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lunes, 23 de marzo de 2020

QUERER A LOS MARIDOS...


                                                  QUERER A LOS MARIDOS...



Tenemos un escritor invitado en el blog, Javier Vidal-Quadras, autor del blog "familiarmente", que ya ha pasado por aquí alguna vez. Hoy nos habla sobre el respeto, y cómo actuar para que los maridos se sientan de veras valorados y queridos. ¡A su forma! Os dejo con él.

"El primer post de la cuarentena va para las mujeres en relación con los maridos. Emerson Eggerichs ha estudiado a fondo la necesidad de los hombres de sentirse respetados. 

Vivimos, dice, en una cultura dominada por el amor sentimiento y, desde el “all you need is love” de los Beatles, pensamos que el amor es incondicional pero el respeto se ha de ganar.
Si para la mujer sentirse amada es fundamental, para el hombre lo es sentirse respetado. Sin respeto, le es muy difícil dar amor, insiste Eggerichs, de la misma manera que a la mujer, sin amor, le es muy difícil respetar a su marido.
¿Y qué es lo que el hombre entiende por respeto? Shaunti Feldhahn, en su libro For Women Only, después de miles de entrevistas a varones, propone las siguientes aserciones (interpretación propia):

  • Muchos hombres sienten que sus opiniones se valoran en casi todas partes menos en casa.

  • El varón es más competitivo que la mujer, le estimula resolver problemas y fácilmente interpreta el consejo e instrucciones de su mujer como una falta de confianza en sus capacidades.

  • El reconocimiento llano y sincero de cualquier objetivo conseguido y el agradecimiento sin reservas, le dan confianza y seguridad.

  • El recordatorio continuo de lo que tiene que hacer o de lo que se le ha pedido le impide demostrar su competencia y le deja una permanente sensación de fracaso y frustración ante su esposa.

  • Cualquier crítica o indirecta en público, por insignificante que parezca, es demoledora y se percibe como una indebida divulgación de su incompetencia o inutilidad; por la misma razón, cualquier halago o reconocimiento refuerza positivamente su visión de sí mismo, de su mujer y de la relación.
Ahora bien, si a la mujer le gusta oír que es amada, al varón no le aporta nada escuchar que es respetado. Necesita verlo con sus ojos. Por lo tanto:
  • Confía en su criterio también en lo doméstico, aunque tú harías las cosas de otra manera, acaso mejor, y no le des órdenes como si fuera un niño más, menos todavía delante de los niños o de terceros.

  • Déjale que dé vueltas por la carretera intentando descubrir por él mismo la dirección y cuando te explique sus problemas en la oficina, no te acostumbres a darle consejos; muéstrale apoyo y confianza en su capacidad para salir de aquella situación.

  • Cuando haya limpiado los mármoles de la cocina, agradéceselo sin más (aunque sea su obligación), y no le indiques que ha olvidado la parte de los fogones ni vayas retocando mientras tanto todo lo que él ha ordenado, porque él pensará: ¡nada de lo que hago es suficiente para ella! Dile que es un buen padre o un buen profesional cuando se ha dedicado a los niños o ha tenido un éxito.

  • Es probable que su orden de prioridad de tareas, obligaciones o urgencias sea diferente en un momento determinado y que esté retrasando alguna por razones justificadas. Dale tiempo antes de insistirle una y otra vez.

  • Reconocerle y valorarle en público es al varón lo que a la mujer es que su marido aparezca con un ramo de rosas que esconde dos billetes de avión para una escapada.
Y, sobre todo, siempre, siempre piensa que está intentando amarte con todas sus fuerzas, pero no siempre sabe encontrar el mejor camino para lograrlo. La denostada frase “detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer” es bien cierta, pero no en el sentido machista que se le atribuye, sino en el sentido real de que una mujer puede aupar o hundir a su marido, porque él, su seguridad y confianza personal dentro y fuera de casa, depende en grandísima medida de la imagen que le devuelven las pupilas de su esposa."

Javier Vidal-Quadras Trías de Bes                          


¡Gracias Javier!, por este post tan bonito sobre cómo "ellos" necesitan sentirse queridos... A las mujeres a veces se nos olvida, e intentamos quererle a nuestra forma, cosa que a ellos no les "llega" tan bien, y no se consigue lo que se quiere... 




En el día a día tenemos muchas oportunidades de aprender a querer a los maridos, y viceversa. Hagamos del trato en pareja y en familia algo prioritario, más en especial en estos momentos, en los que solo "queda" lo esencial de la vida. Aprovechemos esta oportunidad de dar lo mejor de cada uno, pensando en los demás. Primero en los que tenemos al lado, literalmente, y luego hasta donde lleguemos. Cuantos más, ¡¡mejor!! Seamos sembradores de alegría y paz, ¡de optimismo esperanzado! Además, como señala Chesterton, todos estamos "en el mismo barco" y nos debemos lealtad.





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Algunos enlaces relacionados:

                                                       Mª José Calvo
                                        Optimistas Educando y Amando 
                                        optimistaseducando.blogspot.com
                                                       @mariajoseopt


URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2020/03/querer-los-maridos.html

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