DAR FRESCURA AL AMOR
El amor suele surgir con una emoción intensa que suscita admiración hacia la otra persona, y ejerce una poderosa atracción. Entonces se le quiere conocer a fondo, y compartir toda la existencia con esa persona tan especial, capaz de iluminar el mundo entero. Así, hacer un proyecto común, entretejiendo las dos vidas. La otra persona se convierte en mi proyecto vital, y viceversa.
Amar es ver todo lo bueno y bello que esa persona alberga en su interior, y deslumbrarse por ello. Quedar entusiasmado. Confiar en la vida que hay en él, en ella, y encontrase uno mismo en la otra persona.
Quererle, y querer su bien; es decir, que sea lo mejor posible, con sus cualidades únicas y singulares. Que logre su mejor personalidad. Como se suele decir, su mejor versión. Hacerle notar todo lo bueno que tiene, o hace, y lo que puede lograr, y motivarle con la fuerza del cariño para que lo desarrolle.
Se podría decir que querer a alguien consiste en una “autoexpropiación” de uno mismo en favor del otro. Es como encontrar un tesoro desmedido, y esa persona capta todo nuestro interés, y queremos regalarle nuestro mejor "yo". Le entregamos nuestra intimidad personal, en lo que tiene de más personal: nuestro corazón, centro existencial de cada uno.
Por otra parte, el amor se basa en un diálogo entre el dar y el recibir. Hay que entregar y acoger. Te lo cuento en el post "un buen feeling en el amor". Pero, uno no se puede entregar si el otro no lo acoge... De esa forma, cada uno se sentirá de veras valorado, estimado, querido.
En un amor maduro no solo hay sentimientos, sino que es preciso poner cabeza. Que sea un amor inteligente. Aprender a ser amable, a pensar en la otra persona, y llevarse bien: que la convivencia sea grata, rica en vivencias y cariño.
Además de cabeza, también precisa voluntad para “querer querer" al otro, con gestos concretos y detalles de atención que vayan construyendo día a día ese amor. No basta con estar flotando en sentimientos favorables, mientras duren, sino que hay que "trabajar el amor" para mantener fresca la sensualidad y el cariño, la amistad, y que pueda madurar y crecer. Que se haga fuerte a la vez que tierno. Porque, todo lo vivo necesita crecer; si no, acaba debilitando, marchitando...
Podemos aprovechar esa fuerza impulsora de los sentimientos y emociones, cuando vayan en la dirección de quererse mejor, para “avivar” el “fuego” del amor.
Trabajar el amor es que el otro sea lo más importante en cada momento
Hace falta tiempo, interés y cariño, para pensar una sorpresa, un mensaje, una llamada, contarle una anécdota que le guste... Y luego llevarlo a la acción. También profundizar la amistad, compartir ilusiones y proyectos, intereses, hobbies..., conversar, escuchar, disculpar..., y tiempo juntos disfrutando.
Trabajarlo es expresar el amor en los pequeños gestos de cada día, no sólo en las grandes ocasiones. Saber que la felicidad no está únicamente en cosas especiales, sino también en los pequeños momentos vividos con esmero. Son los que dan "el pulso del amor".
También es tener finura de espíritu, ser delicado en el trato, saber comprender sus estados más o menos oportunos, mostrar empatía. Porque, es preciso enamorarse y enamorarle, crecer en el amor a pesar del paso del tiempo..., o mejor, contando con el tiempo. Y esto se consigue con ilusión, cariño y empeño por ponerse atractivos, por ser amables. Intentar forjar una personalidad afable, cuidar el “look”, controlar el carácter para mantener fresca la admiración.
Que la rutina no vaya devorando el cariño. Crecer un poco cada día en el amor: "querer querer" en todas las circunstancias de la vida. Cuando sale solo, y cuando cuesta más.
Trabajar el amor es saber escuchar, hacerse cargo de sus ilusiones y preocupaciones, es mostrar empatía y conectar. También ponerse, si hiciera falta, unas “gafas tintadas” para descubrir todo lo bueno y bello de la otra persona. Sus cualidades singulares, ¡únicas!, sus virtualidades y puntos fuertes. Y valorar su esfuerzo y dedicación por alegrar la vida. Fijarse más en su belleza interior, que el tiempo no puede erosionar...
