Lograr armonía familiar

TEMAS para el buscador

  • OPTIMISMO
  • FAMILIA
  • SENTIDO DE LA VIDA
  • AMISTAD
  • VALORES
  • LIDERAZGO
  • EDUCACIÓN
  • NEUROEDUCACIÓN
  • CRECIMIENTO PERSONAL
  • EDUCAR POR EDADES
  • MARCOS DEL DESARROLLO INFANTIL
  • PREADOLESCENTES
  • ADOLESCENTES
  • EDUCAR EL CORAZÓN
  • MUJER
  • AMOR EN PAREJA
  • EL PERDÓN
  • EL DOLOR
  • TECNOLOGÍA
  • PELÍCULAS

jueves, 29 de octubre de 2020

ARMONÍA PERSONAL: UN "CHISPAZO" II



                         LA PERSONA: UN CHISPAZO DE AMOR...  II  
     


Seguimos con el post anterior sobre la persona: ¿te has preguntado alguna vez qué eres…, o mejor, quién eres? ¿qué pintas en este planeta?, ¿por qué posees esas cualidades o ese algo especial solo tuyo? ¿Será un don? ¿Tendremos cada uno una misión que realizar en este mundo...?

Qué importante es tener espacios de silencio y reflexión. Remansos de paz para conocernos y conocer, para pensar un rumbo en la vida.

Somos como “un chispazo” de Alguien que nos ha diseñado inteligentes y libres, con capacidad de acometer retos, incluso de hacer algo heroico pensando en otras personas. También conscientes de nuestras limitaciones y debilidades... ¡Personas humanas! 


Conocer nuestra propia naturaleza e intimidad personal es vital, y el primer paso para tener paz y serenidad, y poder abrirnos a los demás. Enriquecerse con relaciones de amistad.


Hemos visto los primeros puntos: la persona y la familia, la grandeza y dignidad, un misterioso arcano, "esculpir" la personalidad... Ahora vamos con algo esencial de la persona: su ser para los demás, su intimidad y su apertura, en especial en familia, también con amigos... etc.






*6) Intimidad y apertura 

La persona posee dos dimensiones o ámbitos muy relacionados: lo inmanente y lo trascendente; su intimidad y su apertura a los demás. El cultivo de la intimidad es importante, también para conectar con los demás. No cerrar el corazón, ampliar círculos desde los más cercanos.


a) Intimidad

Descubrir cada uno su propia intimidad es vital para ser la persona que es. Ese espacio interior donde uno se encuentra a gusto, se conoce, se comprende con sus más y sus menos... Y aprende a ser dueña de sí, con autocontrol y autogobierno personal, con cabeza y corazón. Así controlar el mundo interior: "poseerse".

Cuando descubrimos esa valía personal, independiente de todo, sin restricciones limitantes, estaremos en condiciones de no tener que aparentar y depender de la opinión de los demás. Como señala María Montessori, cuando un niño se siente seguro, no busca la aprobación en cada paso que da. Y así se tiene una sana autoestima.

Por eso es tan importante dejar "islas de silencio" para cultivar la propia interioridad. Y ese dominio nos dará mayor libertad interior para enfocarnos en metas apasionantes. El fruto del silencio es el pensamiento, y la organización de nuestro cerebro, el cual nos posibilita ser personas. Muy en concreto en edades tempranas, en las que todo está por conformar, crear neuronas, establecer sinapsis, crear estructuras básicas con las experiencias perceptivas y el afecto recibido en familia... etc. Te lo cuento en otro post. Y luego es necesario usarlo, porque lo que no se utiliza se pierde. El cerebro es muy plástico y se está remodelando constantemente y adaptándose al ambiente.




En esta interioridad tenemos tres puntos clave a potenciar: el pensamiento, la voluntad libre, y los sentimientos. Te lo cuento en el post sobre facultades personales. Desarrollar los tres de forma armónica es vital para pilotar la propia vida y ser feliz. Sin olvidar su conciencia, algo tan íntimo, sagrado, que conecta con la verdad y la belleza. Un timón que nos guía y ayuda a no perdernos en los avatares de la vida, o a realinear la trayectoria.



1- El pensamiento

Aprender a pensar por cuenta propia, engarzar ideas, hacerse buenas preguntas, poner en marcha el cerebro, relacionar ideas, formarse, ponderar y tamizar el exceso de información que nos llega... 

Aquí es necesario plantearse los grandes interrogantes existenciales..., que a todos nos interpelan, y valentía para pensar sobre la propia vida. La misión personal, sueños y metas, libertad y retos...

Estar a solas con uno mismo es refrescante y saludable. De esa forma, poder aceptar lo que nos viene dado, que no se puede cambiar, y tener sabiduría para discernir lo que se debe acometer. Siempre con espíritu deportivo. 

Y un poco de serenidad para vivir, sin verse arrastrado en ese estres y ajetreo que nos vive sin vivir..., sin reflexionar ni reposar lo vivido, sin poder plantearse metas de veras valiosas para cada uno, sin conectar apenas con los que tenemos cerca.





