                        

                                  
               CÓMO FUNCIONA EL CEREBRO PARA EL APRENDIZAJE



       
Hemos visto alguna entrada sobre el desarrollo del sistema nervioso y cómo apoyarnos en él en la educación de nuestros hijos. También el proceso y etapas del neurodesarrollo. Ahora vamos con alguna noción del funcionamiento cerebral, enfocada en el aprendizaje. 


      
El cerebro está organizado mediante redes neuronales, gracias a las múltiples sinapsis que se pueden crear en base a las percepciones, sensaciones, vivencias, pensamientos, acciones, experiencias... Su eficacia deriva de su gran conectividad, porque permite relacionar la información que se procesa en las distintas zonas, y unificarla. Y es la base del aprendizaje: las conexiones sinápticas tan plásticas.




          
Es bueno saber que hay varios tipos de aprendizaje, grosso modoUno es el aprendizaje de funciones innatas al ser humano, como pueden ser: conocer el medio, la deambulación o la marcha, más tarde el habla y la relación con los demás..., y posteriormente el propio pensamiento facilitado por el lenguaje. Todo esto depende de la maduración del sistema nervioso, además del ambiente apropiado. Estas funciones innatas se adquieren solas, aunque se precisa un modelo.


      
Pero hay otro tipo de funciones más específicas de cada persona. Estas funciones no se adquieren sin más, sino que precisan un aprendizaje más concreto y específico, una voluntad, y una guía para adquirirlas. Pueden ser por ejemplo, vivir algunos valores como la generosidad, la amistad, la empatía, la comprensión, la responsabilidad, el esfuerzo, la resiliencia, el pensar en los demás y ayudarles... Y otras, relacionadas con la cultura en que se encuentre esa persona


          
El desarrollo cerebral tiene unas etapas evolutivas, parecidas en todas las personas, para adquirir algunas funciones. Por ejemplo, la etapa sensitiva, la motora, con el gateo y la marcha, la etapa del lenguaje y conocimiento del medio, y luego la adquisición del razonamiento y el propio pensamiento analítico que permite funciones superiores.


         
Y existe un lapso de tiempo en el que es más fácil su aprendizaje, porque el estrato cerebral está preparado. Este tiempo es el "periodo crítico" para esa función concreta del neurodesarrollo. De ahí la importancia de los primeros años de la vida, y luego hasta los 6-8 años, para asentar esas funciones primordiales. Y cada una se basa en las anteriores.







       
Ahora nos vamos a centrar en las más específicas de la educación, y basadas en unos valores humanos, centrados en principios, que por tanto no pasan de moda. 

           
Al ver el neurodesarrollo, dejo enlace abajo, queda claro que el cerebro no funciona como un ordenador, con una capacidad de almacenamiento concreta. No se trata de llenarlo de datos, sino que aprende gracias a su maduración y experiencias, estableciendo relaciones entre las distintas zonas y redes, en base a lo ya asimilado. Y tienen mucho que ver las emociones. Guían la atención muchas veces, la centran en algo que interesa, y como consecuencia se aprende. Por ejemplo la alegría, tan importante, produce confianza; la sorpresa a su vez aumenta la atención y la motivación... etc. 

Y todo ello estimula y fomenta el aprendizaje, además de la curiosidad y la admiración que ya hemos señalado anteriormente... Y muy en especial la motivación, porque tiene un mecanismo de recompensa positiva. A veces, mediante un aporte extra de glucosa y oxígeno; otras, mediante neurotransmisores como la dopamina, la serotonina, u opiáceos endógenos como las endorfinas.

         
Pero, ¿qué nos motiva a aprender...? En los niños el juego es imprescindible, la sorpresa que hemos mencionado, la curiosidad y el asombro, el optimismo y la alegría..., la admiración por cualquier cosa que sale al encuentro... etc. Y todo esto se puede desarrollar con nuestros hijos.



     
Además, cuanto más se sabe, mejor se aprende algo nuevo, porque se tiene dónde asentarlo y relacionarlo. Ya no son ideas sueltas sin conectar, sino que se asientan en otras ya conocidas y se van formando estructuras.





        
El cerebro no es un almacén de datos, sino que los procesa. Y se basa en la conexión de redes neuronales, que relacionan la información que manejan. Cuando se trabaja algo se usa la memoria de trabajo, o de corto plazo. Permite pensar lo que queremos hacer, ejecutarlo, hacer un esquema mental, retener algo de información... Pero, para afianzar el aprendizaje se precisa que esos datos se integren y consoliden en la memoria de largo plazo. Y eso no tiene un lugar concreto en el cerebro, sino que cada aspecto de esa realidad se integra en su zona correspondiente de la corteza. Luego, para recordarlo, hace falta reintegrar todos ellos. 



