"TIPS" EN EL USO DE LA AUTORIDAD
UNA FORMA DE LIDERAZGO PARA FOMENTAR SU LIBERTAD
He desdoblado el post sobre la autoridad para que no se haga excesivamente largo. Dejo enlace abajo. Ahora unos "tips" más prácticos para liderar la familia y "ayudar a crecer" a los hijos en libertad, que en eso consiste la autoridad. Seducir con la belleza de los valores auténticamente humanos. Así guiarles en su proceso de maduración y desarrollo como personas. Que aprendan a usar bien su libertad.
La autoridad se podría definir como la fuerza que guía y ayuda a crecer a nuestros hijos, a desarrollarse bien, a llegar a ser las personas singulares que son, con toda su grandeza. Tarea ingente, para la que nos hemos de formar, y hacer vida la belleza de lo que queremos transmitir.
Como señala un gran pedagogo, Juan José Javaloyes, “los padres no tienen autoridad, sino que, por ser padres, son una autoridad para sus hijos. La autoridad es una manifestación del amor y una forma de servicio. Sin el ejercicio de ésta no se puede educar”. Y educar es enseñar a amar.
Pero, debe ser una autoridad-servicio, no un autoritarismo, ni un permisivismo: los dos extremos, que destruyen la autoridad, y hacen familias permisivas o autoritarias. Y siempre, pensando en ellos, en su buen desarrollo, para que consigan lo mejor de su personalidad, su mejor forma de ser. Es decir, buscando su bien. Es como si se dijera: "lo hago porque te quiero, y es lo mejor para ti". Y ayudarles a pensar por cuenta propia, para que aprendan a usar su libertad.
De poco serviría que obraran “aparentemente bien” solo porque nosotros los estamos viendo. El motivo por el que quieren lo bueno o evitan lo malo es una de las claves para determinar hasta qué punto pueden considerarse formados y maduros, verdaderamente libres.
Aunque no resulte sencillo, es sumamente importante que entendamos y les vayamos haciendo comprender que la auténtica libertad consiste en actuar, siempre y en todo, por amor. No solo la verdad, ¡también el amor nos hace libres!"
Cuando los padres no sabemos ejercer bien la autoridad, por un malentendido respeto a su libertad, por comodidad..., por el todo vale, o por carecer de principios, no podremos guiarles en su desarrollo. Y difícilmente seremos buenos modelos, o incluso buenos líderes.
La autoridad innata de los padres también posibilita el buen liderazgo. Ser líder significa pensar en los demás, guiarles. También en la familia. Te lo cuento en "dirección familiar". Estar atento a lo importante, sin descuidar los detalles. Es un servicio desinteresado a los que más queremos, justo por cariño. Intentar vivir esos valores, basados en principios, que queremos transmitir a nuestros hijos. Y saber hacer una llamada a lo mejor de cada uno.
En el fondo, es una guía para el desarrollo de su creciente libertad. La facultad mayor que posee la persona, que le posibilita querer a los demás. Algo que da sentido a la vida, y nos hace de veras felices.
En esta línea, anoto un comentario del profesor Tomás Melendo de la web Edufamilia:
"Importa mucho que nuestros hijos interioricen y hagan propios los criterios correctos, que aprendan a distinguir claramente lo que está bien y lo que está mal. Y que tengan la fuerza de voluntad y las virtudes imprescindibles para hacer lo bueno y evitar lo malo, aunque les resulte molesto o costoso o tengan que actuar contra corriente respecto a sus amigos y compañeros.
De poco serviría que obraran “aparentemente bien” solo porque nosotros los estamos viendo. El motivo por el que quieren lo bueno o evitan lo malo es una de las claves para determinar hasta qué punto pueden considerarse formados y maduros, verdaderamente libres.
Aunque no resulte sencillo, es sumamente importante que entendamos y les vayamos haciendo comprender que la auténtica libertad consiste en actuar, siempre y en todo, por amor. No solo la verdad, ¡también el amor nos hace libres!"
Todo ello apuesta por una familia armónica, donde hay unas normas importantes, pocas y claras, que buscan el bien de cada uno, y luego se hace ambiente confiado de libertad donde crecen las personas al sentirse queridas y poder a su vez querer. Además con buena autoestima por pensar en los demás.
Se sentirán inseguros, no crecerán bien. Y se pone en peligro el uso correcto que los hijos puedan hacer de su libertad, pues ven que nos movemos, no por principios y valores, sino por estados de ánimo, o sentimientos cambiantes. No ven un referente claro que les ilumine y dé sentido a la vida. Y sienten que no se les quiere de veras.
8 "TIPS" PARA GANAR AUTORIDAD
1- Ambiente familiar: crear buen ambiente, confiado y alegre, con tranquilidad y confianza, delicado, saturado de cariño. Con libertad según la edad de los hijos. Fijarse en lo positivo y sonreír siempre ayuda. El cariño de los padres se derrama eficaz en los hijos... Aprenden a tratar a los demás según como se tratan entre sí. Hacer notar lo bueno del otro, prestigiarse el uno al otro.
