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Adolescentes


         
                                     ADOLESCENTES: Soltar amarras” 

                                ¿Por qué se comportan así...?




        
Alguien dijo en una ocasión que tener un hijo adolescente era como convivir con una persona un poco explosiva, con cierta “locura pasajera”… Pero, ¿por qué se comportan de esa manera…? ¿Qué les está sucediendo?

          
Nosotros les estamos formando desde pequeños: vamos construyendo el "edificio" de su personalidad, a base de intentar poner buenos ladrillos... Y llega un momento en que lo destruye todo para volver a reconstruirlo a su manera, porque es su vida: intenta ser él mismo, ella misma... Y en esta reconstrucción emplea “ladrillos” que coge del suelo, otros que le llegan de la pandilla de amigos, otros de internet, y otros que le podemos ir lanzando al comprenderle y sonreírle, al sugerirle una idea, o hacerle pensar con nuestra coherencia…, por el modelo de lo que somos, por cómo queremos a los demás. La integridad personal y la coherencia son más significativas que las palabras. Y nada se pierde...





       
Además, su cerebro está cambiando y estructurándose de otra forma, especialmente desde la pubertad, para albergar unas funciones más complejas. Hay una gran "poda" de neuronas que no se utilizan, y una reorganización y reestructuración de otras zonas. Así, su cerebro se va conformando para ser una persona adulta, con el propio pensamiento, el poder de decisión, el autocontrol, el juicio..., la empatía, y todas las facultades personales más desarrolladas. Incluida la afectividad, con el sistema límbico, que está madurando y se encuentra exaltado e hiperfuncionante. 

      
Todo esto va progresando en la adolescencia, pero hasta los 25-30 años, o incluso más, no ha madurado. 





     
Es un periodo en el cual se encuentran tan cambiados que están desconcertados. No solo en lo físico, sino, y sobre todo en lo psíquico. Por otra parte, empiezan a descubrir su intimidad y su personalidad, aunque no se reconocen bien. Quieren ser ellos mismos, pero no saben cómo... Son tremendamente inseguros y más bien pesimistas. Por eso se dice que "lo que le pasa al adolescente es que no sabe qué le pasa…"



 La adolescencia es 
un proceso de maduración personal: 
una crisis de crecimiento


  Es como una pausa 
para repensar y reconstruir la vida 
desde cada persona


             
En esta etapa es cuando descubren la propia identidad, con una consciencia mayor de la vida interior. Por eso es tan importante. Comprende una travesía de la que no conocen la meta… Son inseguros, pero no quieren protección: ¡quieren hacerlo por ellos mismos!, y ser auténticos.

            
Por eso es enormemente importante que se sientan queridos de verasTenemos que conocerles para poder comprenderles y, de esa forma, que se sientan valorados, acogidos y queridos, de forma incondicional. Aunque muchas veces no estén a la altura esperada...


        
Y luego estimularles a dar lo mejor de sus capacidades y cualidades… Con “comprensión exigente” o “exigencia comprensiva”…, según los casos y circunstancias. Pero desde un segundo plano: ¡los protagonistas de la aventura son ellos!


               
Por eso se trata de ir "soltando amarras" poco a poco, confiando en ellos, para que vayan creciendo y madurando... Que se vayan ensayando para aprender a usar bien la libertad, y vayan siendo más responsables.




            
Necesitan que confiemos en ellos y que les creamos capaces de grandes retos, porque ¡lo son! Que les ayudemos en el proceso de formación de su personalidad, pero dejándoles ser “ellos mismos”, a su manera y estilo. Con sus cualidades singulares. En definitiva, que les ayudemos a madurar, respetando su naciente intimidad, sus cosas personales...

          
El cariño que les brindamos es el artífice de su maduración. A mayor rebeldía, necesitan mayor cariño…, pero un cariño incondicional, pase lo que pase. Aunque no se comportaran como debieran. Es como si nos dijeran: “si te importo, ¡préstame atención!…”, y "solo maduraré si recibo confianza y cariño..."










8 IDEAS SOBRE ADOLESCENTES

Os dejo estas 8 ideas para comprenderles un poco mejor, y de ese modo poder ayudarles. ¿Por qué se comportan de esa manera? Vamos a los porqués: 


1. Nace su intimidad

Descubre su “yo”, pero no se reconoce. Descubre su interioridad y la protege. Necesita construir su identidad. Por eso necesita tranquilidad, islas de silencio, para reflexionar sobre su vida. No le gusta que indaguemos en su intimidad: quiere que le respetemos su autonomía, su forma de ser, sus conversaciones, sus cosas, su persona.


2. Se va definiendo su personalidad, y necesita autoafirmarse, medir fuerzas.

No quiere ayudas porque quiere hacerlo él mismo, aunque a veces no sabe muy bien cómo. 

Discute por sistema, porque quiere afirmar su independencia, su pensamiento… Por ello se rebela contra todo: sobre todo contra sus padres, que los tiene más cerca. 


3. Cambia su imagen

A veces crecen muy rápido, y no les gusta el resultado. Pueden tener complejos y lo pasan muy mal. Por eso hay que decirles lo positivo que tienen, porque ellos no son muy objetivos. Es necesario para que se valoren, y elevar su autoestima, en especial por el cariño que les brindamos.