    
Por eso, ser inteligente es saber relacionar distintas cosas en el pensamiento. También hay diferentes formas de inteligencia, aunque el cerebro siempre funciona como un "todo", y cada persona es un mundo diferente que no podemos "encasillar"... 


      
Sin embargo hace falta tener una base experiencial para aprender y construir el propio conocimiento. Y los niños necesitan una persona que vaya estructurando su aprendizaje. Primero son los padres, y luego los maestros y profesores, ayudados de los padres también, trabajando en equipo. 

      
 Y no solo se trata de "enseñar" cosas, sino saber hacerlo atractivo, que el niño quiera aprender, que le motive desde su interior porque le interesa y disfruta. De esta manera no le cuesta ningún esfuerzo, y asimila lo que le entusiasma.



        
Asimismo, el cerebro no sólo maneja datos de la realidad, sino imágenes, recuerdos, y sobre todo sentimientos y emociones. Toda la realidad está teñida de sentimientos, y la conocemos a través de nuestra sensibilidad y afectividad. Y eso facilita el aprendizaje. 


Por otro lado, la sensibilidad de la madre o del padre es lo que establece un vínculo de unión y apego con los hijos mediante el cual se sienten aceptados y queridos... Y de ese modo, notan seguridad y confianza para desarrollarse, para madurar, para ser ellos mismos. Por eso saber descubrir sus cualidades singulares  y fomentarlas.







      



         
La persona aprende cuando siente curiosidad, porque abre la atención sobre ello. Cuando lo nuevo lo interioriza y relaciona con lo que ya sabe, y cuando establece un vínculo afectivo con ello. Si no, es muy difícil aprender. Y los padres, o el profesor, van dando estructuras sobre las cuales construir lo que se debe aprender. Haciéndolo ilusionante para motivarle y captar su atención, y así podrá asimilarlo porque lo pasa bomba y le emociona. 

           


        
Por eso la educación siempre será analógica. Las pantallas no pueden sustituir a una persona en el guiado de la formación de un niño..., puesto que, para empezar, no tienen sentimientos. Requiere la interactuación con otras personas, que además sirven de modelos. 

        
También es necesario estimular el propio pensamiento, y el de cada hijo, para que "utilice" de forma pro-activa su cerebro, y de esa forma pueda aprender. 

Se necesita un trabajo intelectual profundo de las distintas zonas cerebrales para un buen aprendizaje. Además, de ese modo incluso se puede estimular la neurogénesis. Y sobre todo la formación de nuevas sinapsis en esas zonas. En eso consiste la plasticidad neuronal sináptica, base del aprendizaje. También ayuda a la consolidación en la memoria.








                                              EDUCAR PERSONAS: 

                HÁBITOS, PENSAMIENTO Y CARIÑO...



         
Para que los niños puedan aprender es necesario apoyarnos en su curiosidad, en su capacidad de sorprenderseporque es la forma en que mejor lo hacen: desde su interior. 

Presentar las cosas motivando, mediante el juego, que es como lo captan mejor. Y todo inmerso en cariño: necesitan sentirse queridos para madurar y aprender.


Desde pequeños pueden aprender a vivir unos valores universales, basados en principios, porque los ven personificados en sus padres. 

Así podemos hacer atractiva la generosidad, el optimismo, la fortaleza, la confianza, el ayudar a los demás, la responsabilidad, el esfuerzo, la veracidadel agradecimiento, la amistad, la empatía... 

Al vivir estos valores se van formando hábitos que ayudan en el comportamiento personal. Permiten hacer las cosas mejor, con más facilidad.




           
Y siempre explicando las razones, según cada edad, para que lo hagan con libertad, porque ellos quieren, que es la mejor razón. Así se transforman en virtudes. Además disfrutando cada vez más de ello. Porque sólo se aprende lo que realmente atrae, o tiene una recompensa afectiva. Lo que produce malestar no suele ayudar.




       
Un pensamiento de William Bennett, cuando era ministro de educación en EEUU, ante numerosos problemas de conducta con adolescentes y jóvenes: "No hay nada que determine la conducta de un niño, como sus pautas interiores, sus creencias, su sentido de lo bueno y de lo malo.





        
Podemos aprovechar este conocimiento neurológico para ayudarles en su maduración, para favorecer las sinapsis que le van a servir durante toda la vida. Seducir con lo valioso y noble... 

       
Porque, las acciones van creando hábitos y virtudes, con sus correspondientes sinapsis, circuitos y redes neuronales, que modelan el carácter, y acabarán forjando su identidad y personalidad. 

