LA AMISTAD: UNA JOYA PRECIOSA I
Ser capaz de ser amigo es algo muy grande que nos libera de
la pequeñez de mirar sólo a uno mismo.
Nos da vitalidad y "alas" para volar alto, siempre pensando en ellos.
Un amigo es alguien que descubre lo mejor del otro, y le ayuda a crecer como persona. Un gran tesoro que valorar.
Es quien siempre está a su lado, haga sol, o el cielo se cubra de nubarrones grises y se avecine una gran tormenta... Conoce su corazón, sus silencios, decepciones, sus deseos nobles.
Comparte sus alegrías y tristezas, sus sabores y sinsabores. Y se presta a ayudar cuando el amigo lo necesita, incluso sin que se lo pida. Tiene ojos y oídos que escuchan de veras, y un corazón que muestra afecto.
Sabe poner en juego las cualidades personales, como la comprensión, el saber escuchar, no sólo con los oídos, sino con el corazón. Y empatía, para profundizar esa comprensión, para conectar y sentir-con, para vibrar juntos, y para atenderle en lo que precise según su forma de ser, sus circunstancias... etc.
Y pronto descubre las fortalezas y talentos del amigo, esas cualidades en las que es especial, ¡único! De ese modo le ayuda a desarrollarse como la persona singular que es. Porque sólo queriéndole tal como es, con sus más y sus menos, se sentirá acogido y valorado.
La amistad no es algo de menos categoría que el amor, sino que es una forma de amar. En ella se da lo mejor de uno, pensando en el otro, en los otros.
Aquí cobra gran relevancia el corazón: centro y raíz de la persona. Cada uno "vale" lo que vale su corazón, y "pesa" lo que ama. Descubrir la belleza de ser comprensivo, empático, generoso..., de crear lazos que unen y reconfortan.
Apunta Charles Dickens: "El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas; el que lo conoce las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico".
1) La amistad, ¡una joya preciosa!
Los amigos se muestran cariño, en ellos resuenan las alegrías y tristezas. Comparten intereses, pero están más interesados en el bienestar del otro, en su felicidad, compartiendo sus anhelos y sus alegrías, sus esperanzas y dificultades.
Y tienen la disposición de hacer lo posible por ayudar. Están en las buenas y en las "malas"; cuando es más fácil y cuando hay más problemas, vaivenes, hasta dolor y sufrimiento... En esos momentos, más necesarios.
* Ayuda
Es más, ayudar a un amigo es fuente de felicidad y dicha. Todos lo experimentamos alguna vez. La generosidad y el cariño brillan más en esas circunstancias en las que esa persona se siente más precaria, más necesitada de auxilio o acompañamiento.
Pero eso no implica que sea un "derecho" a pedir, sino un don que se otorga, un favor gratuito que se regala. Algo a dar, a entregar, si uno puede, pero nunca a exigir...
Aunque hay veces en las que no ayudar en algo que no debe ser ayudado, es ayudarle, ser buen amigo... Por ejemplo, porque no sea correcto, o, en otro sentido, toda ayuda innecesaria es una limitación para quien la recibe. Esto es importante y cobra mucha fuerza con los hijos, pero también con los amigos. Hacer algo por ellos en esas circunstancias no les favorece: al contrario. Pero ese rechazar algo que no le conviene debe hacerse con mucha delicadeza y cariño para no herir, para que lo pueda comprender.
Por tanto, estar presto a ayudar, y saber pedir ayuda son dos facetas relevantes de la amistad.
En este sentido, hay quien no presta ayuda en momentos difíciles para el amigo, y eso es descalificarse uno mismo como amigo... No ser leal. Mirar sólo al propio "yo", a lo cómodo para uno. Tener un corazón pequeño, "atrofiado".
Por otro lado, hay quien no se atreve a pedir ayuda por no molestar, o porque no es capaz de ser sencillo y mostrar su limitación o debilidad, incluso por orgullo, pues no quiere tener que agradecer algo... Y eso destruye la confianza y la amistad.
* Agradecimiento
Y después de un favor o una ayuda es necesario saber apreciar y agradecer... "La gratitud embellece el alma", expresa Alice von Hildebrand. Junto con su esposo ponen de relieve la maravilla del corazón y de la "afectividad tierna"... que te cuento en otros artículos.
Saber agradecer es la memoria del corazón, y nos engrandece como personas. Es como "la llave preciosa" del corazón del amigo.
Y muy en especial en la relación de pareja y de amistad íntima con el ser querido. El "aceite" que suaviza roces cotidianos y hace que funcione mejor esa relación, y en la que prospera la amistad y el amor recíprocos. O "el hilo dorado" que dice esta gran humanista, Alice, que va tejiendo el delicado y artesanal "tapiz" de la relación amorosa en el tiempo.
Una cita bien bonita de su libro Cartas a una recién casada: "A los que aman se les concede el privilegio especial de ver con una increíble intensidad la belleza del que aman, mientras que otros ven simplemente sus actos exteriores, y de modo particular sus errores." El amor desvela y rebela sus maravillas escondidas...
* La convivencia y el perdón
Sin embargo, a veces, en la convivencia, el cansancio y el estrés, la tensión, el trabajo agotador... hacen que salga sin pensar una palabra impaciente, o hiriente, o quizá uno se irrita más fácilmente y hace un reproche impulsivo..., o resurge con fuerza el "yo" más egótico.
Aquí el autodominio de cada uno juega un papel importante..., el cuidado de lo cotidiano. Y siempre hay un remedio "mágico" sanador que es darse cuenta, y pedir prontamente perdón a esa persona. Antes de que la herida eche raíces y profundice más y más en el interior provocando mayor sufrimiento y dolor. Mucho más en la relación de pareja.
Este tema de los remedios sanadores y las "palabras mágicas", tan necesarias en la convivencia, te lo cuento en otro artículo que enlazo abajo con ese título.
Y el otro, con corazón conmovido y tierno, perdona. A veces, incluso antes de que se exprese ese deseo... Y eso denota la finura de alma de esa persona y la grandeza de su amor. Quien ama de veras le es muy fácil perdonar. Ahí tenemos un "termómetro" del amor, de la amistad.
Es preciso tener siempre buena disposición para perdonar cualquier fallo. Todos somos débiles y podemos equivocarnos, o actuar mal en ocasiones, y fallamos tantas veces... No hay que asustarse, pero sí reconocerlo, y ser muy comprensivos con los fallos de los demás. Exigencia con uno mismo, y comprensión hacia los demás.
Resumiendo, cada amistad es un mundo, y un tesoro: "una joya preciosa", y Aristóteles la ve con el resplandor de la belleza de la virtud. ¿Por qué será...?
2) De la mano de grandes clásicos, pensadores y humanistas...
Continuará...
Espero que te haya gustado, y puedes compartir con tus amigos...
¡¡Muchas gracias!!
Dejo enlaces relacionados por si quieres leer algún tema:
Mª José Calvo
optimistas educando
@Mariajoseopt
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URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2024/09/la-amistad-una-joya-preciosa.html