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sábado, 14 de julio de 2018

APROVECHAR LAS VACACIONES Y CUIDAR EL AMOR




APROVECHAR LAS VACACIONES PARA CUIDAR EL AMOR


          
Aprovecho este tiempo veraniego para reflotar un artículo que escribí para la revista Hacer Familia, que, por cierto, os la recomiendo si no la conocéis. ¡Muy interesante!


        
En estos días podemos compartir tiempo y cariño con quienes más queremos. Para estar más unidos en la propia pareja, "hacer equipo",  y lograr una sinergia creciente, en esa aventura apasionante y maravillosa de formar una familia.



      

     
La familia es el lugar por excelencia de la afectividad y de la creatividad, porque nace del amor. Y el amor es la experiencia más afectiva de todas. Aunque no solo es afectiva...: requiere poner cabeza.
     

     
Surge de su núcleo, que es el amor de los esposos, que se va desbordando hacia los hijos. Y ese amor se concreta y se plasma en muchas cosas. Por ejemplo, en hacer que “el otro” sea lo más importante para nosotros, porque lo llevamos en el corazón… También en dar prioridad a nuestra relación, en cuidarla y mimarla, en custodiarla. 



     
La mayoría de las veces, querer significa pensar en el otro, mirarle a los ojos… encontrar tiempo para hablar, para divertirnos, para hacer cosas juntos… Descentrarnos un poco del "yo", para acudir hacia el "tú". 

     
También para decirle todo lo bueno que tiene y hace, sus cualidades y esfuerzo, para agradecerlo y fomentarlo. Sonriendo y siendo amables, aunque no apetezca; poniéndole en el centro de nuestra vida y de nuestros afectos. Teniendo un alma generosa, cediendo, aprendiendo a contemplarlo o contemplarla.





     
Muchas veces, la alegría hunde sus raíces en forma de sacrificio gustoso por quienes amamos. Es lo que nos hace felices, y lo que convierte una casa en un “hogar” cálido, donde todos están a gusto, donde se tienen ganas de volver, porque se respira paz y serenidad.

     
De esta forma, el otro nos importa y mucho, e intentamos tener tiempo para estar juntos, para sintonizar, para conversar. Y para compartir sentimientos, con ese amigo incondicional, que es lo que más nos enriquece la vida. Poniendo el corazón en todo lo que hacemos...


     
Es importante la ilusión y la motivación por mostrar empatía con quienes más queremos. Por conectar realmente con ellos, por comprender sus estados, inquietudes, motivos, sentimientos... Así, las conversaciones pueden ir ganando en calidad. Ya no concederemos tanta importancia a preguntas más triviales, sino que descubrimos la importancia de los detalles en las reacciones personales. 



     
      
En verano tenemos más tiempo para compartir en familia para dedicarlo a lo importante… Parafraseando a Mercedes Salisach: “La verdad del amor es que no siempre se siente, sino que se practica”. Los sentimientos no acompañan siempre. Es preciso poner cabeza y voluntad en tener detalles, en demostrar el cariño con mil gestos a lo largo del día. Con sentimientos favorables o no. Y esos detalles harán resurgir sentimientos aletargados...


     
Además, el sentirnos queridos permite que maduremos y demos lo mejor que llevamos y somos. Por eso tenemos que aprender a querer con más hondura, con más finura, para que la otra persona se sienta realmente valorada y querida. Y es la forma de animarle y estimular lo mejor de ella. Porque, en el fondo, "querer" es querer su bien: su mejor personalidad, lo que está llamado a ser, su mejor posibilidad. De ahí la importancia de descubrir sus cualidades y fortalezas, de valorar su esfuerzo... y hacérselo notar, para que lo pueda desarrollar. Sin estar tan pendientes de los fallos que pueda tener...


      
Así, lograremos una comunicación eficaz y empática, y descubrimos la dicha de estar juntos disfrutando en familia. 


                                                       * * *

      
Por eso es tan importante educar las emociones desde pequeños, enseñar a dominar los impulsos, a tener autocontrol, hacerles fuertes ante las contrariedades, usar la autoridad para marcar unas normas que les indiquen el camino... Y todo empapado, sumergido, en cariño “del bueno”. Para que ese amor les penetre como por ósmosis…, porque es el artífice de su valoración y autoestima, y, en definitiva, el que les enseñará a querer a los demás… La persona aprende a querer por "inmersión": cuando se siente querida de veras.







Os deseo un ¡feliz verano! y que descanséis en familia, en compañía de los seres queridos, desconectando un poco de tareas, obligaciones, stress y "pantallas".

Quizá es el momento de seleccionar unos cuantos buenos libros que nos despejen, y a la vez nos hagan disfrutar y nos formen.


Si te ha gustado, ¡gracias por compartir y difundir el post...!


                                                                    Mª José Calvo
                                                        optimistaseducando.blogspot.com
                                                                   @Mariajoseopt


Dejo enlaces relacionados: 







El optimismo en familia
        


        
*Adolescentes I: "soltar amarras"



     
* Libros y películas



                                                                                   Mª José Calvo
                                                                                optimistaseducando
                                                                                   @Mariajoseopt


URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2018/07/aprovechar-bien-las-vacaciones.html

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