          





 
       
Por tanto ayudarles a desarrollar hábitos operativos buenos desde pequeños. Además crean sinapsis neuronales en el cerebro, y se refuerzan las ya existentes. Y cuando van creciendo, con las acciones diarias, algunos trabajos y encargos, que les ayudan a adquirir habilidades, adquieren fuerza de voluntad y responsabilidades. 
Y respecto a la relación con los demás, mirar a los ojos, conversar, poner comprensión y empatía…

          
Lograr hábitos supone fortalecer las facultades correspondientes. No se trata tanto de repetir por repetir, sino de potenciar esas facultades. La ventaja de los hábitos y virtudes que cultivamos es que cada vez que se realiza la acción, se ejecuta mejor, con mayor rapidez, y disfrutando de ello. Y es la forma de educar su voluntad, porque se van entrenando en pequeñas cosas y de ese modo serán capaces de "pilotar" su vida, de acometer nuevos retos, y de querer a los demás: lo más propio de la persona.







          
Y enseñarles a pensar por cuenta propia, a tener espíritu crítico cuando son algo mayores y tienen la capacidad de pensamiento lógico primero, y analítico después, sin esperar demasiado. Esto se puede hacer por medio de buenas preguntas, que estimulan el pensamiento y la creatividad. 

Darles libertad para que vayan siendo responsables y vayan tomando el timón de su vida... Siempre teniendo en cuenta a los demás: educar su corazón: la estella polar que nos orienta en la vidaTe lo cuento en ese post.






           
Espero que te haya gustado y lo puedes compartir con amigos. ¡Muchas gracias!
                                                                              Mª José Calvo
                                                              optimistas educando y amando
                                                                             @Mariajoseopt




URL:

https://optimistaseducando.blogspot.com/2017/04/desarrollo-cerebral-iii-habitos.html 

martes, 11 de abril de 2017

¿CÓMO ENFOCAR EL DOLOR...?


 

                      ¿QUÉ HACER CON EL DOLOR…?   ¿CÓMO ENFOCARLO?    


        En la vida siempre aparece el sufrimiento de una forma u otra. Ante esos días difíciles pensar un poco acerca del dolor quizá nos ayude... Cuál es su sentido, y cómo afrontarlo y sacar provecho de situaciones que nos desbordan. También cómo abordarlo en pareja para que no desestabilice. Es el problema del dolor y su misterio.
                   
     A veces hay situaciones traumáticas que provocan rupturas de pareja, y otras sirven para unir más a esas dos personas. Depende de cómo se afronten. Si nos ayudamos y apoyamos mutuamente, haciendo acopio de generosidad, es una oportunidad para madurar y crecer. Quizá es la forma de hacer un alto en el camino para mirarnos, dedicar tiempo y energía para reflexionar sobre lo importante en nuestra vida que a veces nos pasa desapercibido.



        Es una gran suerte que el amor crece, no sólo con lo bueno, sino también con lo menos bueno, siempre y cuando sobrellevemos unidos esos acontecimientos inesperados de la vida. Todo alimenta al amor: un viaje, una sorpresa, una comida, un regalo, pero también un mal día, una consulta médica, un atender a los niños, una enfermedad, unos malos momentos, o un "fracaso" de cualquier tipo...


    El dolor es un misterio, y nos pone en predisposición de reflexionar. Estamos más acostumbrados a pensar enfocados en la resolución de problemas, pero no tanto respecto a los misterios. Así, al hacer una pausa, lo trivial cede paso a lo importante, y nos puede ayudar. 


     Las dificultades de la vida muchas veces preparan a las personas comunes para metas extraordinarias...




        Además, unido al amor siempre está el dolor, porque el amor requiere sacrificios, renuncias, ausencias…, y la vida conlleva sufrimiento. Pero, cuando se integra con el amor ayuda a superarlo. 


      Un filósofo francés Gustave Thibon, decía que el hombre es "un ser que conoce, que sufre, que ama, que va a morir, y que lo sabe". Una definición muy completa... Sin embargo, u
n pensamiento suyo respecto al dolor y el amor: “Las humildes realidades de la vida cotidiana, el cortejo de pequeños deberes y dolores, no deben alterar la pureza del amor. El verdadero ideal saca savia nueva de esas cosas.” Por eso puede ser una oportunidad para crecer.


       El amor ayuda a mitigar el dolor: le da su fuerza, y sentido, porque formaran parte de la misma realidad. Ese binomio del amor y el dolor. Cuanto más amamos somos más vulnerables y nos exponemos a sufrir más por amor, pero siempre compensa amar. Es una realidad tan rica, que crece al ofrecerlo.


