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miércoles, 26 de junio de 2019

VACACIONES: CUIDAR LA FAMILIA

  

                   VACACIONES: DESCANSAR Y CUIDAR LOS AMORES

                                         

            Os dejo algo que escribí para la revista Hacer Familia, que me parece bonito para este tiempo de verano y de descanso en familia. ¡Gracias por publicarlo! Y por cierto, os la recomiendo.


       La grandeza de la persona requiere la grandeza de la familia. El lugar por excelencia de la afectividad y la creatividad, porque nace del amor. Y el amor es la experiencia más afectiva de todas, aunque no solo es afectiva. Necesita inteligencia y voluntad libre para querer...

       El hogar es el espacio de la intimidad donde nacen y se desarrollan las verdaderas relaciones humanas, donde surgen vínculos afectivos que estrechan las relaciones. Donde se aprende a vivir la inteligencia emocional en su mejor sentido. Y donde se guardan gratos recuerdos, porque están sumergidos en cariño del bueno..., que nos acompañarán el resto de la vida.

        Cada persona crece humanamente con el alimento de la verdad y del bien, que rezuman belleza. Y la familia es el ámbito natural para ello.

        Por otro lado, cada persona es y hace familia. Necesita darse a los demás para ser una persona cabal. Puesto que es un ser relacional.     


         Una cita genial de G. K. Chesterton: “Al nacer y entrar en la familia, entramos de verdad en un mundo incalculable, que tiene sus leyes propias y extrañas, que podría muy bien continuar su curso sin nosotros, pues no lo hemos fabricado nosotros. En otras palabras, cuando entramos en la familia entramos en un “cuento de hadas”.


              La familia es como un cuento de hadas, donde cobra sentido la afectividad de cada persona y su realización. El hacer las cosas, como dice Chesterton, con la mirada de un niño, con su asombro, con saber contemplar la realidad con esos ojos que saben sorprenderse de lo bello, y sobre todo de las personas. Apreciar y valorar todo lo bueno y bello.

          Porque, en familia intentamos que las personas sean lo más importante, y la relación con ellas también. ¡Ponemos el corazón en ello! Es el lugar propio de las relaciones verdaderamente humanas. Cada persona se forja en ellas.


            Surge de su núcleo, el amor de los esposos, que se desborda eficaz hacia los hijos. Y ese amor se concreta y se plasma en muchísimas cosas. Por ejemplo, en hacer que el ser querido sea lo más importante para nosotros. Porque lo llevamos en el corazón…, porque damos prioridad a la relación, a cuidarla y mimarla, a ¡custodiarla! También se concreta en mil cosas concretas con los hijos. Y no significa darles todo hecho, ni todo lo que pidan..., sino hacerles autónomos y responsables, capaces de pilotar su vida. 







              La mayoría de las veces, querer significa pensar en el otro, mirarle a los ojos…, encontrar tiempo para hablar, para divertirse, para hacer cosas juntos… Darle lo que necesita y le alegra, sonriendo aunque no apetezca mucho, poniéndole en el centro de nuestra vida y de nuestros afectos, sin "egocentrismos", teniendo un alma generosa, comprendiendo, cediendo. Y aprendiendo a contemplarlo o contemplarla…, admirando sus cualidades y esfuerzo por querer. 




              De esta forma, la otra persona nos importa, y ¡mucho…! E intentamos sacar tiempo para estar juntos, para hablar y conectar… Así, las conversaciones pueden ir ganando en calidad. Podremos comprender, sintonizar y compartir sentimientos, que es lo que más nos enriquece la vida. 

               Porque, necesitamos un espectador de nuestra vida que nos escuche, que nos mire, que nos aconseje, que nos anime… que esté siempre a nuestro lado. Y el ser querido es ese amigo incondicional que nunca falla, con el que queremos compartir la vida entera, porque le queremos infinito… Y a él, a ella, le sucederá lo mismo.
      



             Así, ya no concederemos tanta importancia a preguntas más triviales, como: ¿dónde has estado?, ¿qué has hecho?… sino que descenderemos a los detalles, pensamientos y sentimientos. ¿Cómo estás?, ¿qué tal el día?, ¿a quién has visto?, ¿qué te ha comentado?, ¿como se encuentra?, ¿le has podido ayudar?… Descubrimos la importancia de esos detalles en las relaciones personales.


           Podemos hacer de las conversaciones un intercambio de intimidades, un diálogo de pensamientos. No salen solas, hay que poner intencionalidad, pensar qué tema tratar, tener en cuenta al otro, lo que necesita, cómo reacciona, cómo se siente... etc. Conversar es algo vivo que se crea entre los dos, que va construyendo y alimentando dicho amor.



              De esta manera, nos descubrimos como personas, y descubrimos a los demás en sus mejores actuaciones. Nos quedamos con lo mejor de cada uno, porque es el modo de conocerlos de veras, puesto que lo más “mediocre” sale solo con dejarse llevar, pero, en lo valioso hay que poner pensamiento e intención, esfuerzo, ilusión, y deja nuestra huella. 



              Y, es necesario aprender a perdonar lo que sea preciso, porque todos somos más vulnerables de lo que parece, y muchas veces necesitamos más cariño de lo que podemos merecer. Hay que liberar esos rencores, odios, culpas, prejuicios... Como dijo Walt Disney: “La vida es demasiado corta como para no perdonar.” 

   


               Aprovechar el amor que nace en nosotros para hacer acopio de sentimientos y emociones en la dirección de quererse más... Por eso es importante la ilusión y la motivación, mostrar empatía con quienes queremos, para conectar realmente con ellos. Usar las neuronas espejo que nos facilitan esta capacidad. Aprender a captar sus sentimientos y estados afectivos.