Asimismo, estar en los detalles, porque es donde se "nota" ese amor. Por ejemplo, hacer su comida favorita, darle un beso aunque sea sin muchas ganas, mirarle a los ojos para conectar, contarle algo bueno que nos hayan comentado de él/ella, saberse sus gustos, perdir perdón, que nos duela hacerle una corrección… y un largo etc.
Muchas veces hay desconocimiento de lo que es el amor, y se confunde con tener sentimientos que hagan volar… Con el paso del tiempo, las limitaciones, o por el resurgir fuerte del “yo” una y otra vez, ese sentimiento puede ir disminuyendo. Pero eso no significa que ya no haya cariño, sino que hay que buscar lo que une, expresar y demostrar amor, aunque en ocasiones pueda doler. Y alimentar el sentimiento con pequeños gestos y detalles cotidianos que alegran el alma.
¿Cómo hacer esto? Poniendo inteligencia y voluntad, queriendo querer, mimando el amor, sabiendo que uno se casa “para querer” al otro. Y de esta manera, con pequeños gestos, pero saturados de cariño, con continuidad en el tiempo, re-surgirán y se re-avivarán los sentimientos de ternura y cariño tan propios de los que se aman.
Una cita del genial G. K. Chesterton que lo expresa muy bien: "Es afortunado quien se casa con la mujer que ama, pero lo es más el que ama a la mujer con quien se ha casado."
Por eso hay que saber romper el día a día, sorprendiendo, con ilusión, yendo a su encuentro, saliendo aunque sea un momento con el otro, dedicándole tiempo, prestándole atención. Y ¡aprender a expresar la alegría de tenerle cerca...!
Para ello es vital aprender a comunicarse bien, a conversar. Que sea un intercambio de pensamientos y sentimientos. Saber mirar a los ojos, escuchar con el corazón, pensar qué le podemos decir, que sea constructivo y aporte algo valioso, o que le alegre. No estar siempre hablando de trivialidades, facturas y recibos... Pensar en el otra persona, en sus gustos y preferencias, para hacer algo que le entusiasme y que así, se sienta de veras querido.
Algunos detalles más que se pueden tener, que cada uno puede pensar: ir a verle al trabajo, regalarle sonrisas, ponerle una nota romántica escondida en algún lugar, un regalo sorpresa de poco valor, pero bien pensado… O, hacer algo juntos disfrutando: cocinar, bailar, ir de compras, dedicarle una poesía o una canción, pasar una tarde viendo fotos o vídeos de la boda, cenar de bandeja en el salón viendo una buena película. Decir un “te quiero” con frecuencia, una cena bien ambientada... Alegrarle el día, sobre todo si lo está pasando mal por algún motivo... Y muchos más que puedes pensar, y que le gusten en especial a tu persona querida.
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Incluso puedes concretar y hacer un "plan de acción" en tu familia con alguna idea que te haya gustado o que se te ocurra a ti.
Mª José Calvo
optimistas educando y amando
Dejo enlaces relacionados con el tema:
* Mantener la ilusión
*"¿conciliar, o integrar?" "si quieres ¡puedes!", y logras sinergia
Y dejo el artículo en la revista Hacer Familia, que te recomiendo;))
URL del post:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2016/06/mantener-fresco-el-amor.html
Siii, Jesús, una persona que ama piensa en el otro, en su bien, en buscar su felicidad, pero a veces, por miles de motivos, podemos olvidarnos, o nos cuesta, o es más cómodo pensar en uno mismo... Por eso el amor hay que trabajarlo día a día, tener detalles de atención, buscar cosas que le gusten a la otra persona... etc. para mantenerlo vivo. Si no, se puede marchitar...;)) Gracias por el comentario, y ¡¡ánimo!!
ResponderEliminarMª José
Yo amo a Kate Beckinsale.
ResponderEliminarExiste una canción italiana de 1980 de Collage, con su versión en español, que no tuvo demasiado éxito aunque eso más que malo es bueno.La canción comienza con un chico al piano hablando de su niñez, pero más tarde quiere expresar su adoración por una mujer y no duda en subir espectacularmente el tono (algo muy habitual en la música italiana de aquella época) y dar la impresión que ella lo es todo para él."Donna música" y "Niña música". Alberigo CARACCIOLA.Los Boliches, MÁLAGA).
ResponderEliminarGracias por comentar, aunque no sé cómo te llamas...
ResponderEliminarSí, la música siempre ayuda a expresar sentimientos.
Un saludo,
Mª José