     Un gran escritor, C.S. Lewis, reflexionaba mucho sobre este tema, pues el dolor marcó su infancia. Y luego la Gran Guerra... Como les sucedería a los amigos de tertulias de Los Inklings, que se "rescataron" entre ellos de tanto dolor y sinsentido de la Guerra y la muerte tan cercana.

    En "el mago de las palabras", sobre la vida de JRR Tolkien, E. Segura dice: "Se trataba de juntarse al calor de un buen fuego e intercambiar perspectivas sobre los más variados temas en tertulias que se prolongaban hasta bien entrada la noche, y muy divertidas, llenas de ideas chispeantes e ingeniosas".


      En sus conferencias, Lewis usaba una metáfora muy gráfica: decía que somos como “bloques de piedra” en los que el “escultor” trata de sacar una obra maestra, una persona humana concreta. “Los golpes del cincel, que tanto daño nos hacen, también permiten que seamos más perfectos”. 

                                 



       Él tuvo una experiencia de sufrimiento enorme cuando era niño. Sus padres murieron de cáncer, y eso le dejó una huella muy marcada. Ya mayor, conoció a Joy Gresham, una escritora americana muy sensible y perspicaz, y se enamoró de ella, a pesar de ser mucho más joven. Al poco tiempo a ella le diagnostican un cáncer avanzado.

      Queda muy bien reflejado en Tierras de penumbra”, de R. Attenborough, de la productora Savoy Pictures, Spelling Films, y Price Entertainement. 


      Se ve cómo Joy le enseña a amar y le ayuda a que se deje querer, porque se había creado una “máscara” de protección debido al dolor de su infancia. Desde niño había optado por la “seguridad”, por guardar su corazón, y no tanto por el amor… 




        Ante el diagnóstico inesperado pasan mucho tiempo juntos, y ella le habla de su muerte: le dice que no le quita felicidad, pero lo hace más “real”. Le explica que el dolor que le produciría era parte de la felicidad de ese momento. Que ambas realidades estaban unidas: “ese es el trato.”

      Él la veía sufrir y no podía soportar ver sufrir de ese modo a alguien a quien quería tanto. Entonces eligió el sufrimiento, y no la seguridad. Supo que merecía la pena amar, sin endurecer el corazón, a pesar de poder sufrir lo inimaginable.

     Al poco tiempo ella murió, y él se hacía más preguntas: ¿por qué el amor cuando lo pierdes duele tanto? Ya no tenía respuestas, ya las ideas no servían, quedaba la pregunta vital del sentido de la vida. Y solo tenía las vivencias: algo que a ella le parecía muy importante. Pero la experiencia es una dura maestra…




   Más tarde, pensando sobre ello, escribe: “Nunca se encuentra uno precisamente con el Cáncer, o la Guerra, o la Infelicidad. Solamente se encuentra uno con cada hora o cada momento que llegan. Con toda clase de altibajos: cantidad de manchas feas en nuestros mejores ratos y de manchas bonitas en los peores. No abarcamos nunca el impacto total de lo que llamamos “la cosa en sí misma”. Pero es que nos equivocamos en llamarla así…


     Es increíble cuánta felicidad y hasta cuánta diversión vivimos a veces juntos… Qué largo y tendido, qué serenamente, con cuanto provecho llegamos a hablar aquella última noche, estrechamente unidos”.


  
      Forman las “dos caras” del amor: de ese "binomio amor dolor" que señalara el profesor Oliveros F. Otero. No se puede amar verdaderamente sin sufrir, pero por otra parte, el amor se hace más patente en momentos sufrimiento. Por eso se dice que el dolor es la “piedra de toque del amor”, donde se nota de veras si hay amor.

     Hay que saber unir esas dos realidades para que el dolor cobre sentido y no nos destruya; para que el amor nos dé su fuerza. Recubrir el dolor con amor para sobrellevarlo mejor.





      Por eso, un dolor inesperado puede alimentar al amor en pareja, en familia, y puede unir más. El secreto está en compartirlo y llevarlo juntos. Además, cuando hay sintonía afectiva las alegrías se hacen mayores, reverberan de uno a otro y aumentan; y las penas sin embargo disminuyen. 




     La vida es la gran oportunidad para aprender a amar, 
para engrandecer el corazón, 
y bien enfocado, 
el dolor incluso nos puede ayudar...





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Mª José Calvo
Optimistas Educando y Amando 
Dejo el artículo publicado en #HacerFamilia ¡¡Gracias!!








Algunos enlaces relacionados por si te interesa algún tema:






 * 7-tips-para-cuidar-el-amor 

 * Los 4 pilares del amor 
                                               

                                           

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