ENCARGOS Y DESARROLLO PERSONAL
El ambiente de familia, saturado de cariño, ayuda a crecer como personas singulares. También a la hora de formar a los hijos en muchos valores y virtudes, como la empatía, la fortaleza, el servicio a los demás, la alegría y el optimismo, la generosidad, la cooperación en casa... También a respetar y tener un horario, a acostarse a su hora, a comer saludable, a agradecer el esfuerzo y trabajo de los demás... etc. De esa forma, se hacen más autónomos, responsables, y piensan en los otros.
Es necesario darles unos encargos para que hagan más suya la familia y el hogar, y desarrollen sus capacidades, pues "quien no participa no se integra". También es bueno que se planteen pequeños objetivos, que les den mayor autodominio y habilidades concretas. Así fortalecer su voluntad y agrandar el corazón.
Es fundamental que vayan aprendiendo a ser autónomos cuanto antes, adquiriendo habilidades y destrezas, teniendo en cuenta sus intereses, dejándole elegir, tomar pequeñas decisiones, y relacionándose con los demás. "El primer instinto del niño es actuar por sí solo, sin ayuda de nadie y su primer acto de independencia es defenderse de los que intentan ayudarlo", dice la doctora M. Montessori.
Como ya vimos en "el ocio y el arte de descansar", podemos
aprovechar todo el curso, y también el tiempo de vacaciones, para formar a nuestros hijos. Además, ellos nos están mirando todo el día y ¡aprenden todo por inmersión! Que aprendan a querer.
Los padres debemos pensar entre los dos cómo educar a nuestros hijos, cómo quisiéramos que fueran, partiendo de su singularidad y cualidades específicas, con unos valores nobles, cómo nos gustaría que trataran a los demás... Ponernos de acuerdo a la hora de exigirles algo. También es vital intentar vivir lo que esperamos de ellos, pues necesitan verlo plasmado en nosotros, para aprender y tratar de imitarlo.
Para disfrutar de la convivencia,
es importante organizar una serie de encargos para que todos colaboren en
sacar adelante el trabajo diario que requiere, pero simplificando en lo posible. Les ayudan a crecer como personas, y a querer a los demás.
También a valorar más todas las tareas de la casa, que a veces pasan desapercibidas, y las dan por supuesto... No saben el trabajo y esfuerzo que supone atender a los detalles para crear ambiente de hogar, y estar pendientes de lo importante...
Así se hacen responsables de sus encargos y colaboraciones...
Así trabajar en equipo, aunque los
padres supervisemos todo, dependiendo de las edades de los hijos. Pero, tratando de no sobreprotegerelos. Ser conscientes de que toda ayuda innecesaria ¡es una limitación para quien
la recibe...!
Los niños que colaboran con las tareas del hogar tienen más posibilidades de aprender miles de habilidades y también responsabilidades, capacidades únicas, empatía y ayuda... etc. Y, en el fondo, es lo que necesitan en la vida para conseguir lo que se proponen, apuntando a una meta valiosa, desarrollando los propios talentos y cualidades, potenciando la singularidad de cada uno, y alcanzando mayor plenitud personal. ¡ Y siendo felices!
Además, en familia se aprende a interactuar con otras personas, a tener en cuenta sus sentimientos, a quererlas por sí mismas, sin tener que demostrar nada. Se nos ayuda en lo que necesitemos..., y lo importante de la vida a la luz del cariño. También es donde se adquieren las habilidades personales de comunicación..., a resolver problemas, tener iniciativa, creatividad e imaginación, y en definitiva ¡a querer a los demás! Las relaciones personales son muy importantes.
Los niños vienen con ansias de desarrollar su talento y su creatividad, algo ya inscrito en los genes.
Los genes son capaces de ayudarnos a ser originales y creativos, y también propician la comunicación y la cooperación con otros. Esto lo ha investigado un genetista: Joachim Bauer. Es el modo de actuar de la naturaleza humana.
Estas capacidades y habilidades se despliegan cuando el niño disfruta, y permiten un estado mental emocionante, de “flow”, al estar inmerso en una actividad que le apasiona, desconectado del resto. Está feliz descubriendo eso tan increíble para él, disfrutando al máximo, y el tiempo vuela.
Para ello, dedicar tiempo para
enseñarles a hacer... Los hijos tienen el derecho de
participar en la familia. Y así van adquiriendo destrezas y capacidades, y se van haciendo más autónomos, responsables y maduros.
La
familia la sacamos adelante entre todos, es preciso dejarles hacer, dejarles ser ellos mismos, que pongan su firma con ese detalle que les gusta, o ese modo de hacer las cosas.