4. Inestabilidad afectiva

No controlan sus sentimientos, emociones, estados de ánimo... El sistema límbico, estrato anatómico fundamental de la afectividad, está a tope por su desarrollo hormonal. Está en proceso de cambio y adaptación, e hiperfuncionante. Tienen gusto por emociones fuertes, por el riesgo, por lo impulsivo, porque valoran mucho la recompensa emocional por esas actividades. 

Pero, otra zona de su cerebro no ha madurado todavía: en  concreto la corteza prefrontal, que es lo último en hacerlo, por su complejidad, con el pensamiento, el control de impulsos y autocontrol, la toma de decisiones, el juicio… 
(Leer más > maduración cerebral). 

Son todo emociones vividas al máximo, sin un control que racionalice sus vivencias. Pueden estar muy efusivos en un instante, en otro se hunden en el más profundo abismo por algo insignificante. Mucha labilidad emocional.




5. Inseguridad por todos estos cambios 

Intentan demostrar, sobre todo a ellos mismos, que pueden, que tienen el control de su vida. Ven todo en negativo, y su autoestima suele ser baja. Por eso se muestran prepotentes o insolentes a veces, incluso con conductas agresivas. 

Los padres debemos intentar comprender lo que sucede en su interior, pero, no por ello permitir conductas inadecuadas. Aunque no se puede luchar en todos los frentes a la vez... Confiar, interesarse por sus gustos, y ver qué es de veras importante. Así conectar con ellos, abrirles el propio corazón, dedicarles tiempo e intimidad: ¡nos necesitan!



6. Incertidumbre

No saben lo que quieren. Por eso necesitan nuestro cariño y atención, nuestra confianza y claridad de miras para ayudarles, para ir encauzando acontecimientos hacia su madurez. Pero desde un segundo plano. Hacerles buenas preguntas que les ayuden a pensar, a atender a los demás..., y darles todo nuestro cariño de padres. Que nos vean bien unidos de corazón.

Además, su ritmo de sueño ha cambiado: la melatonina, una hormona que regula el sueño, se secreta más tarde, con lo que se duermen más tarde. Y ¡deben descansar las suficientes horas para que su cerebro se reponga y estabilice!  

         
7. Esperan una libertad entendida como mayor autonomía

No entienden que las acciones tienen sus consecuencias. Que la libertad conlleva responsabilidad. Son como las dos caras de la misma moneda: una libertad responsable. Es preciso explicárselo con cosas concretas. La libertad es el mayor don que tenemos, y la mayor facultad posible, que nos constituye como personas, unida a esa responsabilidad que tienen que ir adquiriendo en mayor grado. Porque, cada uno responde con su actitud y sus actos concretos.

                         


Y en familia podemos darles responsabilidades para que se vayan entrenando. Son como “cotas” que tienen que ir alcanzando con su comportamiento responsable, para aprender a usar la libertad: se la tienen que ir ganando… 

La libertad les ayuda a ir construyéndose y mejorando, o, al contrario, si se usa mal. Tiene un riesgo..., pero si no se asume, el hijo no puede crecer. Tienen el derecho a equivocarse y rectificar las veces que necesiten. Y nosotros apoyarles, o "sufrir" con ellos...

Y es una conquista, que depende del uso anterior que se haga de ella, que va conformando su personalidad. Se desarrolla con hábitos y virtudes que puede ir adquiriendo desde edades tempranas, y alcanza su mayor despliegue cuando uno es capaz de querer a los demás. Es la libertad de amar.





8. Descubren el maravilloso valor de la amistad

Y por eso, muchas veces la anteponen a la familia. Pero no significa que no nos valoren. Solo que ven en los amigos algo muy importante, con quienes pueden conectar, y a quienes les pasa lo mismo: que son unos incomprendidos. Y necesitan relacionarse, ayudar a sus amigos, preocuparse de alguien que no sea él mismo, ella misma, para aprender a amar: la misión más importante que tenemos en este planeta, y la que nos hará felices.







En resumen, necesitan que les ayudemos a aprovechar sus enormes posibilidades para madurar y mejorar como personas. También a ver las grandes energías que hay en su interior y que luchan por salir. Para que puedan desarrollarse y madurar, haciendo énfasis en sus fortalezas y talentos, en sus cualidades “especiales”, en lo bueno que tienen, en el esfuerzo que ponen, para que lo fomenten y lo pongan al servicio de los demás.


Precisan de nuestro tiempo e interés. Y el cariño que les damos es el artífice de su maduración. Cada persona madura y se forja en la relación con los demás. Y, a mayor rebeldía, necesitan mayor cariño, pero un cariño incondicional, pase lo que pase… No por un mal comportamiento les vamos a dejar de querer.

Es como si nos dijeran: “si te importo, ¡préstame atención!” Si fallan, siempre pueden volver a intentarlo, con nuestro apoyo y confianza: nada está perdido. Tienen que aprender a pilotar su vida, y entrenarse en acometer retos y superar todo tipo de oleajes que se presenten. Y siempre tendrán nuestro cariño y apoyo.




                                                          * * *

esta progresiva madurez se consigue mediante su lucha personal, pero con todo nuestro cariño y apoyo… Con la escucha atenta y comprensión, con nuestra coherencia de vida, y empatía. Y algunas veces, incluso con nuestro concreto consejo. Conectar con sus intereses.







         
Espero que te haya sido útil y que lo compartas... ¡¡Gracias!! 

        





                                                                              Mª José Calvo
                                                                         optimistas educando
                                                                              @Mariajoseopt
                                                                  Optimistas Educando y Amando



URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2017/06/6-claves-con-adolescentes.html
 

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