2- La voluntad libre

Entrenarse en adquirir fuerza de voluntad: que los pensamientos no se queden solo en buenas intenciones. La voluntad, ayudada del entendimiento, es la que debe llevar las riendas de la personalidad. Tener voluntad es querer-querer lo que la inteligencia presenta como algo bueno. Y no depende de nada externo, sino de uno mismo. 

El espíritu de lucha es fundamental. Como repetía una amiga, la vida no es una hamaca donde tumbarse, sino un trampolín para coger impulso y saltar. Nunca es demasiado tarde para luchar y mejorar. De hecho, el que no lucha ya ha perdido. Siempre con esperanza y actitud optimista, en ese bosque de retos apasionantes.









3- La afectividad

Contar con el corazón: hacer las cosas por amor. Disfrutar de lo correcto, de la belleza de un detalle de atención... El cariño a los demás, en especial en la propia familia, lo engrandece todo. Poner el corazón en las relaciones personales es de la mayor importancia. Como hemos visto, la persona está diseñada para los demás. Saber mirar a los ojos y comprender al que miramos. Sonreír. La sonrisa nace del corazón, y es el principio del amor, como señalara la Madre Teresa de Calcuta. Más, en estos momentos de mascarillas... Ver con los ojos del corazón, que llegan a la intimidad del otro, y se conecta de veras.







Personalidad armónica, vida lograda

La armonía entre estos tres aspectos o facultades es necesaria para lograr una buena personalidad, pilotar la propia nave, y tener paz en la vorágine de acontecimientos. Conocerse, autoposeerse, para abrirse, comprender y querer a los demás

Porque, al final, todos tenemos que llegar a pensar con claridad, armonizar cabeza y corazón, y aprender a querer. A eso estamos llamados: a dilatar las fronteras del corazón.





Vivir con entusiasmo es ilusionante y enriquecedor. Además, ese entusiasmo provoca cambios estructurales cerebrales, estimula nuevas sinapsis neuronales, y por tanto el aprendizaje y desarrollo en todos los campos. De ahí la importancia de encontrar un sentido que nos dé motivos importantes por los que luchar y vivir, con ilusión, como nos transmitió magistralmente el doctor Viktor Frankl con su difícil y dolorosa experiencia, pero llena de dignidad.


Por tanto, encontrarse a uno mismo en esa interioridad es la base para madurar y poder conectar con los demás. El otro ámbito personal.






b) Apertura

La dimensión trascendente. Conscientes de quiénes somos, abrirnos a los demás. Dueños de nuestra interioridad, comprenderles, ser capaces de querer. Algo básico por otra parte para ser auténticas personas. Conquistar la libertad de amar a quienes tenemos cerca. Lo cual nos hará de veras felices.

Las personas somos seres relacionales, estamos diseñadas para los demás. En las relaciones personales desplegamos nuestra mejor forma de ser, y encontramos nuestra plenitud como personas. Necesitamos de esas buenas relaciones, como el oxígeno que respiramos. Mejoramos y nos "pulimos" en el trato con los demás. Y, como consecuencia de esa plenitud, somos más felices




Cada uno nos hacemos y re-hacemos en ellas, en especial en la familia, al sentirnos queridos y poder querer a los demás. Aquí las motivaciones son altas, trascienden a cada persona, porque se mira a los demás, y es lo que da más sentido e ilusión en la vida. Como apunta Gandalf, los actos sencillos de amor son los que nos mantienen en el buen camino, y van sembrando semillas a lo largo de él..., que siempre florecerán.

Desde el interior del corazón el amor crea vínculos y amplía la existencia. Saca a la persona, y la encamina, hacia el otro, los otros. Ese salir de sí y centrarse en los demás aporta un crecimiento personal y el corazón se expande y dilata.



Porque, la felicidad, como expresa el filósofo y humanista Tomás Melendo, es proporcional a la calidad de nuestros amores. Quien ama mucho es muy feliz..., quien ama poco es menos feliz, aunque no sea muy consciente de ello. Y quien no sabe o no quiere amar... La felicidad siempre es una consecuencia de amar a los que tenemos cerca. 

No se trata de hacer más cosas, sino de ser más y mejor persona. El amor es lo que nos permite crecer y madurar en tanto que personas. Por eso, ¡qué importante es aprender a querer!: la principal asignatura de la vida. Poner en ello todo nuestro empeño. Ser "fuentes" de luz y de calor a nuestro alrededor. ¡Humanizar ambientes!





Cuando somos conscientes de esta misión, concretada en cada persona con sus cualidades y talentos, y su vocación y misión específica, la vida adquiere más sentido y colorido. Y la libertad nos permite ir realizando día a día dicha misión, alcanzar la meta y la cumbre de nuestra vida. Ser auténticamente felices haciendo felices a los demás. ¡Una "vida lograda"!, que decían los clásicos...





                                  


Espero que te haya gustado, y que comentes o compartas con amigos. ¡Muchas gracias!



                                                    Mª José Calvo
                                     optimistaseducando.blogspot.com
                                                    @Mariajoseopt



Dejo algunos enlaces relacionados por si quieres ampliar:

 




URL del post:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2020/10/un-chispazoii-armonia-personal.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El blog se nutre de los comentarios...: ¡gracias por comentar!