Lograr armonía familiar

TEMAS para el buscador

  • OPTIMISMO
  • FAMILIA
  • SENTIDO DE LA VIDA
  • AMISTAD
  • VALORES
  • LIDERAZGO
  • EDUCACIÓN
  • NEUROEDUCACIÓN
  • CRECIMIENTO PERSONAL
  • EDUCAR POR EDADES
  • MARCOS DEL DESARROLLO INFANTIL
  • PREADOLESCENTES
  • ADOLESCENTES
  • EDUCAR EL CORAZÓN
  • MUJER
  • AMOR EN PAREJA
  • EL PERDÓN
  • EL DOLOR
  • TECNOLOGÍA
  • PELÍCULAS

domingo, 27 de septiembre de 2015

EL TIEMPO QUE SE NOS HA DADO...



                                           EL TIEMPO QUE SE NOS HA DADO…


El gran filólogo y escritor J.R.R. Tolkien, en su maravillosa obra “El Señor de los Anillos”, llena de belleza y esperanza por doquier, escribió y puso en boca de Gandalf: 

“Eso desean los que viven estos tiempos. Pero no nos toca a nosotros elegir qué tiempo vivir, solo podemos elegir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado…”



                                                 

Lo único que está en nuestras manos es decidir qué hacer con lo que tenemos: con el tiempo, con las oportunidades, con nuestros “talentos”… 

                                              

       
Podemos encerrarlos para que no nos los arrebaten, o sacarles brillo para presumir, o subir la escalera del “éxito-a-toda-costa”, o utilizarlos, aunque les caiga el barro y el polvo del camino, y hacer algo grande con ellos. Dejar una huella digna de recordar. Por ejemplo, ponerlos al servicio de la familia, de los amigos, para mejorar este mundo en el que vivimos, hacerlo más acogedor y humano, más “bello”, como los dones élficos, por lo menos en ese ambiente donde nos movemos cada uno. Lo cual se expandirá en círculos concéntricos.




Eso requiere una lucha continua por dar lo mejor de cada uno, y esfuerzo para conseguirlo. Salir un poco de nosotros mismos para pensar en los demás, para prestarles la ayuda que necesitan, para establecer relaciones cordiales de auténtica amistad…, como escribiría su amigo C.S. Lewis en "Los cuatro amores", para ayudarles a desarrollar su mejor personalidad.

Y así, conseguir lo que estamos llamados a ser, si ponemos ilusión, empeño y esfuerzo, y nuestros mejores pensamientos y cualidades cultivadas. Con optimismo en la lucha, porque nada sale solo, y a veces tampoco a la primera… 




También con esperanza, que es la motivación del que se dirige a la meta…, ¡aunque requiera sacrificio! Porque, como dice Aragorn a Arwen, su esposa, "más allá de los Círculos de este Mundo hay más que recuerdos"...






Tolkien perdió a sus padres muy pequeño, y le tocó vivir la Gran Guerra muy joven donde murieron muchas personas, y en concreto algunos amigos del TC, BS. Él pensaba en la muerte y de ahí la profundidad de su legado. 

Conocía bien ese deseo de permanecer que posee el ser humano, pero veía muy de cerca la certeza de la muerte. Y esta visión la desdobla en dos razas en su legendariumlos elfos, artistas inmortales, por los que no pasa el tiempo, y los hombres, "destinados" a morir...

Se cuestionaba las preguntas esenciales de la existencia, pero les da un toque esperanzado, debido a su alta formación humana, en la que su madre tuvo mucho que ver... 

Es consciente de que todo es un don, un regalo que acoger. Un despliegue de belleza. El tiempo, algo cuasi milagroso, como también percibía Chesterton. Y de esa sobreabundancia y riqueza interior sale su obra, desde las palabras y los idiomas inventados, que tan bien conoce.


Y lo que nos hace un poco "eternos", en el sentido élfico, son esas hazañas dignas de ser contadas en "canciones", de ser recordadas y pasadas a las generaciones venideras aportando sentido y raíces. Dejando una huella en los corazones. 






                                                     * * *


Por eso, soñar y apuntar alto, contar con el corazón para movilizar energías, para despegar de la vida fácil y cómoda, de "yoísmos" que nos atrapan, de la "gravedad" terrestre que paraliza y atenaza muchas veces…

Y después de soñar, usar la imaginación, ponerse a la acción: concretar en un plan y ponerle fecha para llevarlo a la práctica, sin perezas empobrecedoras… Poniendo el corazón en metas altas y nobles.





Especialmente en familia, para pensar en los demás, alegrarles la vida, para dar cariño a todos y que puedan forjar su mejor personalidad, pero ¡la suya!, con libertad, pues quien no es libre no podrá querer. Y para sentirnos queridos también… 




Porque, la persona, como acuñó un gran pedagogo, es un “ser de aportaciones”, un ser efusivo, un ser destinado a amar… Se realiza dando, y sobre todo dando cariño, pensando en los demás, para ayudarles a lograr su mejor "versión". Primero en pareja, y con nuestros hijos. También con los amigos... Quien tiene un amigo ¡tiene un tesoro!


