PAREJA: 6 CLAVES PARA FORTALECER EL AMOR
"El amor no tiene nada que ver con lo que esperas conseguir, sólo con lo que esperas dar".
Katharine Hepburn
Vamos a comentar 6 claves para construir, cuidar, y fortalecer el amor en pareja. Como todo lo que está vivo, el amor hay que cuidarlo y trabajarlo cada día..., si no se debilita, y muere... Es el "tesoro" más grande que tenemos, y hay que custodiarlo.
1) Qué importante es tener sueños y metas como pareja, priorizar el proyecto común, fomentar lo que une, buscar el bien del otro, que eso es precisamente querer.
Hablar con la persona querida sobre los propios anhelos e ilusiones, los sueños que queremos hacer realidad..., así concretar objetivos comunes que inspiren y motiven a los dos y nos hagan disfrutar. Recordemos que somos "un solo equipo". Descubrir talentos y ponerlos al servicio del otro, y de la relación, es un modo de mejorar el amor recíproco. Trabajar entre los dos nos hace más fuertes, y se va logrando una sinergia creciente. Cada uno aprende a ver las cosas desde el corazón del otro.
2) Trato amable y comunicación: es vital para la relación. Aporta confianza y empatía.
La comunicación crea un espacio entrañable entre los dos, y va formando un acervo de experiencias compartidas que unen y fortalecen la relación. La van consolidando gesto a gesto lleno de cariño.
Pero, cada uno somos muy diferentes. Para empezar, uno varón y otra mujer... Y cada uno con sus formas de hacer o relacionarse, quizá distintas y diferentes. A la mujer en general le gusta lo concreto, los detalles de atención, a ellos los grandes proyectos e ideales... etc. También con nuestras cualidades singulares y puntos fuertes, y con limitaciones, fallos, y defectos.
Por eso es necesario valorar las diferencias, y con ellas hacer sinergia entre los dos. Porque, las diferencias no son defectos, aunque quizá en ocasiones "molesten", sino algo propio de cada uno que lo hace singular, único, especial. Algo que debemos desarrollar y potenciar, y ayudar al otro a que desarrolle su singularidad.
La amabilidad conforta, especialmente a la mujer, y siempre abre fronteras... La admiración hacia él le da energía, y mayor estima, algo que necesita.
Hablar de sentimientos y emociones permite que se conecte mejor, desde el corazón, y fortalece el "buen feeling". Decirle lo bueno que tiene, porque la mirada de cariño descubre "tesoros"... Y saber escuchar, con los oídos y con el corazón. La compenetración se construye con experiencias vividas compartidas y cariño. Atesorar buenos momentos y re-cordar, es decir, volver a pasarlos por el corazón, es "energía positiva"... que otorga ilusión y ganas de luchar por amar más y mejor.
Y, ante las pequeñas dificultades, problemas, sufrimientos o trifulcas que puedan surgir, siempre hablar con calma, sin juzgar, sin echar culpas al otro..., sin enfado. Y escuchar sin interrumpir: dejarle explayarse. Incluso hablar más desde el yo: un "me siento" así..., es mejor que "me has hecho...", o, "es tu culpa".
El amor verdadero se construye en lo cotidiano, y crece con las dificultades y pequeños "sinsabores" de la vida, si se llevan entre los dos.
3) Gratitud ante los pequeños detalles, gestos y atenciones constantes de la otra persona. Por sus cualidades propias, hasta por existir, por estar ahí..., acompañando, ayudando, animando, apoyando. Ser agradecido es la memoria del corazón, y establece vínculos confortantes que sacan lo mejor de sí, y del otro. Es el "qué bueno que existas", por ti, por la maravilla que eres... Un desplazar el yo, egótico tantas veces, por el tú del ser querido.
Señala J.B. Torelló de forma muy clara, y experimentada en su consulta de neuropsiquiatría: "La madurez afectiva depende de la capacidad de amar, y es el egocentrismo lo que incapacita para el amor. Para madurar es necesario salir del vivir para mí -egótico- y alcanzar el vivir para ti."
Y siempre con agradecimiento y optimismo para ver lo mejor de uno, y del otro, con ojos comprensivos que saben mirar y saben querer. Así como apuntar a metas altas y nobles, que llenan el corazón y dan más sentido a la vida. Y ese buen amor es capaz de dar alas y desplegar lo mejor del ser querido.
4) Entrega y generosidad
Los pequeños gestos que surgen, o planeamos y concretamos, van construyendo el amor. Un sonreír con ganas o sin ellas, un detalle con el otro, un mirar a los ojos, un abrazo tierno, esconder el móvil cuando el otro está presente, un pensar algo con que alegrar el día, un aperitivo entrañable en casa, un servicio o gestión que le cuesta..., una dificultad compartida, una llamada a media mañana, un café inesperado..., una notita encendida, una sorpresa, unos bombones, algo que necesita o le gustaría comprar... Se trata de manifestar ternura y cariño, poner cabeza y corazón para alegrarle la vida.
