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viernes, 8 de enero de 2021

CRECIMIENTO PERSONAL DE LOS HIJOS




UN "GENERADOR" Y UN MODELO PARA LOS HIJOS 



La familia es el origen de todo lo importante, porque nace del amor, y el amor es su meta... El espacio de intimidad donde nacen y se desarrollan las verdaderas relaciones humanas, donde surgen vínculos afectivos que estrechan esas relaciones. El lugar donde se aprende a tratar a los demás, a comprender, a ayudar, a vivir la empatía y la inteligencia emocional en su mejor sentido. Y donde se guardan gratos recuerdos, porque están sumergidos en cariño del bueno..., que nos acompañarán el resto de la vida. Dejan una huella indeleble en cada uno, y en concreto en los hijos.

        
Cada persona crece humanamente con el alimento de la verdad y del bien, que rezuman belleza. Y lo captamos a través de la afectividad. Hay que aprender a descubrir todo lo bueno y bello que nos rodea, para saborearlo y fomentarlo. Y la familia es el ámbito natural específico para ello: el ámbito de la belleza, de los valores vividos, el santuario del amor y de la vida.

       
Para crecer y desarrollarse como persona se necesita un ambiente con varios "factores de crecimiento" imprescindibles, como son el amor, la confianza y la libertad. Te lo cuento en el post: "Factores de crecimiento personal". Muy en especial nuestros hijos, que están por "construirse" como personas más plenas, por formarse. Sabiendo que nunca se acaba uno de formar. Esa es parte de la grandeza personal: su enorme plasticidad neuronal, y su capacidad de mejorar, hasta límites insospechados. Con los motivos adecuados, que dan un sentido profundo a la vida...





      
Este desarrollo personal es siempre desde dentro hacia afuera, como señalara Chesterton, y tantos otros. En los niños, respetando sus ritmos naturales, esos momentos más sensibles en los que aprenden determinadas cosas, si se lo permitimos. 


             


¿Cómo concretar esto en el día a día de nuestra familia? 


Pues fundamentalmente con nuestro ejemplo y cariño. Con la huella que vamos dejando con nuestro actuar: somos sus modelos en todo momento. No dejan de observarnos, y ¡nos "copiarán"!

                 


Por ejemplo, por cómo tratamos a los demás, en especial a la propia pareja, en la buena educación, en el optimismo ante retos y dificultades, en la empatía hacia los sentimientos de los demás, en la responsabilidad, en el uso del tiempo, en el trabajo en equipo en la propia familia, en el buen liderazgo, en detalles de ayuda y servicio..., en la afectividad y la vida interior, que nos dan más fuerza y sentido a la vida, en el espíritu de lucha por mejorar, y un largo etc. 

Luego ellos, con nuestra ayuda, aprenderán a esforzarse para lograr unos buenos hábitos y virtudes, que forjan el carácter y ayudan a los demás. Con voluntad entrenada..., sin hacerlos caprichosos.
   







    El amor de los padres es como una hoguera 
que da su cariño, su calor y su luz, 
a toda la familia. 

            


* Por eso, "el secreto" de la educación no es tanto las miles de ideas que podamos tener, los encargos, los planes de acción, enseñarles a estudiar, ayudarles a esforzarse, a tener voluntad, educar su corazón… aunque también son necesarios, sino, el cariño recíproco de los padres. Que nos queramos de veras, y que ese amor se derrame y trascienda de forma eficaz hacia los hijos. Ellos lo aprenden todo viendo cómo nos tratamos, y cómo tratamos a los demás.





               
Luchar en pareja por lograr un amor de la mejor textura, hondo y fuerte, a la vez que entrañable, que alimente y dé su energía, también a nuestros hijos. incluirles en ese amor, acogerles, abrirles el corazón. No provocarles una vida fría e independiente por nuestro actuar, por no tener tiempo para ellos, o por no atenderles de la forma adecuada en cada momento, dándonos personalmente. 


           

* Por tanto, podemos adivinar cuál es "el derecho" de los hijos... Especialmente a nuestro tiempo y cariño, a nuestra intimidad personal. Al trato afectuoso con ellos, en lo que puedan necesitar. A nuestra exigencia comprensiva en puntos concretos, para que puedan madurar, incluso aunque tengan, o tengamos, que "sufrir" por ello...




                 
Es como decirles: ¡sois muy valiosos!, ¡os queremos infinito...!, y ¡vale la pena esforzarse! Os mostramos y os damos lo mejor que somos y tenemos. La vida es una aventura maravillosa..., ¡ánimo!, y a por ello.







              
Espero que te haya gustado el post, y ¡gracias por compartir!





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                                                  Mª José Calvo
                                   optimistaseducando.blogspot.com
                                                  @Mariajoseopt

                

URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2021/01/crecimiento-personal-de-los-hijos.html

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