Y si sale bien, ¡agradecimiento! Si sale mal, tenemos el poder del perdón que sana las heridas, tanto al darlo como al recibirlo... ¡Y volvemos otra vez a la lucha esperanzada…! 

La vida es un comenzar y recomenzar siempre nuevo, con ilusión y optimismo, con la esperanza del final feliz de los “Cuentos de Hadas”… que dice Chesterton. Porque la historia está custodiada por el Bien, pero hay que esforzarse en “hacerlo”, y siempre compensa. Además rebosa belleza. Y podemos sembrar paz, alegría y optimismo a nuestro alrededor.





Siguiendo con la maravillosa mitología de Tolkien, en “El Señor de los Anillos”, en la película de Peter Jackson hay un diálogo entre Frodo y Sam en un momento en el que está abatido por tanto sufrimiento y tanta carga, y quiere desistir ante el ataque inminente de los Nazgûl…






Sam: - “ ¡No se rinda, señor Frodo!”


Le infunde ánimo para volver a la lucha contra el enemigo,  para no rendirse nunca y destruir el Anillo que ansía el poder y dominar otras voluntades..., y corrompe el corazón.
 



¿Por qué?
Porque, siguiendo con la obra de Tolkien, una idea que señala Gandalf y que nos puede indicar un camino a seguir para llegar a la meta... Que además, puede reconfortar ante tanta miseria y sufrimiento repartido por el mundo, ante tanta vida superficial, sin sentido y vacío existencial.

 
La Dama Galadriel pregunta a Gandalf acerca de una misión que quieren llevar a cabo pues el mal va cobrando forma en Dol Guldur:

- “¿Por qué el Mediano?”

Y Gandalf le responde: 

-“No lo sé… Saruman cree que solo un gran poder puede contener al mal. 

Pero yo "he descubierto que son las pequeñas acciones cotidianas de la gente común las que mantienen a raya la oscuridad, los pequeños actos de bondad y amor…”


-“¿Por qué Bilbo Bolsón? Tal vez porque tengo miedo y él me infunde coraje…”

                                                 



                                             

Se trata de poner ilusión y cariño en las pequeñas cosas cotidianas aunque parezcan insignificantes. Pensando en los demás, en la familia, en los amigos, en hacer algo grande en la vida, aunque no se note, aunque no estemos en el “escaparate” del postureo... Una vida aparentemente "escondida" que deja "poso".

    
El cariño es lo que nos da su energía para vivir y luchar, lo que nos anima y motiva, y da esplendor a cuanto hacemos… Y engrandece a cada persona. Porque nos ayuda a salir de nosotros mismos, a pensar más en las personas a las que queremos, en su bien, en que logren su mejor personalidad y por tanto sean felices. Puesto que la felicidad, como señala un gran humanista, es proporcional a la capacidad de amar expresada en obras concretas.

Así todo cobra más relieve, porque con el “toque” del amor nuestras acciones rebosan trascendencia, y además nos hacen más felices.

Por eso, Gandalf, que posee un fuego interior que caldea los corazones, es como si nos dijera: "cuidaos, manteneos en el camino, conservad el ánimo, esperad siempre lo mejor"...






Por eso hay que valorar y cuidar el amor, custodiarlo y crecer en él un poco cada día con interés y cariño, empatía y generosidad, con lucha motivada. Eso es trabajar el amor, mimar el amor, sin esperar a perderlo para darnos cuenta de su importancia y grandiosidad. Alimentar ese “fuego” con “repelones” y cosas pequeñas que prenden bien, continuadas en el tiempo. Mimos y delicadezas, detalles y gestos frecuentes que lo aviven... Y ¡grandes troncos en los inviernos fríos!







       

Espero que te haya gustado, y lo puedes compartir con amigos. Muchas gracias.




                                                                             Mª José Calvo
                                                                            @Mariajoseopt
                                                                         optimistas educando



Dejo el enlaces relacionados: 

 

URL del post:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2015/09/el-tiempo-que-se-nos-ha-dado.html                                                  

sábado, 12 de septiembre de 2015

¿VOLVEMOS A LA RUTINA...?

        


                                                ¿VOLVEMOS A LA RUTINA...?