De ahí la importancia de pensar, cada mañana, un detalle concreto con el que obsequiar al otro ese día... y luego llevarlo a la acción. No olvidarse, ni aplazarlo por las mil cosas que van a surgir. Es algo prioritario que consolida en un amor más estable y duradero. Porque, como comienza el artículo, el amor no tiene nada que ver con lo que esperas conseguir, sino con lo que esperas dar.
Junto con las expresiones de ternura y entrega de todo el ser, hasta lo más íntimo... que expresan ese amor sin palabras. Es el lenguaje propio del amor. Y hacen real la nueva unidad de dos en un solo corazón.
Todo ello va conquistando y forjando buenos hábitos de cariño y entrega y generosidad hacia la persona querida. Porque, desde el día del "sí quiero", ya no somos un yo y un tú aislados, sino un "nosotros" que cuidar y hacer crecer. Ese "uno más uno es uno", que dicen unos amigos.
Por tanto, algo relevante que te comentaba en otro post: concretar y anotar en la agenda
* un detalle al menos, cada día, que al otro le guste para construir la relación
* una tarde a la semana para compartir y disfrutar juntos
* y un plan o escapada al mes que reavive sentimientos e ilusiones
De este modo, aprender a ser felices con la mirada puesta en la persona amada, haciéndola feliz. Cuidar los pequeños detalles y atenciones cotidianas llenándolas de cariño. Porque, al final, ese amor será lo que cuente... y lo que da su paz y alegría en la vida.
5) Es bueno dejar un espacio personal a cada uno donde estar en la propia "morada" que dice la gran Jutta Burggraf.
Un poco de silencio para poder mirar hacia el interior, conocerse y conocer, ver cómo somos, qué queremos conquistar, hacia dónde ir, qué ilusiones y talentos desarrollar. En ese espacio interior uno se posee, y es libre para pensar por cuenta propia, para actuar. Y luego, pensar cómo ayudar al ser querido en todo ello.
Tener algunos espacios para cultivarse. Por ejemplo, hobbies que expandan el alma y la creatividad..., o lecturas y algo de formación personal, o en pareja.
Porque, cada uno se construye mediante sus actos libres: cada uno es artista de su propia existencia. Podemos y debemos hacer una obra de arte con nuestra vida, que motive y alegre a los demás, especialmente en pareja.
Y luego conectar con el ser querido, hablar de muchos temas y aspectos, junto con metas compartidas, que "construyen" y hacen familia. Trabajar en equipo nos mejora, pensando el uno en el otro, y nos hace más fuertes ante los retos de la vida. Y además, experimentamos ese cariño y sinergia que comentaba.
6) Contar con el perdón
En cualquier relación podemos herir a las personas, a veces sin darnos cuenta. Y el perdón es vital para restaurar la relación. Si no, todo se resquebraja y se rompe...
En pareja, a veces herimos a la persona que más queremos por no pensar, o por dejarnos llevar del primer impulso. Es preciso dar al “botón de pausa” para reflexionar, pensar antes de responder, y rectificar cuando nuestro comportamiento no ha estado a la altura deseada, o hemos hecho daño sin querer. "¡Rectificar es de sabios!".
Porque todos somos más vulnerables de lo que parece, y muchas veces necesitamos más cariño del que podamos merecer… Por eso existe el perdón y el amor: ¡para sanar heridas!
El perdón corta la pesada cadena que oprime, libera, y libera a quien ofendió. Lo cual permite un nuevo comienzo en la relación...
Muchas veces es bueno parase a pensar cómo quiero tratar a la otra persona, si estoy hablando con calma, o con enfado, si quiero tener razón, o cuidar la relación... "No dejes que la ira se lleve lo mejor de ti", dice la autora de la entrañable novela de Mujercitas.
En ocasiones el orgullo nos puede y eso trae consecuencias... que luego hay que intentar reparar y resanar. Señala Chesterton que el orgullo es una debilidad del carácter: acaba con la risa, con la maravilla, con lo caballeresco, con la energía.
El perdón resana y "devuelve" la dignidad a las personas...
Para acabar, te dejo un libro estupendo: "Asegurar el amor" del profesor T. Melendo, Edufamilia, del que tanto se aprende.
Espero que te haya gustado, y lo puedes compartir con tu persona querida, amigos, o por las redes sociales, copiando la URL de abajo. ¡Gracias!
*"¿conciliar...?": "si quieres ¡puedes!", y ¡logras sinergia!
Dejo enlaces relacionados:
* Para amar mejor...
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Mª José Calvo
Optimistas Educando y Amando optimistaseducando.blogspot.com
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