               Además, en verano tenemos más tiempo para compartir en familia y dedicarlo a lo importante… Y así "mimar" un poco nuestros amores. Empezando por la propia pareja.






              Como señala Mercedes Salisach: “La verdad del amor es que no siempre se siente, sino que se practica”. Los sentimientos no acompañan siempre. A veces hay que poner voluntad en tener detalles, y demostrar ese cariño… Así resurgirán sentimientos positivos de admiración y cariño hacia el otro.


               Se descubre la dicha de estar juntos, disfrutando en familia. Se trata de poner inteligencia y empatizar con la otra persona, para "navegar" bien unidos, con la meta clara en la mente, como te contaba en otro post.



                En familia, es importante que todos se sientan queridos y noten ese amor, que es el artífice de su valoración, de su realización y de su autoestima... y el que les enseñará a querer en la vida. ¡Somos su modelo y referente!




         Educar las emociones desde pequeños, enseñar a controlar impulsos, a tener autodominio, hacerles fuertes ante las contrariedades, tener unas normas que señalen el camino... Y todo sumergido en cariño “del bueno”. Para que ese amor les penetre como por ósmosis…, y puedan desarrollarse plenamente como personas.





            Volviendo a las vacaciones, ¿cómo descansar? 

       Descansar es cambiar de actividad, sin descuidar lo importante en nuestras vidas. No hace falta pasar el día sin hacer nada…, sino pensar “que hacer con el tiempo que se nos ha dado…” Ver qué actividades nos descansan, o nos aportan algo que no podemos hacer el resto del año, para aprovechar el tiempo.




           Así poder disfrutar con los que más queremos. Porque tendremos más tiempo para compartir, para conectar con ellos, incluso desconectando de pantallas, que tantas veces nos atrapan la atención y nos dispersan la mente... Y buscar un lugar adecuado que permita que la familia sea lo más importante.





      
                                         
                       IDEAS PARA DISFRUTAR CON LOS HIJOS





-Una excursión al monte, dormir en tienda de campaña.

-Hacer una cabaña con maderas o ramas...

-Caminatas por la montaña. Apreciar la naturaleza, el valor del esfuerzo..., calma y relax...
                       

-Visitar cuevas o grutas. 

-Ver fuegos artificiales.

-Tertulias familiares en el campo, en la playa por la noche...


-Pintar un cuadro con acuarelas u otro tipo de pintura.

-Leer algunos libros con valores humanos nobles, por ejemplo alguno clásico como Platero, El Principito..., las aventuras de "Los cinco", Los Hollister, alguno de Cornelia Funque, como Corazón de tinta... También comics. Para adolescentes: "Aquel verano" de Miguel Aranguren, o "Vigo es Vivaldi" de J. R. Ayllon... O también "La Reina sin nombre", novela sobre los godos, de María Gudín, que se puede leer a cualquier edad y siempre atrae por su belleza. Abajo pongo enlace más concreto por edades y temas.

                             
-Plantar semillas que crecen rápido, incluso un árbol. Cuidar una planta.

-Visitar un pueblo.

-Recoger frutas o verduras.

-Un postre, un helado, una comida veraniega especial… y sorprender a los demás.

-Un día de pic-nic en el campo.

-Decorar piedras.

-Hacer tareas de casa, como comprar el pan, fregar, limpiar la cocina, poner la lavadora o el lavaplatos...

-Jugar con la arena de la playa, construir castillos, recoger conchas, volar cometas, hacer submarinismo... etc.

-Un paseo en barca, o en canoa, hacer rafting, bajar los rápidos de un río como el Sella, u otro más pequeño... Vela...

-Una merienda con globos de agua.

-Cuidar a los amigos. Escapadas en bici o algún deporte... 

-Jugar con disfraces.


-Ver el cielo por la noche, las estrellas…, las constelaciones. Una puesta de sol, o un amanecer. El movimiento de los planetas...


-Visitar un museo de ciencias, para aprender y experimentar con todo lo que tenga. Ver una exposición. 

-Dar forma a las nubes, usar la creatividad…, imaginar alternativas en una novela... 

-Ver una tormenta, escuchar la lluvia...

-Contar chistes simpáticos.

            
-Una excursión por un río con piedras, musgo, peces, renacuajos… 



-Ir a una granja de animales, echar pienso, ordeñar vacas, montar a caballo...
                     

-Escribir cartas por correo postal tradicional. Incluso pensar un cuento o una narración...

-Ver mapas, planos… y aprender a situarse.

-Recorrer alguna etapa del Camino de Santiago. El valor de la fortaleza, descubrir la naturaleza, cultivar el espíritu..., conversar con los caminantes.



-Una vista desde un avión: ciudades, montes y valles, picos nevados…




-Un campamento con valores que nos de confianza…, para crecer en autonomía y aprender destrezas... También para hacer amigos y ayudarles.





-Para mayores, un voluntariado, echar una mano en un "campo de trabajo"… El pensar en los demás, y ayudar en lo que necesiten, es fuente de satisfacción y de alegría. Además se sienten útiles, aprender un sinfín de cosas y hacen buenos amigos…




           


                                                        ***



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Dejo enlaces relacionados variados, por si te interesa algún tema:


                                                                                                                                                                                         Mª José Calvo
                                                  optimistaseducando.blogspot.com
                                                               @Mariajoseopt





URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2019/06/vacaciones-cuidar-la-familia.html


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