                      “PLASMAR” EL CARIÑO EN LA VIDA ORDINARIA


La vida ordinaria, la familia y nuestro trabajo, es lo que da estabilidad y cohesión a la vida. Lo que hace que un día tras otro podamos levantarnos y comenzar de nuevo con ilusión, sobre todo pensando en los seres queridos…








           
Aunque tengamos que hacer siempre las mismas cosas, o el mismo horario, siempre cabe intentar hacerlas como si fueran “nuevas”. Sabiendo descubrir el lado amable de las situaciones, dejándonos sorprender por tantos detalles que nos salen al encuentro, desde un amanecer, a la cara simpática de nuestros seres queridos, el detalle de nuestro esposo, esposa… Poniendo ilusión y cariño en cada cosa que hacemos. Descubrir esos “brillos divinos” en las situaciones más cotidianas…

       
Y cuando digo trabajo, me refiero no sólo al trabajo remunerado, sino a cualquier actividad que conlleve una responsabilidad. Y puede ser el trabajo del estudio, el de una madre o padre que se quedan cuidando a sus hijos, organizando la casa y dirigiendo la familia…, o el que va a la oficina o al hospital cada día.

      
Todos ellos pueden ser ocasión de desarrollo personal y de prestar un servicio a los demás. Muy enriquecedor y de gran trascendencia, el dedicado al cuidado de la familia, aunque poco valorado a veces.


Porque en la familia es donde se aprende todo. En especial aprendemos a querer y ser queridos. Cada uno, para desarrollarse bien, necesita la experiencia de ser amado sin condiciones. Así aprendemos a querer. Es la escuela del más rico humanismo, donde se aprende la empatía, la comprensión y la inteligencia emocional.

La vida ordinaria nos permite plasmar el cariño de mil formas en el día a día de nuestra familia… Podemos luchar por amar más y mejor, empezando por nuestra pareja, y siguiendo con los hijos... 





Porque, somos sus modelos y referente: según cómo nos queramos y tratemos, qué gestos y detalles tengamos, así lo harán ellos, porque nos están mirando todo el día… y nos copiarán. Dejemos una senda luminosa.




     
amar incondicionalmente significa separar la persona de su conducta. Es decir, no le vamos a querer menos porque no se haya portado correctamente, sino que le haremos notar ese detalle que no ha estado a su altura. Además, como ya advirtiera Goethe, el tratarles un poquito mejor de lo que son, les estimula a luchar por mejorar. Ésta es la clave de la educación y del cariño que permite desplegar las alas y crecer como personas.



La vida ordinaria se llena de sentido por el amor que ponemos en cualquier cosa, tarea, relación, conversación con los demás. Así, aprendemos a valorar lo esencial.

¡Cuántos buenos actos, hasta heroicos, se pueden hacer a lo largo del día, en las ocupaciones más modestas que realizamos, pero que conllevan gran trascendencia!

No siempre podemos hacer grandes cosas, pero sí, poner amor en las cosas más pequeñas. En cada detalle que tenemos con los demás, en el trabajo, comprendiendo, disculpando, ¡queriendo!


Esto también es enseñar a querer. Porque, el amor es más una convicción y un compromiso, que un sentimiento. Aunque se inicia con él, con ese deslumbramiento de estar enamorado. Cuando acompaña el sentimiento, tanto mejor: se aprovecha su fuerza y energía, y se disfruta. Si no, es necesario poner voluntad y tener pequeños detalles de cariño que lo hagan crecer, y resurgir: pinceladas positivas de cariño. 

Como señala S. Covey, "amar es un verbo": sembrar cada día pequeños actos de amor, que construyan ese amor y lo hagan más fuerte, inamovible, que dará sus frutos con el tiempo.







      
El cariño hay que “cultivarlo” como un buen jardinero: si no se riega, se poda, se abona…, se cuida, se puede secar y morir. Cuidar el tiempo juntos, admirarle, tener ilusión, disfrutar de su compañía.

Si se piensa primero en el otro, en su bien, siempre se acierta. El egoísmo es el peor enemigo de la relación, porque quita libertad. Amar consiste más en “dar” que en recibir; en estar pendiente del ser querido, que en uno mismo. Hace falta estar enamorados. Como apunta Gilbert K. Chesterton: "Para todo el mundo no eres más que una persona. Pero para una persona eres todo un mundo." Y el amor es un constante desafío...




Al final, lo importante es que en nuestra familia todos sientan ese amor incondicional, que permite valorarse, ser acogido, y hace madurar como personas. Así se aprende a querer, confiando, enseñándoles a pilotar su vida.


De ese modo se ponen los cimientos de una familia sana, alegre y feliz, que valora lo importante, que sabe querer a los demás a pesar de las dificultades o limitaciones personales. Y saber llevar ese ambiente donde uno se encuentre, con amigos... etc.


Tenemos un tiempo por delante para luchar en ello. Además, nos va a ayudar la persona que más nos quiere, y haremos lo mismo con él, con ella.





                                                   Mª José Calvo
optimistaseducando
                                                   @Mariajoseopt




URL:
https://optimistaseducando.blogspot.com/2015/09/la-rutina.html