CLAVES PARA UN PROYECTO FAMILIAR
Educar a cada hijo significa sacar a la luz lo mejor de él. Descubrir sus cualidades y talentos, seducir con la belleza de los valores hechos vida... Formar su carácter. Y eso conlleva tiempo, ilusión y esfuerzo, y sobre todo ¡mucho cariño...!
Hace falta conocer cómo es, qué sentimientos tiene, qué le divierte o preocupa..., qué le gusta, o le produce inseguridad... Ver cómo es su temperamento. Así, partiendo de esa base, ayudarle a ser él mismo, a desarrollar todo su potencial, ¡único!
Es preciso conocerle bien y quererle para fomentar sus fortalezas, y animarle en sus puntos más débiles... Darle cariño y confianza para que se pueda "construir" como la persona singular que es. Nos requiere, y requiere tiempo con nosotros. Por eso es muy necesario aprender a priorizar...
Mediante esas tertulias y conversaciones distendidas de persona a persona, se crea un ambiente atractivo y confiado, con libertad personal, donde es más fácil educar a los hijos. Es el modo de que la familia esté bien unida, forme "una piña", y pueda ser optimista y alegre. Y en ese ambiente de alegría y libertad, con un corazón grande, apuntar a lo mejor de cada uno.
También es importante pensar y re-pensar nuestro proyecto familiar. Hacernos buenas preguntas, como qué tipo de personas queremos ser, con qué cualidades... Para anclarlo sobre unos valores, basados en principios, que nos orienten y aporten serenidad, y un sentido profundo a la vida. Tener una "estrella polar" que nos guíe. Te lo cuento en otro post.
El mayor reto y lo más relevante que tenemos los padres es aprender y enseñar a querer a cada hijo. Es lo que nos hará más felices, porque el pensar en los demás es fuente de alegría.
Por otra parte, lograr armonía familiar, y custodiar el amor, es el cometido de la familia. Para ello hace falta pensar con claridad, tener una meta clara, querer a cada persona, buscando su bien, es decir, que sea mejor persona, buena persona. Y luego, dar libertad para que pueda lograr lo mejor de sí, confiando siempre en sus capacidades, en su esfuerzo. Alentando y animando. Viendo lo positivo, más que puntos débiles, que saltan a la vista, pero no son lo más específico de ellos. Tratándoles un poquito mejor de como son en ese momento para animarles a serlo.
Por eso, es preciso conjugar autoridad y libertad en este cometido, dándoles esa libertad en la dirección adecuada, orientándolos en la vida, para que puedan ser auténticas personas. Amables y generosas, responsables, empáticas... También es importante enseñarles lo que está bien, o mal, desde bien pequeños al calor del cariño en la familia.
Para todo ello es vital darles encargos que les gusten, y unos retos que alcanzar cuando van siendo un poco mayores, para que vayan viviendo todos los valores. La generosidad, la comprensión, la amistad, la gratitud, el esfuerzo... etc. También la responsabilidad, que va unida a la libertad; que aprendan a pensar en los demás y a demostrarlo con pequeños gestos y atenciones, con el cariño que ponen en los encargos y tareas de la casa.
También es importante ayudar a cada hijo a ser autónomo cuanto antes, desde bien pequeños, a pensar por cuenta propia, con criterios claros y con espíritu crítico. Que aprendan habilidades y destrezas, que ayudan a los demás, sean comprensivos y serviciales...
Es necesario enseñarles a vivir unos valores nobles, que no pasan de moda, porque están basados en principios. Al vivirlos desde pequeños en forma de hábitos van conformando su personalidad. Y cuando lo hacen libremente, con pensamiento más razonado, y porque quieren, entorno a los 7-8 años, se transforman en virtudes. También por poner amor en esas acciones.
Una virtud ayuda a llevar a la acción con mucha facilidad un valor, y además disfrutando. Cada vez con un disfrute mayor... Te lo cuento en plasticidad cerebral III.
Se trata de enseñarles a "volar"..., a desplegar sus alas, a tener metas altas, con principios en los orienten. Poniendo el corazón, con esfuerzo y perseverancia cuando haga falta, con ilusión en la vida, por ser algo maravilloso, único, e irrepetible.
Y esta es la forma en que, siendo ellos mismos, podrán mejorar, gracias al cariño que les brindamos. Y ese amor es fuente de sana autoestima.
La libertad permitirá que aprendan a querer a los demás. Así se desarrollan mejor como personas y serán más felices, puesto que, la felicidad es proporcional a la capacidad de amar de cada uno, expresada en obras.
Todo ello es posible gracias a la autoridad de los padres, que es un servicio y una guía en su crecimiento. Señalando unas normas importantes, pocas, pero claras, y mostrándoles un camino por donde podrán avanzar. Con ellas vamos orientando y encauzando su conducta. Y luego, con exigencia comprensiva, respetando su personalidad y valorando más el esfuerzo que los logros. Ayudándoles a ser personas cabales, con la grandeza que conlleva. Exigiendo sin quebrar, con cariño, a cada uno según lo que necesite.
Y dialogando con ellos con frecuencia: de sus intereses, de lo que les gusta..., de lo que les llama la atención, de sus amigos. Mostrándoles intimidad y cariño, sin darles todo solucionado. Porque si no, se harán "niños-blandiblug" incapaces de acometer retos, poco seguros, y se los llevará el viento...
Por eso la importancia de pasar ratos agradables, entorno a la mesa, bonitas tertulias donde hablamos y escuchamos, donde tenemos en cuenta a los demás. Así se aprende a alegrar al que lo pasa mal, a hacer un servicio al que llega cansado..., a organizar los encargos. Y se descubre lo importante de la vida, a la luz del cariño.
Como señala Goethe: “Trata a un hombre como es, y seguirá siendo así. Trata a un hombre como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser.”
* PEQUEÑAS IDEAS PARA TRANSMITIR
Dejo algunas frases para decir decir en familia, incluso poniéndolas en algún sitio visible, y fijándose en las cualidades de cada uno, en sus actitudes, virtudes y esfuerzo..., contando con los sentimientos.
Porque, el ambiente donde cada persona se "construye", y se "re-construye" día a día, es la familia. Donde se acepta a cada uno y se le quiere de la mejor forma, por ser quien es. Y ese cariño es el que le estimula a luchar por conseguir su mejor personalidad, al sentirse tan entrañablemente querido.
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* ¿Conciliar, o integrar?... "si-quieres-¡puedes!", y ¡logras sinergia!
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