3- Ante algo que está mal hecho, lo mejor es pedirles que lo hagan bien. Nada de “chapuzas”, pero sin humillar o castigar..., sino con cariño y un ¡tú puedes! A veces hay que reprender, pero para que sea algo educativo, la reprensión tiene que ser clara, concreta, sucinta, que no humille, pues si no, hace el efecto contrario. Y cambiar de tema.
4- Exigencia comprensiva en pocas cosas, pero importantes. Como hemos visto, tener unas normas que señalen el camino, y en el resto de cosas dar mucha libertad. Que aprendan a gestionarla bien, dependiendo de cada uno y de su edad.
5- Dando las razones de cada actuación, que eso es formarles, para que comprendan motivos y piensen por ellos mismos. Así se sentirán más libres y podrán entrenar su naciente libertad. La libertad no es solo capacidad de decisión y elección, sino ampliar horizontes en los hijos, cultivar el espíritu, orientarse al bien. Conlleva adquirir autonomía, habilidades, y autodominio personal.
Porque, como señala la doctora María Montessori, dejar que el niño haga lo que quiera cuando todavía no ha desarrollado la capacidad de autocontrol es traicionar la idea de libertad.
6- Reconocer el esfuerzo, más que los logros. Simplemente el ponernos alegres ya es motivador; y es una forma de agradecer su esfuerzo. Ellos captan nuestra expresión y nuestros gestos en todo momento, por eso pensar cómo les alentamos a ser mejores, a pensar en los demás.
7- Cuando van creciendo, hay que ir cambiando el mandar por sugerir. Tratarles como si fueran un poco mayores, estimulando lo mejor de ellos. Así se va dando más libertad de pensamiento, y de acción, y aprenden a ser responsables. La libertad debe ir "de la mano" de la responsabilidad. Cada persona responde con sus actuaciones. Por eso, dar la libertad que creamos que pueden gestionar.
8- Motivar y reconocer las buenas acciones. A veces es bueno reforzar una acción, pero hay que tener en cuenta el nivel de dicha acción. No recompensar el haber estudiado, o el haber cuidado a un hermano, de un nivel alto, con algo material, pues se devalúa dicha acción. Te lo cuento en el post sobre "motivos y motivaciones en familia".
Y muchas veces, el mejor premio es la alegría de una buena acción, o, el favor que se hace a alguien. También el aprendizaje de algo nuevo... etc. Los motivos de mayor nivel dan más sentido. Por eso, intentar elevar motivos. También es bueno celebrar los encargos o metas cumplidas con una merienda especial, una película comentada, una cena fría, una excursión por el campo...
8- Motivar y reconocer las buenas acciones. A veces es bueno reforzar una acción, pero hay que tener en cuenta el nivel de dicha acción. No recompensar el haber estudiado, o el haber cuidado a un hermano, de un nivel alto, con algo material, pues se devalúa dicha acción. Te lo cuento en el post sobre "motivos y motivaciones en familia".
Y muchas veces, el mejor premio es la alegría de una buena acción, o, el favor que se hace a alguien. También el aprendizaje de algo nuevo... etc. Los motivos de mayor nivel dan más sentido. Por eso, intentar elevar motivos. También es bueno celebrar los encargos o metas cumplidas con una merienda especial, una película comentada, una cena fría, una excursión por el campo...
9- Siempre separando la acción de la persona. El que haya hecho algo mal no significa que sea "malo"... Todos podemos fallar, y más ellos que están aprendiéndolo todo. No etiquetar, ni hacer comparaciones… Cada uno es único y singular, con sus fortalezas y cualidades, y su forma de ser. Si ha hecho algo mal, debemos animarle a hacerlo mejor. Con un "tú puedes", sin ponerle la "etiqueta", que cosifica.
"Planes de acción"
La ventaja de todo ello es que se puede hacer poco a poco, con “planes de acción” concretos. Descubriendo y fomentando sus cualidades, para conseguir hábitos y virtudes que den autonomía y buen hacer. Que desarrollen su personalidad. Te lo cuento en "crecimiento de los hijos".
En ellos marcar algunos objetivos a conseguir. Por ejemplo, ser responsables en sus encargos, estudiar x tiempo cada día, hacer alguna tarea en casa, o en el colegio, cuidar de un hermano pequeño, estar pendiente del abuelo, pensar en los demás, ayudarles, adquirir un hábito… etc.
Y poner unos medios adecuados para cada objetivo, luchando en puntos muy concretos. Y una buena motivación es lo principal. Todo ello en un ambiente alegre y confiado, saturado de cariño, donde es fácil luchar por lo mejor, a cualquier edad. Con optimismo. Siempre haciendo énfasis en lo positivo y en el esfuerzo por luchar, y no tanto en el resultado... Esto te lo cuento en "consiguiendo objetivos".
Espero que te haya gustado, y lo puedes compartir con amigos.
Mª José Calvo
Optimistas Educando y Amando
@Mariajoseopt
Dejo enlaces relacionados con el tema:
URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2021/02/tips-para-ganar-autoridad.html
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