Estos
objetivos que hemos pensado se pueden concretar en "planes de acción" para hacerlos vida. Debemos asegurarnos de que cada hijo se siente de veras querido, y sabe lo que se espera de él. Partir de sus cualidades, y decirle lo que hace bien, o debe mejorar, ¡poniendo el énfasis en lo positivo! Animarles con cariño y un sonrisa.
Desde traer los pañales o el biberón para el
hermanito, hasta cuidarle o leer cuentos, o poner la
mesa, regar las plantas, comprar el pan, pasar la aspiradora, limpiar el polvo, barrer la cocina, cocinar algo sencillo, utilizar distintos utensilios, fregar o poner el lavaplatos y recogerlo... según la edad.
Primero habrá que
hacerlo con él o ella, y enseñarle. Luego, que lo haga solo, y disfrute, y adquiera el hábito, y así va aprendiendo diversas cosas y se siente "importante".
Además, son una buena herramienta para educar su voluntad, fomentar sus destrezas, hacerlos más autónomos y responsables, pensando en los demás: alegrándoles la vida. Poniendo ese detalle de cariño y servicio a esas personas, va directo al corazón.
Tipos de encargos
A grandes rasgos, relacionados con sí mismos, los que facilitan la convivencia en familia, y los enfocados hacia los demás.
1- Los relacionados con sí mismos son, por ejemplo, su aseo personal, depositar la ropa usada en su lugar, ordenar sus cuentos, juguetes, o
libros, recoger la habitación, organizar su mochila, un planning, hacer la cama, levantarse puntual… Hay niños que son más introvertidos y este tipo de encargos les gusta más, pero también hay que animarles a pensar en los demás.
2- Los referentes a la
convivencia pueden ser atender al teléfono, a la puerta, recoger la
sala de estar, poner un jarrón de flores, echar a lavar las toallas de los
baños cuando sea necesario, reponer lo que haga falta, limpiar, pasar la mopa, comprar el pan...
3- Los relacionados con los demás. Por
ejemplo lavar la ropa, poner el lavaplatos, ayudar a los
hermanos en algo concreto, atender y visitar a los abuelos…, tener detalles en familia, mirar a los ojos, preocuparse de preguntar qué tal están..., hacer la tarea del hermano que está un poco mal... etc. Este tipo de encargos les gusta a los niños cuyo carácter es más extrovertido, "hacia los demás"... A ellos hay que ayudarles también a organizarse con los encargos del primer bloque.
Como todos en la familia formamos parte del “equipo”, podemos combinarlos de forma que, no sólo se
preocupen de sí mismos, sino que estén pendientes de los demás. Teniendo en cuenta el carácter y forma de ser de cada uno. Así se acrecienta el cariño, la empatía y la generosidad, se aprender a compartir, la gratitud... etc., entre todos.
* Ayudar en casa... y construir familia
Esto es importante, sobre todo en la adolescencia, pues se
presta más a criticar lo que ven, a no colaborar, si no hemos formado antes
el hábito de pensar en los demás, o si no les motivamos con nuestro ejemplo, cariño y buen liderazgo.
De
esta manera conseguimos apoyarnos en el trabajo de los hijos para
que la casa funcione, y para construir un ambiente lleno de cariño, intentando que sea amable, divertido y enriquecedor convivir en nuestra familia. Así se puede luchar por lograr la mejor versión de cada uno, pensando en los otros, a la luz del cariño.
Dejo una lista de tareas y encargos por edades, un poco orientativa, para en cada familia organizarla según sus características y necesidades...
Sabiendo que los padres tenemos que guiarles, protegiéndoles de la tecnología y pantallas. Que no los abandonemos por comodidad, y atendamos al desarrollo de cada niño. Si quieres ampliar: "cerebro, tecnología y familia", o, ¿niños en lo virtual?".
Sin olvidar el optimismo, también de óptimos, de excelencia, "resello" de este blog, tan importante para descubrir y apuntar a lo mejor..., que da fuerza, ánimo y motivación para luchar por metas altas y nobles. Incluso cambia nuestro cerebro: estimula sustancias neuroplásticas, aumenta el flujo sanguíneo, cambia la expresión de los genes… Poner ilusión y entusiasmo en la vida lo cambia todo.
Espero que haya sido útil, y puedes comentar y compartir con amigos. ¡Muchas gracias por difundir!
Dejo enlaces relacionados sobre:
Mª José Calvo
optimistaseducando.blogspot.com
@Mariajoseopt
URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2013/08/el-verano-tiempo-de-colaborar-en-familia.html
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